9/23/2022

México: Aniversario 49 de la Liga Comunista 23 de septiembre, guerrilla urbana para pobres 1973-76




Pedro Echeverría V.

1. Enojados, pero muy conscientes, por la represiones y asesinatos de estudiantes en Tlatelolco en 1968 y el halconazo de 1971, estudiantes de una decena de estados y de CDMX, se reunieron en Guadalajara en marzo de 1973 con el fin de fundar una gran guerrilla urbana: la “Liga Comunista 23 de septiembre”, e iniciar un proceso revolucionario que levante a los trabajadores para luchar contra la gran burguesía opresora. La represión del gobierno de Echeverría a la Liga fue brutal, provocando cientos de asesinados y encarcelados. Los radicales de la Liga Espartaco también fuimos detenidos y torturados –luego se probó que no éramos guerrilleros, sino sólo unos 50 compañeros apoyadores de movimientos sociales reunidos en círculos de estudios.

2. Ha sido la única guerrilla urbana en mi memoria. Las otras guerrillas fueron en Chihuahua en 1965 donde los compañeros fueron masacrados; lo mismo sucedió con las guerrillas de Genaro Vázquez y de Lucio Cabañas destruidas en 1970 y 1973 en el estado de Guerrero. En medio de esas guerrillas surgieron grupos más pequeños, cuyas tácticas fueron realizar secuestros y expropiar millones en bancos, buscando reunir dinero para comprar armas. Esto demuestra que el sexenio de Echeverría –además de haberse esforzado por parecerse al sexenio de Lázaro Cárdenas, buscando una “apertura democrática”- fue en la historia, quizá el más violento. Por ello pienso que hay que estudiarlo muy bien para opinar de él.

3. Por ello para nosotros, los jóvenes marxistas mexicanos, sólo había tres posiciones políticas en los años setenta: 1) ser partidarios de la guerrilla armada, del tipo Fidel Castro y del Ché Guevara, 2) participar en el movimiento de masas con la experiencia de Lenin y Mao, o 3) ser seguidor de la vía electoral con el ejemplo del derrocado Allende. Observábamos que los partidarios de la guerrilla eran quienes pensaban que todas las vías políticas estaban cerradas y que la experiencia del triunfo cubano, en sólo tres años, demostraba que se podría derrocar a la clase gobernante. Obviamente la clase gobernante fue rearmada con armas yanquis y logró reorganizarse con sus asesores para evitar otro triunfo como el cubano.

4. Pensamos: si bien los guerrilleros ponían la vida directamente frente a los ejércitos, nosotros, los partidarios del movimiento de masas, no deberíamos descansar en nuestro trabajo de agitación política e ideológica, apoyando todas las movilizaciones “habidas y por haber”. Así nos profesionalizamos participando en manifestaciones de protestas de todo tipo en distintas entidades: amplias, populares, de apoyo internacional, de mujeres, de homosexuales. Con esta estrategia de apoyo a huelgas y marchas, sumamos a muchos compañeros que llegaban y se iban por no acomodarse a nuestras propuestas de trabajo de masas que –careciendo del mínimo financiamiento-nunca tuvo nada que ofrecer, más que trabajo político.

5. Como ya he escrito varias veces: fue el dinero y el poder el que nos derrotó en las condiciones de México. Los gobiernos sabían que en la izquierda para viajar a los estados y elaborar nuestros volantes o periódicos teníamos que sacar todo de nuestra humilde bolsa personal en dinero. Por eso llegado el momento, en 1977, publicó una reforma política-electoral ofreciendo mucho dinero a partidos y líderes, diputaciones, senadurías, gubernaturas. El 70 por ciento de la llamada izquierda hizo despertar su oportunismo y el 30 denunciamos, gritamos, para terminar totalmente aislados. Así se acabó el radicalismo de la izquierda marxista a punto de cumplir un aniversario más de su liquidación por el electoralismo de la burguesía. (23/IX/22)


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