11/11/2016

Los periodistas pal café. . . .



El turno en el espectáculo judicial de temporada corresponde al ex gobernador de Sonora Guillermo Padrés, quien ayer se presentó voluntariamente ante las autoridades federales para comenzar a desahogar algunos de sus pendientes legales.

Con un trato excepcionalmente distinto al que recibe la inmensa mayoría de mexicanos, custodiado por marinos a la salida de Radio Fórmula, adonde había ido para ser entrevistado por Ciro Gómez Leyva, el ex mandatario y ex panista inició un recorrido que en pocos días lo podría tener en libertad o, en un escenario negativo, le podría conducir hacia alguna sanción benévola, ante cargos que sólo constituyen una parte del amplio catálogo delictivo por el que podría ser procesado. En todo caso, con un candado de seguridad para el sistema, pues ayer mismo se detuvo a uno de los hijos del ex gobernador.

Su defensa, desde luego, es de las más caras y políticamente influyentes pues está a cargo de Antonio Lozano Gracia, quien fue procurador general de la República durante el gobierno de Ernesto Zedillo, como producto de una negociación con el panismo y con Diego Fernández de Cevallos como verdadero jefe y beneficiario, en una evidente colusión de intereses partidistas que subsiste, aunque no con la intensidad de aquellos años dorados.

Padrés llegó al gobierno de Sonora como consecuencia colateral del incendio de la guardería ABC en Hermosillo. Parecía destinado a una aparatosa derrota electoral ante Alfredo Elías, el priísta propuesto para sustituir a Eduardo Bours, pero la muerte de decenas de niños le trocó la suerte, para bien, en unas horas (léase el Astillero del 8 de junio de 2009 con los siguientes encabezados: Días de guardar; Suerte panista cambia; Familias e hildebrandismo: https://goo.gl/kAJNpk ).

Su administración, a fin de cuentas, fue una colección de abusos, nepotismo, corrupción y frivolidad. Su enriquecimiento personal y familiar estuvo a la vista y sus abusos fueron ampliamente documentados (entre ellos, la construcción arbitraria de una represa que dotaba de agua a sus propiedades rurales). Un párrafo especial merecería la represión contra movimientos sociales opositores, particularmente al pueblo yaqui que, con resoluciones a su favor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sufrido trapacerías legales, persecución y encarcelamiento de sus dirigentes, en especial en el caso de Mario Luna (liberado 10 días antes de que Padrés dejara el poder). La tribu ha sostenido fuerte resistencia frente a la construcción del Acueducto Independencia, que le despojaría de buena parte de sus derechos históricos en cuanto a aprovechamiento de las aguas del río Yaqui.

Con fuerte tufo a negociaciones de cúpulas (Claudia Pavlovich, la gobernadora de Sonora, ahijada política de Manlio Fabio Beltrones, presionó fuerte para que hubiera acción judicial contra Padrés, pero en Los Pinos parecieran preferir maniobras judiciales que no afecten los entendimientos entre PRI y PAN), el episodio escenificado desde ayer con la presentación voluntaria del ex gobernador ha permitido de inmediato al panismo mediáticamente más relevante aparecer con proclamas de honestidad partidista y de fijación de responsabilidades, en todo caso, sólo en individuos. Es la misma cantaleta utilizada por los priístas respecto de Javier Duarte de Ochoa, quien ahora sería, según los jilgueros del partido tricolor, una especie de actor clandestino, personalísimo, de operaciones delictivas, sin que el resto de sus correligionarios supieran siquiera una pizca de lo que hacía el veracruzano.
Si fuera cierta la hipótesis de que hay un bipartidismo inducido, que pretende cerrar la competencia de 2018 a las cartas complementarias que presenten PRI y PAN, parecería que con el paso dado ayer por Padrés también se busca equilibrar los marcadores (como en su defensa política ha alegado Padrés, considerándose incluso perseguido político) en cuanto a oportunidades de deslinde de sus trapos sucios. En ambos casos, los partidos coaligados expulsaron oportunamente a sus prietitos en el arroz (que, en realidad, sería un arroz negro, con algunas excepciones en blanco o gris) y, ya abiertos los correspondientes procesos judiciales contra esos personajes, los voceros de PRI y PAN se han esmerado en demandar castigo a la corrupción, tratando de presentar una zalea blanqueada rumbo a 2018.

Falta, desde luego, que Duarte de Ochoa sea llamado a escena. Ya llegará su momento. Veracruz, mientras tanto, vive una descomposición acelerada, con el gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, violentamente rechazado por presidentes municipales, organizaciones, grupos políticos y sociales que actúan con diversas intenciones (en algunos casos, como si ya hubiera arrancado la campaña electoral para la siguiente elección, luego que pase la minigubernatura de Miguel Ángel Yunes).

Pero no hay dinero suficiente para que la maquinaria institucional veracruzana siga adelante, pues el mandatario con licencia, Duarte de Ochoa, se llevó cuanto pudo con una voracidad tan escandalosa como largamente tolerada y aprovechada por muchos de los funcionarios federales que ahora parecen espantarse de lo que antes disfrutaron y protegieron. Escenarios similares de rapiña han sucedido y están sucediendo en la gran mayoría de los estados de la República, con protestas y denuncias locales que son acalladas por parte de los medios regionales y poco atendidas (entre la abundancia de casos de escándalo en todo el país y particularmente en el plano del poder federal) por los medios con resonancia nacional.

Y, mientras James Cavallaro, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha dicho en la Ciudad de México que no se puede seguir reforzando la tesis del basurero (de Cocula); no hubo tal incendio (de los 43 de Ayotzinapa), por lo que se tienen que revisar otras líneas de investigación, y que se debe cambiar la narrativa oficial sobre el tema, ¡hasta el próximo lunes!
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El senador panista Ernesto Ruffo había apremiado a su compañero de partido, el ex gobernador de Sonora Guillermo Padrés, a que se entregara a la justicia. Había comparecido ante la comisión anticorrupción a dar su versión sobre los presuntos delitos por los cuales la Interpol había emitido una ficha roja para detenerlo en cualquier parte del mundo. Padrés se entregó ayer y está preso. Pero antes, en el programa de radio de Ciro Gómez Leyva, dijo algo que pareció un lamento: los panistas lo abandonaron. ‘‘Me duele mucho que me hayan suspendido mis derechos’’, dijo. ¿Su detención significa un arreglo, un intercambio por Javier Duarte, quien está próximo a ser capturado, según dicen? Esto se suponía, pero sucedió algo que no estaba en el script: también fue detenido su hijo, Guillermo Padrés Dagnino, luego de que un juez de Toluca libró una orden de aprehensión en su contra por delincuencia organizada. ¿Entonces sería un dos por uno: los dos Padrés por un Duarte, o por los dos Duarte? El abogado del sonorense, el ex procurador panista Antonio Lozano Gracia, informó que permanecerá detenido al menos por un plazo de seis días. ¿Optimista? Un juez deberá definir si inicia o no un proceso en su contra. Su expediente es por lavado de dinero y defraudación fiscal. Todavía hay ex gobernadores en ‘‘lista de espera’’: los dos Duarte, Rodrigo Medina, Roberto Borge. Más los que se acumulen. Se sabe que el ex mandatario priísta de Durango Jorge Herrera Caldera comenzó a oír pasos en la azotea y ha promovido amparos. No sirven de mucho. Padrés iba amparado.

32 aspirantes tras la nómina
Esta semana cerró el registro de aspirantes para el nuevo cargo de fiscal anticorrupción. No se asusten, ilustres integrantes de la clase política. Dependerá del procurador general de la República, Raúl Cervantes, aunque la selección la hará el Senado, con los votos de los amigos de PRI, PRD, Verde y PAN. ¡Hay 32 aspirantes! Sin embargo, el premio recaerá en alguno de los siguientes: Ximena Puente, presidenta del Inai; Miguel Sarre, académico del ITAM y asesor de organismos de derechos humanos, y Manuel Hallivis, egresado de la UNAM, presidente del Tribunal de Justicia Administrativa; 11 de los candidatos restantes van por su segunda vuelta como aspirantes al cargo, porque en 2014 se inscribieron pero ninguno logró el consenso necesario. Desafortunadamente, no cambiarán las cosas. El Sistema Nacional Anticorrupción nació cojo.
Partido en dos
Cuando llevan 92 por ciento de los votos individuales contados, Hillary va ganando. Lleva 59,755,284 contra 59,535,522 de Trump. Pero como lo que cuenta es el voto por estados de la Unión, fue el republicano el que reunió más de 270 votos ‘‘electorales’’. Sólo que el país quedó dividido en dos. Los pobladores de ambas costas –California, Nueva York– son clintonistas; los del centro del territorio, y la frontera con México, son trumpistas. Dato importante: Trump no ganó en ninguna ciudad de más de un millón de habitantes, ni en las zonas donde hay universidades. Hay reacciones. Millares de manifestantes han desfilado en las calles de Nueva York, Los Ángeles, San Diego, Chicago, Seattle, Pensilvania y Filadelfia coreando ‘‘no es mi presidente’’. En Twitter el hashtag #NotMyPresident es multiplicado por centenares de miles de personas. Los inconformes están convocando a una protesta el 20 de enero próximo frente al Capitolio, durante el juramento de Trump. Está sucediendo lo que se temía que ocurriera cuando fue electo un presidente negro, pero no ocurrió. Obama como helado de chocolate: ya le dijo que colaborará en todo para que la transición sea pacífica.
Ombudsman Social



