Eduardo Ibarra Aguirre
El
juicio sin atenuantes sobre los magistrados salientes del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación no es de la autoría de
este escribidor, sino de expertos en la materia.
Del
balance realizado para La Jornada, por medio de la reportera Claudia
Beltrán Herrera, a cargo de Hugo Concha Cantú, destaca: “Los magistrados
comenzaron a jugar sus cartas de tipo personal. Sus sentencias dejan
mucho que desear y vemos a un órgano simulando utilizar el derecho,
aplicando la norma electoral de manera imparcial, cuando en realidad un
estudio a muchas de las resoluciones muestra que los argumentos
jurídicos se utilizan como sea para llegar a decisiones predeterminadas y
de tipo político”.
Entre los ejemplos que respaldan el
anterior juicio sobresale el Partido Verde Ecologista (tres falsedades
en un nombre), al que el TEPJF le perdonó en 2009 una multa de 194
millones de pesos, pero lo sancionó en repetidas ocasiones en 2015-16,
para después aplicarle rebajas y finalmente negarse a retirarle
el registro, enviando el mensaje de que “la trampa no pesa”. Criterio
similar aplicó con el duopolio de la televisión formado por Televisa y
Televisión Azteca, con todo y el fortalecimiento de Imagen Televisión,
de los presuntos socios de Vicente Fox y Marta Sahagún, al decir de sus
críticos, entre los que no figura Jorge German Castañeda.
Otro
aspecto criticable y que genera consenso entre especialistas es que el
TEPJF se asumiera como superior jerárquico del Instituto Nacional
Electoral, de los tribunales locales y de las salas regionales,
provocando un activismo del que los mismos magistrados se quejan, pero
lo propiciaron con sus afanes de enmendar la plana a los otros.
Arturo
Espinoza critica el caso de David Monreal, quien mantuvo el registro
como candidato a gobernador en Zacatecas por Morena, aun cuando tuvo
omisiones en la entrega de sus informes de gastos de campaña. Y la
modificación de criterios y disposiciones legales para que el Partido
del Trabajo mantuviese el registro; entre una abundante lista de
litigios. Y concluyen, entre otros Luis Daniel Vázquez: “Sigue siendo un
tribunal que gasta mucho dinero y en una lógica suntuaria. Tampoco veo
avances en sus resoluciones, porque no mantuvieron criterios claros.
Diría que fue un tribunal gris con tendencias de los magistrados a
beneficiar con su voto a los partidos que los propusieron”.
Más
aún, sostienen que hubo parcialidad o falta de solidez en varias de
ellas, una tendencia a cuidar los intereses del régimen y a extender un
manto protector hacia algunos partidos políticos, lo mismo que tibieza
con las televisoras y un afán de legislar. Pero advierten avances en
temas “taquilleros” como la equidad de género, candidaturas
independientes y derechos políticos de los indígenas, sólo que con
aspectos débiles o bandazos cuando los magistrados del TEPJF abordaron
los expedientes.
María del Carmen Alanís, Manuel González,
Constancio Carrasco, Salvador Olimpo Nava, Flavio Galván y Pedro
Esteban Penagos concluyen sus funciones el jueves 3, después de una
década de servicios cobrados espléndidamente a los bolsillos de los
causantes, 448 mil pesos mensuales netos, además de ser beneficiarios de
prestaciones “de jeques árabes” (Hugo Concha dixit) y
trotamundos con el uso suntuario y discrecional de recursos públicos.
Herencia que difícilmente superarán los nuevos integrantes, designados
también en el Senado a propuesta de las cúpulas partidistas de los
llamados tres “grandes”.
Utopía 1748, 2-XI-16
http://www.alainet.org/es/articulo/181413
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