Fabrizio Mejía Madrid
El artículo que firmó Raymundo Rivapalacio el martes 24 de junio pasado en El Financiero se llamó “La conexión Palenque-Irán”. Al principio pensé que era una broma, ahora que se ha desatado la fiebre por el fotoshop y las aplicaciones chuscas de la inteligencia artificial.
El artículo que firmó Raymundo Rivapalacio el martes 24 de junio pasado en El Financiero se llamó “La conexión Palenque-Irán”. Al principio pensé que era una broma, ahora que se ha desatado la fiebre por el fotoshop y las aplicaciones chuscas de la inteligencia artificial. Pero ahí estaban sus tres cuartillas de una serie de aventuras de Andrés Manuel López Obrador con los ayatolás de Irán, y los tiranos de Venezuela, Cuba y le faltó Corea del Norte, para completar el Eje del Mal. Hay cosas que, incluso en un ambiente de noticias falsas y odio, son excesos. Este fue uno de ellos. Pasé a hacer un comentario en la antigua Twitter, hoy X, sobre el asunto y puse: “El señor que escribió que la verdad ya es irrelevante se aventó hoy un texto llamado 'La conexión Palenque-Irán'. Es casi un guión de película del Santo”. Lo que sucedió a continuación fue que la gente en Twitter defendió al Santo. Pero lo más insólito fue que el exdirector de Notimex con Carlos Salinas de Gortari buscó argumentar su texto. Su alegato contra uno de Carlos Pérez-Ricart en el que lo acusaba de exceso de imaginación fue este: “No es imaginación. Es información. Increíble, puede ser. Pero la documentación existe”. Así que existe evidencia de que las mujeres vampiro trataron de esclavizar a Diana hasta que llegó El Santo y la rescató. De eso se trata esta columna. De Rivapalacio vs El Cerebro Diabólico, las Pelucas Asesinas, y las Momias de Guanajuato.
Empecemos por el primer punto del texto de Rivapalacio. Según él, Claudia Sheinbaum se distanció de López Obrador al no condenar a Estados Unidos en el ataque a las plantas de energía nuclear subterráneas de Irán. Según él, Andrés Manuel apoyó a Irán el 13 de abril de 2024 cuando Irán bombardeó una zona de Israel en respuesta al ataque israelí a su embajada en Siria. Rivapalacio no muestra ninguna evidencia de que México apoyó a Irán, salvo por un fragmento fuera de contexto del tuit del Presidente López Obrador. El fragmento que usa Rivapalcio es éste: “La guerra es irracional, sinónimo de sufrimiento y muerte; no beneficia a nadie, ni siquiera a los magnates y gobernantes belicistas”. Supone que esos magnates y gobernantes belicistas son un apoyo a Irán. Si está muy volada ese supuesto. Rivapalacio no menciona las demás líneas del tuit de López Obrador a las que doy lectura: “Ojalá y no escale el conflicto en Medio Oriente” y “Apoyemos la paz y la fraternidad universal. No debe entrar en desuso la máxima de que la política, entre otras cosas, se inventó para evitar la guerra”. Lo otro que oculta Rivapalacio para que su conjetura ---de que decir que no le conviene a los magnates belicistas es un apoyo a Irán---, ya de por sí prolongada más allá de lo verosímil, digo que lo que no dice el exdirector editorial de El Universal es la postura oficial de México en un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores que a la letra dice: “México hace un llamado a evitar un mayor escalamiento de las tensiones entre Irán a Israel que pueda conducir a escenarios más graves con consecuencias imprevisibles de expandir el conflicto y la violencia en toda la región. México exhorta a las partes a cesar las agresiones y contener la situación para evitar el desarrollo de mayor inestabilidad.” ¿Quién está apoyando a Irán en ese comunicado? Nadie. Ni siquiera las mujeres vampiro.
Una vez asentado que nadie pondrá en duda que López Obrador apoyó a Irán, el columnista del Financiero se sigue con su siguiente falacia. Escribe: “López Obrador tenía espacio y razones para hacerlo”. (Es decir, para apoyar a Irán, cosa que no hizo). “Por un lado, tenía chantajeados a los presidentes Donald Trump –en su primer término– y Joe Biden, urgidos en bajar el flujo migratorio hacia Estados Unidos”. Momento. Entonces, López Obrador le decía a Trump y a Biden: “Si no me dejas apoyar al Ayatolá de Irán dejo que los migrantes centroamericanos lleguen a California”. Pues bueno, no. Si nos acordamos, la epidemia de COVID-19 fue motivo de expulsiones desde EU hacia México de migrantes irregulares: 47 por ciento de los eventos registrados en la frontera fueron expulsiones con base en el título 42 de la Ley estadunidense. Esas expulsiones duraron tres años, de marzo de 2020 a mayo de 2023. Según la organización para las migraciones de la ONU, fue en Tabasco, Veracruz y Chiapas donde se registraron los contactos entre inmigrantes latinoamericanos y las autoridades de migración mexicanas en su paso hacia el norte: tres de cada cuatro. O sea que mucha presión no había en la frontera norte. Y, por lo tanto, eso de que el Presidente López Obrador chantajeaba a Trump y a Biden con la horda de langostas del libro de Eduardo Galeano, pues no se sostiene. Además hay que recordar que López Obrador consiguió que se aumentaran los permisos temporales para trabajadores agrícolas mexicanos en Estados Unidos. Lo que Rivapalacio imagina y lo que sucedió están, no digamos distantes, sino en otro planeta.
Pero ya establecido que López Obrador chantajeaba a los gringos con la frontera, da el anabelazo y escribe: “El régimen teocrático del Ayatolá Ali Jamenei le inyectó dinero a su campaña presidencial de 2006, que aunque fue detectado y documentado por el Gobierno mexicano, nunca quiso hacerlo público ni usarlo en su contra. Se la perdonaron, como Estados Unidos lo ha hecho en otras investigaciones, hasta ahora”. Rivapalacio toma lo que dijo su colega Anabel Hernández el año pasado y cambió “Cártel de Sinaloa” por “el régimen teocrático del Ayatolá Ali Jamenei”. Y tan tranquilo. Luego, pasa a asegurar que había una investigación en Estados Unidos pero que se detuvo. Imagínense que EU protegió a Andrés Manuel en el 2006. Pero si le hicieron fraude Fox, Calderón y Ugalde en el Instituto Federal electoral (IFE). ¿Para qué lo querían proteger a un líder que tomó Avenida Reforma y pacientemente esperó el resultado del Tribunal Electoral. Era un líder social y un dirigente político importante pero no tenía ningún poder con el que EU se impresionara y decidiera no investigar. Pero eso le vale madre a Rivapalacio. Él lo escribe en el país al que él mismo denuncia como una dictadura que censura medios de comunicación. Y háganle como quieran o, como diría uno de sus mentores, “haiga sido como haiga sido”.
Ahora sí quiero hacer un pequeño alto con aquello del régimen teocrático. Irán, a pesar de lo que muchos columnistas asumen sin ponerse a leer un poquito, tiene elecciones de Presidente y Congreso cada cuatro años. Tiene, además, una estructura dual de origen religioso, como la tiene Gran Bretaña o España con el rey. El Presidente de Irán representa al Gobierno y el Ayatolá al Estado. No es ni siquiera como el Vaticano donde el Papa le hace a los dos asuntos. Así, régimen “teocrático”, es un deplorable calificativo neocolonialista.
