MÉXICO,
D.F. (apro).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal) volvió a alertar sobre la insuficiencia del salario mínimo
establecido en el país, pues consideró que con ello se vulneran
preceptos constitucionales por no cubrir la necesidades básicas de una
familia.
Al presentar Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible,
en la Facultad de Economía de la UNAM, la secretaria ejecutiva del
organismo regional, Alicia Bárcena, sugirió: “Hay que poner foco al
empleo; el empleo bien remunerado con seguridad social y derechos es la
llave de salida de la desigualdad”.
Sobre el incremento a los minisalarios, propuesto por el jefe de
Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, Bárcena señaló que “en la
Cepal planteamos un debate serio sobre el tema del salario mínimo que
requiere del concurso de todos los actores; no se trata de perjudicar
al sector privado ni tener una política inflacionaria, pero es
necesario que los aumentos de productividad estén acompañados del
incremento del salario”.
De acuerdo con el reporte de Cepal, México es uno de los países de
la región donde el salario mínimo no muestra una recuperación en la
última década. Si bien a mediados de los noventa se detuvo el sostenido
descenso que venía experimentado desde los ochenta, la última década
está pautada por su relativa estabilidad.
La última información disponible muestra que casi 14% de los
ocupados reciben un ingreso inferior al salario mínimo, mientras que
alrededor de dos de cada cinco ocupados perciben hasta dos minisalarios.
“En un estudio reciente sobre los efectos del salario mínimo en
México, en el que se explora la variación de su valor en las diferentes
municipalidades, se descubrió que una parte significativa del
incremento de la desigualdad en México entre fines de los ochenta y
comienzos de la década del 2000 se debe a la fuerte caída del salario
mínimo real en ese periodo”, se destaca en el informe de la Cepal.
Más aún, esta evolución explica prácticamente todo el incremento de
la desigualdad en los quintiles inferiores de la distribución de
ingresos durante los años noventa.
En números, la situación es la siguiente, de acuerdo con el organismo regional:
La relación entre el salario mínimo y el valor de la línea de
pobreza per cápita demuestra la capacidad de compra del salario mínimo.
Esta relación presenta una gran variación entre países, desde 0.66 en
México hasta 3.18 en Costa Rica en 2011.
Dado que este salario debe cubrir las necesidades del trabajador y
su familia, para que un hogar de cuatro miembros, dos de ellos
perceptores de ingresos, logre superar el umbral de pobreza, la
relación debe ser superior a dos.
Esto sucede en ocho de los 17 países considerados en 2011, mientras que en 2002 solamente ocurría en sólo cinco.
“México es el único país, al final de la década analizada, donde el
valor del salario mínimo es inferior al del umbral de pobreza per
cápita. La relación se ha incrementado significativamente en Brasil,
Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y el Uruguay. Mientras que en
los países del Caribe, sobre los cuales existen datos, los salarios
mínimos superan alrededor de dos o más veces la línea de pobreza anual
para adultos, excepto en el caso de Jamaica, donde en 2009 la
proporción fue de 1.8”.
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