Pedro Echeverría V.
1. Desde 1917 triunfó la revolución burguesa mexicana, pero tuvieron que pasar 12 años –hasta 1929- para que instalaran su partido político (PNR, PRM, PRI). Pasaron 10 años para que en 1939 apareciera el PAN con el grito de ¡Muera Cárdenas!, ¡Abajo el comunismo!, ¡Viva los empresarios!. Pero el PAN no creció durante 50 años, es decir, hasta que el presidente Salinas firmó acuerdos con sus dirigentes (Cevallos, Álvarez y Castillo) abriéndole las puertas, otorgándole cargos electorales, dinero. Luego el mismo PAN declaró: “el gobierno de Salinas nos ha robado nuestro programa”, es decir, Salinas casi se convertía en un panista más junto al PRI que se unió estrechamente al PAN. Incluso el PRD de Cárdenas y Muñoz Ledo, surgió por ello.
2. El actual presidente, López Obrador, viene del PRI y del PRD; no pasó por el PAN. Repite todos los días que en su gobierno no hay corrupción, desfalcos, que persigue a todos los delincuentes. Inventó una frase: “no todos somos iguales”; pero durante todo su gobierno ha demostrado que todo es más de lo mismo; que cambios fundamentales no existen. Es muy enemigo de sus opositores y muy amigo de quienes lo halagan. Lo más risible es cuando dice –condenando a otros- que no hay que imponer candidatos (como a Xóchitl Gálvez), que no debe haber familiares corruptos (recuerdan a sus hijos) y cien cosas más, cuándo él y su gobierno hacen exactamente lo mismo. La realidad es que el mejor calificativo que se le puede dar, según su actuación, es el de demagogo.
3. Obviamente AMLO durante cinco años ha impulsado a Claudia Sheinbaum a la candidatura presidencial; incluso armó una faramalla con cinco de sus incondicionales, sus más fieles –asegurándoles los cargos altos de gobierno- para tratar de tapar la designación abierta y directa de su candidata. A la Xóchitl, hoy plenamente candidata del Frente Opositor, nadie la impulsó; surgió cuando se enfrentó al mismo AMLO, por no dar respuesta a su petición de réplica para asistir a la “Mañanera”; protestó fuerte tocando las puertas de palacio y de allí surgió su popularidad aprovechada por los medios de información. Desde ese momento creció “como espuma” su popularidad y ninguno de los 20 precandidatos del Frente pudo ganarle.
4. Los que veo de Xóchitl es que no tiene “garra”, es decir no tiene la combatividad necesaria para denunciar lo más nefasto del gobierno. Quizá sus asesores pongan frente a sus ojos todas las denuncias necesarias, pero le falta fibra, fuerza, carácter, para enfrentarse. Claro, me imagino que la candidata de AMLO –extremadamente ignorante de toda política- va a evitar cualquier debate o confrontación. Ello me lleva a concluir que las campañas se reglamentarán con firmas de compromiso para ser pacíficas, sin insultos, ofensas, sin críticas, de abrazos. Más aún, ya he escrito muchas veces, que después de la gigantesca compra de votos con mucho dinero y regalos, todo es acarreo de gente para propagar en lo internacional una democracia burguesa al servicio del poder.
5. Por lecturas conozco los procesos políticos de varios países. Pienso que no cambian mucho, sobre todo en América, los modelos de corrupción y de la llamada democracia electoral. En cada país más del 70 por ciento de la población vive en la pobreza y la miseria; sus gobiernos han pertenecido a las clases dominantes y después de cientos de años han vivido en el engaño y la demagogia. Todos los políticos son profesionales en el saqueo del dinero del erario nacional; además saben que con esos millones pueden comprar fácilmente a la iglesia, la escuela, los medios de información, que se convierten en los mejores instrumentos de dominación y control. Así que no espero en esta campaña electoral sirva para una educación política adecuada. (31/VIII/23)
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