Como aquí nunca pasa nada y, además, el aumento en la volatilidad ha sido asimilado de manera ordenada (Hacienda dixit), el tipo de cambio peso-dólar trepó ayer a un nuevo máximo histórico: 21 bilimbiques por billete verde (21 mil sin el truco de los tres ceros), de tal suerte que la devaluación acumulada durante la estancia de Enrique Peña Nieto en Los Pinos alcanza 61.54 por ciento, y contando, porque el huracán Trump apenas comienza.
Y como el país tiene muchas balas para dar la pelea (Banco Mundial dixit), todos los indicadores de la Bolsa Mexicana de Valores se desplomaron. El principal de ellos, el de precios y cotizaciones, cayó 4.75 por ciento, pero las acciones de cinco fondos y corporativos reportaron descensos de entre 10 y 11.65 por ciento, entre ellos Alsea, Rassini y Grupo Carso 9.93, este último de Carlos Slim.
En fin, el huracán categoría 5 (pronosticado por el meteorólogo Agustín Carstens, mientras José Antonio Meade todo lo veía rosa) apenas comienza, y junto a él los pronunciamientos y posicionamientos de los expertos en la materia, como en el caso del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic), para el cual el resultado electoral en Estados Unidos deja un mensaje muy claro: México debe asumir la conducción de su desarrollo económico; la responsabilidad del porvenir de nuestra nación es propia, no se encuentra en la esperanza de inversiones foráneas que no llegan a todas las regiones y sectores productivos de nuestro gran país; sólo a través de una planta productiva nacional altamente competitiva se puede lograr el fortalecimiento del mercado interno, y con ello alcanzar mayores niveles de progreso social.
México, pues, debe abandonar su cómoda posición de alimentarse con las migajas que le avientan desde Estados Unidos y encontrar su propio motor de crecimiento. Como señala el Idic, sin negar la relevancia de la interacción global, particularmente con el principal socio económico de nuestro país, es prioritario reconocer que el mundo está cambiando, Gran Bretaña y España ya habían enviado una señal del agotamiento del modelo globalizador que no atiende las condiciones laborales y empresariales de cada nación.
Por ejemplo, apunta el citado instituto, México es uno de los principales actores en las exportaciones, pero lo hace desde una base maquiladora, con bajo valor agregado y escaso contenido nacional. De acuerdo con el Inegi y su programa Immex, 75 por ciento de los insumos que utilizan las empresas manufactureras ahí registradas es importado; apenas una cuarta parte es generado en el país. Lo anterior es producto de haber implementado un modelo de apertura económica que fomenta la inversión extranjera y que no le da el mismo trato a la parte nacional. Eso explica la disparidad en el desarrollo regional y el bajo crecimiento del país.
México, pues, debe destetarse de Estados Unidos y dejar atrás el sueño del desarrollo compartido con el vecino del norte, que en los hechos ha sido una pesadilla de falta de crecimiento y creciente pobreza, todo ello ahora aderezado con la explícita amenaza de Donald Trump, quien no dudará de pasar a los hechos una vez instalado en la oficina oval.
Sobre este punto el Idic resalta que como nunca antes México fue el centro de los posicionamientos de la contienda por la presidencia de la primera potencia del orbe, y en consecuencia habrá que entender que existirán cambios en la relación entre ambos países. Debemos anticiparnos con una política de desarrollo económico e industrial competitiva que mantenga los lazos hacia el exterior, pero que priorice el fortalecimiento de la estructura productiva propia. La victoria de Trump tuvo como plataforma, en materia económica, el cuestionamiento de los beneficios que la apertura comercial le ha generado a la población estadunidense, y en términos generales puede entenderse que el descontento fue mayor.
En el fondo, subraya el instituto,se tiene un segundo mensaje que México debe atender: Estados Unidos impulsará estrategias que velarán por sus intereses y que pueden llegar a tener tintes proteccionistas. Si bien debe privilegiarse el ánimo sereno, es evidente que habrá cambios. México debe prepararse para ello. Y el camino es claro: debemos elaborar un proyecto de nación que priorice el incremento del valor agregado de la producción nacional; eso se logra a través de fortalecer los encadenamientos productivos propios.La competencia global requiere que el incremento de la innovación y el progreso tecnológico sean parte de la estrategia, es la única forma de crear las ventajas competitivas que superen a las ventajas comparativas de nuestros principales competidores. De igual forma es el mecanismo para hacer más robustos los nexos con nuestros socios comerciales.
El fomento a la inversión privada nacional y el incremento de la eficacia en el gasto de gobierno deben acompañarse, pues es imprescindible elevar su sinergia. Parte de ello se logra aumentando el contenido nacional de las compras de gobierno, subraya el Idic. De poco sirve tener un presupuesto público que alcanza 4.9 billones de pesos si su ejercicio termina favoreciendo mayoritariamente las importaciones. Debemos actuar con ánimo sereno, pero con claridad: evitar especulaciones que solo debiliten la posición financiera de México es una prioridad, sin embargo, también lo es comenzar a trabajar, como sociedad, en la construcción de un nuevo modelo de nación, socialmente incluyente y de competitividad basada en la productividad. Pensamos que la responsabilidad del porvenir está en las manos de todos los ciudadanos de nuestra gran nación.



En su breve abordaje sobre la esencia humana, Agnes Heller (AH) llega, igual que Márkus, a la conclusión de que, en las sociedades divididas en clases, mientras que el individuo, debido a la división del trabajo, permanece pobre (en el sentido más amplio de la palabra), se produce un enriquecimiento paralelo de la especie. En cambio, una vez superada la propiedad privada y la subordinación a la división del trabajo, todo individuo podrá participar de la riqueza social. AH destaca también que el capitalismo “consigue hacer del dinero la encarnación cuantitativa de la riqueza social”. Y limita el enriquecimiento de las N, ya sea reproduciendo la pobreza, ya sea porque limita en última instancia el desarrollo de las fuerzas productivas, o bien a consecuencia del proceso de degradación de la principal fuerza productiva: el trabajador” (pp.51-52). Marx, relata AH, dice incluso que el capitalismo “convierte al trabajador en ser exento de N” al mismo tiempo que produce N ‘múltiples y ricas’. Y añade: “Aparece aquí el tema de las N radicales, el cual, como veremos, constituye por así decir el leitmotiv de la obra marxiana (p.53). Dicho esto, la autora reitera que el hombre rico en N es un concepto de tipo filosófico y señala que “‘esencia humana’, aunque basada también empíricamente constituye sólo (y ‘sólo’ no viene entendido aquí en sentido peyorativo) una categoría de valor” (Ibid.). ¿Por qué habría de ser sólo una categoría de valor el concepto de ‘esencia humana’ si está fundado empíricamente? En mi opinión, la visión de la esencia humana en la antropología filosófica marxiana, tal como la desarrolla Márkus (en Marxismo y antropología), se deriva, mediante una deducción lógica, de ciertos datos indudables del origen y de la evolución humana y, aunque de dichos datos se pueden desprender diferentes visiones de la esencia humana y en ello juegan los valores, ello no convierte el concepto de esencia humana sólo en una categoría de valor, sino en una teoría, algo que se postula y que para convertirse en verdad científica tendría que ser verificado de alguna manera, o bien una concepción del mundo, no verificable del todo, pero que es mucho más que un valor.



De acuerdo con información proporcionada por la Red Solidaria Década contra la Impunidad y por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, el mes próximo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) abordará el caso del asesinato del activista Arturo Hernández Cardona, cometido en junio de 2013.
Se tratará específicamente lo referente a la seguridad que el Estado mexicano debe otorgar a la familia del dirigente y a un testigo presencial del homicidio, pues resulta que las medidas cautelares que les habían otorgado ya les fueron retiradas sin que haya concluido el proceso judicial, dejándolos en estado de indefensión.
En otro momento, el anuncio sería motivo de optimismo y, tal vez, hasta de algarabía, pero no ahora que la CIDH ha mostrado un alto grado de desgaste ante la resistencia del gobierno mexicano a cumplir sus recomendaciones.



En febrero de 1993 Irina Chtchoukine, hija del coleccionista ruso Serguei Chtchoukine (Moscú, 1854-París, 1936), pidió a los tribunales de la capital francesa que desmontaran 25 obras de la exposición que el Centro Pompidou dedicaba al pintor Henri Matisse, así como la retirada del catálogo. Alegó tener derechos sobre ellas, pues pertenecieron a la colección de su padre. Los tribunales desecharon la demanda.
Chtchoukine fue un rico industrial de la época zarista que hizo fortuna, entre otras actividades, en el campo textil. Bien asesorado, logró formar una de las colecciones de arte más importantes del mundo, con 258 obras de pintores impresionistas y posimpresionistas franceses, rusos y europeos. También fue mecenas de algunos de ellos. Por decreto de Vladimir Lenin fueron nacionalizados a finales de 1918, tras el triunfo de la revolución socialista. Sergei tuvo que emigrar con su familia, primero a Alemania y finalmente a París.



Para Juan Cirerol (Mexicali, 1987), cantar en casa de amigos, en las calles, en fondas y cantinas fronterizas, era hace siete años un juego. No imaginó que su trabajo fuera a gustar de manera cada vez más amplia a un público quizá harto de los clichés del rock; que estaría en festivales, que haría este sábado 12 su primer Lunario. Sin intención snob (le achacan pretensión hipster, cuando no es así), espontáneo, casi naive, tuvo la ocurrencia de mezclar polkas-norteñas-sierreñas-country (adora a Johnny Cash) con una actitud punk y letras sobre consumo de enervantes (cosa que no se había cantado en esta escena, de forma tan abierta y divertida, sin culpa ni eufemismos), toques literario-existenciales a lo Charles Bukowski (su autor de cabecera) y vocablos locales (loquear, pichar, pistear, o cuando canta: lo único que ocupas es amor, emulando a John Lennon, mas con ese verbo tan del norte: ocupar, en vez de necesitar). Con una potente y cálida voz barítona (en nuestra escena son escasos los buenos cantantes), y una presencia deschavetada, arrojó un ventarrón de frescura que hace mucho no se veía en la escena nacional. Sin duda, una de las voces más auténticas de su generación.



