11/10/2016

Donald Trump, como balde de agua fría


Manuel Fuentes

Ganó el proteccionismo salvaje, y ello significa que aumentarán las dificultades económicas para los mexicanos.

Como balde de agua fría en la espalda de la mayoría de los mexicanos fue el anuncio del triunfo del republicano Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.  Desde el primer momento en que se instaló como precandidato del partido republicano se mofó de los mexicanos calificándolos de violadores y delincuentes, pero allá el discurso con los suyos fue anunciar que “los olvidados ya nunca más serán los olvidados”. 
Ganó el proteccionismo salvaje, y ello significa que aumentarán las dificultades económicas para los mexicanos, que tenemos una economía colonizada e incipiente.  Nuestro principal problema es tener a esa potencia mundial en el patio de al lado, que ella si traspasa cuando quiere para llevarse lo mejor de nuestra riqueza a través de sus empresas trasnacionales. 
A nosotros la construcción de un muro y para ellos las puertas abiertas para arrasar con nuestras riquezas.
Ellos, a través de esas empresas voraces siguen explotando lo mejor de nosotros y lo seguirán haciendo aún más.  A nuestros hombres y mujeres como esclavos, nuestras riquezas naturales de las que se han apoderado con la ayuda de gobernantes mexicanos en turno, que han operado como empleados suyos.
Los presidentes y legisladores mexicanos que han reformado la Constitución para dar manga ancha a inversionistas y permitir la explotación sin reserva de lo mejor de nuestro país.
El futuro de los trabajadores mexicanos no pinta nada bien con la llegada de Donald Trump.  Las empresas estadounidenses que lleguen a nuestro país exigirán se mantengan los miserables salarios a cambio de un empleo prestado.  Nuestros gobernantes seguirán ofreciendo las mejores garantías para la inversión a cambio de unas cuantas monedas devaluadas.
México “el país de las cero huelgas” y “cero sindicatos” es y seguirá siendo la mejor oferta de nuestros gobernantes ahora con la simulación de una mejor justicia laboral por medio de los juzgados laborales, que no mejorará la imparcialidad y prontitud en los juicios laborales.
Proteccionismo estadounidense apertura total de nuestra economía, es y seguirá siendo la contradicción de nuestros días.  El nuevo presidente Trump empeñado en crear una industria cada vez más creciente, nuevos empleos y mejor pagados fue la consigna para ganar votantes, ello a costa de lo que sea.
La peor noticia es que la economía de guerra seguirá imperando en un país que se ha fortalecido imponiendo la violencia internacional. Ojalá que el congreso estadounidense le ponga límites al nuevo presidente que llega sin atadura alguna y dispuesto a lograr sus objetivos a como dé lugar.
Para las corrientes más conservadoras de nuestro país la elección de Donald Trump será una oportunidad para seguir vendiendo el país al mejor postor.  El “libre mercado”, abrir fronteras, acabar con industrias propias, será la consigna.
Saldrá del sepulcro político Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda quién ahora tendrá derecho de picaporte con el nuevo presidente republicano.  A lo mejor en una de esas hasta se convierte en candidato a la Presidencia de República por el PRI y del PAN para que la relación con el país del norte sea de maravillas.
Acabar de una vez por todas con lo que queda de Pemex, la CFE y minería, borrar todo rastro de nacionalismo, será el discurso de nuestros gobernantes para caerle bien al nuevo patrón.
Dicen ellos ¡viva el nuevo rey! ¡viva el imperio norteamericano!
No lo permitamos.

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