Siempre defendió las causas de las comunidades afrodescendientes y fue pionera en las luchas por los derechos de las mujeres, camino que no fue fácil puesto que al principio fue invisibilizada por ser mujer, negra y de izquierda, incluso cuando quiso ser candidata presidencial, en 2018, tuvo que desistir. Cuando anunció su candidatura, lo hizo ante la tumba de Fidel Castro en Santiago de Cuba.
«He querido venir a decírselo porque necesito de su acompañamiento, para que ilumine con su energía y me dé la fuerza y la resistencia para una tarea que va a ser muy difícil», dijo en aquel momento la líder de y fundadora del movimiento popular Poder Ciudadano Siglo XXI.
Se le consideraba como una de las colombianas más representativas del movimiento latinoamericano feminista, siempre a favor del 80 por ciento de la población desplazada por el conflicto en Colombia: las mujeres, mayoritariamente negras e indígenas, de allí que dedicara gran parte de sus esfuerzos políticos a la lucha por la equidad de las mujeres.
«Ella es una de las responsables que en Colombia exista un marco jurídico más estricto contra la violencia de las mujeres, de la ley que les otorgó beneficios a las madres comunitarias como un ingreso básico y que haya una cuota de participación de las personas de color en los cargos públicos. Su trabajo por las mujeres es tan importante como el que ha hecho por los secuestrados», señalaba Isabel Londoño, directora de la Fundación Mujeres por Colombia, en una entrevista en el 2009.
Su cercanía con personajes de la política y la guerrilla, la llevó a lograr, a partir del 2008, la liberación de 20 personas que tenían seis años secuestradas por las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En 1999 fue secuestrada durante 14 días, luego liberada por gestiones de altos dirigentes liberales. De esta época, en la que convivió con uno de los jefes paramilitares más conocidos, Carlos Castaño, supo del ‘pacto político con el paramilitarismo’, desde entonces promovió investigaciones, las cuales para 2006 ya incluían a congresistas, gobernadores y alcaldes de toda Colombia, un proceso que se conoció como ‘parapolítica’.
Era amiga de la izquierda latinoamericana, de Hugo Chávez, de Andrés Manuel López Obrador, de Néstor y Cristina Kirchner, de Evo Morales, de Pepe Mujica, de Luiz Inácio Lula da Silva, Rafael Correa, Rigoberta Menchú y decenas de dirigentes políticos regionales que admiraron su valentía con la que enfrentó a la oposición de la derecha continental.
Activa como siempre, uno de sus últimos mensajes en su cuenta social X, fue para criticar al presidente de Argentina, Javier Milei en el Foro de Davos, el 17 de enero pasado:
«El discurso de Javier Milei en Davos es exactamente la misma cháchara que los libertarios han repetido por años: charlatanería vacía empacada como obra cumbre del pensamiento. Lo único nuevo es el antifeminismo, todo lo de más es sacado del manual».
Gustavo Petro fue uno de los primeros en expresar su pesar por el fallecimiento de la senadora:
“Piedad Córdoba fue una mujer golpeada por una época y una sociedad. Luchó toda su vida por una sociedad más democrática. Su cuerpo y su mente no resistieron la presión de una sociedad anacrónica que aplaudía los ajusticiamientos de jóvenes, que odia el diálogo y la paz, que odia a los negros, a los indígenas y a los pobres, que la trataba como criminal”.
Cabe recordar, que cuando Petro estaba en campaña por la presidencia de Colombia, pidió a la entonces senadora Córdoba que se retirara de la campaña hasta que resolviera los casos judiciales en que estaba envuelta por su hermano.
Por su parte, la vicepresidenta, Francia Márquez, se sumó a los mensajes de condolencias de quien dijo “fue una mujer que abrió las puertas de la política colombiana a las mujeres afrodescendientes”.
La ruptura familiar que atravesó luego de que su hermano, Álvaro, fuera extraditado a Estados Unidos a principios del año pasado por sus nexos con el narcotráfico, causaron que su salud se deteriorara al punto de quedar débil y llegar a pesar alrededor de 40 kilos, cuando siempre fue una mujer fuerte y vigorosa. Alejarse de su madre y hermana, fue el acabose.
Su cuerpo fue sepultado hoy 22 de enero luego de un homenaje de cuerpo presente en las ciudades de Quibdó, Bogotá y Medellín para participar en una serie de ceremonias exequiales.
¿Quién fue Piedad Córdoba?
Nació en Medellín en 1955 donde falleció una tarde del 20 de enero de un infarto. De raíces afrocolombianas era conocida cariñosamente como ‘La Negra’.
Estudió leyes en la Universidad Pontificia Bolivariana, saliendo de la universidad inició su carrera política en los barrios populares de Medellín, siempre con el Partido Liberal. Fue edil, concejala, diputada, congresista, senadora. Desde 1998, fue elegida cinco veces al Congreso, siempre en defensa de las minorías étnicas, de género y las salidas negociadas al conflicto interno, hasta el 2023, como senadora del Pacto Histórico.
En 2017, fue candidata al premio Nobel de la Paz, que perdió ante Barack Obama.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario