“Calumniadores profesionales”
Escribió Gutiérrez Müller en X: “El ABC de allá, que es el equivalente al Reforma, a El Universal, etcétera –calumniadores profesionales de la derecha más rancia y corrupta– están fanatizados por completo y quieren vengarse de ya saben quién. Porque ese lindo señor, originario de Tepetitán, Macuspana, Tabasco, logró al menos dos hechos históricos: reducir notablemente la pobreza y la desigualdad en nuestro país. Afortunadamente, el hampa del periodismo y sus jefes, los de la mafia de poder, cada día enseñan más el cobre; aquí, en España y acullá”.
“Independiente de la política”
Precisó Gutiérrez Müller: “Por esta manera de ser de los medios, me quieren involucrar. Soy independiente de la política. No estoy en eso. Me dedico, desde hace décadas, a la docencia e investigación en una universidad pública de mi país, donde continúo trabajando y desde luego no me he ido a vivir allá ni a ningún otro lado. Tampoco Jesús Ernesto. Estoy enamorada de ese hombre y de mi hijito. Somos una familia muy unida a la cual han vilipendiado por los ideales de ese loco hermoso llamado AMLO. Estamos siempre en resistencia… (Por cierto: lo fui a ver este fin de semana a Palenque). Sepan que los protejo y lo seguiré haciendo hasta con mi vida, si es preciso”. Sobran los comentarios.
Pasó la bola
El presidente Trump pasó la pelota a sus homologos Putin y Zelensky para que busquen ellos mismos un arreglo para llevar la paz a Ucrania. No pudo convencer al ucranio de que debe ceder a Rusia el terreno que ha ocupado ni que debe renunciar a su deseo de incorporarse a la OTAN. Zelensky acudió a la reunión con Trump acompañado por varios lideres europeos: los primeros ministros del Reino Unido, Keir Starmer y de Italia, Giorgia Meloni, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los presidentes de Finlandia y Francia, Alexander Stubb y Emmanuel Macron. Las posiciones de Putin y Zelensky son irreductibles, lo más probable es que no llegarán a un acuerdo, pero Trump se quitó la responsabilidad de encima.
Televisa demanda a editora
El caso abre las puertas a procedimientos de tipo civil para la reparación del daño moral. Televisa anunció que demandó en México y en Inglaterra a la editorial Penguin Random House por las presuntas falsedades publicadas en el libro Las señoras del narco: amar en el infierno, de Anabel Hernández. La televisora denunció que la obra incluye un supuesto catálogo de artistas dedicadas a la prostitución vinculadas con el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, lo cual calificó de difamatorio y dañino para su imagen y la de las actrices. El Tribunal Colegiado de Apelación del Vigésimo Sexto Circuito ya ordenó a la editorial, bajo el sello Grijalbo, publicar íntegramente la réplica de Televisa.
Díselo a Claudia
Asunto: país gasero
Recientemente el director de Pemex dijo que México es un país gasero, más que petrolero, y que depende a 90 por ciento de las importaciones de gas. Por muchos años hemos visto como se desperdicia en varias regiones de Veracruz. ¿Hay algún plan para que termine ese despilfarro?
Jesús Ordóñez, Veracruz
Twiteratti
Presidenta, ojalá y le llegue este mensaje. En Valle de Bravo nos urge un buen hospital, somos muchos adultos mayores que nos es imposible ir a CDMX o Toluca y no tenemos un buen hospital de especialidades y todos estamos en riesgo de necesitar un buen servicio.
Matilde @opis25
FaceBook: galvanochoa, Tiktok: galvanochoa, X: @galvanochoa, Instagram: galvanochoa, Correo: galvanochoa@gmail.com
La presunta confirmación por parte de un medio que, a nombre de la muy activa ultraderecha, forma parte del principal escaparate periodístico hispano, generó inmediatas notas informativas, con la fuente adecuadamente citada. Semanas atrás había circulado la versión de que la escritora poblana había hecho trámites en la embajada de España en México en busca de la nacionalidad de ese reino.
Hubo, además, comentaristas, conductores de programas y prensa en México que emitieron duras opiniones por la presunta incongruencia viajera de Gutiérrez Müller, a quien han atribuido especial influencia en la decisión del presidente López Obrador de exigir, con la vista histórica puesta en los agravios y abusos sufridos por México durante la Conquista y la Colonia, “que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan”.
Ayer, Gutiérrez Müller publicó en las redes sociales un texto en el que aseguró que no se ha ido a vivir a Madrid ni a ningún otro lado. Expresó estar enamorada de su hijo y de su esposo, Andrés Manuel López Obrador, a quien dijo haber visitado el reciente fin de semana en Palenque; criticó a los “calumniadores profesionales de la derecha más rancia y corrupta” y atribuyó el golpeteo recibido a las ansias de venganza contra “ya saben quién”, con cuyas políticas y logros se mostró plenamente solidaria.
Por su parte, la dramaturga y comunicadora Sabina Berman publicó un texto en el que narra que coincidió en un aeropuerto con Gutiérrez Müller y su hijo y, luego de platicar con ellos, quedó claro que todo fue un invento, no se mudarán a España, seguirán viviendo en la Ciudad de México y Jesús Ernesto estudiará en una universidad de la capital del país, con el propósito de ser diplomático.
