11/09/2016

Entre Clinton “la emperatriz de la guerra” y “el racista” Trump: en EU aventaja el racismo


Democratic presidential candidate Hillary Clinton speaks at the National Urban League's conference in Fort Lauderdale, Florida July 31,2015.REUTERS/Andrew Innerarity - RTX1MK5G

Estados Unidos vivió este martes una de las elecciones más cerradas de su historia, sin que por ello alguno de los dos candidatos represente una opción benéfica para la nación hegemónica y con ello para el resto del mundo.

En junio pasado Julian Assange, director de Wikileaks, aseguraba que se trataba de elegir entre dos males, y describió así la disyuntiva: “Donald Trump es imprevisible. Hillary Clinton, por el contrario, es perfectamente previsible. Por desgracia”.
Clinton, pronosticó, seguirá una política de intervenciones militares en el mundo, “algo que está en el alma misma de Estados Unidos”. Además la calificó como “un halcón (como se señala a los gobernantes estadunidenses proclives a las opciones bélicas) y va a tener el poder de iniciar muchas guerras, aunque a lo largo de sus campañas ha insistido en que quiere terminarlas”.
Así es como tenemos a una Hillary Clinton belicosa, “la emperatriz de los conflictos bélicos” , quien no dudará en desatar ataques de cualquier tipo, en cualquier parte del mundo, posiblemente abiertamente armamentista en Medio y Próximo Oriente y en países como México, injerencista con acciones que un gobierno ‘sumiso’, como el de Peña Nieto acatará como órdenes, sin cuestionar.
Su falta de humanidad ha sido demostrada, principalmente en naciones como Palestina, y es que anteriormente habría hablado con gran elocuencia que “los derechos de las mujeres son derechos humanos”. Para después escribir sobre dicho país, no hablando de las graves violaciones a los derechos humanos por parte de israelíes contra mujeres y niños palestinos.
Por el contrario los describió como terroristas al acecho motivados solo por las “provocaciones”, dando a entender que la ocupación militar israelí no es una realidad. Clinton ha apoyado a un Israel armado que ataca a un país calificado como “terrorista”, pero que no posee ni el armamento, ni el ejército que el otro bando sí.
Clinton ha apoyado agresivamente la ocupación militar, haciendo ver a Palestina como un campo de sicarios, cuando su principal objetivo es intentar mejorar su vida a través de la educación. Aunque no ha sido fácil.
La victoria de Clinton prometía un apoyo total y absoluto a Israel contra Palestina, compromiso certero con Arabia Saudí para generar un conflicto bélico, donde cayera Assad, lo que perjudicaría a Siria, sin dejar de mencionar que uno de sus principales objetivos ha sido destruir la alianza chií entre Irán, Assad y Hezbolá. Todo ello involucrando así un absoluto riesgo de conflicto militar con Rusia y Oriente Medio.
Clinton se ha caracterizado por llevar una carrera política basada en el respaldo a los conflictos bélicos, bajo el pretexto común del “combate al terrorismo”, un camino que lleva siempre a un combate contra Rusia en su frontera con Ucrania.
Ya el periodista y escritor australiano John Pilger y el abogado y activista estadounidense Ralph Nader, advirtieron que “Hillary Clinton podría llevarnos a todos a la III Guerra Mundial”. Un ejemplo más de la política beligerante de la ex primera dama, se reflejó en su voto a favor de la guerra en Irak, “y como secretaria de Estados Unidos adoptó una política neoconservadora usando el poder de Estados Unidos para rediseñar el mundo”, advirtieron los especialistas.
Poco antes de las elecciones, en internet se hizo viral un mensaje que se dijo “firmado por el pueblo alemán”, el cual versaba: “adelante, voten por el tipo con la voz ruidosa que odia a las minorías, amenaza con encarcelar a sus oponentes, no le importa un pepino la democracia y defiende que solo puede arreglarlo todo. ¿Qué podría salir mal?”, ante esto, una gran mayoría de norteamericanos le ha dado la ventaja en las votaciones a Donald Trump “el racista”, el también calificado como “Adolf Hitler contemporáneo”, el otro peligro para el planeta entero.
