Alberto Aziz Nassif
Detrás de una máscara de supuesto arbitraje electoral apegado a la legalidad, lo que hemos visto en estas semanas de insípidas precampañas y campañas electorales, es una estrategia de censura para proteger al gobierno y a su partido. Se trata de un mecanismo de poder que surge de los confines menos visibles y capilares; hay una microfísica de la censura (Foucault) que se suma a la crisis de confianza y desencanto que caracteriza el momento político del país.
La censura viene de las rutinas y los pequeños espacios políticos y editoriales. Ahora son las decisiones de dos personas en una comisión de quejas (integrada por tres consejeros) del enorme Instituto Nacional Electoral, lo que le ha dado al traste a la capacidad de crítica de las campañas electorales. Dos consejeras, Beatriz Galindo y Adriana Favela, alineadas en el bloque del PRI-PVEM, han decidido darle curso a su interesado criterio partidista para quitar de la televisión y la radio, la única parte que podría ser un poco interesante de estas aburridas y rutinarias campañas, la crítica al contrincante. Esta situación intolerable se agrava más porque se trata de una minoría de consejeras, dos de once, pero que están en el lugar estratégico para poder ejercer vetos de censura; para convertir al INE en un inquisidor.
El momento electoral exhibe las miserias que todos los días vivimos los ciudadanos. Poco a poco se ha vuelto un aparador del deterioro de la política. Más que debatir una agenda de proyectos, lo que está en la preocupación de millones de ciudadanos es qué hacer con su voto, si realizarlo por una opción o anularlo como protesta. La demanda de garantías mínimas, mediante varios ejercicios online, para transparentar un poco las opacas trayectorias de los candidatos son parches que no resuelven el problema de fondo. Los dilemas son: votar o no, opacidad o poca transparencia. Nada muy relevante.
Los spots que nos indigestan a todas horas, podrían tener algo de interés para la ciudadanía si se permitiera mostrar los excesos del poder y las mil caras de la impunidad que destruye la confianza en las instituciones. Pero estas consejeras han decidido proteger al partido del gobierno y a los intereses. Hubo censura con el spot del PRD en donde aparecía López Dóriga como parte de una narrativa que afirma que hay cosas que no cambian. Censura de un spot del PAN que acusa de corrupción al líder del PRI, y censura con el spot que simétrico del PRI que criticaba al PAN; censura de un spot del PAN en donde se habla de los 200 invitados que llevó Peña Nieto a Londres y los altos precios de la gasolina, mientras el petróleo está barato; este último regresó al aire por una resolución del Tribunal Electoral. Sin apoyar ni al PRI, ni al PAN, ni al PRD, considero que la ciudadanía tiene derecho a ver, al menos en época de campaña, una crítica a la corrupción y a las inercias del poder, para decidir qué hacer con su voto.
El problema de la corrupción, que es tan viejo como la impunidad en México, ¿no puede ser nombrado en los spots de televisión y radio porque así lo han decidido dos consejeras electorales del INE? Si en México no se permite criticar al presidente en los spots de campaña, ¿a qué país hemos llegado? La estructura mediática en México está súper concentrada, a pesar de la reforma recientemente. Cada vez resulta más complicado tener acceso a contenidos plurales. Salvo algunas excepciones, la narrativa de los medios electrónicos resulta ampliamente homogénea y complaciente con el poder. Por eso, el silenciamiento de Aristegui, resulta cada día más intolerable.
No se trata sólo de dos consejeras del INE (Galindo y Favela), que protegen a su partido, sino de una tendencia creciente que construye el clima del regreso del PRI y la restauración autoritaria. Los espacios críticos que se pueden ventilar en los medios electrónicos son cada vez más escasos y los mecanismos de censura, control y autocensura se multiplican. Este sistema no va a cambiar con las débiles reformas anticorrupción, porque lo más importante fue censurado. Seguirá la corrupción y la impunidad del poder, pero de lo que se trata es que se sepa menos.
PD. Carmen Aristegui lleva seis semanas y dos días fuera del aire…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif
No hay comentarios.:
Publicar un comentario