5/14/2022

Cuando el diez de mayo dejó de ser de fiesta: madres que luchan y protestan

Foto: Citlalli López Velázquez

Oaxaca, Oax.- Buscar…, ¿cómo buscar en este gran cementerio? ¿Cómo estar de pie cuando se lleva meses y hasta años recorriendo? ¿Cómo conservar la esperanza entera cuando quizá lo que encuentre sean piezas de lo que fue una vida? ¿Cuándo el 10 de mayo dejo de ser un día de fiesta?

El contingente de 15 mamás buscadoras se agrupa. Levanta pancartas, se organiza para marchar. En un país que se acerca a las 100 mil personas desaparecidas, lo único que queda el 10 de mayo es alzar la voz. Buscar. Luchar. Protestar. Gritar en la calle para romper la indiferencia. Visibilizarse a través de una consigna en medio de una sociedad que se incomoda ante la protesta.
Foto: Citlalli López Velázquez

“¡Bruno, tu mamá te sigue buscando!”, grita con todas sus fuerzas doña Inocencia como cuando inició la búsqueda hace 20 años. Bruno Rosario Santiago desapareció en el 2002 en el trayecto del estado de California a Florida en Estados Unidos. El joven de 19 años de edad migró de su localidad de San Isidro Zegache escapando de la pobreza.

“Dos años supe bien de él. Me enviaba dinero, quería que yo dejara de trabajar. Me decía: a mi regreso quiero encontrarte, ya no hagas tortillas”. Inocencia avanza con paso fijo, lleva en el pecho la foto de Bruno arropada por la colectiva “Oaxaqueños Buscando a los Nuestros” a quienes se unió recientemente. “Yo no me voy a cansar hasta que encuentre a mi hijo, sea como sea”, afirma con el anhelo de encontrarlo con vida.

A Angela Cruz Sánchez la desaparecieron el 18 de mayo de 2019. Ella fue levantada de su local en donde vendía comida. “Estamos buscando a una madre, a una hija, una hermana, una persona buena, honesta íntegra, cariñosa. Han sido dos años de búsqueda, de sufrimiento. El tiempo pasa y las autoridades no nos dan respuesta de ella. Queremos saber qué pasó, queremos respuestas”, relata Lucía, hermana de Angelita.

De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas, desde el 2006 hasta 2021 las desapariciones forzadas en México crecieron de manera exponencial. La cifra que calculan es de 95 mil 121 víctimas de este delito, realidad que llevó a miles de madres a integrarse este 10 de mayo de 2022 en la “Marcha de la Dignidad Nacional”: Madres buscando a sus hijas e hijos, verdad y justicia, desarrollada de manera espejo en distintas ciudades del país.
Foto: Citlalli López Velázquez

“En algunos estados se manifiestan rompiendo, rayando y quemando. ¿Saben por qué lo hacen?, porque todas ellas ya recorrieron el camino que ya recorrimos nosotras. Llegaron al punto de un no regreso, al punto del hartazgo de que las autoridades no hagan su trabajo. La sociedad señala y crucifica a las madres que rompen y rayan, que queman edificios porque están en la búsqueda de justicia y presentación con vida de sus hijos”.

Juventino Cruz Cruz, de 34 años de edad, desapareció la noche del 21 de agosto de 2021 en el camino de Viguera hacia Símbolos Patrios, cuando iba a ver a su hija. Su madre Aurea Cruz Cruz lleva ocho meses de búsqueda. “Para mí es toda una vida, siento que cada día se me va el alma porque no sé en dónde está, porque no sé qué le hicieron y esa incertidumbre te mata más que la propia realidad”.

Sobre Marina Fabían Cruz se agolparon dos años de recorrer, de exigir, de cargar la fotografía de su hijo José Díaz Fabian esperando que alguien pueda ayudarla a encontrarlo. El joven, de entonces 36 años de edad, fue visto por última vez el 18 de agosto del 2020 antes de presuntamente viajar hacia Estados Unidos.

“Las autoridades dicen que se desvió en la frontera por Sonora. Su expediente ya está allá. Las autoridades de Oaxaca no están haciendo nada aquí, ni siquiera me avisaron cuando enviaron el expediente a Sonora”. Aunque la tristeza está marcada en su semblante, Marina se forjó en hierro para seguir la búsqueda hasta encontrarlo.

Para Leticia Loyola, madre de Zayra Morales Loyola, la búsqueda suma 1 año y medio. “Este 10 de mayo no tengo nada que festejar, mi lucha es encontrar a mi hija”. Zayra fue desaparecida el 23 de octubre en Huajuapan de León a unos metros de su casa cuando salió a un local a cancelar una cena.

A lo largo del proceso las autoridades incurrieron en una mala integración de la carpeta de investigación que derivó en la liberación de los tres detenidos. Ahora la familia confía en el éxito de la apelación presentada.
Foto: Citlalli López Velázquez

“¿Dónde están? ¿dónde están? Nuestros hijos, ¿dónde están?. ”En todos los casos las búsquedas comparten una característica; la indiferencia, falta de voluntad de las autoridades y hasta terribles errores que han permitido no tener pistas claras para localizarlos. En todos los casos las familias de las personas desaparecidas perdieron la confianza en las autoridades; los convirtieron en cifras y los archivaron. Para ellos son sólo hojas y hojas, no vidas.
Foto: Citlalli López Velázquez

“Hubo muchas anomalías en la Vicefiscalía de Huajuapan y que ya no tenemos la misma confianza. Ahora lo que nos queda es luchar y buscar a nuestra hija con nuestros propios recursos, seguiremos luchando hasta el final, hasta que Dios nos de fuerzas para seguirla buscando”, señala el padre de Zayra Morales Loyola.

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