Quien haya vivido 50 años o más coincidirá en que esta es nuestra hora más oscura. Esta crisis múltiple, que no es sino el desmoronamiento de un proyecto modernizador, ha durado ya 30 años, pero ahora está llegando a sus extremos. La mayoría lo vive de forma cotidiana y lacerante. La diferencia con el pasado es que no recubrimos estos hechos con un optimismo trágicamente irreal. La población reconoce la decadencia. Primer paso para enfrentarla y superarla.
Cierto, nuestra democracia ha terminado en partidocracia. La política económica sirve a una oligarquía. El Estado ha perdido sus atribuciones. México es la economía más dependiente del mundo. Hemos perdido competitividad, porque el esquema neoliberal ha conducido a la concentración monopólica, al estancamiento de la productividad, del ingreso por habitante, al aumento de la pobreza y la miseria y a la concentración. Lejos de alcanzar la prosperidad material que nos prometía, nos han hundido al grado que somos la nación más rezagada en América Latina.
La sensación de exasperación está justificada, pero no un pesimismo radical. Estamos en un punto en el itinerario histórico, no en un final desastroso e irreversible. No somos un Estado fallido. El país ha cumplido tres décadas en que la política se inclinó a favorecer a los menos a expensas de los más. Pero también se despertaron energías y conciencia que no podrán ser sofocadas. El fracaso del experimento neoliberal se convertirá en incitación para un nuevo ciclo. México tiene una gran oportunidad para retomar el camino: inmensos recursos; el más poderoso de ellos, la disciplina y la laboriosidad de la gente. Podemos rectificar y reparar los daños, y el agente del cambio será por vez primera no un puñado de notables ni un prócer, sino el pueblo de México, cuyos niveles de conciencia y exigencia han crecido como nunca antes. Es cierto, los reaccionarios pretenden mantener al pueblo en un fatalismo masoquista, pero hay otros que conspiramos en despertar a la población y en organizarla. De ahí el lema del obradorismo: Sólo el pueblo salva al pueblo, que cifra todo un proyecto. Y si nosotros no podemos impulsar el cambio de rumbo vendrán otros y lo impondrán más temprano que tarde. Los ciclos en la historia se imponen sobre la voluntad de las minorías, incluso sobre los intereses que parecen más sólidos y perdurables.
Cierto, nuestra democracia ha terminado en partidocracia. La política económica sirve a una oligarquía. El Estado ha perdido sus atribuciones. México es la economía más dependiente del mundo. Hemos perdido competitividad, porque el esquema neoliberal ha conducido a la concentración monopólica, al estancamiento de la productividad, del ingreso por habitante, al aumento de la pobreza y la miseria y a la concentración. Lejos de alcanzar la prosperidad material que nos prometía, nos han hundido al grado que somos la nación más rezagada en América Latina.
La sensación de exasperación está justificada, pero no un pesimismo radical. Estamos en un punto en el itinerario histórico, no en un final desastroso e irreversible. No somos un Estado fallido. El país ha cumplido tres décadas en que la política se inclinó a favorecer a los menos a expensas de los más. Pero también se despertaron energías y conciencia que no podrán ser sofocadas. El fracaso del experimento neoliberal se convertirá en incitación para un nuevo ciclo. México tiene una gran oportunidad para retomar el camino: inmensos recursos; el más poderoso de ellos, la disciplina y la laboriosidad de la gente. Podemos rectificar y reparar los daños, y el agente del cambio será por vez primera no un puñado de notables ni un prócer, sino el pueblo de México, cuyos niveles de conciencia y exigencia han crecido como nunca antes. Es cierto, los reaccionarios pretenden mantener al pueblo en un fatalismo masoquista, pero hay otros que conspiramos en despertar a la población y en organizarla. De ahí el lema del obradorismo: Sólo el pueblo salva al pueblo, que cifra todo un proyecto. Y si nosotros no podemos impulsar el cambio de rumbo vendrán otros y lo impondrán más temprano que tarde. Los ciclos en la historia se imponen sobre la voluntad de las minorías, incluso sobre los intereses que parecen más sólidos y perdurables.
El clásico pequeño Medio Oriente –a no confundir con el gran Medio Oriente de los geoestrategas israelíes, quienes lo extienden hasta Cachemira, el Cáucaso, Mauritania y Somalia (el cuerno de África)– exhibe un nuevo orden pentapolar regional que desplazó su centro de gravedad más al norte y noreste (el mar Caspio: la tercera reserva de hidrocarburos del mundo) y consta de tres añejas potencias –Egipto, Arabia Saudita e Israel–, ubicadas en el centro-sur, y dos nuevas potencias emergentes en el norte-centro (Turquía e Irán).
La debilidad de Turquía e Irán, dos medianas potencias militares, radica en el ámbito financiero dominado todavía por la dupla anglosajona (y su aliado israelí), mientras Arabia Saudita representa la máxima potencia financiera tanto del mundo árabe como islámico, lo cual se deriva de su sabio manejo de los hidrocarburos (al revés del México neoliberal, que se quedó prácticamente sin banca nacional, lo cual demuestra la validez de nuestro axioma sobre el inextricable binomio hidrocarburos-banca) y bajo cuya sombra se ha cobijado el restante de las otras cinco petromonarquías árabes del Golfo Pérsico, quienes han creado el bloque comercial CCPAG (Consejo de Cooperación de los Países Árabes del Golfo), que excluye a dos países ribereños: uno árabe, Irak (bajo ocupación anglosajona), y otro persa, Irán, ambos de mayoría chiíta.
No es ninguna novedad: en nuestro libro Hacia la desglobalización (Jorale Editores, 2007) expusimos la tendencia a nuevas regionalizaciones en que destacan los proyectos de divisas comunes tanto del Mercosur como del CCPAG, quien busca para 2010 la concreción de lanzar la divisa compartida gulfo, según los deseos de su reciente cumbre celebrada en Kuwait (An-Nahar, 16/12/09).
La crisis de Dubai y la feroz querella financiera entre Kuwait y el siniestro Grupo Carlyle –que controla el nepotismo dinástico texano de los Bush (su representante local es Luis Téllez Kuenzler, quien tanto daño le ha causado a México para beneficiar a Estados Unidos)–, catalizaron el nuevo arreglo para lanzar el gulfo, a lo que estaba reticente Kuwait, a quien siempre señalamos como una gasolinera anglosajona en el desierto y que ahora empieza a quitarse los grilletes de su dependencia, como fue notorio durante la conferencia anual FIKR (que significa pensamiento en árabe) y donde se realizó un correcto diagnóstico sobre la decadencia financiera y económica de Estados Unidos.
Sobra narrar que el hoy quebrado grupo petrolero texano Carlyle estafó enormes sumas de dinero a Kuwait (arabfinance, 2/12/09). ¿Cuánto no habrá saqueado el Grupo Carlyle al México neoliberal?
El Buscón: Telescopio
La cumbre de Copenhague y los silencios interesados: Aunque la intervención del presidente boliviano Evo Morales en la reunión sobre la amenaza del calentamiento global fue muy notable y valiente (o precisamente por eso), la prensa boliviana ni la menciona, aunque dice que el encuentro dejó todo como estaba, o sea, a merced de los contaminadores. El Diario y La Razón, por ejemplo, al igual que el cochabambino Los Tiempos, no informan sobre la posición anticapitalista y el llamado a referendo a los pueblos del mundo que formuló –ante sordos– Morales. El primero dice que las negociaciones entre el gobierno y los prefectos para la aplicación de las autonomías departamentales instituidas por al Constitución fracasaron, cosa que desmiente el tercero al decir que las negociaciones sobre las elecciones departamentales de abril próximo marchan satisfactoriamente; La Razón, por su parte, publica una noticia escondida: el viceministro de tierras declaró que se entregarán miles de hectáreas de personas conocidas. A su vez, los diarios venezolanos (como El Universal, Últimas Noticias o Tal Cual, dominados por la oposición a Chávez) no solamente ignoraron la posición boliviana, sino también el discurso de Hugo Chávez, mientras la mayoría de los periódicos latinoamericanos apenas si califican de insuficiente la conferencia, como el ecuatoriano Hoy, o callan al respecto. Excepción honrosa: el cubano Juventud Rebelde, que destaca la declaración de Evo Morales y critica, como el gobierno de La Habana, las graves violaciones de procedimientos en dicha reunión.
