Pedro Echeverría V.
1. De plano, por lo que se ve en el balance de su gobierno y por el trato a los más poderosos millonarios –grandes políticos y empresarios- que por lo menos en los últimos 50 años han saqueado a los población de México, el gobierno de López Obrador sólo es uno más: bueno en propaganda política hablando de democracia, pero muy malo por blandengue, muy cobarde, para solucionar los problemas básicos: seguridad, justicia, economía, educación, por encima de toda la desigualdad que cada vez es mayor.
2. Dice el presidente López Obrador, según los reporteros Urrutia y Olivares de La Jornada: “Nosotros no tenemos enemigos. No es mi enemigo el ex presidente Peña Nieto, ni Calderón, ni Fox, ni Zedillo, ni Salinas. Somos adversarios, pero no los considero mis enemigos”. Al contrario, continuaría AMLO, son mis antecesores y les guardo respeto. No importa si por circunstancias difíciles dañaron al pueblo, lo hicieron más miserable y lo han llevado al hambre y la desesperación; pero debemos entender que todos ellos son hijos de dios y yo una simple oveja del señor, no soy nadie para castigarlos.
3. En 1982, cuando se inició el llamado neoliberalismo con De la Madrid/Salinas, López Obrador trabajaba con el gobernador del PRI tabasqueño González Pedrero y luego fue presidente del PRI en Tabasco. AMLO, en su recorrido histórico –a vuelo de pájaro- acusó a Salinas de “crear una nueva oligarquía, profundizar las desigualdades en el país y entregar los bienes de la nación”. A Zedillo le imputó la más pesada herencia para futuras generaciones: 3 billones de pesos de carga, amparadas en el Fobaproa, para convertir deudas privadas en una deuda pública y salvar a la oligarquía entonces recién creada por Salinas.
4. ¿Cuál es mi diferencia con Fox?, dijo AMLO: Pues que engañó a millones de mexicanos de que iba a haber un cambio y siguió con lo mismo, siguió aplicando el salinismo como política. Todo ello, para recriminarle haber encabezado el fraude en su contra en 2006. De Calderón, ocupó calificativos más encendidos: imagínense el nivel de inmoralidad, porque él sabe perfectamente que no ganó la Presidencia. “Además, sin tener un diagnóstico, sin saber lo que estaba sucediendo y sin pensar que la paz es fruto de la justicia, entrando, entrando, declara una guerra a la delincuencia organizada”.
5. Pero a quien sólo describió con una pincelada fue a Enrique Peña Nieto: “Estoy en contra de él por el desparpajo y la corrupción que imperó”. Sin embargo, a través de más de tres años en sus “Conferencias mañaneras” AMLO ha proporcionado mil datos sobre ellos y otros 500 delincuentes, pero ninguno se fue a la cárcel, porque al parecer todos son sus amigos y excompañeros. Pero eso sí, que nunca se olvide: hay en prisión 2500 presos comunes, pobres, miserables, iletrados, que delinquieron por desesperación para comer o darles sustento a su familia.
6. Los cinco expresidentes, los 100 banqueros y los que han continuado haciendo sus grandes negocios, que en los últimos tres años han multiplicado sus ganancias capitalistas, deberían hacerle un homenaje a López Obrador apoyando a su candidato porque “se ha portado como un caballero” a pesar de sus –como dicen- más de 200 “discursos autoritarios”. Parece que “el gobierno de los pobres” resultó más de lo mismo porque AMLO no quiso, ni pudo, cambiar nada: los ricos son más ricos con sus enormes ganancias y los pobres siguen siendo tan miserables o más.
7. Lo había advertido López Obrador: ningún expresidente, ningún millonario, ningún delincuente de cuello blanco; menos los jueces, los del INE y del ejército, serían castigados, siempre que estén “dentro de la legalidad”. Desde entonces parecían haber acuerdos firmados entre las clases dominantes y AMLO que en cada gestión se están viendo. La única salida de siempre para la población: movilización, bloqueos, autodefensa, con el objetivo de obligar a cualquier gobierno a cumplir. Si nos seguimos guiando por los discursos, tendríamos que vivir 100 años más para ver cambios verdaderos. (3/VI/22)
alterar26
No hay comentarios.:
Publicar un comentario