NACIONES UNIDAS – Estados Unidos acaba de establecer una serie de principios para vigilar la explotación y el abuso sexual (EAS) por ciudadanos estadounidenses en organizaciones internacionales, incluida las Naciones Unidas y sus agencias en todo el mundo. Y también acusó implícitamente a la ONU de fallar en un caso de alto perfil.
El Tribunal del Distrito Sur de Nueva York condenó en octubre a Karim Elkorany, ciudadano estadounidense y antiguo empleado de la ONU (Organización de Naciones Unidas), a 15 años de prisión por drogar y agredir sexualmente a una víctima y hacer declaraciones falsas para encubrir otra agresión sexual.
Durante la investigación federal, Elkorany admitió que había drogado y/o agredido sexualmente a otras 17 víctimas entre 2002 y 2016.
El embajador Chris Lu, representante de Estados Unidos para la Gestión y la Reforma de la ONU en la Misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, dijo que, en consonancia con las políticas del Departamento de Estado, “hemos remitido este asunto a la Oficina del Inspector General para que lo revise y garantice una cultura de rendición de cuentas”.
“También pedimos a las Naciones Unidas que lleven a cabo una revisión similar que incluya un examen exhaustivo de la gestión de cualquier denuncia de explotación y abuso sexual o acoso sexual (SEAH, en inglés) contra el Sr Elkorany durante su empleo en las Naciones Unidas”, remarcó.
La investigación, dijo Lu, debe examinar si los funcionarios de la ONU eran conscientes de la mala conducta de Elkorany y no tomaron las medidas adecuadas, incluyendo la disponibilidad y accesibilidad de la ayuda a las sobrevivientes.
Tras dar a conocer el 26 de octubre los «Principios de Protección contra la Explotación y el Abuso Sexuales y el Acoso Sexual para el compromiso del gobierno de Estados Unidos con las organizaciones internacionales», Washington dijo que está comprometido con la prevención y la respuesta a la explotación y el abuso sexuales y el acoso sexual en el sistema de la ONU.
“Apoyamos firmemente la política de tolerancia cero de las Naciones Unidas y los esfuerzos del secretario general para reforzar su aplicación”, dijo Lu.
El embajador estadounidense añadió que “la protección contra el acoso sexual es responsabilidad de los dirigentes y administradores de todos los niveles, que tienen el deber de tomar medidas en respuesta a las denuncias de acoso sexual y garantizar la aplicación de las políticas de gobernanza y la prestación de servicios”.
Todo ello con el fin, adujo, “de que se respeten los derechos y la dignidad de todo el personal y las comunidades a las que sirven nuestras instituciones”.
La postura crítica contra la ONU se produce cuando están por comenzar los «16 días de activismo contra la violencia de género», que comienzan el 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una oportunidad para prevenir uno de los flagelos que lejos de reducirse se incrementan en el mundo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha creado un Grupo de Trabajo de la Junta Ejecutiva para revisar las políticas de prevención del acoso sexual y desarrollar enfoques mejores y coherentes en el organismo mundial, incluyendo una revisión de cómo se define internamente el acoso sexual.
Avance positivo
Tsitsi Matekaire, responsable mundial del Programa para Acabar con la Explotación Sexual de Equality Now (Igualdad Ya), con sede en el Reino Unido, dijo a IPS que la publicación de estos principios por parte de la administración estadounidense representa un avance positivo.
Esta iniciativa sigue a otras similares establecidas en países como Australia y el Reino Unido, que han introducido medidas tras los escándalos muy publicitados en los últimos años en el sector de la asistencia internacional.
“Es bueno ver que más organizaciones introducen y amplían las políticas de protección, pero las palabras deben estar respaldadas por acciones efectivas y necesitamos más pruebas sobre el impacto de estos compromisos. No sirve de nada tener estrategias y procedimientos de protección si no se aplican bien y los abusos continúan sin control», dijo Matekaire.
La especialista de la organización internacional que promueve los derechos de las mujeres y las niñas recordó que “no conocemos la verdadera magnitud del problema, pero sabemos, por las frecuentes revelaciones, que el acoso sexual, la explotación sexual y los abusos siguen siendo un problema generalizado en el sistema de las Naciones Unidas y en otras organizaciones internacionales de desarrollo».
En septiembre de 2022, señaló, una investigación de los medios de comunicación reveló abusos sexuales por parte de trabajadores humanitarios en un campamento gestionado por la ONU en Sudán del Sur. Se informó de que los abusos se produjeron «a diario» durante varios años y que los funcionarios de la ONU eran conscientes de ello en 2015.
Las Naciones Unidas tomaron algunas medidas, pero fueron muy criticadas por no introducir estrategias efectivas para acabar con el problema, y una revisión externa citó la falta de apoyo a las víctimas, recordó Matekaire.
«La ONU y todos los organismos internacionales de desarrollo deben aplicar un enfoque de tolerancia cero ante el acoso y el abuso sexual dirigido al personal y perpetrado por él. Esto debe aplicarse a todos, independientemente del nivel de su posición”, remarcó la especialista.
A su juicio, «todo el personal debe recibir formación, con políticas y procedimientos bien comunicados. Las denuncias de abusos deben tomarse en serio, las investigaciones deben llevarse a cabo con rapidez y eficacia, y los autores deben rendir cuentas plenamente».