Ahora, el camino para el derechista diario ABC pasa por el reconocimiento de su error (aunque ayer los autores de la nota desmentida “sostuvieron” de palabra la veracidad de su trabajo) y la presentación de disculpas. Incluso, luego de que el productor Epigmenio Ibarra publicó en X que varios periodistas opinantes en seguimiento de la falsa noticia deberían disculparse, Gutiérrez Müller respondió: “pues yo creo que hay que esperar sentados porque así como avientan la piedra, esconden la mano... Una buena: entrará en funciones el nuevo Poder Judicial y está la opción real de denunciarlos y que se haga justicia”.
Los periodistas Zedryk Raziel y Georgina Zerega han publicado con Grijalbo el libro de investigación Licencia para robar, referido al escandaloso fraude cometido durante la administración federal en el organismo denominado Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), ya convenientemente desaparecido.
En entrevista, aseguraron que a pesar de la aparente intención de frenar el saqueo del erario en el segundo trienio del presidente López Obrador, “no fue así”, pues aparte de la protección a Ignacio Ovalle Fernández se envió como relevo a Leonel Cota, ex gobernador de Baja California Sur y ex presidente del PRD, promovido por AMLO, quien mantuvo las irregularidades, a pesar de lo cual fue designado por la presidenta Sheinbaum como subsecretario de Agricultura. Actualmente, señalaron, el grupo de empresas beneficiadas con Segalmex “siguen obteniendo contratos” desde la sucedánea Alimentación para el Bienestar (https://goo.su/ziMjX5). ¡Hasta mañana!
X : @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, juliohdz@jornada.com.mx
Al estudiar la evolución de los ingresos de los mexicanos a lo largo de la historia, la pobreza tiende a bajar. De acuerdo con los resultados presentados por el Inegi en su Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares y en la Medición de la Pobreza Multidimensional, en menos de 10 años, 8.3 millones de personas superaron la pobreza y de ese total, 2.1 millones salieron de la pobreza extrema.
Hay dudas sobre algunas variables contempladas, porque cambió la metodología. Antes, la encuesta la realizaba el Coneval, ya desaparecido, y ahora la lleva a cabo el Inegi. Un dato concreto que genera suspicacia es la caída del número de indigentes en la Ciudad de México, de más de 6 mil a mil 124 personas. ¿Se murieron, se fueron a otros estados, mejoraron su nivel de vida? No se sabe. Pero independientemente de temas como el señalado, la pobreza tiende a bajar, al pasar de 46.8 millones a 38.5 millones de personas en pocos años.
El elemento de mayor impacto en el aumento del ingreso es el incremento real del salario. Otro tema relevante es el de las transferencias gubernamentales. Los apoyos directos permitieron salir de la pobreza a más de 3 por ciento de la población y, en general, mejoraron el nivel de vida de la gente pobre.
Hay programas que van desde el nacimiento hasta la muerte. El objetivo es contar con un ingreso base para todos. Los recursos entregados varían según la edad, el género, la condición social, la entidad federativa, pero tienden a generalizarse.
¿De dónde salen los recursos? Del pago de impuestos y de la creciente deuda pública, lo cual genera riesgos. Pero su impacto es relevante en la lucha contra la pobreza y también para los negocios, porque el dinero se utiliza en la compra de casi cualquier bien o servicio.
Siempre es mejor que la gente decida en qué gasta su dinero a que sea el gobierno el que a través de la entrega de bienes y servicios decida lo que cada persona debe consumir.
El SAT reportó que entre enero y julio del presente año, los ingresos tributarios ascendieron a 3 billones 279 mil millones de pesos, un monto 7.2 por ciento superior, en términos reales (es decir, ya descontado el efecto inflacionario) si se compara con igual periodo de 2024, de tal suerte que se ha superado lo programado por la Ley de Ingresos de la Federación 2025, “con un cumplimiento de 102.7 por ciento” de la meta establecida.
La Cepal va más allá y documenta que en el caso mexicano “los impuestos sobre la renta y las ganancias fueron los que más contribuyeron al aumento de la recaudación tributaria total como proporción del producto interno bruto (PIB), seguidos de la recaudación del IVA” y ello, en buena medida es consecuencia de la cancelación, a partir del sexenio anterior, de privilegios fiscales que durante décadas gozaron los grandes corporativos privados.
Por ejemplo, detalla la Cepal, entre 2018 y 2023 el total de ingresos tributarios en México se incrementó 48.5 por ciento en el periodo, y los correspondientes al impuesto sobre la renta, las utilidades y las ganancias de capital aumentaron cerca de 51. Aún hay rezagos en este renglón, como en el caso del evasor Ricardo Salinas Pliego, cuyos adeudos fiscales suman alrededor de 74 mil millones de pesos.
En cuanto al panorama latinoamericano y caribeño, la Cepal señala que en el periodo de referencia la recaudación tributaria como proporción del PIB osciló entre 11.6 por ciento de Guyana y 32 de Brasil. Tres cuartas partes de los países de la región registraron coeficientes tributarios inferiores a 25 por ciento del producto interno bruto, mientras más de tres cuartas partes de los países de la OCDE presentaron coeficientes superiores a este nivel.
En la región, la recaudación tributaria como proporción del PIB disminuyó en más de la mitad de los países de la región entre 2022 y 2023. Durante los dos ejercicios anteriores, la recaudación aumentó en la mayoría. Los mayores descensos en la recaudación tributaria como proporción del PIB se observaron en Chile y Perú, impulsados por caídas de 3.2 y 1.2 puntos porcentuales, respectivamente, en la recaudación del impuesto sobre la renta.
En términos generales, señala la Cepal, la recaudación del impuesto sobre la renta descendió 0.1 por ciento en promedio en toda la región durante 2023, tras un incremento de 0.6 en 2022, año en el que un fuerte aumento de los ingresos por hidrocarburos disparó las sumas percibidas en concepto de impuesto de sociedades. Al mismo tiempo, la recaudación del impuesto sobre la renta de las personas físicas aumentó 0.1 en 2023, mientras la recaudación del IVA y de otros impuestos al consumo fue estable entre 2022 y 2023.
Las tendencias tributarias variaron considerablemente entre las diferentes sub- regiones, poniendo de manifiesto presiones económicas singulares y cambios en los precios de las materias primas. La recaudación tributaria como porcentaje del PIB descendió con fuerza en la subregión de América del Sur, la más afectada por el descenso de los precios de los recursos naturales no renovables y experimentó la desaceleración económica más pronunciada en 2023. Sin embargo, América del Sur siguió registrando el nivel más alto de recaudación tributaria como proporción del producto interno bruto.
Si se observa un periodo histórico más amplio, anota la Cepal, el promedio de la recaudación tributaria como proporción del PIB de la región aumentó 6.7 puntos porcentuales entre 1990 y 2023 debido principalmente a un incremento en los ingresos por IVA y los impuestos sobre la renta y ganancias. La diferencia entre los promedios de la recaudación tributaria como proporción del PIB de América Latina y el Caribe y de la OCDE se redujo en ese periodo.
Las rebanadas del pastel
En la inconclusa competencia entre Putin-Trump, hasta ahora el líder ruso gana al gringo por goliza, mientras el títere Zelensky, de la mano de las marionetas europeas, ya no siente lo duro, sino lo tupido. En Bolivia, los caprichosos Evo Morales y Luis Arce, de todas, perdieron todas; aferrados, no entendieron que división es igual a derrota y echaron por el caño dos décadas de gobiernos populares.
Quien pretenda negar eso caerá en un error imperdonable. El gobierno, el arribo de López Obrador a la Presidencia de la República y el respaldo al proyecto que significó la elección de Claudia Sheinbaum, no dejan duda.
La gente por fin ha visto, con claridad, que el sendero abierto por los gobiernos de la 4T sí tiene que ver con las necesidades de la mayoría, y por eso responde con un gran apoyo a los proyectos que resulta a su favor. Negar la disminución de la pobreza y los esfuerzos constantes y continuos por insertar, con ejemplos tangibles, condiciones de vida tan trascedentes como la honestidad entre la sociedad, tampoco se pueden ignorar, aunque muchos resulten fallidos.
Pero la tarea está lejos de terminar. No hay varita mágica que logre cambiar, de un día para el otro, las malas costumbres y los vicios que se impusieron durante más de 30 años. La fiebre del mercado libre convirtió a la política y a todo lo que tocaba en una mercancía y muchos salieron bien protegidos de aquel largo momento en la historia del país.
El problema fue que la cobija sólo protegió a unos cuantos y los otros, las mayorías, cada vez más pobres, cada vez más necesitadas, decidieron no soportar más y rectificaron el rumbo. La necesidad, la carencia de labores como la escuela o el trabajo despeñaron a una juventud ociosa a episodios de violencia imposibles de sosegar con sólo la llegada de un nuevo régimen.
Bajo esa situación empezó el proyecto. La corrupción –mal de males, aún no resuelto del todo– brotaba por donde se quisiera caminar. Mejores salarios, asistencia social, programas de ayuda, casi todo lo posible para evitar que la gente arriesgue la vida para conseguir algo de dinero o romper el tedio.
Algo se ha logrado, arrancar del hambre a millones de mexicanos, hablar de una disminución de 25 por ciento en la violencia, implicar como nunca a la iniciativa privada en los programas de desarrollo que se han venido proyectando es algo que no se levanta con el tronar de los dedos.
Muchas cosas se podrán criticar del quehacer del gobierno, pero a nadie le debe quedar la duda de que el país, poco a poco y con vientos contrarios de todas partes, se va enderezando. Por eso, cuando se trata de menoscabar la fuerza popular de la administración a partir de la vida personal de algunos personajes, sin hacer la diferencia entre el proyecto político de país y las formas de existir de cada quien, hay que decir: no se vale.
De pasadita
El Congreso local, que tiene enfrente una serie interminable de asuntos urgentes, decidió ayer –suponemos que antes trabajaron durante muchos días y hasta noches– modificar el Código Civil de esta ciudad para resguardar el bienestar de las mascotas, o mejor dicho, de los perrhijos o g athijos, principalmente cuando de la separación de una pareja a la que pertenezcan, sucede.
El asunto se tornó, seguramente muy importante, porque 30 por ciento de los matrimonios que se celebran en esta ciudad terminan en divorcio y la manzana de la discordia son las mascotas. Hay que decir que lo que alguna vez se llamó unión libre hoy prolifera entre los jóvenes, quienes además rehúsan tener bebés, aunque tal vez, para aliviar la soledad con menos responsabilidades, adoptan un perro, un gato o cualquier otra mascota.
Luego, con la separación, los animales son base de disputas que ahora serán juzgadas por la ley. No cabe duda, el Congreso local se apuntó un 10, felicidades.
El propio Zelensky; el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; el presidente de Finlandia, Alexander Stubb; el canciller federal de Alemania, Friedrich Merz, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, parecen haber aprendido la lección de no contradecir a Trump; en cambio, se deshicieron en elogios hacia su persona, agradeciendo en todo momento sus esfuerzos, pese a la obvia divergencia de intereses, objetivos y estrategias con que arrancó y terminó el encuentro.
