Pedro Echeverría V.
1, Vi a mi amigo –que fue de izquierda algún tiempo- desesperado por llegar al acto convocado por los partidarios de la corcholata Scheinbaum y me sorprendió. Yo también casualmente iba a un desayuno de viejos compañeros de la secundaria para hijos de trabajadores. Me dijo que asistía porque hay que “agradecer lo que hace el gobierno de AMLO por México, de tal manera que si comemos o tomamos un vaso de vino se debe a nuestro gobierno”. Me despedí cordialmente de mi amigo. Luego pensé: si él tuvo incluso la categoría de investigador y habla así, sólo habría que pensar en el 90 por ciento de nuestro pueblo que apenas estuvo pocos años en la escuela.
2. Pensé entonces en lo que sigue: “En todo el extenso territorio de la selva india mandan siempre el león africano y el tigre asiático; existen entre ellos fuertes diferencias por el control de territorio, por ello pelean entre sí varias veces, pero se respetan y no se hacen daño; más aún, pelean de día, pero en la noche suelen dormir juntos porque son de la misma especie y cuentan con poder. Ambos han escogido entre los animales a los más fieles, los más sumisos y obedientes; estos son los perros, muy bien domesticados. Estos pobrecitos no descansan porque tienen que decirles a todos los animales que deben someterse a los caprichos del león o del tigre; más aún deben adorarlos dándoles gracias.
3. Los perros, bien alimentados y consentidos-incluso con promesas de llegar a más: por eso hacen los trabajos más vergonzosos porque el león y el tigre exigen sumisión de todos los animales a sus caprichos. Algunos animales como el búho son muy críticos y se preguntan: ¿Por qué mis compañeros llenan de comida a ambos carroñeros reyes de la selva si durante muchas décadas han visto que tanto el león como el tigre son feroces en su trato a todos? Quizá debería ser lo contrario: nosotros que somos millones de animales grandes, medianos y pequeños deberíamos rebelarnos contra esos que se creen reyes de la selva y sus perros fieles para destronarlos.
4. La realidad es que el león y el tigre -aunque entre los dos existen muchas ambiciones para quedarse sólos con el poder en la selva- saben muy bien quiénes son los agitadores, como el búho, que siempre hace críticas provocando que se extienda el descontento. La realidad es que entre el león y el tigre no hay grandes diferencias, nunca las ha habido porque pertenecen a la misma especie. El problema es que los demás animales son muy animales al no comprender que pueden acabar con la dictadura de esos oprobiosos. ¿Pero, cómo comprender si en la selva -siempre dominada por la fuerza, sobre todos por los miles de perros- nada se puede. (6/VIII/23)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario