Ayer, durante el evento “Educación sin Fronteras”, celebrado en Palacio Nacional, Peña Nieto anunció seis medidas, entre éstas, la instalación, en coordinación con la secretaría de Gobernación, de módulos en 11 puntos de repatriación de la frontera; el aprovechamiento de maestros hablantes de inglés; un programa especial de español para niños que no lo dominan y, la emisión de lineamientos para hacer operativas las reformas a la Ley General de Educación relativas al asunto promulgadas ayer.
Las medidas para la educación de migrantes mexicanos repatriados se han marcado por la premura, un aspecto que presumió el mandatario federal en su discurso, al reconocer que en un mes desde que envió la iniciativa, el Congreso aprobó las reformas a la Ley General de Educación, que, sin embargo, aún no está reglamentada para poder implementarse.
Con la misma prisa, aún sin definir la forma de acreditación de estudios o equivalencias, ni los programas que se implementarán para la recepción de alumnos, el primer módulo fronterizo de la SEP se inaugurará hoy, cuando Aurelio Nuño y Miguel Ángel Osorio Chong visiten Piedras Negras Coahuila. Según el mensaje de ayer, los otros 10 módulos se instalarán en el transcurso de un mes.
Apro realizó una revisión de algunos aspectos anunciados para beneficiar a mexicanos repatriados para contrastarlos con las condiciones para quienes viven en territorio nacional.
Por ejemplo, bajo un principio de “solidaridad y confianza”, aunque no se cuente con documentos ni forma de probar formación, el anuncio de Peña Nieto implica que se recibirán maestros repatriados que darán clases de inglés. En contraste, de acuerdo con la convocatoria emitida por la Secretaría de Educación Pública (SEP) el pasado 20 de enero, el perfil de quienes buscan concursar por una plaza docente en el sistema educativo en los niveles preescolar y básico para el ciclo escolar 2017-2018 es el siguiente:
“Podrán participar los egresados de escuelas normales y demás instituciones formadoras de docentes de educación básica del país, públicas o privadas, con reconocimiento de validez oficial”.
Hay más. La convocatoria establece que el concursante a una plaza docente debe presentar Título Profesional, Cédula Profesional o Acta de Examen Profesional, en tanto, los participantes que a la fecha de registro no cuenten con esa documentación, deben presentar Constancia de Estudios especificando la fecha de su conclusión, así como la fecha de celebración del Examen Profesional.
Además, un aspirante a impartir clases de inglés debe presentar un comprobante en el que la Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación de la SEP lo certifique con nivel 12, en tanto, para francés, debe acreditar el mismo nivel 12 o acreditar nivel B 2, del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas Extranjeras certificado por el Centro Internacional de Estudios Pedagógicos de París.
Reconocimiento desigual
Por la tarde, luego del acto en Palacio Nacional, al inaugurar la exposición Destellos de Esperanza, en el marco del Día Mundial del Síndrome Down, Nuño Mayer fue más específico respecto a los anuncios de Peña Nieto.
En entrevista, expuso que con la reforma se eliminan la traducción certificada de documentos de validez de estudios y el apostillado, y adelantó que el jueves se emitirá la modificación al Acuerdo 286 de la SEP, relativo a reconocimiento de estudios por experiencia mediante un examen.
La eliminación burocrática, sin embargo, no está clara. El Acuerdo 286, consiste en reconocer mediante una serie de exámenes, conocimientos adquiridos de manera autodidacta o por experiencia profesional. Pero no es aplicado por la SEP, tampoco es inmediato y tiene costo para cualquier mexicano que desee sustentarlo.
Dicha aplicación se lleva al menos un año por la diferenciación de fechas desde el primer examen de conocimientos hasta el examen oral y el examen de un caso práctico, correspondientes a las tres etapas contempladas por la única institución autorizada para aplicar dichos exámenes: la asociación civil denominada Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval).
De acuerdo a su lista de precios vigente, después de cumplir una serie de trámites en la SEP que debe autorizar la recepción del sustentante, por ejemplo, para alguien que busca obtener su licenciatura en biología por este sistema, el Ceneval cobraría en la primera etapa del examen 2 mil 010 pesos, mientras que para la segunda 14 mil 190 pesos y para la tercera etapa otros 14 mil 420 pesos.
La acreditación por equivalencia compete a 41 profesiones y una carrera técnica. En relación a nueve profesiones, el costo sería de 30 mil 620 pesos; en 31 opciones costaría 16 mil 200 pesos y, en el caso de la carrera técnica, 23 mil 915 pesos. En tal caso, lo relativo a documentos y otros “engorrosos trámites burocráticos”, como los denominó Peña Nieto, deben cumplirse.
Aprenda español en unos meses
Entre las acciones que ayer presumió Aurelio Nuño destaca la implementación de un programa de español para quienes no lo dominen y que corresponde también a una de las seis medidas anunciadas por Peña Nieto.
De acuerdo con el secretario de Educación, el Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA) tendrá una ampliación presupuestal de 60 millones de pesos para que implemente dicho programa en los municipios con mayor índice de retorno de mexicanos.
La calidad, medida con evaluación educativa, es otro de los argumentos discursivos de la Reforma Educativa desde 2013, pero dado lo expuesto por Aurelio Nuño, se pone en entredicho pues pretende enseñar en “unos cuantos meses” a niños angloparlantes a dominar el español.
“Estaremos presentando en los próximos días… hay un programa que estamos haciendo junto con el INEA para todos aquellos que no hablen el español o que no lo hablen suficientemente bien, puedan tener un curso intensivo para que en unos cuantos meses puedan estar familiarizados con el idioma español y eso les permita poder tomar clases de mejor manera (sic)”.
En noviembre pasado, en una entrevista con Carmen Alcira López Florez, encargada del departamento de Educación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef-México), sobre la enseñanza a niños de educación básica hablantes de una lengua indígena y las evaluaciones educativas en español, explicó que el aprendizaje de una lengua se estima en dos años promedio.
“Yo no podría evaluar a alguien en el conocimiento de una materia si no me he asegurado antes de que la lengua utilizada para comunicar es manejada con solvencia”, expuso.
Luego ejemplificó el aprendizaje idóneo de una segunda lengua:
“Lo que hacen los colegios bilingües internacionales (por ejemplo, los colegios Americano, Franco-Mexicano, Alemán, etcétera) es que tienen un currículo que asegura el manejo de la lengua desde el preescolar. Los niños pequeños tienen una inmersión muy cuidadosa en la segunda lengua: el francés, el inglés, el alemán. La inmersión en la lengua es cuidadosa, para que cuando entren a primaria sea suficientemente comparable a la que tendría un niño francés, un niño inglés o alemán: reciben libros y contenidos de otras áreas sin que la lengua sea un obstáculo; son evaluados para el bachillerato internacional con pruebas del extranjero y a veces los niños bilingües tiene mejores resultados que los del país de origen de la lengua, porque el bilingüismo tiene muchas ventajas cognitivas, pero ahí el colegio se aseguró de que la lengua no fuera obstáculo.
“Si no se logra asegurar que haya suficiente comprensión, una evaluación no nos dará la información que necesitamos como maestros y planificadores y va a ser injusta con el propio sistema, porque el resultado dirá que es insuficiente y los niños no aprenden, pero no va a poner el foco donde debe ponerlo, porque no es un tema de falta de dominio de lectura y escritura sino un problema de falta de dominio de la lengua en la que se está dando la enseñanza”.