La 61 edición de la Muestra Internacional de Cine se inicia hoy en la Ci- neteca Nacional no de la manera en que solía hacerlo en los recientes años (con la proyección de una película clásica en copia restaurada), sino de la forma clásica en que lo hizo en otras ocasiones: con el estreno, casi obligado, del filme más reciente del director con presencia más continua en este evento, el estadunidense Woody Allen. Por esta razón, y por la forma y contenido de Café society, el arranque no ofrece mayor sorpresa, apenas una sensación de algo ya visto, sólo que esa pequeña incomodidad pasajera muy pronto se vuelve una experiencia muy agradable. Woody Allen cuenta aquí la misma vieja anécdota sentimental ambientada en Hollywood y en Manhattan (luego del accidentado periplo europeo de algunos títulos anteriores), con un alter ego suyo, el joven Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), desplazándose en los años 30 a la meca del cine para probar fortuna al lado de su tío Phil Stern (Steve Carell), exitoso agente de estrellas con quien primero comparte migajas de gloria, luego los favores de Vonnie (Kristen Stewart), secretaria de Phil, para después trepar, paulatina e irresistiblemente, en la escala de la frivolidad hollywoodense y poner en peligro sus primeras ilusiones afectivas.




La victoria electoral de Donald Trump anuncia impactos graves y preocupantes en el mundo en general, pero en el caso de México resultan particularmente severos, habida cuenta de la retórica racista, específicamente antimexicana, que fue uno de los arietes de campaña del magnate neoyorquino. Independientemente de lo que Trump pueda y quiera hacer una vez instalado en la Casa Blanca, la sola noticia de su triunfo provocó un derrumbe bursátil y cambiario extremadamente negativo para nuestro país. No es para menos: sus veladas amenazas de abandonar el Tratado de Libre Comercio (TLC), su pretensión de gravar las exportaciones mexicanas con 35 por ciento, su plan de confiscar las remesas de los connacionales para financiar la construcción de la valla fronteriza y su ominosa advertencia de emprender deportaciones de millones de migrantes provocarían un cataclismo en la economía y la sociedad mexicanas.

Bipolaridad estadunidense
No se podría representar mejor la bipolaridad estadunidense que en la foto del encuentro de Barack Obama y Donald Trump: el negro que llegó a presidente y abrió un poco la puerta y el rubio enojado que viene a cerrarla.

Aquienes tenían dudas de que ha nacido una nueva derecha, el triunfo de Donald Trump debería convencerlos de lo contrario. La nueva derecha cuenta con amplio apoyo popular, sobre todo entre los trabajadores y las clases medias vapuleadas por la crisis de 2008 y los efectos de la globalización, como ya sucedió en Inglaterra con el Brexit. Estamos ante un mundo nuevo donde esta derecha machista y racista recoge la rabia de los millones perjudicados por el sistema. Una derecha nostálgica de un pasado que no volverá, en un periodo de decadencia imperial y del sistema-mundo capitalista.

Ocupar el Partido Demócrata y devolverlo al pueblo. Nos han fallado miserablemente.

Radiantes de felicidad, aparecen Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray ante el triunfo de su candidato a la presidencia de Estados Unidos, quien, como sabemos, se trata de un señor xenófobo, antimexicano, racista, clasista, misógino y hostigador sexual, cualidades al parecer muy admiradas por estos políticos mexicanos.

Le echarán la culpa a James Comey y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Le echarán la culpa a la supresión del voto y al racismo. Le echarán la culpa a Bernie y a la misoginia. Le echarán la culpa a los otros partidos y a los candidatos independientes. Le echarán la culpa a los grandes medios por darle una plataforma, a las redes sociales por ser un altavoz y a Wikileaks por sacar los trapitos al sol.

“Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto.
Que la cuna del hombre la mecen los cuentos…
Que los gritos de angustia
del hombre los ahogan
con cuentos…
Que el llanto del hombre lo
taponan con cuentos…
que los huesos del hombre los entierran con cuentos

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