Mientras el anfitrión reiteró su rotunda negativa a la admisión de Kiev en la OTAN y dejó de lado incluso la amenaza de endurecer las sanciones contra Moscú, Starmer volvió a comprometerse con una “vía irreversible” para sumar a Ucrania a la alianza militar, y a través de su portavoz repitió el despropósito de desplegar tropas británicas en la nación de Europa del Este junto con otros países que conforman una “coalición de los dispuestos”, ominoso título que retoma el dado por Washington a los comparsas que se le unieron en su aventura colonial en Irak. Zelensky fue más allá al afirmar que “Rusia sólo puede ser obligada a alcanzar la paz por la fuerza, y el presidente Trump tiene esa fuerza”, solicitud descabellada e imprudente donde las haya en tanto supone un llamamiento a la guerra directa entre las dos máximas potencias nucleares del planeta; una confrontación que no llegó a darse ni en los momentos más tensos de la relación estadunidense-soviética y que podría desencadenar nada menos que la aniquilación de la humanidad.
En el fondo se encuentra el empecinamiento de Europa Occidental por continuar una política de “todos contra Rusia” que se remonta a la guerra de Crimea (1853-1856), cuando Londres, París y una parte del futuro Estado italiano se unieron para impedir que Moscú ocupara el vacío de poder dejado en los alrededores del Mar Negro por la decadencia del Imperio Otomano. La rusofobia creada entonces y exacerbada durante el periodo soviético continuó después de la desaparición del bloque oriental y de su brazo armado, el Pacto de Varsovia, tras cuya disolución la OTAN perdió cualquier razón de ser con atisbos de legitimidad. Sin embargo, en vez de disolverse por la desaparición de su enemigo ideológico y geopolítico, la OTAN continuó su expansión hacia el este como un instrumento para maniatar a Rusia con una cadena de países hostiles en todo su flanco occidental. Desde un inicio, este proceso fue impulsado por los ocupantes de la Casa Blanca, que de esta manera ampliaban la hegemonía estadunidense sobre Europa y pretendían asegurar la incapacidad de su antiguo rival para resurgir como un actor geopolítico relevante. La permanente agresión contra Rusia tuvo el efecto no planeado, pero previsible, de alborotar el nacionalismo en ese país y facilitar el surgimiento de la figura de Vladimir Putin, quien puso un alto al expansionismo occidental en Georgia en 2008 y en Ucrania en 2014, cuando un golpe de Estado orquestado por Washington y Bruselas instaló un régimen dócil cuyo actual titular es Zelensky.
Por motivos hasta ahora desconocidos, el ex presidente Joe Biden decidió escalar las tensiones hasta precipitar una guerra entre la OTAN y Moscú, con los civiles y militares ucranios como carne de cañón. Pese a los severos daños causados a la economía rusa y a los cientos de miles de vidas sacrificadas en 42 meses de matanzas por ambas partes, Occidente no ha logrado ni destruir a Rusia ni derrocar a Putin. Por razones que tampoco son públicas, Trump no comparte los objetivos de su antecesor y se muestra renuente a seguir financiando a una marioneta como Zelensky, mientras Bruselas trata de prolongar la guerra hasta acabar con el último ucranio, en un contexto en que, como hasta los medios más afines a la OTAN admiten, ya ningún hombre de ese país se une voluntariamente a las fuerzas armadas.
En suma, Zelensky, Von der Leyen, Starmer, Merz, Macron y los medios rusófobos se empeñan en seguir sacrificando a la población de Ucrania en un juego de poder sin perspectiva alguna de victoria que han disfrazado como una lucha por la libertad y la democracia, pero poco pueden hacer si la Casa Blanca decide dejarlos a su suerte.

En el último año, de 360 que han muerto mientras defendían a víctimas en zonas de conflicto, 200 han sido en Gaza. Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra el hoy, el organismo internacional está manifestando esa urgencia considerando que sus fondos sólo están en 23 por ciento de lo que se necesita para una defensa efectiva.
Se requieren, señala, 47 mil 400 millones de dólares para subsanar de inmediato esa carencia. Se recuerda que 400 millones de niños viven en zonas de conflicto, y en 59 países, 280 millones de personas se enfrentan a la inseguridad alimentaria. La presencia de los humanitarios trata de apoyar en conflictos y paliar esas carencias.
¿Pensarán en eso los que en México, donde se lucha para erradicar la pobreza, están solicitando aumentos presupuestales para sus elevados salarios?
Tere Gil
Agradecimiento a investigadora
Agradezco a la profesora-investigadora Ruth Dávila, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, por sus oportunas precisiones a mi texto del sábado pasado.
Hugo Aboites
Tríptico trotskiano ya fue restaurado
A propósito de la nota publicada en este periódico el 16 de agosto sobre la presentación de mi libro Vlady, Tríptico trotskiano. El héroe trágico del siglo XX, me gustaría aclarar que, si bien el artículo menciona que el Museo de Arte Moderno (MAM) ya realizó la restauración de esta obra, el título de la nota no refleja este punto. Por ello, busco resaltar el compromiso de esta institución, así como del Cencropam y del Inbal, en la conservación y recuperación de las obras del artista ruso-mexicano.
Mi libro, redactado entre finales de 2021 e inicios de 2022, destaca la necesidad de restaurar y exhibir permanentemente el Tríptico trotskiano debido a su importancia histórica y estética.
Sin embargo, en el tiempo transcurrido desde la redacción, hasta su publicación en 2025, la obra fue restaurada y expuesta temporalmente (de septiembre de 2022 a abril de 2023), información que se añadió en notas al pie tras la dictaminación del texto. ¡Larga vida al Tríptico trotskiano!
Silvia Noemí Vázquez Solsona
El Cemos pide solidaridad
El Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista (Cemos) fue fundado en 1983 por Arnoldo Martínez Verdugo, último secretario general del Partido Comunista Mexicano, que fue declarado en 2021 figura política ilustre por Andrés Manuel López Obrador.
El Cemos resguarda documentos, periódicos, revistas, fotografías y otros insumos de todas las familias de las izquierdas mexicanas y opera gracias al apoyo de las y los antiguos militantes, así como de las personas que amablemente nos hacen aportaciones.
En estos días atravesamos por una aguda crisis de recursos, por lo que aprovechamos este Correo Ilustrado para solicitar la colaboración financiera del público a fin de poder seguir resguardando la memoria de las luchas del pueblo de México.
Se pueden hacer depósitos a la cuenta:
Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista
Inbursa: 50063032748
Clabe: 036180500630327482
Concepto: Cuota de apoyo
Gerardo de la Fuente Lora
Invitaciones
Entendiendo a Palestina
El Colectivo Morena Chilangos (Comochi) invita a la conferencia “Palestina sus causas, sus consecuencias”. La cita es en el Albergue del Arte, en Alberto Zamora 32, casi esquina con Felipe Carrillo Puerto, colonia Villa Coyoacán, Ciudad de México, hoy a las 18 horas.
Conferencia sobre la situación actual en El Salvador y sus repercusiones en los países de América
El Seminario “Procesos políticos y perspectivas de la izquierda en América Latina y el Caribe”, invita a la conferencia: “ La situación actual en El Salvador y su repercusión en los países de Nuestra América”, que será expuesta por el político del FMLN Gerson Martínez.
Martes 19 de agosto, a las 18 horas, en Zarco 115, colonia Guerrero, esquina Moctezuma, a unos pasos del metro Guerrero, línea 3.
Walter Martínez
Los Anónimos, los Nadie que los instalan no piden permiso. No avisan a la autoridad. Ignoran reglamentos. Su mandato viene de abajo, no de arriba. Sólo llegan y los colocan. Los cuidan. Las restauran cuando el vandalismo de la reacción quiere borrarlos, desaparecerlos, dañarlos. Y, como si fueran seres vivos, los alimentan en las fechas que marca el calendario cívico, con pases de lista, fotografías, música, consignas, flores y misas.
Los antimonumentos coexisten con los monumentos oficiales del pasado. Se yerguen orgullosos al lado de las estatuas de bronce de personajes históricos, convertidas en meros adornos de la traza urbana, en Paseo de la Reforma, avenida Juárez y el Zócalo. Son el otro lado del espejo de las efigies institucionales. El que denuncia la impunidad y falta de justicia. El que sirve como ventana para que entre la luz de la resistencia y se vean las estrellas que anuncian un nuevo amanecer. El que funciona como puerta abierta a la vida.
Desde que el 26 de abril de 2015 se instaló el primero, +43, dedicado a los estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, se han levantado varios más. Frente a las oficinas centrales del IMSS se colocó el 5 de junio de 2017 el 49 ABC, para recordar a los niños de la Guardería ABC que murieron quemados en Hermosillo, Sonora. Sobre Reforma, al lado de la Bolsa de Valores, se instaló otro, dedicado a los mineros atrapados en la mina de Coahuila. Un desafiante busto de Samir Flores, el ambientalista indígena opositor a la termoeléctrica de Huesca, arteramente ultimado por pistoleros en Amilcingo, Morelos, apareció desafiante en el Zócalo el 21 de febrero de 2020.
Lo cierto es que, de la mano de las afrentas, éstos crecen como hongos en temporada de lluvias. Así sucedió el pasado sábado 16 de agosto. Como parte de esta ruta por la memoria, una nueva instalación de gran formato fue sembrada frente al edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Está dedicada a Gaza. Se llama Palestina: la puerta de la resistencia y la vida. Es una bella y hermosa bandera de ese país. Un reconocimiento a la dignidad, resistencia y autodeterminación de ese pueblo y nación heroica. Un grito para poner fin al genocidio.
Cuando los funcionarios de la cancillería entren a sus oficinas, lo verán. Alguna noticia de su existencia llegará a la administración pública y al Legislativo. ¿Podrán hacer como que nada sucede? ¿Ignorarán cómo el colonialismo israelí está llevando a cabo una limpieza étnica llamada nakba, sin que nuestro país haga lo necesario para evitarla? ¿Pretenderán que es correcto mantener relaciones diplomáticas con un Estado que asesina a miles de seres humanos de hambre, sed, enfermedades y bombardeos? ¿Permanecerán impasibles ante la peor tragedia humanitaria en muchas décadas? ¿Desconocerán el derecho del pueblo palestino al retorno y permanencia en su tierra? ¿Seguirán guardando silencio sobre lo fundamental: el genocidio gazatí?
Esa instalación es, también, un mural en el que, en las franjas verde, blanco, negro y rojo, están representados los miles de niños huérfanos, desnutridos, sin hogar, heridos y asesinados por Israel. En el que se recuerda a los siete pequeños ultimados en un bombardeo de la aviación del país de la Estrella de David mientras esperaban agua en un punto de distribución. Allí se encuentran simbolizados, además, los seis periodistas asesinados, cinco de ellos del canal catarí Al Jazeera, incluido el corresponsal de 28 años, Anas al-Sharif, para que no haya ojos, bocas, plumas que den cuenta de las atrocidades perpetradas por el gobierno de Benjamin Netanyahu.
