Las Instancias Municipales de las Mujeres, llamadas también “Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer” (Mujeres, 2014), se crean en México, en cumplimiento a la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing –resolución adoptada por la Organización de las Naciones Unidas el 15 de septiembre de 1995 al final de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing, China– (Mujeres, 2022), instrumento internacional al que se adhirió México.
Lo primero con lo que cumplió el Estado mexicano, fue la creación del Mecanismo Federal y “en marzo de 1996, se instituyó el Programa Nacional de la Mujer 1995–2000, Alianza para la Igualdad (Pronam), cuya coordinación ejecutiva dependía de la Secretaría de Gobernación (Segob). Para fortalecer las acciones en favor de las mujeres, en agosto de 1998, dicho programa se transformó en la Coordinación General de la Comisión Nacional de la Mujer (Conmujer), lo que permitió elevar el tema de los derechos de las mujeres en la interacción institucional para impulsar más acciones e iniciativas. Sin embargo, la construcción de un andamiaje institucional se detonó al dar cumplimiento a la Ley de Creación del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), promulgada en enero de 2001, mediante la cual se colocó a nivel ministerial al instituto, en congruencia con los mandatos de Beijing y las demandas de movimientos amplios y plurales de mujeres, así como del movimiento feminista (Beijing, 2014).
Como lo señala la Plataforma de Acción de Beijing, “Los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer son los organismos centrales de coordinación de políticas de los gobiernos. Su tarea principal es prestar apoyo en la incorporación de la perspectiva de la igualdad de géneros en todas las esferas de política y en todos los niveles de gobierno” (Mujeres, 2014) y justo esta es la razón del por qué opera en Tlaxcala el Instituto Estatal de la Mujer y en los municipios se replicó dicha acción.
A la par de lo que sucedía en el gobierno federal, era también su obligación impulsar en las entidades del país la creación de las instancias estatales de las mujeres y Tlaxcala fue el estado número 23 que lo logró, los trabajos se iniciaron desde enero de 1999 y fue hasta junio del mismo año, que se publicó en el Periódico Oficial del estado, el decreto de creación del Instituto Estatal de la Mujer (Tlaxcala, 1999).
La Plataforma de Acción de Beijing es muy clara al señalar que en todos los niveles de gobierno se tenían que promover los Mecanismos de Atención para el Adelanto de las Mujeres, y eso implicaba para Tlaxcala, impulsar su creación en los 60 municipios. Fue en el año 2000 cuando se creó la primera instancia de nivel municipal, esto en San Pablo del Monte y a partir de ahí fueron surgiendo con mucho esfuerzo en el resto de los municipios que integran al territorio tlaxcalteca.
Es lamentable que a 20 años ya de esta política pública, las instancias de las mujeres se encuentren en condición de vulnerabilidad, y funcionen sin el respaldo de presidentas y presidentes municipales, y menos de las y los integrantes del cabildo, que al parecer no le entienden al tema o no quieren aprender.
Lo único que les ha interesado a quienes ya se desempeñaron como alcaldes –incluyendo a las y los actuales–, es el recurso económico que reciben las instancias de las mujeres de parte de Inmujeres o bien del ahora desaparecido Indesol, ahí sí voltean a verlas, porque de ese recurso han hecho su caja chica o se han visto favorecidos con recursos financieros que no les correspondían, pues se habían etiquetado para las mujeres de los municipios que gobiernan, pero hábilmente con la ayuda de sus tesorerías municipales, han sabido “comprobarlos” sin ser observados, o bien con la complacencia de “despachos” que han encontrado una mina de oro en los recursos que emite la Federación año con año y que ahora en la nueva historia que se escribe de Tlaxcala y en otros estados, las mismas corruptelas se repiten.
Hay tantas historias de corrupción al respecto, que lo mismo se ha sabido de alcaldes tlaxcaltecas que a cambio de otorgar los proyectos a tal o cual consultoría solicitaron a éstas el pago de los impuestos de dicho proyecto, o pidieron “algún apoyo material o de equipo para la presidencia”, o incluso de plano se quedaron hasta con el 70 por ciento del monto del proyecto y dejaron a las consultorías desarrollaran con el 30 por ciento restante el trabajo a entregar, y ya no hablamos de las decenas de “consultores” que han surgido de la noche a la mañana y apoyados por lideres partidistas –hombres y mujeres–, quienes se presentan como expertos en la gestión de recursos ante el gobierno federal, llevándose su respectiva comisión económica los gestores y los lidercillos, y así, cuando llega el proyecto las responsables de las instancias de las mujeres no les queda muchos por ejecutar, porque en muchos casos ellas ni estuvieron presentes en la negociación que hizo el alcalde o alcaldesa, aprenden de botepronto las reglas de operación y tienen que trabajar para comprobar eficientemente los pocos recursos económicos recibidos.
¡Es increíble que Inmujeres o el propio Órgano de Fiscalización Superior de Tlaxcala no han actuado al respecto, administraciones van, administraciones llegan y todo sigue igual y se lucra al mas no poder con el tema de género!
Lo que no son las instancias municipales de las mujeres…
Por lo anterior, es importante aclarar que las instancias de las mujeres no son caprichos del movimiento de mujeres feministas y defensoras de derechos humanos; tampoco son oficinas de apoyo de los DIF municipales y mucho menos administrativamente deben pertenecer a esta estructura, cuyo fin es trabajar en la asistencia social.
No son fichas “comodines” de otras áreas de las alcaldías, no son “la caja chica de autoridades municipales”, no es el lugar de pago de facturas políticas, no es el cajón de dinero de alcaldes o alcaldesas del que pueden disponer para lo que se les antoje, ni tampoco son monedas de cambio para pagar favores políticos, no son los espacios para ir a aprender administración pública, llevamos 20 años con esta política no es posible que cada tres años se reinvente y se tenga que partir de cero.
Señores alcaldes y alcaldesas, la Instancia Municipal de la Mujer –independiente del nombre que le hayan puesto, dirección, instituto, coordinación o secretaría-, debe ser un organismo autónomo, no dependiente del Sistema DIF –insisto–, como está sucediendo en Tlaxcala capital, Huamantla e Ixtacuixtla, cuando andaban en campaña y en su toma de protesta se comprometieron a un cambio, sin embargo, es visible que desconocían de lo que hablaban, aún están a tiempo de dar un golpe de timón a sus administraciones, y demostrar que en su municipio cumplen con instrumentos internacionales firmados por el Estado mexicano desde hace más de dos décadas.
*Artículo publicado originalmente en La Jornada Oriente
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