Soledad Jarquín Edgar
Oaxaca,
29 abr. 15. AmecoPress/SEMlac.- El 14 de abril pasado, el Senado de la
República mandó a publicar una reforma largamente esperada que, por ser
constitucional, requirió del acuerdo de al menos 14 entidades del país.
Esta
reforma asegura derechos electorales a las mujeres de comunidades
indígenas mexicanas (siete millones de personas) y asegura, al mismo
tiempo, su participación en condiciones paritarias, en armonía con la
Reforma Política mexicana decretada en 2014.
Eufrosina Cruz
Mendoza sonríe, se le ve tranquila, orgullosa y satisfecha. Ella,
diputada federal, fue quien presentó la iniciativa. La entrevista sucede
a unos días de que el Senado de la República declarara reformada la
fracción III del Apartado A del Artículo 2º de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.
Reforma que
tiene su origen en una iniciativa que, el primero de octubre de 2013,
presentó ella como diputada oaxaqueña e integrante de la LXII
Legislatura. El nuevo texto constitucional dice:
"Elegir de
acuerdo con sus normas, procedimientos y prácticas tradicionales, a las
autoridades o representantes para el ejercicio de sus formas propias de
gobierno interno, garantizando que las mujeres indígenas disfrutarán y
ejercerán su derecho a votar y a ser votadas en condiciones de igualdad
con los varones; así como a acceder y desempeñar los cargos públicos y
de elección popular para los que hayan sido electas o designadas, en un
marco que respete el pacto federal y la soberanía de los estados. En
ningún caso las prácticas comunitarias podrán limitar los derechos
políticos y electorales de los y las ciudadanas en la elección de sus
autoridades municipales".
"La reforma
—dice a boca de jarro- está dedicada a las mujeres de Santa María
Quiegolani". Se trata de su pueblo natal y donde, en 2007, no la dejaron
ser presidenta municipal argumentando violaciones a los usos y
costumbres, como el hecho de ser profesionista y mujer.
"La reforma no
fue un hecho fácil", apunta Cruz Mendoza en conversación con SEMlac.
También sostiene que la última ocasión en la que un diputado oaxaqueño
logró una reforma constitucional fue en la LV Legislatura, hace 21 años,
dato que obtuvo después de revisar los archivos del Congreso federal.
Por eso también está satisfecha.
Esta mujer es
la presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, lo que le ha
permitido dejar una "huella": la reglamentación que terminará con la
pretensión de unos cuantos de ampararse en los usos y costumbres para
violentar los derechos humanos de las mujeres, pues los derechos
políticos son derechos humanos y un pretexto para la exclusión y la
discriminación de las mujeres.
La reforma,
explica Eufrosina Cruz llena de orgullo, tiene su principio en su
experiencia personal, en el dolor de su madre, en sus lágrimas. Pero
también en el ánimo que le dieron un grupo de mujeres de Quiegolani que,
como ella, pensaban que estaban en su derecho de tomar parte en las
elecciones, cuando no recibieron buenas respuestas de las responsables
de las instituciones o las diputadas locales, que excusaron al entonces
munícipe señalando que así era porque en el catálogo de su comunidad no
estaba incluida la palabra mujer.
Siete años
después, es un derecho constitucional, una herramienta que tiempo atrás
ella no tuvo para defender su derecho a ser presidenta municipal de
Santa María Quiegolani, comunidad enclavada en la Sierra Sur de Oaxaca;
un lugar lejano que la catapultó hacia una trayectoria política, "porque
es en la política donde se logra incidir, donde se logran los cambios",
dice.
Reitera que se
siente feliz porque logró la reforma constitucional, que al final era su
objetivo dentro de la LXII Legislatura. "Para eso vine al Congreso y lo
conseguí, han valido la pena las críticas y las adversidades que
siempre enfrenté, y valdrá más la pena cuando las mujeres hagan valer
esta herramienta que plasma los usos y costumbres, pero vigila que no se
violenten los derechos humanos de las mujeres, que haya igualdad de
condiciones para hombres y mujeres y ejerzan su derecho a votar y a ser
votadas".
En su recuento,
Cruz Mendoza reconoce el papel que desempeñó la magistrada María del
Carmen Alanís en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación y lamenta que no haya pasado lo mismo con el Tribunal Estatal
Electoral (de Oaxaca), "donde no juzgan con perspectiva de género, sino
con una perspectiva partidista".
Antes de la
aprobación del Senado, un total de 19 entidades del país habían dado su
aprobación: Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas,
Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos,
Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas y
Veracruz.
Con la reforma
constitucional, la diputada federal ve otras ventajas, como el hecho de
que "también en las comunidades no habrá más juanitas" y explica que
muchas veces, cuando los señores se van al norte, las mujeres realizan
las actividades que a ellos les corresponden.
Pero cuando
ellas son nombradas autoridades, entonces vuelven a aparecer los
señores, aunque haya sido una mujer la que construyó el liderazgo, y las
dejan fuera.
"Ahora nos toca
exigir a las instituciones como los institutos de las mujeres, de
derechos humanos y el INE, para que empiecen a aplicar y capacitar, a
sensibilizar a las comunidades. No porque estén o no preparadas, se
tiene que hacer, porque la democracia no se puede consolidar sin las
mujeres".
Por ello añade que esta reforma "tendrá su prueba de fuego" en las elecciones de 2016.
Para la
entrevistada, hay mucho que resarcir, no solo a las mujeres de Oaxaca,
sino también a las de Chiapas, Guerrero, Michoacán y otras entidades
donde algunas han sido expulsadas de sus comunidades, han sufrido
violencia, incluso física y amenazas, y se vive con el estigma y los
señalamientos a sus familias, "porque se convierten en una especie de
revoltosas de sus comunidades".
Desde octubre
de 2013 hasta la declaración de la reforma constitucional, Eufrosina
Cruz Mendoza realizó una labor de cabildeo a veces más sola que nunca,
pero encontró aliadas y aliados importantes, como los medios de
comunicación.
"A veces me
proponían ’canjear’ esta reforma por otra; en otras ocasiones
consideraban que no era importante porque no entraba en las propuestas
del Pacto por México. Hablé con los líderes de los partidos, de las
fracciones de cada Estado, y casi siempre encontré quien se negaba a
firmar, relata".
La entrevistada
apunta que hubo muchas resistencias. "En la comisión de Igualdad no
querían porque era mi propuesta, pero insistí mucho porque no quería que
algo como lo que me sucedió a mí le pasara a otra mujer, no quería ser
cómplice de nada ni de nadie", sostiene sin ningún temor.
"Me decían que
ya no era necesaria esta reforma, que finalmente los pueblos indígenas
estaban reconocidos constitucionalmente y no eran necesarias acciones
afirmativas para los grupos minoritarios. Yo les explicaba que sí, que
estábamos en desigualdad y, mientras eso no se terminara, no íbamos a
avanzar".
Finalmente, las tres comisiones, la de Igualdad, de Puntos Constitucionales y de Asuntos Indígenas, firmaron la iniciativa.
Incluso,
apunta, la ONU adoptó la iniciativa como un mecanismo de acción
afirmativa para construir ciudadanía en los países con población
indígena y, en septiembre 2014, 177 jefes de Estado suscribieron la
propuesta en el seno del organismo internacional.
"Ahí tuve
oportunidad de decirle al presidente Enrique Peña Nieto cómo estaban las
cosas en México. Él subió a la tribuna de la ONU y dijo que haría lo
propio en nuestro país".
Y así fue: a
los ocho días, en el pleno de la Cámara de Diputados, se llevó a cabo la
primera lectura y, finalmente, en octubre se aprobó y remitió al
Senado, que finalmente votó por unanimidad.
"Para mí fue un momento muy emotivo, era mi obligación lograr ese objetivo", sostiene.
Finalmente,
apunta que el problema no son los usos y costumbres; de ellos está
orgullosa porque son la fiesta, la mayordomía, la lengua y la
vestimenta. Pero enfatiza que nada tienen que ver con permitir la
violencia a los derechos humanos de las mujeres, pues "sin nosotras
ninguna democracia puede llamarse como tal; digan lo que digan, no es
así".
Foto: La Diputada federal Eufrosina Cruz Mendoza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario