Pedro Echeverría V.
1. Yucatán es un pequeño estado con 2 millones 320 mil habitantes, por ello es el estado 22 de la República, con sólo 10 abajo. Su economía dependió un siglo del henequén hasta que este se derrumbó alrededor de 1970 y pasó a depender del turismo, del comercio, de la venta de terrenos, antes henequenales. Muchos poblados fueron semi abandonados y sus habitantes se trasladaron a la ciudad de Mérida (esposas al trabajo doméstico), a Cancún, a otras poblaciones o a los EEUU. Pero también alrededor del 10 por ciento provienen de otros estados.
2. El interés de los yucatecos por la política es casi nulo, coincidiendo con su comportamiento pacífico en todos los campos. Por los años 1962 fui de los cuatro fundadores del Partido Comunista Jruchoviano en Yucatán, pero a nuestros mítines sólo acudían 20 personas –nuestros parientes y amigos- a pesar de que nuestros invitados siempre se comprometían a asistir. Nos decían que sí con la risa en los labios. A los cuatro años, al partir yo para la CDMX, el PC apenas llegaba a 15. El PRI de entonces, con la práctica de acarreo y regalos, llegó a reunir hasta 500 mil en sus grandes actos.
3. Sesenta años después la política en México y Yucatán es otra cosa. Hoy el 100 por ciento de la política se maneja con dinero que se reparte en acarreos, regalos, así como a los medios de información. El partido que no alcanza reunir de 500 a mil millones de pesos, puede perder la elección. Nadie se hace candidato si no tiene sus milloncitos y quien no los tiene no debe hacerse “guey” o idiota. Cuando alguien busca un cargo el jefe del partido le pregunta: Cuánto traes, cuánto has conseguido y que empresarios te apoyan. Y aunque respondas que tienes gente, eso no vale.
4. En Yucatán, como en los demás estados de la República, la gente nunca ha contado para la política. Lo único que vale es como te mueves dentro del aparato de poder. No es que a un personaje popular se le proponga una candidatura por la gente; nunca ha sido así de simple porque hay que moverse donde está el presidente y su secretario para que él dé la autorización. Hoy, como desde hace un siglo, todo se mueve en la CDMX. Por ejemplo, los apellidos no son conocidos fuera de Yucatán, pero los que pelean la candidatura de Yucatán buscan poder y dinero.
5. La gubernatura hoy está en manos del PAN quien arregla cosas con el presidente AMLO. El PAN tiene como precandidata segura a Cecilia Patrón, secretaria nacional del PAN y hermana de un exgobernador; otro precandidato es el actual presidente de Mérida; los dos pertenecen a las clases ricas de la capital yucateca. El PRI tiene como precandidato al eterno Rodríguez Marín y Morena de AMLO, tiene compromiso de hacerlo gobernador a su representante Joaquín Díaz (panista vergonzante), una tal Verónica y al periodista proletario Roberto López Méndez. Todo se decidirá con arreglos e intercambios en México.
6. ¿Y el pueblo yucateco tiene algo que ver? Nunca en su vida ha tenido que ver: sólo se espera que cada partido lance a sus candidatos para desarrollar la compra de votos. Decenas de miles de activistas bien pagados visitarán casa por casa a todos los votantes llevando propaganda y regalos. Los ubicarán y controlarán hasta llevarlos a votar de ser posible agarraditos de la mano. No fallan porque las elecciones son la garantía de eso que llaman democracia y esta es la garantía de subsistencia del sistema capitalista que lleva 500 años sometiéndonos mediante la política y el consumismo. (7/VIII/23)
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