CIUDAD
DE MÉXICO (apro).- Felipe Calderón no deja de ser un personaje polémico
desde que dejó Los Pinos y se ha convertido en el peor activo para
Margarita Zavala en sus pretensiones de ser candidata y luego
presidenta de México.
Cada vez que aparece o que habla Felipe
Calderón no beneficia la figura de su esposa y, lo peor del caso para
los panistas y para la propia Margarita, es que al parecer no tiene la
intención de hacerse a un lado porque está convencido de que es un
elemento de que suma simpatías.
En la dirigencia nacional del PAN
seguramente ya tienen medida la popularidad que genera Felipe Calderón
cada vez que hace una aparición. Si no la tienen, deberían encargarle a
una encuestadora que haga dicha medición porque les servirá para tener
más claros los beneficios o perjuicios que genera el expresidente de la
República, quien es muy dado a enfrentar a los que no están de acuerdo
con él.
A diferencia de los expresidentes priistas que tenían como
regla de oro retirarse de la escena política una vez que terminaron su
administración, los exmandatarios del PAN han hecho todo lo contrario y
siguen apareciendo muy activos en la política y en los medios de
comunicación ofreciendo sus opiniones de todo. Lo mismo que de Donald
Trump que de política, deportes, economía, aumento de combustibles o de
inseguridad.
Tanto Vidente Fox como Felipe Calderón están
convencidos que hicieron un buen trabajo para el país y que la
ciudadanía los recuerda en un buen concepto. De ahí que en el caso del
segundo, ahora que su esposa quiere ser candidata presidencial –como
alguna vez lo soñó también Marta Sahagún-, insista en aparecer dando
declaraciones de todo y para todo.
Ejemplo de esto es que ahora
que se denunció que el exdirector del periódico La Prensa, Mauricio
Ortega, robó el jersey de Tom Brady, uno de los primeros críticos fue
Felipe Calderón, calificando el hecho de una vergüenza.
La
respuesta colectiva en contra de Calderón fue casi inmediata, se le
recordó las acusaciones de haberse robado la elección presidencial en el
2006 y su respuesta lacónica de “haiga sido como haiga sido” para
justificar su llegada a la casa presidencial.
Lo mismo ha ocurrido
cuando critica a Enrique Peña Nieto por los altos niveles de
inseguridad que hoy se tienen. Olvidando que fue en su sexenio cuando
empezó esta tragedia con más de 120 mil muertos y 20 mil desaparecidos.
Igual
ocurre cuando juzga de errónea la política del aumento del precio de la
gasolina sin tomar en cuenta que es su administración la Magna
incrementó 69.6%, el diesel 106% y la Premium 44.7%.
Es un hecho
que los saldos económicos, políticos y sociales del panismo en 12 años
de gobierno no son para presumirse. La transición democrática fue su
gran fracaso, el crecimiento económico apenas alcanzó el 3.2 por ciento,
los pobres aumentaron en 6 millones y continuaron los planes de
privatización de todos los servicios básicos como salud, agua, energía,
seguridad, etc.
De esta manera, Calderón por más que quiera ser un
activo positivo para los planes presidenciales de su esposa, en
realidad es un fardo que pesa como un muerto, no es una buena carta de
presentación y menos un elemento que genere confianza en la población.
En el peor de los casos, para Margarita y el PAN su presencia ayuda a
los opositores porque cada vez que asoma la cabeza le muestran su pasado
y ante eso nada tiene que hacer.
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