Su única estrategia, buscar el poder a perpetuidad
Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Jueves 30 de abril de 2015, p. 13
En
México, las centrales obreras y sindicatos de todas las corrientes
tienen una característica unificadora: la mayoría de sus dirigentes se
han
eternizado en el poder. Otra constante es que mientras ocho de cada 10 trabajadores viven en condición de pobreza, las grandes centrales y sindicatos administran millonarios bienes, edificios, deportivos, hoteles, terrenos, ranchos; manejan voluminosas cuotas sindicales y fideicomisos; gremios de burócratas incluso son favorecidos con fondos gubernamentales.
Trabajadores pobres y dirigentes ricos es la constante. A muchos de
los líderes se les atribuyen fortunas personales conseguidas de maneras
cuestionables y la mayoría llevará a cabo todas las estrategias en
busca de perpetuarse en sus cargos. Así, este primero de mayo, Día del
Trabajo, las consignas de los obreros podrán cambiar, pero las caras de
los dirigentes serán las mismas de hace 20, 30 años o más.
Datos del Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo
revelan, por ejemplo, que el líder ferrocarrilero, Víctor Flores
Morales, recibió su toma de nota como dirigente hace más de dos décadas
y se ha relegido varias veces en el cargo –desde el cual ya quebró dos
fideicomisos de los trabajadores, uno por 14 mil 500 millones de pesos
y otro por 345 millones. También, Rafael Riva Palacio Pontones dirige
el sindicato del Infonavit desde 1977, hace casi cuatro décadas.
La información señala que en el sindicato del Fonacot, Antonio Reyes
obtuvo su registro como secretario general desde 1990, cumplirá este
año un cuarto de siglo.
En los llamados sindicatos independientes, el líder de los
telefonistas, Francisco Hernández Juárez, tiene toma de nota desde
1976. Mientras Agustín Rodríguez Fuentes llegó a la dirigencia del
Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México
(Stunam) en 1994, hace 21 años.
Datos de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) indican
que Gilberto Muñoz Mosqueda cumplirá 36 años como secretario general
del Sindicato de Trabajadores de la Industria Química y Petroquímica.
Mismo lapso que ha estado al frente del Sindicato de Trabajadores del
Plástico, Fernando Rivas Aguilar, y el hermano de éste, Eduardo Rivas
Aguilar, tiene dos décadas como líder del Sindicato de Trabajadores y
Empleados de la Industria Alimenticia.
Dirigentes
de grandes y pequeños gremios hacen lo mismo. Caso emblemático es el
del dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros, Carlos Antonio
Romero Deschamps, quién desde 1995 lleva relección tras relección; este
año cumplirá 20 años en el cargo. Nada ni nadie los separa de sus cotos
de poder.
En la CTM, la tradición es que los dirigentes permanecen hasta que
mueren. Ahí sigue y participará en los actos y celebraciones del
primero de mayo, Joaquín Gamboa Pascoe, quien con más de 90 años
declarados por él mismo y más de 50 como dirigente sindical en diversos
cargos, todavía podría relegirse el próximo año, llegó al cargo cuando
murió Leonardo Rodríguez Alcaine, La Güera, y éste, a su vez, sucedió a don Fidel cuando falleció.
O bien como Gloria Carrillo, que al fallecimiento de su marido lo
sustituyó al frente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la
Carne.
La lista es larga, no se puede olvidar a Armando Neyra como líder
del Sindicato de la Industria Embotelladora, desde 1999; Fernando
Espino, en el sindicato del Metro, ha brincado de varias carteras en
ese gremio desde 1978; mientras en la Confederación Revolucionaria de
Obreros y Campesinos Isaías González Cuevas lleva tres décadas en
diversos cargos; y Joel Ayala ha sido secretario general de la
Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado desde
1995.
A los dirigentes de una y otra corriente los distingue también el
hecho de brincar en cargos legislativos, pues han sido diputados,
senadores y prácticamente todos continuarán en sus puestos los próximos
años.
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