(apro).- En un intento por frenar los alcances de la investigación sobre el empresario brasileño Marcelo Odebrecht y sus posibles sobornos a autoridades del sexenio pasado y del actual, PRI y PAN empujan una nueva redacción del dictamen de la Comisión de Transparencia que permitía cancelar los contratos existentes con gobierno mexicano.
Desde la semana pasada, el PRI operó
políticamente haciendo el vacío a la comisión y evitando con ello que se
sesionara por falta de quórum. El miércoles 15, la Comisión de
Transparencia sometería a votación el dictamen a favor de que “se
cancelen” todos los contratos que tengan las filiales de las empresas de
la que es dueño Odebrecht, además de pedir a los congresos de Veracruz,
Hidalgo y Guanajuato que hagan lo propio.
La Comisión de
Transparencia sí logró el quórum, pero desde el inicio el PRI pidió
modificar el orden del día para que el dictamen no fuera sometido a
discusión y posible aprobación. Su argumento fue que la junta de la
comisión no se había reunido de manera previa.
A su vez, el PAN
pidió más días para elaborar “una nueva redacción” sobre el dictamen,
según detalló el perredista Rafael Hernández Soriano, integrante de la
comisión.
También explicó que el PAN sugirió elaborar una nueva
redacción para que cada uno de los contratos de Odebrecht con México “se
estudien y no se cancelen”.
Finalmente el PRI apoyó al PAN y la
diputada que sugirió desde el 2 de febrero pasado que se investigaran
los contratos, la legisladora de Morena Rocío Nahle, aceptó que se
estudie una nueva redacción.
De ahí que se decidió que la comisión
se mantenga en “sesión permanente”. De acuerdo con Nahle, se acordó
esperar hasta el martes próximo para que PAN y PRI presenten la nueva
redacción. Aclaró que esto no significa que la investigación ya se
canceló.
Al arranque del actual periodo ordinario, la diputada
Nahle presentó un punto de acuerdo donde se exhortaba a la Secretaría de
la Función Pública (SFP) para que diera a conocer los contratos que
Odebrecht mantiene con el país, además de pedir a la Auditoría Superior
de la Federación (ASF) revisiones a todos los contratos y que se
cancelaran los mismos.
La Mesa Directiva envió el punto de acuerdo
a la Comisión de Transparencia para que emitiera un dictamen, el cual
fue a favor de las demandas de la legisladora, sin embargo, desde el 15
de marzo, primero el PRI, y hoy el PAN, han operado políticamente para
frenar los alcances de las indagaciones sobre este caso.
Según
declaró Marcelo Odebrecht en diciembre pasado, entregó 10.5 millones de
dólares a funcionarios mexicanos entre 2010 y 2014, con el fin de que se
le entregaran varios contratos.
En el documento de la diputada
Nahle se hace un análisis pormenorizado de uno de ellos entregado justo
en esas fechas y que es transexenal: se trata el contrato para la
construcción de la llamada planta “Etileno XXI”.
“Etileno XXI es
una asociación entre Braskem, en la que Odebrecht tiene el 39% de las
acciones, y la mexicana IDESA. Se espera que tenga capacidad para
producir más de un millón de toneladas anuales de etileno y
polietilenos”.
La licitación para construir la planta se entregó
en 2010 durante el gobierno del panista Felipe Calderón, pero se echó a
andar apenas el mes de febrero de 2016 con la presencia del secretario
de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y del director de Petróleos
Mexicanos, José Antonio González Anaya.
La planta tuvo un costo aproximado de 4 mil millones de dólares.
Un
contrato más lo tiene Odebrecht con el gobierno de Veracruz y fue
autorizado el 20 de abril de 2015, en la gestión del hoy prófugo Javier
Duarte. Se trata de la concesión otorgada a la empresa brasileña para
privatizar el servicio a través del Sistema de Agua y Saneamiento
Metropolitano de Veracruz.
En este caso Odebrecht participa en
colaboración con una de las más grandes empresas del mundo que controlan
el suministro de agua, la española Aguas de Barcelona. La privatización
del servicio alcanza los municipios de Veracruz, Boca del Río y
Medellín.
También tiene y desarrolló contratos para brindar
servicios en la refinería de Minatitlán por 289.5 millones de dólares;
en la refinería de Tula, Hidalgo, por mil 55 millones de dólares; la
refinería de Salamanca por 85.2 millones de dólares; el gasoducto Los
Ramones segunda etapa por mil 200 millones de dólares, y el gasoducto
transfronterizo Quetzal, México-Guatemala por 800 millones de dólares.
Odebrecht empezó a operar en México desde 1991, pero no fue hasta 2005 que arrancó con la firma de contratos millonarios.
Durante
la sesión de la Comisión de Transparencia, una legisladora del PAN
acotó que en 2006 la empresa llegó a Michoacán, donde “construyó la
presa Francisco J. Mújica, obra que involucró más de mil millones de
pesos”, aunque presupuestó mucho más bajo.
En respuesta, la
diputada Rocío Nahle, de Morena, comentó que así opera Odebrecht:
“Cotiza a la baja y cada año pide ampliaciones, elevando al final
considerablemente los presupuestos”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario