6/04/2008

14 de junio: 80 Aniversario del Natalicio del Che




¡Ochenta años cumple el Che! Increíble. A esa edad y está como nuevo. ¿Será un caso único en la historia de la medicina? ¿Un error del tiempo, que por una vez viaja al revés? ¿O será milagro? ¿Milagro de la vitamina f, f de fe? No la fe en el alto cielo, sino en esta baja tierra, tierra maldita, y en el luminoso destino que ella espera.
Eduardo Galeano

Silvio Rodríguez

TONADA DEL ALBEDRÍO
Dijo Guevara el hermoso,viendo al África llorar:en el imperio mañosonunca se debe confiar.
Y dijo el Che legendario,como sembrando una flor:al buen revolucionariosólo lo mueve el amor.
Dijo Guevara el humanoque ningún intelectualdebe ser asalariadodel pensamiento oficial.
―Debe dar tristeza y fríoser un hombre artificial,cabeza sin albedrío,corazón condicional.
Mínimamente soy mío,ay, pedacito mortal.

Silvio Rodríguez2008

Mario Benedetti

Che 1997Lo han cubierto de afiches / de pancartas de voces en los murosde agravios retroactivos
de honores a destiempolo han transformado en pieza de consumoen memoria trivialen ayer sin retornoen rabia embalsamadahan decidido usarlo como epílogocomo última thule de la inocencia vanacomo añejo arquetipo de santo o satanásy quizás han resuelto que la única formade desprenderse de élo dejarlo al garetees vaciarlo de lumbreconvertirlo en un héroede mármol o de yesoy por lo tanto inmóvilo mejor como mitoo silueta o fantasmadel pasado pisadosin embargo los ojos incerrables del chemiran como si no pudieran no mirarasombrados tal vez de que el mundo no entiendaque treinta años después sigue bregandodulce y tenaz por la dicha del hombre
Mario Benedetti

Raúl Roa Kourí

A ochenta años de su luz
No puedo imaginarme a Che con ochenta años: el cabello cano, la barba rala ahora menos copiosa, más abundantes las arrugas a ambos lados de los ojos, como cuando reía, irónicamente, asemejándose tanto a la madre; el paso lento, la mirada menos acerada, sus manos finas moteadas por la edad, tal vez menos firme la voz, pero siempre recio el carácter y la broma a flor de labios, a veces incomprendida por sus hermanos de la Isla que no conocen el humor argentino. Le veo como hace 54 años, recién llegado a México de Guatemala, donde no pudo defender con las armas—como quiso--al gobierno de Jacobo Arbenz de la traición fraguada por la CIA y perpetrada por Castillo Armas con apoyo yanqui.
Parecía, incluso, más joven que sus veintiséis primaveras. Su frente limpia y pronunciada denotaba inteligencia y su conversación era culta y amena. Sabía poemas de Neruda que a veces repetíamos, sobre todo del “Canto General”, pero también algunos, inolvidables, de sus “Veinte poemas de amor y una canción desesperada.” De ahí, de su amor por la poesía, nació su amistad con León Felipe, la voz más alta de la España peregrina en América.. Y su fraternidad con El Quijote, que le hizo llevar la adarga al hombro y empeñarse en luchar contra los imposibles: el asma que le asaltaba en la Sierra Maestra, en las selvas del Congo o en las montañas de Bolivia y que sometía a fuerza de voluntad; los rigores de la guerra de guerrilla, y la muerte de hermanos quemándole las entrañas… Y, encima de todo, resplandecía su bondad profunda: aquella que detuvo el disparo contra los soldaditos bolivianos, blancos fáciles, que se acercaban buscándole por la quebrada.

Puedo en cambio verle, como Martí a Bolívar, despierto y ceñudo, indicando el camino a los pueblos de América. Su ejemplo vive entre los que hoy pugnan con Evo Morales por una nueva patria de igualdad y justicia para todos; con los del “bravo pueblo” amanecido en el ALBA proclamada por Chávez; con los sin tierra, que luchan por ver cumplidos sus derechos en el ancho Brasil; hijos de San Martín, de Juárez, de O’Higgins y de Artigas, que han echado de nuevo a andar en pos de “la segunda y verdadera independencia”. Con los seguidores de Fidel, que se aprestan a dar cima a la construcción de una nueva sociedad, cuya raíz esté fincada en la justicia y su objetivo en la liberación del hombre. Con quienes seguimos dispuestos a tornar realidad lo mejor de “sus sueños de constructor” y lo más valioso de su aporte de revolucionario comunista, que rechazó por falsa la ilusión de que se podía fundar el socialismo con los patrones del capitalismo.
A ochenta años de su luz, su figura de guerrillero legendario se agiganta y, aunque la burguesía imperialista y sus acólitos hayan tratado de convertir su efigie en mercancía, cada vez son más quienes le identifican con los cimeros valores del espíritu; con la brega por la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los hombres de todos los credos, colores y latitudes; con la firmeza de principios y la altura de miras; con la decisión unívoca de luchar y avanzar hacia la victoria siempre. Y puesto que, como decía José Martí, “la muerte es tránsito y no fin,” Che sigue venciendo batallas desde su muerte, redivivo en el corazón de los hombres, mujeres y niños de la América nuestra.

Raúl Roa KouríRoma, 14 de junio de 2008

Miguel Barnet

Querida Aleida:
Este poema tiene una anécdota que voy a contar por escrito por primera vez.
En 1965 en vida de Ernesto Guevara cuando nuestro Comandante en Jefe anunció que el Che se iba a otras tierras del mundo, yo que estaba en el Teatro Karl Marx junto a mi amiga Margarita Dalton hermana de Roque el gran poeta revolucionario asesinado en El Salvdor, tuve una idea pero no la pude plasmar hasta que no salì del teatro aquella noche.

Salimos a caminar Margarita y yo y ella extrajo de su bolso una cajetilla de cigarrillos en la cual quedaba uno solo que se fumó. Cuando fue a tirar la cajetilla le pedí que no lo hiciera. La abrí y en el dorso escribí mi poema al Che sentado en un banco de la 5ta. Ave.
Margarita fue la primera que lo leyó y el poema después fue publicado en la primera página del periódico Granma recién aparecido. Luego se publicó en la Gaceta de Cuba de la UNEAC y en el mundo entero.
El poema está traducido entre otros, al inglés, italiano, árabe, chino, francés y otros muchos idiomas y Pablo Milanés escribió su canción Elegía al Che basada en el mismo utilizando la frase el poeta eres tú. Y en efecto, el poeta y tuve el orgullo de decírselo en vida fue él porque sintió a la Revolución como se vive la poesía.
Ese es mi homenaje en vida al Guerrillero Heroico.
Miguel Barnet

Raly Barrionuevo

...en el desandar del maravilloso camino de búsqueda, preguntas y desafíos que significa la vida misma, siento la presencia del CHE a cada paso, como uno de mis más entrañables compañeros…Raly Barrionuevo

Rolando Rodriguez

Al Che en los 80
Quisiéramos que estuviera cada día junto a nosotros. Unos miserables nos lo robaron, pero él se ha encargado de demostrar que el cuerpo no lo es todo. Hoy está más vivo que nunca.
Impone no porque este de pie en la plaza mas importante de Santa Clara. sino sobre todo porque está en el corazón de los villaclareños y de todos los hombres de bien del mundo, de todos los justos.
Rolando Rodriguez

Aitor. L. Larrabide

Fundación Miguel Hernández, Orihuela
La figura del Che, como otras tantas, van agigantándose con el tiempo, a medida que las modas, a menudo superficiales y que se quedan con lo banal, se van como esos malos vientos de invierno, como los pantalones de campana o los horrorosos cortes de pelo de hace unas décadas. En este mundo nuestro en el que lo que ayer era bueno hoy no lo es, lo que parecía que daba sentido a nuestras vidas y explicaba (o nos autojustificábamos) ahora parece todo falsario y ridículo, entonces, lo que antes era nuestras vidas hoy no nos sirve. Fabricamos dioses a nuestra conveniencia, los hacemos a imagen de nuestras ambiciones. Pero existen algunos sueños que permanecen en nuestro diario vivir, que dan sentido a lo que nos rodea y a nuestro ser.
Uno de ellos es el Che, que no es sólo una imagen o un icono, publicitario casi, sino la esperanza de varias generaciones sojuzgadas, pisoteadas por la bota del militarote o del terrateniente, que como el poeta español Miguel Hernández, empuñaron los fusiles porque la libertad estaba amenazada y se la jugaron. Es fácil criticar a toro pasado, como decimos en España, pero para la generación de mi padre (que cuenta ahora con 66 años, justo los que falta el citado Miguel Hernández) fue una realidad viva, y para la mía (con 39 abriles) no debe ser pasado porque su idealismo y utopía deben seguir iluminándonos el camino que conduce a una estrella, aunque tengamos que hacer autocrítica pero sin derrumbar aquello que todavía hoy nos hace falta.
El Che está muy vivo, y hay que seguir luchando: por el género humano.
Aitor L. Larrabide


Luisa Campuzano

Una revista para el Che(Revista de la Biblioteca Nacional “José Martí”. Año 58, Nos. 3-4, La Habana, julio-diciembre de 1967)
En octubre de 1967 ya no trabajaba en la Biblioteca Nacional. Me habían forzado a elegir entre mi reciente y ambicionada plaza de instructora en la Escuela de Letras de la Universidad de la Habana, y mi no tan viejo, pero muy querido oficio de secretaria de redacción de la Revista de la Biblioteca Nacional “José Martí”. El flamante y efímero director de la biblioteca, Aurelio Alonso, me invitó a formar parte del Consejo de Redacción, con lo que de algún modo mantendría un vínculo con la
Revista que imaginaba más simbólico que real. Sin embargo, la Historia, como siempre, y sobre todo la fuerza de los acontecimientos, me hicieron participar con gran dedicación en el número que la Revista comenzó a preparar al conocer la caída en combate del Che.Por aquellos tiempos estaba muy actualizada la bibliografía cubana, de modo que se pudo contar con una excelente compilación, que abarcaba noventa y cinco páginas de la Revista, de toda la producción escrita del Comandante Guevara, aparecida en periódicos, libros, folletos, así como sus discursos, declaraciones, entrevistas, los trabajos que había publicado bajo seudónimo, sus prólogos, cartas, bandos, circulares, mensajes. Igualmente se incluía una bibliografía pasiva, menos amplia.También entonces el trabajo intelectual era muchas veces anónimo, de modo que la bibliografía aparecía “firmada” por el Departamento de Consulta y Referencia de la institución.
atención;
EMBAJADA DE CUBA.
Ministro
Carlos Eduardo Chao Mendez

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