Continuar
La debilidad de Turquía e Irán, dos medianas potencias militares, radica en el ámbito financiero dominado todavía por la dupla anglosajona (y su aliado israelí), mientras Arabia Saudita representa la máxima potencia financiera tanto del mundo árabe como islámico, lo cual se deriva de su sabio manejo de los hidrocarburos (al revés del México neoliberal, que se quedó prácticamente sin banca nacional, lo cual demuestra la validez de nuestro axioma sobre el inextricable binomio hidrocarburos-banca) y bajo cuya sombra se ha cobijado el restante de las otras cinco petromonarquías árabes del Golfo Pérsico, quienes han creado el bloque comercial CCPAG (Consejo de Cooperación de los Países Árabes del Golfo), que excluye a dos países ribereños: uno árabe, Irak (bajo ocupación anglosajona), y otro persa, Irán, ambos de mayoría chiíta.
No es ninguna novedad: en nuestro libro Hacia la desglobalización (Jorale Editores, 2007) expusimos la tendencia a nuevas regionalizaciones en que destacan los proyectos de divisas comunes tanto del Mercosur como del CCPAG, quien busca para 2010 la concreción de lanzar la divisa compartida gulfo, según los deseos de su reciente cumbre celebrada en Kuwait (An-Nahar, 16/12/09).
La crisis de Dubai y la feroz querella financiera entre Kuwait y el siniestro Grupo Carlyle –que controla el nepotismo dinástico texano de los Bush (su representante local es Luis Téllez Kuenzler, quien tanto daño le ha causado a México para beneficiar a Estados Unidos)–, catalizaron el nuevo arreglo para lanzar el gulfo, a lo que estaba reticente Kuwait, a quien siempre señalamos como una gasolinera anglosajona en el desierto y que ahora empieza a quitarse los grilletes de su dependencia, como fue notorio durante la conferencia anual FIKR (que significa pensamiento en árabe) y donde se realizó un correcto diagnóstico sobre la decadencia financiera y económica de Estados Unidos.
Sobra narrar que el hoy quebrado grupo petrolero texano Carlyle estafó enormes sumas de dinero a Kuwait (arabfinance, 2/12/09). ¿Cuánto no habrá saqueado el Grupo Carlyle al México neoliberal?
El Buscón: Telescopio
La cumbre de Copenhague y los silencios interesados: Aunque la intervención del presidente boliviano Evo Morales en la reunión sobre la amenaza del calentamiento global fue muy notable y valiente (o precisamente por eso), la prensa boliviana ni la menciona, aunque dice que el encuentro dejó todo como estaba, o sea, a merced de los contaminadores. El Diario y La Razón, por ejemplo, al igual que el cochabambino Los Tiempos, no informan sobre la posición anticapitalista y el llamado a referendo a los pueblos del mundo que formuló –ante sordos– Morales. El primero dice que las negociaciones entre el gobierno y los prefectos para la aplicación de las autonomías departamentales instituidas por al Constitución fracasaron, cosa que desmiente el tercero al decir que las negociaciones sobre las elecciones departamentales de abril próximo marchan satisfactoriamente; La Razón, por su parte, publica una noticia escondida: el viceministro de tierras declaró que se entregarán miles de hectáreas de personas conocidas. A su vez, los diarios venezolanos (como El Universal, Últimas Noticias o Tal Cual, dominados por la oposición a Chávez) no solamente ignoraron la posición boliviana, sino también el discurso de Hugo Chávez, mientras la mayoría de los periódicos latinoamericanos apenas si califican de insuficiente la conferencia, como el ecuatoriano Hoy, o callan al respecto. Excepción honrosa: el cubano Juventud Rebelde, que destaca la declaración de Evo Morales y critica, como el gobierno de La Habana, las graves violaciones de procedimientos en dicha reunión.
Continuar
Desde otras ciudades
El sábado 19 de diciembre más de dos mil pasajeros pasaron 15 horas bajo el Canal de la Mancha, en el Eurotúnel que conecta Francia con Inglaterra, cuando se detuvo el tren Eurostar por una causa todavía desconocida el domingo.
Desde principios del siglo XIX se hablaba de unir Francia con Inglaterra por medio de un túnel bajo el Canal de la Mancha, pero no fue sino hasta 1986 cuando ambos países lanzaron oficialmente el proyecto que vio la luz en 1994, con carriles para automotores en mayo y vías ferroviarias en noviembre de ese año.