El racismo de Trump, no es un hecho que se conoce hasta este 2016, hace más de 30 años se evidenció el primer hecho, “la primera alarma se encendió en 1973, cuando el Departamento de Justicia del presidente Richard Nixon, demandó a Trump y a su padre, Fred Trump, por discriminar sistemáticamente a las personas negras que querían rentar viviendas”, afirma una publicación del periódico The New York Times.
También se explica que en ese entonces, Donald Trump era el presidente de la empresa familiar de bienes raíces, y el gobierno reunió evidencia contundente que la compañía tenía una política de discriminación contra las personas negras, incluidas aquellas que prestaban servicio en el Ejército.
Además, un exsuperintendente de los edificios Trump explicó que había recibido la instrucción de marcar cualquier solicitud de una persona negra con la letra C (“de color”), aparentemente, para que la oficina supiera que debía ser rechazada. Un agente inmobiliario de los Trump declaró que ellos querían rentar únicamente a “judíos y ejecutivos” y desalentaban las oportunidades de renta para personas negras.
“Al parecer, Fred Trump fue arrestado en una reunión del Ku Klux Klan en 1927; Woody Guthrie, quien vivía en una propiedad de los Trump en la década de 1950, arremetió contra Fred Trump en unos documentos encontrados recientemente por provocar odio racial”, continúa el texto.
Además se señala otro momento revelador en 1989, “cuando la ciudad de Nueva York estaba convulsionada con el caso de la ‘corredora de Central Park’, la violación y golpiza a una joven blanca mientras trotaba en el emblemático parque. Cinco adolescentes negros y latinos fueron arrestados.
Trump se involucró, denunció el llamado a la calma del alcalde Ed Koch y compró anuncios de página completa en algunos periódicos en los que exigía la pena de muerte. Los cinco adolescentes pasaron años en prisión antes de ser exonerados. En retrospectiva, sufrieron una versión moderna de linchamiento, y Trump jugó un papel importante en la incitación de la multitud”.
Para 1991, un libro escrito por John O’Donnell, antiguo presidente de Plaza Hotel and Casino Trump en Atlantic City, describió cómo Trump criticaba a un contador negro, y lo citó: “¡Negros contando mi dinero! Me molesta. El único tipo de personas que quiero que cuenten mi dinero son pequeños hombres que usen kipás todos los días… Creo que ese hombre es un flojo. Y probablemente no tiene la culpa, porque los negros ya traen la pereza en ellos. De verdad lo creo.
No es algo que puedan controlar”. O’Donnell relató que durante meses después de eso, Trump lo presionó para despedir al contador negro hasta que el hombre renunció por su cuenta.
En hechos actuales, NYT cita los episodios más conocidos: como la afirmación que el presidente Obama había nacido en Kenia; las insinuaciones que Obama había sido admitido en las universidades de la Ivy League solo por discriminación positiva; las declaraciones en las que se refirió a inmigrantes mexicanos como “en muchos casos, criminales, narcotraficantes, violadores”; la construcción del muro entre México y Estados Unidos; los llamados a que se prohíba temporalmente la entrada de musulmanes a dicho país; su rechazo a un juez estadounidense de ascendencia mexicana al decir que era un mexicano que no podía escuchar su caso con justicia; su negativa a distanciarse del Ku Klux Klan durante una entrevista de televisión; y muchas evidencias más de racismo, son las que hoy han elegido, al parecer, los norteamericanos.
Hasta las cero horas de este miércoles el racismo de Trump continuaba sumando victorias; cabe resaltar que el último estado importante que ganó Trump fue Florida, con un 49.2% frente a 47.7% de Hillary Clinton.
El republicano ha obtenido la victoria en 25 entidades, las cuales suman 244 votos electorales y la demócrata, ha ganado en 17 entidades y suma ya 215 votos electorales. Sin embargo, aún se desconoce resultados de cinco entidades.
Clinton aún debe ganar algunos estados, en tanto Trump, solamente esperar se confirmen las tendencias de los estados que hasta ahora se inclinan por los republicanos y llegar así a la Casa Blanca.

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