El nuevo antimonumento se suma a multitud de iniciativas que colectivos y ciudadanos de todo el país realizan cada semanas en solidaridad con los gazatíes. Apenas el pasado 4 de agosto, en el Encuentro de resistencias y rebeldías, ante representantes de 37 países, milicianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) marcharon con banderas palestinas. Su solidaridad con la causa de este pueblo es tan antigua como su lucha misma.
En el encuentro, el subcomandante Moisés dijo, resumiendo el sentir de muchos: “hoy, en una de esas partecitas de esta Tierra, el siste-ma capitalista está haciendo un genocidio con-tra el pueblo Palestino. No lo podemos olvidar ni hacer a un lado; por eso, nuestra humilde palabra para ellos es: todos somos niñas palestinas; todos somos niños palestinos”.
El antimonumento Palestina: la puerta de la resistencia y la vida nos recuerda que no debemos callar ante el crimen de lesa humanidad perpetrado por el Estado de Israel contra los gazatíes. Palestina está en nuestro corazón.
X: @lhan55
Centroamérica era importante para México antes del arribo masivo de refugiados guatemaltecos (al menos 46 mil entre 1982 y 1984, como mostramos con base en Jan de Vos bit.ly/45XESTe). Desde 1964 en Chiapas se instalaron células de apoyo a las guerrillas guatemaltecas, y ya entonces fue creciendo en sectores de la izquierda mexicana la simpatía por los movimientos revolucionarios contra las dictaduras militares de nuestros vecinos del Sur, impuestas por Estados Unidos en el marco de la guerra fría.
La clave, nos muestra Melesio Nolasco, fueron los cambios culturales creados por las revoluciones, victoriosas (Nicaragua) o derrotadas (Guatemala y El Salvador). La revolución nicaragüense (1979), última que triunfó por la vía armada, fue atacada casi frontalmente por Estados Unidos durante los siguientes 10 años (hasta provocar su caída de la que se deriva, añado por mi cuenta, la corrupción –en su sentido original del término, como putrefacción– del sector a la postre dominante en el Frente Sandinista de Liberación Nacional), años en los que el papel de México fue necesariamente ambiguo, aunque como con la revolución cubana, no desconoció al gobierno sandinista.
En El Salvador, el Frente Farabun-do Martí para la Liberación Nacio-nal tuvo la posibilidad de tomar el poder por la vía armada, pero optó “por obligar al gobierno a negociar” la democratización del país.
También la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional negociaron con los gobiernos de sus respectivos países.
Las revoluciones obligaron a la sociedad y al Estado mexicanos a voltear hacia Centroamérica, y fueron también las revoluciones las que causaron el primer gran impacto sociocultural (contemporáneo) en la frontera sur: la migración a Chiapas de refugiados guatemaltecos que huían de la inaudita brutalidad de la represión gubernamental, migración que inició hacia 1978 y que en 1982-84 se volvió masiva. “En un principio, el gobierno mexicano los trata como usualmente lo hace con los indios de la región: con violencia, sin oírlos y, finalmente, deportándolos”, pero parte de la sociedad mexicana responde de manera diametralmente opuesta, creando ONG de defensa de los derechos humanos, que primero se concentraron en los recién llegados y después “en los mexicanos habitantes de la región, cuya situación ostensiblemente también lo amerita”. Con sus acciones, atrajeron la atención de la “opinión pública mundial” y del Acnur, y el gobierno mexicano tuvo que cambiar de política, más de palabra que de hecho, como lo demostró la aparición pública, una década después, del EZLN.
“El EZLN responde a intereses populares indígenas regionales y nacionales. Su formación se remonta a principios de los años 80 y el levantamiento del 1º de enero de 1994 se presenta por una acumulación de agravios de signo mayor”. Además, se entiende como resultante de la formación de una región fronteriza como tal, “conformándose como zona de seguridad nacional; por la presencia de organismos internacionales, humanitarios”, por la llegada de refugiados y migrantes. La situación creada “pone de relieve la tradicional impunidad gubernamental”. Sin embargo, el carácter de la frontera y la presencia de la sociedad civil organizada en la región (el país y el mundo) contribuyó a frenar esa impunidad, y el Estado no pudo actuar contra el EZLN como lo hizo contra las guerrillas urbanas y rurales (1965-1980): con una violencia impune que a nadie rendía cuentas.
Una frontera de guerrilleros, refugiados, braceros (trabajadores agrícolas guatemaltecos, salvadoreños, hondureños en las fincas cafetaleras e ingenios de Chiapas en la época de la pizca o la zafra), caciques y pistoleros, ejércitos represores, migrantes que cruzan para llegar mucho más al norte, y más recientemente (fuera de este libro) narcotraficantes y otros criminales. Échale, lectora amiga, una mirada a las 150 páginas en las que José Carlos Melesio nos da apenas una probada de La frontera sur de México, novedad editorial del FCE.
Sin embargo, mirar el proceso de la reforma de 1977 como se está haciendo en la discusión pública, debe salir de la pura preocupación presentista. Me permito voltear la mirada a un momento clave en términos electorales, que fue la elección de 1988, y esto es así porque, tanto en la justa intermedia de 1979 y en la presidencial de 1982, no había posibilidad de disputar realmente el poder al partido gobernante. La reforma política tuvo su primera prueba de fuego cuando una fuerza política social de gran calado lograba convocar la noción de democracia como ejercicio de mayorías. Retomo para comprender ese momento algunas de las entrevistas hechas en 20 años de búsqueda: Testimonios desde la izquierda, que en 1991 realizó Eduardo del Castillo a líderes políticos.