Por el lado francés el TGV (tren de gran velocidad) corría a 300 kilómetros por hora y bajo el túnel a 180, mientras que en territorio inglés la primera línea de gran velocidad abrió en 2003 con un récord de velocidad de 334.7 km/hora con lo que el trayecto entre Londres y París se cubre en dos horas y 20 minutos.
Dieciocho trenes con dos cabezas motoras, cada uno de 393 metros de largo y capacidad para 750 personas, han transportado en 15 años más de 80 millones de viajeros entre Inglaterra, Francia y Bélgica sin mayores incidentes, hasta que ayer se detuvieron cinco trenes bajo el mar luego de que perdieran su autonomía motriz aparentemente por las bajas temperaturas que, sin embargo, se han sufrido en ocasiones anteriores.
El Correo Ilustrado
Critica desaparición de la Dirección de Ingeniería de Proyectos de Pemex
Felipe Calderón, presidente de México; Secretaría de Energía; Petróleos Mexicanos.
Continuar
Jorge Durand: El Caribe en la espiral migratoria
Hasta la década del 50 Cuba era un país de inmigración. La Habana era una ciudad moderna, ruidosa y noctámbula, que atraía tanto turistas como inmigrantes. Muchos españoles llegaron a sus costas, especialmente jóvenes que querían escapar del servicio militar, tan estricto en aquellas épocas.
Continuar
Guillermo Almeyra: Chile en la encrucijada
El Chile actual presenta grandes diferencias con el de hace 40 años, en tiempos de Salvador Allende.
Continuar
José Antonio Rojas Nieto: El debate sobre las letras en EU
Cuál es el carácter de la crisis y la recuperación en Estados Unidos? ¿Qué figuras lo describen? En el debate estadunidense se han elegido tres. Y si no, consúltense los principales documentos de trabajo de los departamentos de economía de las prestigiosas universidades estadunidenses, sean recalcitrantemente ortodoxas o un poco más abiertas y liberales. Más todavía las marcadamente heterodoxas y críticas. Consúltense asimismo las revistas. Veo especialmente dos de prestigio: la Union For Radical Political Economics (URPE, www.urpe.org) y, en otra orientación, el Journal of Post Keynesian Economics (JPKE, www.mesharpe.com/mall/results1.asp?ACR=PKE).
Continuar
Robert Fisk: Los trovadores iraníes demuestran cómo la música corrompe el alma
Escuché la música que provenía de una estrecha calle al norte de Teherán; no era una avenida llena de residencias elegantes que asociamos con la clase media iraní sino una de esas dilapidadas zonas con árboles sedientos y edificios de oficinas de dos pisos, grises y deteriorados. El sonido provenía de un rayado disco de 78 revoluciones por minuto, ni siquiera de uno de 33 revoluciones (adictos al iPod, por favor consulten sobre esto a sus mayores). Cuando consulté sobre la música a mi chofer, él me aseguro que debía haber alguna fiesta matutina en esa calle y que utilizaban un viejo gramófono. Yo solía tocar el violín, y no le creí. Desde luego, poco después vimos a los trovadores que avanzaban por la calle.
Continuar
En los próximos días se va a recordar el nacimiento del Niño Jesús, fecha de enorme importancia para el mundo cristiano. En nuestro país esta celebración comenzó en el siglo XVI como parte del proceso de evangelización que, entre otros recursos, utilizó las posadas y las pastorelas como medios para acercarse a los naturales.
Continuar
Continuar
Por largo tiempo el realizador francés Cédric Klapisch ha elaborado pacientemente la cartografía sentimental de París, su ciudad natal. Lo ha hecho con fortuna desigual, atendiendo siempre al color local, desentendiéndose de las grandes mitologías poéticas del pasado, de ese cine de Marcel Carné o de François Truffaut, donde la capital francesa era el marco de intrigas entrañables y vigorosas.
En el caso de Klapisch el propósito, más superficial, se sitúa a medio camino entre la publicidad turística y el anecdotario costumbrista. Esta mirada apacible e inofensiva a una realidad urbana que el director registra en su inmediatez cotidiana, lo ha vuelto sin duda un valor seguro para la taquilla francesa.
París, su cinta más reciente, ha logrado una afluencia de más de dos millones de espectadores y una amplia distribución en video. Nada de esto sería reprochable, por supuesto, de no ser porque a lo largo de los años, a fuerza de insistir en procedimientos técnicos pretendidamente novedosos (cámara frenética en El albergue español; fantasía futurista en Tal vez, tramas cada vez más banales), el realizador ha perdido mucho de aquel filo irónico que llegó a mostrar en sus primeras cintas (Un aire de familia o Cada quien busca a su gato).