Pero sigamos con el columnista porque se pone mejor. Escribe Rivapalacio sin miedo al excitar la carcajada generalizada: “Durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, agentes iraníes, cubanos y venezolanos operaron junto a él en la Ciudad de México para silenciar a quienes pudieran dar a conocer detalles de los arreglos financieros y políticos que tenían –que pese a tener conocimiento de ello las autoridades peñistas no actuaron–, en una relación que se fue consolidando durante su Presidencia, aunque no hay información de que Irán hubiera vuelto a inyectar recursos a las campañas presidenciales en 2012 o 2018”. Por supuesto la redacción desastrosa de Rivapalacio impide disfrutar este momento jocoso como se debiera. Se refiere a Andrés Manuel, aunque se entiende que Peña Nieto era el que se reunía con los venezolanos, cubanos e iraníes. Y para agregarle verosimiliud a su cuento se hace el objetivo y dice que no hay información sobre los recursos inyectados en 2012 y 2018. Y tampoco del 2006 porque se lo está inventando como un demente. Nomás por decirlo, aunque no sólo, como veremos adelante.
Pero me sigo de frente hasta topar con pared. Dice Rivapalacio: “Lo que sí existe es una investigación de la CIA sobre lavado de dinero en el Caribe, ligado al régimen venezolano, que tiene vinculaciones con Morena que llevan a Palacio Nacional en tiempos de López Obrador”. No dice qué investigación de la CIA y por qué no identifica con precisión el país del Caribe, porque, ha de saberlo el columnista, el Caribe no es un país. Luego el régimen venezolano tiene “vinculaciones” con Morena y “llevan” ---así escribe--- al Palacio Nacional. Lavado de dinero de qué empresa, cuándo, cuánto, qué son vinculaciones porque llevan a Palacio Nacional. Nunca lo sabremos porque no tenemos esa imprtantísima investigación de la CIA que sólo él conoce y que seguro Aanabel Hernández ya revisó las cinco mil fojas y las tiene en su poder.
Sigue Rivapalacio: “El eje de Irán, Cuba y Venezuela con López Obrador, estableció un puente aéreo en Toluca durante la pandemia del COVID-19, en donde llegaban operadores a México y la Presidencia los proveía de documentos mexicanos falsos, mientras enviaba medicinas y dinero a Caracas”. ¿Por qué Cuba, Venezuela e Irán no se entendían entre ellos y necesitaban pasar por un aeropuerto en Toluca? Si hasta donde sabemos esos tres países tienen relaciones diplomáticas y comerciales normales y podrían no pasar por Toluca, aunque el chorizo sea muy bueno. Luego utiliza un evento real pero lo retaca a la fuerza para implicar a su odiado Cerebro Diabólico, Andrés Manuel. Asegura Rivapalacio: “La cara más visible de esta oscura relación fue el caso del Jumbo 747 de la empresa venezolana Emtrasur, que aterrizó en el aeropuerto de Querétaro procedente de Caracas, y que al día siguiente partió a Buenos Aires, donde fue detenido por las autoridades argentinas por sospechas de estar vinculados con el terrorismo, y arrestaron a 14 venezolanos y cinco iraníes”. Ese Jumbo 747 en efecto fue confiscado por Estados Unidos en Argentina cuando Uruguay le negó el acceso a su aeropueto. Estuvo estacionado desde 2022 hasta 2024, en medio de una controversia diplomática. Repito diplomática. No de terrorismo. No de que todos los iraníes traigan bombas para hacerlas estallar en el aire, aunque sea en Argentina y no en Nueva York. No, la controversia fue porque Irán violó las restricciones comerciales ---el bloqueo--- de Estados Unidos a Venezuela al venderle ese avión usado iraní a una compañía venezolana llamada Emtrasur. Los gringos decían que el avión tenía tecnología copiada, pirateada, de los Estados Unidos. Así lo explicó quien pidió la incautación, el Fiscal Markenzy Lapointe del Distrito Sur de Florida, quien dijo: “El éxito de la incautación del Boeing 747 subraya nuestro compromiso de prevenir la