Pedro Echeverría V.
1. Conocemos generalmente el fascismo italiano por su líder asesino
Benito Mussolini y el nacismo alemán por su par asesino Adolfo Hitler.
Hemos leído acerca de sus sangrientas dictaduras, el monopolio de sus
fuerzas y la persecución y asesinatos a sus pueblos. Pero los fascismos y
nacismos posteriores no se repiten exactamente; son distintos, aunque
no menos dictatoriales, brutales y asesinos.
2. Los fascismos no son problemas particulares, muy cercanos
chovinistas como el muro en la frontera mexicana, sino que son una
política de dominio y exterminio que se aplica en el mundo –por lo menos
después de la Segunda Guerra- por los EEUU que se convirtieron en el
“policía mundial” con sus armas atómicas y nucleares, por su exacerbado
militarismo o por los gigantescos endeudamientos.
3. Pero también conocimos otros tipos de fascismo en la España de
Francisco Franco que estableció una feroz dictadura de 1939 a 1975, así
como en el Japón del general Hideki Tojo, que fue Primer Ministro de
Japón entre 1941/44 y fue uno de los principales líderes del
nacionalismo expansionista japonés. ¿Quién puede olvidar el fascismo
español que obligó a miles de republicanos a exiliarse en México?
4. ¿Puede acaso olvidarse al general Augusto Pinochet en Chile o a
Jorge Videla en Argentina en la década de los setenta -mediante golpes
de Estado- establecieron gobiernos militares fascistas llevando a miles
de seres humanos a la cárcel y a ser asesinados? En México y en EEUU
quizá las clases altas y medias no se den cuenta, pero los trabajadores
sufren a diario formas fascistas de explotación y contra las protestas
que ejercen.
5. Hoy se publicó que el presidente Donald Trump reduce el gasto de
muchos programas nacionales como de salud, educación, cuidado del medio
ambiente, a fin de financiar un aumento significativo en las fuerzas. Un
presupuesto que pone a Estados Unidos en primer lugar lo que debe hacer
de la seguridad de nuestro pueblo –dice Trump- su prioridad número uno,
porque sin seguridad no puede haber prosperidad.
6. El proyecto incluye un aumento de 54 mil millones de dólares para
las fuerzas armadas, el más grande desde el gobierno de Ronald Reagan,
en la década de los 80. Desesperado Trump promete la entrega inmediata
de dinero para la preparación de tropas, la lucha contra milicianos
islámicos y la adquisición de nuevos buques, aviones de combate y otras
armas. Este sí es fascismo caliente que amenaza al mundo y debe pararse.
7. Por ello Trump “dio más libertad al Pentágono y a la CIA para
llevar a cabo ataques de drones contra objetivos extremistas del medio
oriente sospechosos de terrorismo”. Como si “sospecha de terrorismo” da
la campanada Trump para iniciar su preparación a las guerras de
invasión. ¿Se espera acaso que países incondicionales, esclavos como
México, comiencen a comprar armas y a prepararse para nuevas guerras?
8. ¿Y qué hace México para seguir el fascismo yanqui? Comprar más y
más armas para equipar a su ejército, a su armada, a su policía federal
como si estuviera en guerra con otros países. “Con la llegada reciente
de más helicópteros PantherMBe y Black Hawk UH-60, la Armada de México
ha cumplido casi el 90 por ciento con la adquisición de 56 aeronaves de
un total de 63 programadas para este sexenio…en materia de aviones ya se
adquirieron 46 naves proyectadas”, declaró Francisco Soberón. (La
Jornada 14/III/17)
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