En un libro recién puesto en
circulación, que forma parte de su estrategia de posicionamiento
electoral, Margarita Zavala Gómez del Campo relata de entrada dos
detalles familiares relacionados con acusaciones de traición a la patria
y de filiación nazi. El primer capítulo de Margarita, mi historia, titulado
Genealogía, comienza así:
Diego Zavala y Ester (sic) Pérez fueron los padres de mi padre; los Zavala son originarios de Yucatán, pero mi abuelo lo confesaba a medias porque a esa rama de la familia, muy conocida por allá, perteneció don Lorenzo de Zavala, calificado de traidor, pues luego de una larga vida como destacada figura política se estableció en Texas en 1835 y participó en el proceso que culminó con la declaración de independencia y, un año después, el establecimiento de la República de Texas, de la que fue efímero vicepresidente poco antes de su muerte.
Continúa la ahora precandidata presidencial:
Aunque mi papá reniegue, mi madre simpatiza con la poca comprensión a este personaje (...) Dice con razón que en ese tiempo, en Texas, no había más que desierto y ciudades despobladas. Cuenta que su abuelo viajó durante un mes desde Chihuahua hasta San Luis Potosí en cinco diligencias para protegerse de un ataque de los indios, así que, sostiene, colonizar Texas era como colonizar Marte.
Sin embargo, la prosa sostenidamente confusa de Zavala Gómez del
Campo aplicó una especie de reversa sobre la marcha: “el caso es que don
Lorenzo no perteneció a mi familia paterna (¿?: signos chimoltrufios
por parte de Astillero), pero mi bisabuelo lo subrayaba para evitar
confusiones (¿como la confusión propiciada por la propia Margarita, que
líneas atrás señalaba que
a esa rama de la familiaZavala
perteneciódon Lorenzo, acusado de traición a la patria?: pregunta astillada en busca de precisión familiar y política)”. Otra referencia al bisabuelo Diego Zavala:
...por alguna razón que ignoramos dejó Yucatán y se marchó con su familia a Morelos. Mi madre (...) piensa que existen dos posibilidades: o se saltó la barda por una aventura amorosa o por la imposibilidad de pagar sus deudas.
El libro de Zavala Gómez del Campo, editado por Grijalbo, del grupo
Penguin Random House, también menciona en sus primeros párrafos que su
abuelo, Diego Homobono Zavala, y
toda su familia era almazanista, opositora por convicción(Margarita contextualiza: en 1940,
el general Juan Andreu Almazán, principal opositor al candidato oficial, el general Manuel Ávila Camacho), así que
en el movimiento de rechazo al fraude para imponer a Ávila Camacho mi abuelo fue acusado del delito de disolución social: lo acusaron hasta de simpatizar con el nazismo, porque la madre adoptiva de su esposa era de origen alemán.
Las circunstancias, implicaciones y consecuencias de lo hecho por
Lorenzo de Zavala y por Juan Andreu Almazán no son tan simples como lo
describe la mala redactora que ahora aspira a ser presidenta. La
ligereza de las
anécdotas familiaresy el impreciso estilo de Zavala Gómez del Campo no dejan de revelar en ella una postura complaciente ante dos hechos que, en efecto, implicaron formas de traición a la patria, servicios políticos específicos que fueron influidos de manera taimada por factores externos.
Con parecida tenuidad de principios, este viernes se produjo
una estampa insólita, de promoción electoral de una candidatura
extranjera, ni más ni menos que en el Senado de la República. Mariana
Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala, dio a conocer en Twitter la
alegre portación de camisetas con un estampado de proselitismo: “ Hillary for president, 2016”.
Como es sabido, el calderonismo-zavalismo promueve a la esposa de Bill
Clinton con la intención de equiparar su figura con la de otra mujer,
que podría ser candidata de la derecha a la Presidencia de México.
En la fotografía de referencia posaban la citada Gómez del Campo,
panista, más la priísta coahuilense Hilda Flores (quien creció
políticamente a la sombra de Humberto Moreira, pero ahora, distanciada
de Rubén Moreira, pretende buscar la candidatura a gobernadora de ese
estado norteño) y dos perredistas: Zoé Robledo, hijo del ex gobernador
priísta de Chiapas, Eduardo Robledo Rincón, y Dolores Padierna, quien
junto con René Bejarano ha dirigido una corriente del sol azteca que hoy
está a la baja. Cuatro senadores mexicanos, con un letrero en dorado al
fondo:
La patria es primeroy, sobre esta frase, otra de similar contraste con las camisetas de azul demócrata estadunidense:
Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
En el vecino país, mientras tanto, ciertas élites parecían proclamar:
la candidatura de Hillary es primero, de tal forma que la FBI anunció, a tiempo para que los votantes tomen en cuenta el sesgo, que ni una piedrita acusatoria había encontrado en la suma de correos electrónicos de los que días atrás había hablado. El pasado 28 de octubre, James Comey, director de la FBI, informó a congresistas de Estados Unidos sobre el hallazgo de correos electrónicos en el servidor de Anthony Weiner, quien hasta hace poco era pareja de Huma Abedin, poderosa asesora de Hillary Clinton.
Aunque la FBI no puede asegurar si éste es un material significativo, no puedo predecir qué tanto nos tomará este trabajo adicional, manifestó Comey a los legisladores.
Esas revelaciones empañaron la apariencia de que llevaba una
delantera casi imparable la candidata Clinton, asociada desde largo
tiempo atrás a actos con presunción de ilegalidad. Ahora el mismo Comey,
que no podría predecir tiempos para llegar a ciertas conclusiones, ha
declarado que, a su parecer, no hay material para ir judicialmente
contra la demócrata. En primera lectura, este gesto pareciera fortalecer
a Clinton, como si le devolviera las posibilidades de triunfo, especie
de cierre de filas de las élites para potenciar a su favorita, oportuna
manita de cochino a la FBI, pero… ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
El golpe tiene la marca
de Felipe Calderón. Quiere que el presidente del PAN, Ricardo Anaya, no
estorbe la carrera presidencial de Margarita. De ahí que haya sido
exhibido su extravagante estilo de vida. Su esposa y tres hijos viven en
Atlanta, gastando dólares de 19.50 pesos, a salvo de los problemas de
violencia, secuestros, contaminación y el feo espectáculo de la pobreza
de México, lo cual tiene un costo: más de 4 millones de pesos al año. A
pesar de la descobijada, muy quitado de la pena el también llamado #LordMoches
viajó este fin de semana, como todos, a la ciudad de Atlanta, la
capital de la Coca-Cola, por cierto. ¿Es ilícito que lo haga? Es de mal
gusto, exhibe la poca sensibilidad de un mirrey, pero ilegal no
es, aparentemente. Salvo que sería interesante conocer el origen de sus
recursos, porque las cuentas que presentó en su declaración 3de3
no checan. Hay un video en YouTube, que en su momento se expandió con
la velocidad de un virus, en el que la ex diputada federal potosina
María Concepción Ramírez habla de un ‘‘desfalco’’ por 20 millones de
pesos que se registró cuando #LordMoches fue coordinador del
grupo en la anterior legislatura, pero se cubrió con un préstamo de la
cámara. ‘‘Haiga sido’’ como fuera, Calderón le dio un golpe a Anaya para
que se quite del camino, antes de que salgan trapitos queretanos
sucios.
Haciendo campaña con los ojos allá
También las preferencias están divididas en México.
Algunos amigos de Luis Videgaray quisieran que ganara Trump, sólo para
demostrar que el hoy funcionario sin cartera no se equivocó al invitarlo
a México. Además, es el único político mexicano que le ha merecido una
buena opinión. Por otro lado, un grupo de senadores: Dolores Padierna y
Zoe Robledo (PRD), Mariana Gómez del Campo (PAN) e Hilda Flores (PRI),
se presentaron con camisetas de Hillary for President, aun
cuando perredistas y panista se querían comer vivo a Videgaray, y de
postre a Peña Nieto, por el invitado indeseable. O sea, ¿no se puede
hacer campaña por Trump, pero sí por Hillary? Los problemas terminarían
si en Estados Unidos tuvieran un INE con alguien como Lorenzo Córdova a
la cabeza, bien dispuesto a arreglar lo que sea a cambio de dos torres, y
un tribunal electoral a modo. Más allá de eso, donde sí dolería un
triunfo del republicano sería en los hogares de varios millones de
mexicanos que viven de los envíos de dólares de sus paisanos. Trump
quiere detener el flujo, o al menos gravarlo con un impuesto. La gráfica
muestra cuántos dólares han recibido este año.
Referendo sobre la mariguana
Mañana también hay votación sobre la legalización de la
mariguana con fines recreativos en California, Massachusetts, Maine,
Arizona y Nevada. Además, Arkansas, Florida, Dakota del Norte y Montana
decidirán si aprueban el empleo con fines medicinales, ya regulado en 25
estados. Es la llamada proposición 64. Por su cercanía, los resultados
en California, Arizona y Nevada (Las Vegas) tendrán impacto en el
mercado de exportación de la yerba. En México, una iniciativa para
permitir su uso con fines medicinales está parada en el Congreso, pero
avanzan en el Poder Judicial tres amparos que van más alla: legalizarla
para el reventón.
Estados Unidos está obligado a optar entre un protofascista y una republicana moderada.
Lo que recupera la fe en este pueblo es el hecho inusitado de que las
grandes mayorías reprueban ambas opciones ofrecidas por las cúpulas y,
según un sondeo de esta semana pasada, ocho de cada 10 votantes
consideran que esta contienda es asquerosa.
Si la elección de verdad expresara la voluntad de la mayoría del
pueblo (o sea, la supuesta definición de este ejercicio), casi toda la
clase política, desde los candidatos presidenciales a casi todo el
Congreso (el cual ahora goza una tasa de aprobación de 15 por ciento),
serían derrotados y expulsados de sus puestos. El veredicto de la
mayoría es
ninguno de estos.
Pero en la elección presidencial, uno de estos dos ganará. Al final,
esta elección gira en torno de la opción protofascista. La resistencia
se marca más en la expresión de opiniones, pero no se convierte en
acción política. Tal vez lo más sorprendente es que ante la amenaza
clara y presente de esta expresión de demagogia derechista –sus
inaceptables comentarios sobre las mujeres, los migrantes, los medios de
comunicación o los musulmanes; sus propuestas, que implican la
violación masiva de derechos civiles y humanos, y sus declaraciones
mesiánicas, combinadas con su populismo, que llevan a una constante
comparación con elementos de Mussolini, Hitler, Berlusconi, Ross Perot,
George Wallace y más– está la ausencia de una movilización masiva,
gigantesca, en su contra, en las calles, en las plazas, en sus festejos y
actos, con un lema histórico y sencillo:
No pasarán.
Claro que hubo prote
Después de una de las campañas
más largas, costosas y abruptas de las que se tenga memoria en Estados
Unidos, mañana se decidirá quién llegará a la presidencia del país más
poderoso del orbe. Todo indica que será Hillary Clinton, aunque algunas
encuestas consideran que lo aventaja por tres y otras por cinco puntos
porcentuales. La diferencia es considerable, tomando en consideración
que cada punto representa millones de electores. En lo que parece no
haber duda es que, independientemente de la diferencia en el voto
popular, Clinton ganará el colegio electoral y, en consecuencia, la
presidencia.
Lo que está por verse es cuál partido tendrá la mayoría en el
Congreso. En la Cámara de Representantes será difícil que los
republicanos la pierdan, debido a las 60 curules que los separan de los
demócratas. En el Senado los demócratas tienen una ligera posibilidad de
que sus candidatos arrebaten la escasa mayoría que detentan los
republicanos. De ser así, Clinton tendría un margen más amplio de
maniobra para gobernar un país cuya sociedad está profundamente
dividida, no por ella ni sus aspiraciones presidenciales, sino por la
intransigencia de un sector del Partido Republicano urdida desde el
momento en que Obama llegó a la presidencia.
Si una constante hubo en los comentarios que la pasada semana recibí sobre la visita que me hicieron los jóvenes de la voca 3
del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de Ecatepec, para aplicarme
un cuestionario sobre mi desempeño en esta casa editorial, fue sin duda
el ánimus alegre, optimista, de complacencia que todo mundo,
por diferentes motivos, me externó. Se valoró la integración familiar,
la dedicación de la profesora Patricia Espino Barragán, quien ha
aprobado la única evaluación que no tiene vuelta de hoja: la de los
alumnos y los padres, que justiprecian la importancia de que los planes
de estudio, por avanzados que sean y prometedores que resulten, no
pueden prescindir de saberes esenciales, tales como los filosóficos,
éticos, históricos, cívicos y, por supuesto, el imprescindible
conocimiento y buen uso de la lengua común, elemento fundamental que
refuerza nuestra identidad. Hilo transmisor de nuestra historia,
cocreador de la sociedad que somos, el lenguaje es, en la cotidianidad,
un lazo más vivo y más estrecho aun que nuestros símbolos patrios.
Más de tres décadas
atrás y protegidos por un aceitado aparato de terror, el del sanguinario
Augusto Pinochet, los siempre innovadores tecnócratas que se apropiaron
del planeta concibieron un plan genial y utilizaron a Chile como
laboratorio: apropiarse del ahorro de los trabajadores, manejar esos
cuantiosos recursos para su beneficio, quitarle la carga a las empresas
privadas y erradicar la obligación solidaria del gobierno para con sus
gobernados, quienes a partir de entonces se rascarían como pudieran, si
podían.
A cambio, prometían los
innovadores, después de años y años de trabajo fecundo y creador los ciudadanos llegarían al paraíso y se pensionarían de forma
suficiente,
cómoday
digna, pues sus recursos serían
administradospor empresas financieras privadas expertas en hacer
crecerel dinero, y ya no por el
ineficientecuan derrochador gobierno. Ese fue el plan, y como la humedad permeó por toda América Latina (en México, Zedillo lo puso en funcionamiento a partir de 1997).
El edén, pues, pero 36 años después en Chile y el resto de
Latinoamérica tales empresas sólo se han enriquecido de forma por demás
impúdica a costillas del ahorro de los trabajadores, mientras los
supuestos beneficiarios de la
administraciónprivada de sus recursos, a duras penas, y no para todos, reciben raquíticas pensiones que en el mejor de los casos distan muchísimo de ser
suficientes,
cómodasy, sobre todo,
dignas.
La Jornada nos informa que el pasado viernes Chile
vivió una violenta jornada de protestas contra el sistema de pensiones privado instaurado por la dictadura de Augusto Pinochet, que después de tres décadas de cotizaciones sitúa la jubilación media por debajo del salario mínimo. Se trata de la tercera gran movilización en lo que va de 2016, realizada para exigir mejores pensiones a los jubilados chilenos, así como un cambio en el sistema que favorece a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP; en México se denominan Afores), empresas privadas que desde 1980 administran los fondos y a las que se acusa de abusos para enriquecerse con el dinero de los pensionados.
A estas alturas las AFP
administranalrededor de 170 mil millones de dólares de ahorro de los trabajadores chilenos (alrededor de 6 por ciento del producto interno bruto de aquella nación), quienes en sus cuentas individualizadas deben aportan 10 por ciento de sus salarios, sin que la empresa privada a la que pertenezcan tenga obligación legal de contribuir en alguna medida. Originalmente se les prometió que con el citado esquema de ahorro al final de su vida laboral obtendrían el equivalente a 70 por ciento de su último salario.