exportación ilegal de tecnologías estadounidenses y hacer cumplir las leyes de control de las exportaciones de Estados Unidos”. Por ser un Jumbo era tecnología estadounidense y entonces se violó una Ley de derechos de propiedad intelectual. No se dijo una palabra sobre terrorismo. Pero dice Rivapalacio: “venía de Querétaro”. Y sí, había pasado por una piezas de la Volkswagen ahí pero no venía de ahí, sino de Córdoba, Argentina. Ahí se le fue una más a Rivapalacio. Ya en Buenos Aires, las autoridades inspeccionaron la carga y no encontraron nada de interés. El 17 de junio de 2022. El Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, aseguró que "el análisis de la Policía Federal es que no hay ninguna relación específica con organizaciones terroristas". Un día después, el juez Villena no encontró ninguna evidencia que relacionara a la tripulación con actos de terrorismo islámico o espionaje ilegal, a partir del contenido de los teléfonos y documentos retenidos en el allanamiento —que fue ordenado el 14 de junio—. El 27 de junio el mismo juez Villena autorizó, por falta de pruebas contundentes, la devolución de los teléfonos a los tripulantes. Ese mismo día, un grupo de 12 senadores del Partido Republicano le pidió al Fiscal General de Estados Unidos, Merrick B. Garland, que decomisara el avión. Y se la pasaron casi dos años en el litigio, pero no tiene nada ver con lo que insinúa el columnista.
Rivapalacio remata sus mentirotas con una supuesta cita confiable. Escribe: “La columnista de temas latinoamericanos de The Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady, escribió en 2020 que desde que López Obrador asumió la Presidencia, Irán se le fue acercando conforme al patrón establecido por el general Qasem Soleimani, responsable de la Fuerza Qud, especializada en guerras asimétricas a través del tráfico de armas, ataques y asesinatos a objetivos enemigos. Soleimani murió ese año en un ataque aéreo ordenado por Trump”. Lo que no dice Rivapalacio es que O´Grady no es una especialista en temas lationoamericanos, sino un miembro de la Liberty Fund en EU, que fundó Pierre Goodrich, miembro de la Sociedad Pelerin de Von Hayek, Von Mises, y Milton Friedman, es decir, los neoliberales que quisieron tanto a Pinochet. Pero no sólo eso. Se le pasa mencionar que en ese texto O´Grady no dice que López Obrador se haya acercado a Irán, sino que le preocupan los intentos de Irán por acercarse a López Obrador. Y, finalmente, la columnista acaba escribiendo, un tanto fanática, que el asesinato de Soleimani por parte de EU es ---cito—“una buena noticia para América Latina”. Sustenta su necroalegría al asegurar que Irán estaba infiltrándose en Nicaragua, Argentina, Perú, Brasil, El Salvador o Bolivia. Lo dice sin mayor evidencia pero de México sólo dice que le preocupa que un señor al que acaban de asesinar de un bombazo con drones se haya acercado a López Obrador. Es eso, pero Rivapalacio hace una selección de datos para centrar su mentira insidiosa.
Y es que, al final, la gente salió en defensa de El Santo, El Enmascarado de Plata. Nadie en defensa de Rivapalacio que escribe con insidia esa columna para provocar que ignorantes como Kristi Noem, la Secretaria de Seguridad de Trump, ande por la vida confundiendo una convocatoria de Claudia Sheinbaum a protestar en una asamblea en el Zócalo con las protestas de migrantes en Los Ángeles. Por eso escribí esta columna. Para que estas mentiras no pasen sólo de la risa a la pena ajena.
Fabrizio Mejía Madrid
Es escritor y periodista. Colabora en La Jornada y Aristégui Noticias. Ha publicado más de 20 libros entre los que se encuentran las novelas Disparos en la oscuridad, El rencor, Tequila DF, Un hombre de confianza, Esa luz que nos deslumbra, Vida digital, y Hombre al agua que recibió en 2004 el Premio Antonin Artaud.
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