En estos diálogos, Raúl Álvarez Garín señaló que “el propósito de la reforma política es aislar, separar” a las fuerzas políticas, aunque había permitido una experiencia parlamentaria hasta entonces inédita. Por su parte, Valentín Campa señalaba que “el gobierno no quería hacer esas concesiones y presentó la máxima resistencia”. En tanto que, el propio Cuauhtémoc Cárdenas, quien venía de la experiencia del fraude electoral, consideró que: “fueron reformas limitadas, reformas que no pretendieron abrir paso a una verdadera democratización del régimen político, y que en ningún momento se plantearon siquiera terminar con el dominio político del partido de Estado”. Para Heberto Castillo aquello era “una adecuación, no es el aterrizaje de nada”, haciendo referencia a que no se lograron cristalizar las grandes demandas de 1968. A su turno, Pablo Gómez expresó que la reforma no alcanzó “a modificar completamente la situación política, pero, aunque muy parcial, es una reforma”. Arnoldo Martínez Verdugo declaró que fue una “reforma muy limitada”, en cuyo centro de disputa estaba la figura del registro de los partidos. Gilberto Rincón, igualmente, expresaba que “fue muy limitada”, pero que lo más importante fue el registro del PCM.
Hoy, si se sostiene que el corazón de la reforma de 1977 estaba en la representación proporcional sin más, se obvia el conjunto de la discusión dado en las audiencias por parte de los partidos de oposición, que refería a la democrati-zación total del Estado y de sus vínculos con la sociedad (e incluía el mundo rural y del trabajo), así como al pleno uso de derechos y libertades. Se elude con esta operación que, aunque las “minorías” encontraron cierta posibilidad de praxis parlamentaria, la realidad es que la contienda por el poder siguió vedada.
Por lo anterior, después de 1988 los principales actores se mostrarán escépticos y críticos de la cristalización reformista. En lo específico de aquel momento, el mecanismo de la representación proporcional pasaba a segundo plano si no se atendía la capacidad de reconocer derechos a las fuerzas políticas organizadas (el problema del registro, en especial de la figura del “condicionamiento”) y, sobre todo, el respeto efectivo al voto. Y fue la marea popular de 1988 la que demostró que, más allá de la representación parlamentaria, existían múltiples pendientes. Aún hoy podría señalarse la profunda tutela de los organismos estatales (a pesar de la autonomía del órgano encargado) sobre los partidos políticos, entendidos como expresiones sociales y, sobre todo, la complejidad para la formación de nuevas agrupaciones.
Reabierta aquella discusión, es importante mirar su conjunto (con críticas y reservas, que no fueron pocas) y no sólo partir de fragmentos. Si entendemos que la democratización es siempre un proceso inacabado y perfectible, es pertinente imaginar el poder dar pasos adelante y formular nuevas maneras de la representación política que permitan un ejercicio democrático de mayorías y garanticen las condiciones efectivas de disputa del poder.
* Investigador UAM. Autor de La raíz nacional-popular: las izquierdas más allá de la transición
Fui a una peluquería en Cancún, en una franja ubicada entre el centro y la periferia. Ahí tenía mi hotel, donde la limpieza la hacía una pareja de Honduras, que lleva 10 años en el puerto y dice haberse quedado por “elección”.
En la peluquería hay un poco de todo: un cliente se subió al Tren Maya –“nomás para probarlo”, dice– y cuenta de estaciones medio vacías, con turistas mexicanos y extranjeros, trenes modernos, algunos retrasos y la incomodidad de haber tenido que tomar un taxi para ir y regresar de la estación de Cancún. También hay quien defiende a Morena. Luego está un chavo, el que me corta el cabello, que en un momento me suelta: “¿pero cómo se puede defender a quien te deporta?” Entonces pregunto y me cuenta: Se llama Miguel, tiene 32 años, una pareja estadunidense y una hija de dos años. Lo deportaron de Estados Unidos, de Chicago, donde apenas un año antes había abierto una barbería. Lo expulsaron el 7 de julio, después de pasar dos meses en prisión. Entró a Estados Unidos en 2022, entregándose en la frontera y pidiendo asilo procedente de Venezuela. Estaba la ventana abierta por Joe Biden, y así aprovechó “la oportunidad” que daba el entonces gobierno estadunidense a quienes llegaban de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Me enseña su tarjeta de seguridad social renovada en abril de 2024, me muestra la foto de su EAD (Employ-ment Authorization Document), o sea, su permiso de trabajo, también fechado en 2024. Me enseña sus dos registros ASAP: uno ligado al gobierno, que permite pagar impuestos, y otro de una asociación que acompaña a personas migrantes en sus trámites de regularización. En pocas palabras: vive, trabaja, ama en Estados Unidos al 100 por ciento. En mayo fue a la oficina migratoria para un trámite relacionado con su situación, y de ahí salió rumbo a la cárcel como “migrante irregular”. Varios abogados tomaron el caso, considerándolo ilegal; intentaron conseguirle asilo político u otras formas de nueva regularización. Después de dos meses lo llevaron a la frontera.
Cuando me dijo “¿cómo se puede defender a quien te deporta?”, pensé que hablaba sólo del gobierno estadunidense, pero no. También se refería a las políticas mexicanas. Porque al llegar a El Paso lo recogió la migra. Lo trasladaron a Villahermosa, Tabasco. Ahí le dieron un papel que le permitió llegar a Cancún, pero no más allá. Ahora está atrapado en la ciudad. Está haciendo sus papeles para ir a Canadá, le falta un paso: el reconocimiento biométrico que sólo puede hacer en la embajada canadiense en Ciudad de México. Pero no puede ir. Me dice: “Donad Trump es racista. Mi historia es una locura, pero no es la única. Está sacando a todos, nos trata como criminales, pero no somos criminales. A los criminales los deja allá”. Y agrega: “El gobierno de México, sin embargo, me deportó al sur, me abandonó, me confinó en Cancún, donde estoy en un limbo. Aquí tampoco existen mis derechos como migrante”.
En la peluquería todos los barberos son migrantes; las chicas que coordinan las citas y los pagos son guatemaltecas, los demás de Nicaragua y Colombia. Lo miran y lo abrazan. Uno dice: “Nosotros en Cancún no elegimos quedarnos, se nos impuso”. Salgo del local y me detengo a desayunar. La muchacha que me atiende es cubana, lleva aquí tres años. Desde que llegué he conocido y hablado sólo con personas que no son locales. Dos con quienes platiqué y que manejaban combis son del norte del país. Dentro de restaurantes, taxis, hoteles y hostales he encontrado a medio continente sur.
Mientras hacía la despensa en Soriana, llegó una camioneta con obreros; hablé con algunos mientras se quitaban los cascos y compraban lo que necesitaban para el almuerzo. Ninguno es de Quintana Roo. El conductor de Uber que me lleva al aeropuerto también es venezolano, expulsado dos veces de Estados Unidos, la última en febrero. Está haciendo sus trámites para quedarse a vivir en México; dice que se quedará en Cancún porque, a pesar de la baja del turismo también por la mucílago, “hay trabajo y se está más seguro que en otros lados, aunque también aquí se sabe que el cobro de piso y el narco son mercados que generan codicia y hay pleitos por controlarlos”.
La sensación es que quienes sostienen Cancún, sus flujos turísticos y su riqueza, son las personas migrantes, y parece que algunas leyes y decisiones están hechas justamente para traer aquí a indocumentados y garantizar al capitalismo local mano de obra chantajeable, precaria y, cuando conviene, invisible. “¿Cómo se puede defender a quien deporta?” es una gran pregunta con muchas respuestas que cambian según las geografías, pero que en el fondo nos recuerdan cómo el capitalismo se basa en la explotación del trabajo y que quien es migrante es cada día más explotable por decisión del sistema.
* Periodista italiano
Pero también los jipis de los años 60, Picasso, Luis Buñuel y los punks, con grandes rompedores de lo establecido como Julian Assange y nuestro admirado El Nigromante quien, 15 años antes del nacimiento de Nietzche, lanzó su dardo ateo al decir en el remoto año de 1836 que Dios no existe.
No sólo ellos son o han sido practicantes de la contracultura, también los movimientos feministas, los colectivos LGBT+, los grupos de veganos, Greta Thunberg y Janis Joplin, “los aleluyas” retratados por Monsiváis y tantos otros que se han opuesto a la cultura dominante. Todos ellos son o han sido una resistencia crítica.
Ahora las obras de los impresionistas, que fueron desdeñadas en su origen, inundan las salas de los grandes museos y los cuadros de Picasso o los móviles de Calder se cotizan en dólares.
Pero no toda expresión contracutural llega a “normalizarse”. Autores como Charles Bukowski continúan resultando incómodos. Su prosa directa, sus descripciones crudas de los márgenes de la sociedad, de los destripados, de los don nadie, de la soledad en las zonas de miseria, siguen causando escozor. Para él la literatura debía ser “como un puñetazo en el estómago”.
Pocos quieren acercarse con su prosa cruda a las convulsiones de la decadencia y el alcoholismo, al sexo donde nadie se encuentra con el otro, a la alienación del trabajo convencional, al reverso oscuro del sueño americano. Bukowski lo sabía: “si vas a escribir, haz que duela, que sangre, que sea tan real que escueza”, como escribiera a su legendario editor John Martin, de Black Sparrow Press.
Para este poeta maldito, como algunos lo han calificado, la verdadera literatura estaba en los bares, en las cárceles, en “las habitaciones sucias de los hombres que han perdido todo”. La escritura se convirtió para él en “la única cosa que me mantiene cuerdo. Sin ella me volvería loco o me mataría”.
Escritor realmente underground, a diferencia de los que hacen expediciones sociológicas a los barrios miseria, más que explicar describe, más que señalar da cuenta de la vida menuda y marginal que vivía. Tal vez por eso aseguraba que “la mayoría de los escritores son unos mentirosos”, pues “escriben desde la cabeza”. Henry Chinaski, el alter ego de Bukowski en la novela Factótum, dice que escribe sobre los perdedores “porque soy uno de ellos”.
El problema del mundo, aseguraba, “es que las personas inteligentes están llenas de dudas, mientras los estúpidos están llenos de confianza”.
Recientemente Anagrama puso a circular Bukowski. Relatos y ensayos: fragmentos de Un cuaderno manchado de vino/Ausencia del héroe/La matemática del aliento y la ruta, una muy buena propuesta editorial para aproximarnos a la poética del autor de El amor es un perro del infierno y Mujeres. La matemática del aliento y la ruta no se había publicado en español, que contiene ensayos y entrevistas sobre la escritura y el oficio de escribir.
En estos días en los que el sueño americano se disipa de manera acelerada, conviene zambullirse en la obra de este escritor del desencanto y la acedia, del humor negro y la mirada socarrona. Tal vez nos ayude a descubrir otros espejismos, otros fuegos fatuos.
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