Pero, como era previsible, a la hora de la hora el paraíso prometido
se convirtió un infierno de supervivencia para los trabajadores en edad
de pensionarse, y 36 años después el promedio pensionario para los
trabajadores chilenos es inferior a un salario mínimo, en el mejor de
los casos.
De acuerdo con las cifras más recientes, el mini ingreso de aquella
nación sudamericana ronda el equivalente a 392 dólares por mes, y según
la legislación vigente a partir del primero de julio pasado tal salario
es de 257 mil 600 pesos chilenos, y de 264 mil al comenzar 2017. Pero
bueno, se toma su equivalencia en moneda estadunidense.
Al conocer esto último, los trabajadores mexicanos redoblaron sus
protestas, porque aquí el salario mínimo mensual no llega a 2 mil 200
pesos mexicanos, es decir, a duras penas equivale a 115 dólares, el
menor de América Latina, un monto tres veces menor que el de los
trabajadores chilenos. Y si éstos se muestran indignados por la miseria
que obtendrán a la hora de pensionarse, los de esta República de
discursos están verdaderamente furiosos, porque no sólo les prometieron
el mismo paraíso que a sus colegas sudamericanos, sino que a estas
alturas sólo cuatro de cada diez de ellos tiene derecho a la pensión,
porque el resto sobrevive en la informalidad.
La presidenta chilena Michelle Bachelet se encuentra entre la
espada y la pared: reivindicar los derechos sociales de sus
representados o cuidarle el negocio a los impúdicos propietarios de las
AFP. Pero no ata ni desata, y se limita (vía Twitter) a
exhortara los quejosos a que
las marchas pacíficas por mejores pensiones hacen más clara la voz ciudadana, y la violencia no es el camino para un gran acuerdo nacional. Sí, ¿pero?
En México es mucho más sencillo para el gobierno, cancerbero de las
empresas; a los trabajadores simplemente se les aplica el eslogan
peñanietista (
joder a México). Desde que Ernesto Zedillo, el
padredel
modernosistema pensionario mexicano, dio el banderazo de salida (julio de 1997), la expectativa de obtener una pensión medianamente digna se ha ido pulverizando, junto con el poder adquisitivo de los micro salarios que se pagan aquí, con la indudable ventaja para el sistema que, contra lo que sucede en Chile, aquí nadie protesta ni en defensa propia.
En su momento Zedillo presumió que con la estafa de las Afore, México estrenaba no sólo
la gran solución social al México moderno de hoy, sino que se trataba de un
sistema para el futuro, moderno, ágil, transparente y, sobre todo, justo. Y a lo largo de los años esa
justicia socialha dejado fuera del camino a 60 por ciento de los mexicanos en edad y condición de laborar, mientras los propietarios de las
administradorasno dejan de hincharse los bolsillos, porque se quedan con las ganancias y traspasan las
minusvalíasa los trabajadores.
La tasa de crecimiento de los
migrantes internacionales (aquellos que viven en un país distinto de su
país de origen) se mantuvo estable en las naciones avanzadas en torno a
2.4% anual entre 1990 y 2010, y fue reducida a la mitad (1.2% anual) en
el quinquenio 2011-15 (Gráfico 4). Ante las barreras del mundo
avanzado, la migración internacional se ha desplazado hacia las
economías atrasadas desde fines del siglo pasado llegando a un
crecimiento de 3.7% anual en 2006-10 y de 2.9 en 2011-15
Así, en 2015 el 52% de la migración internacional de África se quedó
en países de África, el 60% de la asiática y el 66% de la Europea
(Gráfico 5). Caso distinto es el de los migrantes latinoamericanos que
en un 70% radican en Estados Unidos y Canadá (76% en 2000), así como de
los migrantes de Oceanía (59%). De los emigrantes de Norteamérica el 31%
está en América Latina y el Caribe, el 27% en ambos países (EU y
Canadá) y el 23% en Europa.
Por países, Estados Unidos es el mayor receptor con una población
migrante de 47 millones, el 19% del total, seguido de Alemania y Rusia
12 m, Arabia Saudita 10, Reino Unido 9, y los Emiratos, Canadá y Francia
8 m (Gráfico 6).
En 2015 la edad promedio de los migrantes internacionales era 39
años, aunque con marcadas diferencias según las regiones: 44 años en
Oceanía, 43 en Europa, 42 en Norteamérica, 36 en América Latina, 35 en
Asia y 29 años en África (Gráfico 7).
Hay un viejo adagio popular
que reza: cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a
remojar. Pero en Baja California la clase política parece estar hecha de
otra madera, de una muy dura, que impide escuchar. En el estado vecino,
Sonora, el ex gobernador (también panista) Guillermo Padrés está
prófugo de la justicia por un cúmulo de raterías e irregularidades,
incluida una presa en su rancho; ya le confiscaron 19 inmuebles; más de
tres de sus ex colaboradores están tras las rejas, incluido Jorge
Morales, quien fue su jefe de comunicación; 10 ex funcionarios
inhabilitados. En suma, 500 expedientes abiertos por el actual gobierno
estatal priísta.
En Baja California la administración estatal cumplió el pasado 31 de
octubre tres años; es decir, empieza la recta final, aunque para los
funcionarios todavía no llega el fatídico último año, cuando empieza a
brotar la pus por todos lados, y ya ha vivido más de un escándalo,
aunque sin eco, porque el panismo es una mayoría con 26 años en el
poder. La única reacción ha sido el ataque a los medios que publican las
trapacerías.
En el Senado de la
República comienzan hoy las audiencias públicas para recabar puntos de
vista acerca del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (ATP),
instrumento que agrupa a 12 países de América, Asia y Oceanía –entre
ellos, el nuestro–, elaborado en estricto secreto a lo largo de un
lustro por los ministros de economía de los gobiernos que a la postre lo
firmaron en febrero pasado en Auckland, Nueva Zelanda.
Pesar por la muerte de Stavenhagen
Falleció Rodolfo Stavenhagen,
mi amigo de juventud. De él no se ha señalado hasta hoy que su
inclinación política absolutamente progresista no se inició con su muy
destacada experiencia académica y de estudios e investigaciones
antropológicas y sociales, sino desde que, muy joven, encabezó la
Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia
(ENAH). Con él al frente, este grupo de estudiantes se afilió a las
organizaciones estudiantiles progresistas de 1955 y 1956. Participó
brillantemente en el Primer Congreso Nacional de Redactores
Estudiantiles efectuado en Guadalajara en 1956, que se apuntaba como
preámbulo de una futura federación nacional que no se alcanzó a lograr.
Un escenario de triunfo
de Donald Trump en las elecciones presidenciales, inconcebible para
mentalidades racionales, abominable para destacados dirigentes del
Partido Republicano, tendría efectos adversos para los socios
comerciales de Estados Unidos, como México, China y la Unión Europea, y
para la economía mundial, pero especialmente tendría resultados lesivos
para la estadunidense.
Chapultepec es el bosque urbano
más antiguo de América y el más emblemático de México. Constituye poco
más de la mitad de las áreas verdes de la ciudad. Con 686 hectáreas,
alberga la residencia presidencial, el Campo Marte, el Castillo de
Chapultepec, el monumento a la corrupción y la impunidad del
calderonismo llamado Estela de Luz, el zoológico, la Casa del Lago, el
Auditorio Nacional, siete museos, seis teatros y oficinas
gubernamentales. Posee tres lagos, fuentes, restaurantes, un club
hípico, un lienzo charro, una feria, las instalaciones de los militares
responsables de la seguridad del Presidente y su familia… la lista es
interminable. Y todavía hay que añadir las congestionadas y
contaminantes vías de comunicación que lo atraviesan y las residencias
colindantes, cuyos dueños desean apoderarse del mayor pedazo de bosque
posible para convertirlo en su jardín.
En una reunión casi secreta la
semana pasada, en las instalaciones del ITAM, Enrique Peña Nieto y
Felipe Calderón sellaron su pacto de impunidad y complicidad
transexenal. Con Miguel Ángel Mancera, Aurelio Nuño, Carlos Slim,
Alberto Bailleres, Enrique Ochoa, Francisco Gil Díaz, Pedro Aspe y José
Antonio Meade como testigos de deshonor, el Presidente más repudiado de
la historia reciente entregó el premio
Carrera al Universoa quien hundió el país en un baño de sangre durante su sexenio. Entre aplausos y
¡vivas!de los presentes, los dos políticos prometieron cuidarse las espaldas mutuamente y asegurar una tersa alternancia entre los mismos de siempre en las elecciones presidenciales de 2018.
Repudiada internamente por
inoportuna, equivocada y desastrosa, la visita de Donald Trump a
México, el pasado 31 de agosto, sumió al gobierno de Enrique Peña Nieto
en la más profunda crisis institucional del sexenio y exhibió una
política exterior de coyuntura y reactiva, sin estrategia, planeación ni
principios, pusilánime, irresponsable y torpe, propia de una república
bananera. De paso, ese patético error diplomático con que es considerada
la relación bilateral más importante: Estados Unidos, dañó los nexos
con el presidente Barack Obama y la candidata presidencial demócrata,
Hillary Clinton, y exhibió a México como un país con instituciones
débiles y políticos cipayos.
Causó revuelo impresionante el anuncio de la asamblea permanente del Congreso Nacional Indígena para consultar la propuesta que acordó en su quinto Congreso.
La mera existencia de la
ley no es garantía suficiente para la existencia del individuo y de una
sociedad. Hacer leyes no es la principal dificultad cuando se quiere
establecer un arreglo social de convivencia. Este término, convivir, no
implica por principio que sea algo positivo o incluso agradable. En
términos políticos puede basarse en algo que asemeje a la democracia,
pero puede ser, también, que difiera diametralmente de ella.
Votar en libertad es una
de las esencias de la democracia. De los cerca de 40 millones de
iberoamericanos que trabajan y viven en Estados Unidos 27 millones
hubieran podido inscribirse para votar. Sólo 17.5 millones lo hicieron y
se espera que 15 millones de mexicanos, salvadoreños, ecuatorianos,
chilenos, colombianos, bolivianos, nicaragüenses, venezolanos voten
mañana. Ojalá lo hagan. Mucho de lo que en las conversaciones y en el
íntimo pensamiento llamamos destino puede crearse y comenzar a
construirse con su voto.
En términos de Estado,
gobierno, sistema político, condiciones de vida cotidiana, derechos y
servicios ¿hemos mejorado? La propaganda afirma que sí, el desarrollo
cuenta mucho. Si acaso disentimos ¿idealizamos nuestros pasados? ¿El
próximo, el remoto? Fueron tiempos injustos, corruptos, autoritarios,
represivos, machistas, antidemocráticos, manipuladores, y más atrás en
la historia, fanáticos, inquisitoriales, brutales. No nos gustaban, pero
teníamos el futuro por delante. Los sectores críticos demandaban
cambios y soportaron persecución, pero sólo después de 1968 se vuelve a
hablar de revolución armada. Los menos deciden hacerla aquí y ahora. Así
les va. Los más admiran las revoluciones ajenas (Cuba, Nicaragua) como
si fueran propias, pero piensan sólo en cambios graduales y se deslindan
de los revolucionarios locales, los tildan de delirantes, tontos o
malintencionados.
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