Campos Elíseos
Katia D'Artigues
Se lo atribuyen a Jorge Bucay —psicoanalista argentino— en internet. Es una parábola: la del elefante encadenado. Creo que eso nos pasa en México hoy en muchos sentidos.
Le explico: en esos circos con animales que —dicen— ya no veremos en México gracias a la ley que pasó el Partido Verde, suele haber elefantes.
Los elefantes, animales portentosos de 5 o 7 toneladas, suelen tener una cadena o cuerda en una de sus patas y estar atados a una ridícula y minúscula estaca que —dado su tamaño— podrían arrancar fácilmente.
Pero no lo hacen.
¿Por qué? Los acostumbraron desde muy pequeños a que no pueden. Quizá cuando eran unas crías lo intentaron y luego, a pesar de crecer en tamaño y fuerza, se resignaron. Ya ni lo intentan. Los traten bien o mal, no escapan; creen que no pueden.
Ahora piense que usted, yo, México, es ese elefante. Yo lo veo en todos lados.
Lo escuché ayer y se me erizó la piel al escuchar al Presidente decir, en la entrega de resultados de los foros de Justicia Cotidiana, una frase tan dramática como: “La sociedad mexicana ya no está dispuesta a resignarse frente a las injusticias”.
Me quedé helada. Tiene razón: durante mucho tiempo los ciudadanos nos hemos resignado frente a muchas, cotidianas, reiteradas, terribles injusticias. ¿Ya no?
Quisiera creerlo; aún no puedo.
Todavía escucho muchos pretextos del elefante/ciudadano encadenado a mi alrededor: “¿Para qué si no pasa nada?”. “Luego es peor: hay repercusiones”. “Sólo perdí mi dinero y el abogado transó”. “Sólo hay justicia para quien tiene dinero” y un largo etcétera. Para qué las escribo si usted que me lee se las sabe de memoria porque las ha escuchado… o las ha dicho.
Todo esto lo digo como el preámbulo para decir que ayer se presentaron, en el Museo de Antropología, los resultados de los foros que, sobre cómo mejorar la justicia cotidiana, Enrique Peña Nieto le encargó al CIDE, Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Apenas termino de leerlas. Son 217 propuestas; 20 de ellas acciones concretas que pueden trazar un plan de acción inmediato (ni tanto, algunas requieren consensos, quizá otros foros más chicos) que atacaría cuatro temas prioritarios: la creación de centros de justicia temprana que poco a poco se transformen en defensorías públicas fuertes; regular la actividad y responsabilidad de los abogados; revisar la operación de las juntas de conciliación y arbitraje y diseñar un nuevo modelo de justicia familiar.
Lo invito a que lea las conclusiones enwww.justiciacotidiana.mx
Todo suena muy bien. Pero nada funcionará hasta que dejemos de ser elefantes encadenados.
Y hay más “elefantes encadenados” en México. Pienso en el INE: incapaz de romper la cadena para quitarle el registro al Partido Verde por más ilícitos que cometa.
En el mundo del periodismo tenemos muchos. Y todos somos, hay que aceptarlo, un poco elefantes encadenados. Lo digo no necesariamente por censura, sino porque, al aceptar (deseo que libremente) trabajar en un medio uno acepta condiciones y una línea editorial tácita o no.
Pero en estos días tras el conflicto de Aristegui, la decisión de un juez, y las críticas como las de Jorge Ramos en el evento de Time… el “síndrome” del elefante encadenado está más presente que nunca.
Leo, escucho a compañeros que minimizan todo: qué fácil que lo diga estando en Estados Unidos, por ejemplo. Y preguntan qué tipo de censura vivió estando aquí. Sí, ¡preguntan! Cada vez menos conozco colegas que se sorprendan de casos de corrupción o que insisten en que el tema de la Casa Blanca no hay conflicto alguno.
En el momento del “espectáculo” exhiben toda la fuerza que tienen pero, una vez que el dueño del circo, les pone su cadena, no se mueven más allá. Están muy cómodos.
O critican a una elefanta en particular que logró que su cadena fuera mucho más larga o inexistente. Como si esto estuviera mal.
Catálogo de pequeñas sorpresas:
Una. Dos días antes del sábado, Anahí -cantante y actriz-- y Manuel Velasco -gobernador de Chiapas-decidieron casarse. Lo hicieron a las 8 de la mañana en San Cristóbal de las Casas y según el obispo Felipe Arizmendi fue una ceremonia sencilla donde sólo estuvo la familia cercana.
Claro, dado los personajes, las fotos dieron la vuelta a todo México pero tal como el ahora marido lo prometió, no hubo gran dispendio.
Ahora inician vida en pareja y él dice que Anahí no dejará su carrera profesional. Tampoco precisa si se encargará o no del DIF que ahora encabeza su madre o si la fundación de la ahora primera dama de Chiapas podría generar algún conflicto. ¿Recuerdan Vamos México?
Dos. Nos sorprende el autogol tan rápido en todo caso. Esto dijo Cuauhtémoc Blanco, candidato del PSD -repito, con S de subconsciente-a la alcaldía de Cuernavaca: "Confíen en mí, y van a ver todo lo que van a tener. Yo no vengo aquí a vender espejitos. Yo Simplemente vengo a ayudarles y a estar con todos ustedes y necesito su apoyo. Apoyen al PRD, que somos jóvenes".
Tres. Si la ironía y el malgusto fueran premio, habría que dárselo a la regidora Belinda Hurtado Marín. En Facebook posteó una fotografía regalando un limpiaparabrisas. El post decía: "Apoyando a este joven entusiasta para que pueda seguir trabajando".
Lo malo es que no se veía ni joven, ni entusiasta. Más bien era un señor desesperado que, según su mismo testimonio, llevaba dos días sin trabajar porque no podía comprar un limpiaparabrisas. Se entiende que en la informalidad.
La señora Hurtado quitó la fotografía y cambió la privacidad de su cuenta de Facebook.
Cuatro. La agasajadera. Lo dijo el senador panista Víctor Hermosillo:
"Estamos captados por un hedonismo terrible. Otra cosa, que también las mujeres, en su libertad que disque tomaron, pues les ha ido peor porque ahora los hombres, ¡son una agasajaderas bárbaras! Y no se casan, están muy a gusto".
¿Y si las mujeres tampoco quieren casarse, senador?
¿Usted cree que ya con esto le paró? No... tenemos muchas más lindas declaraciones suyas. Por ejemplo esta:
"Ahora yo quiero hacer una ley para que, cuando te divorcies al primer año, regreses la lana a tus padres, que gastaron en la boda. A los dos años regresas el 80 por ciento, y a los cinco años, pues ya se depreció lo que se gastó".
Seguimos:
"Vemos en nuestro país y en los países europeos que las parejas prefieren tener un perrito a tener un hijo. Eso es absurdo. Ahí andan con su perrito: "Fifí, Fifi". Y lo llevan a todos lados".
Cinco. Se la hicieron cansada; pero va de nuevo. Ayer, el Congreso de Guerrero ratificó a Rogelio Ortega como gobernador sustituto de esa entidad. Le tocará cerrar los últimos seis meses que le restan a la administración que inició Ángel Heladio Aguirre Rivero.
katia.katinka@gmail.com
http://twitter.com/kdartigues
No hay comentarios.:
Publicar un comentario