La directiva de Quality Now añadió que los trabajadores humanitarios y otros denunciantes deben estar bien protegidos para que puedan revelar las denuncias de abusos sin temor a las repercusiones negativas, incluidas las represalias o la marginación.
“Y los mecanismos de salvaguarda y denuncia deben garantizar que los depredadores sexuales no puedan eludir el castigo o trasladarse a otros puestos de trabajo donde puedan cometer más delitos», remarcó.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Mientras tanto, un informe de Reuters del 1 de noviembre dice que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha suspendido a un alto directivo de su sede central en Ginebra después de que una doctora británica denunciara públicamente que fue agredida sexualmente en una conferencia sobre salud en octubre, según dos fuentes familiarizadas con el asunto.
Rosie James, una médica de 26 años que trabaja para el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, tuiteó el mes pasado que la agresión se produjo durante la Cumbre Mundial de la Salud de Berlín. La reunión, celebrada del 16 al 18 de octubre, fue coorganizada por la OMS. James dijo entonces que pensaba denunciar el incidente.
“El presunto agresor está de baja y la investigación está en curso», dijo un portavoz de la OMS en una respuesta por correo electrónico a Reuters sobre las declaraciones de James, pero sin dar datos sobre su nombre y cargo.
Los nuevos principios
El conjunto de «Principios de Compromiso Gubernamental para la Protección contra el Abuso de la Explotación Sexual y el Acoso Sexual en las Organizaciones Internacionales», establecido por Washington, incluye seis componentes clave:
- Tolerancia cero
Estados Unidos continuará promoviendo la plena aplicación de políticas de tolerancia cero frente a la explotación y el abuso sexuales y el acoso sexual, incluida la tolerancia cero frente a la inacción en respuesta a las denuncias, en todas las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
Esto incluye el apoyo a políticas que den prioridad a los esfuerzos de prevención y mitigación, que supervisen la eficacia de dichos esfuerzos, que garanticen un acceso seguro a los mecanismos confidenciales de denuncia de SEA y un apoyo adecuado a los supervivientes, y que integren los principios centrados en los supervivientes en todas las acciones de respuesta a las denuncias presentadas, incluidas las investigaciones.
Estados Unidos reconoce que la ausencia de denuncias no significa que no se estén perpetrando incidentes, ni indica que se estén aplicando plenamente las políticas de tolerancia cero.
- Un enfoque centrado en el superviviente
Estados Unidos espera que todas las denuncias o incidentes de explotación y abuso sexual y de acoso sexual sean examinados y tratados, respetando los principios del debido proceso.
En su compromiso con las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, Estados Unidos seguirá abogando por el uso de principios y normas centrados en el superviviente, un enfoque que reconoce y empodera a los supervivientes como individuos con capacidad de acción y necesidades únicas, salvaguardando su dignidad y bienestar.
- Prevención y mitigación de riesgos
Estados Unidos trabajará con las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales para institucionalizar medidas de prevención y mitigación que vayan más allá de la concienciación básica, la formación, el desarrollo de capacidades o la difusión de códigos de conducta. También para que se incluya el compromiso de promover una financiación adecuada, personal técnico dedicado y un análisis y una mitigación de riesgos significativos.
Estados Unidos exigirá a las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales el máximo nivel de exigencia, incluso desde el inicio de una crisis, un conflicto o una emergencia, para mitigar dicho riesgo, especialmente con las poblaciones altamente vulnerables.
- Responsabilidad y transparencia
Estados Unidos espera que los dirigentes de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales adopten medidas significativas para apoyar la responsabilidad y la transparencia mediante, entre otras cosas, lo siguiente:
La realización de investigaciones oportunas y centradas en los supervivientes; esfuerzos de respuesta impulsados por las necesidades, las experiencias y la capacidad de recuperación de las personas que corren mayor riesgo de padecer SEA; sistemas claros de notificación y respuesta, incluso para informar a los Estados miembros de las denuncias o los incidentes; y medidas de responsabilidad, incluida la terminación del empleo o la participación de las fuerzas del orden, según sea necesario.
- Cambio de cultura organizativa
Estados Unidos trabajará para que las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales desarrollen métricas y estándares de práctica basados en la evidencia en la aplicación de políticas de tolerancia cero, promuevan enfoques holísticos, empoderen a las mujeres y a las niñas, y refuercen el liderazgo y la responsabilidad organizativa.
Las políticas, las declaraciones y la formación son esenciales, pero por sí solas son insuficientes para producir un cambio positivo duradero. El cambio a nivel de sistemas requiere un cambio en la cultura organizativa, el comportamiento y los procesos y mecanismos subyacentes para prestar asistencia y promover la responsabilidad interna.
- Potenciación de las comunidades locales
Estados Unidos dará prioridad, en colaboración con los dirigentes de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, a la importancia crítica de los esfuerzos dirigidos a nivel local, en particular los dirigidos a mujeres y niñas, que, cuando reciben un apoyo significativo y se comprometen, pueden informar sobre las medidas que pueden mitigar los riesgos y promover una programación de la ayuda exterior más segura.
T: MF / ED: EG
No hay comentarios.:
Publicar un comentario