Su cine es el precursor directo de ese éxito mayor que fue Amélie, la cinta de Jean Pierre Jeunet, radiografía chispeante, aunque anacrónica, de una ciudad detenida en una edad de oro anterior a la inmigración masiva, a los conflictos laborales, al racismo y a las pandemias. El París de Amélie era un terruño, guardián de la tradición francesa, magnificado a escala urbana (Montmartre), tan emblemático y profundo como un aire de acordeón o una prolongada degustación culinaria. Los esfuerzos de Klapisch por dotar a sus nuevas comedias urbanas de un aire de modernidad se topan, invariablemente, con la conciencia satisfecha de acceder a la mejor vida posible en la ciudad más fotogénica del mundo.
En esta visión idílica hay sin embargo espacio suficiente para un drama, así sea de corta duración. La historia, por ejemplo, de Pierre (Romain Duris), un romántico actor de teatro, en espera de un riesgoso trasplante de corazón por una afección congénita, misma que realza la nobleza de sus facciones y la calidad de su trato afectivo. Su existencia, que intuye terminal, la cumple día a día en consonancia con una ciudad en mutación constante, que consigue tonificarlo con su ajetreo cotidiano y su energía comunitaria. En el torrente metafórico hay lugar para este cliché y para muchos otros más. París, la ciudad luz, es asimismo el gran corazón de Europa que transmite entusiasmo al ánimo casi apagado del protagonista.
La película narra sus episódicos encuentros sentimentales, sus fobias de enfermo crónico, y su manera de hacer frente los problemas mayores de las grandes urbes: la incomunicación de los seres humanos, el desierto sentimental la indiferencia, el racismo, la soledad y el estrés. De las múltiples existencias capturadas al vuelo en la ciudad efervescente, Klapisch escoge las que en su opinión contienen una mayor carga dramática y humorística. Para fortuna del espectador, son actores de la talla de Fabrice Luchini, Juliette Binoche, Karin Viard y François Cluzet, quienes logran dar sustancia y un poco de complejidad a la pasarela urbana de arquetipos previsibles, desde el académico maduro enamorado de una joven estudiante hasta la panadera racista que en el fondo posee un corazón muy noble.
Estamos muy lejos del retrato, también coral, que hace el veterano Alain Resnais en Pasiones privadas en lugares públicos (Coeurs), cinta que proyectará la Cineteca Nacional en los primeros días de enero, y que llega cargada de toda esa vieja malicia parisina que el habilidoso Klapisch apenas puede intuir en su acercamiento comercial a la gran mitología urbana.
carlos.bonfil@gmail.com
En el caso de Klapisch el propósito, más superficial, se sitúa a medio camino entre la publicidad turística y el anecdotario costumbrista. Esta mirada apacible e inofensiva a una realidad urbana que el director registra en su inmediatez cotidiana, lo ha vuelto sin duda un valor seguro para la taquilla francesa.
París, su cinta más reciente, ha logrado una afluencia de más de dos millones de espectadores y una amplia distribución en video. Nada de esto sería reprochable, por supuesto, de no ser porque a lo largo de los años, a fuerza de insistir en procedimientos técnicos pretendidamente novedosos (cámara frenética en El albergue español; fantasía futurista en Tal vez, tramas cada vez más banales), el realizador ha perdido mucho de aquel filo irónico que llegó a mostrar en sus primeras cintas (Un aire de familia o Cada quien busca a su gato).
Su cine es el precursor directo de ese éxito mayor que fue Amélie, la cinta de Jean Pierre Jeunet, radiografía chispeante, aunque anacrónica, de una ciudad detenida en una edad de oro anterior a la inmigración masiva, a los conflictos laborales, al racismo y a las pandemias. El París de Amélie era un terruño, guardián de la tradición francesa, magnificado a escala urbana (Montmartre), tan emblemático y profundo como un aire de acordeón o una prolongada degustación culinaria. Los esfuerzos de Klapisch por dotar a sus nuevas comedias urbanas de un aire de modernidad se topan, invariablemente, con la conciencia satisfecha de acceder a la mejor vida posible en la ciudad más fotogénica del mundo.
En esta visión idílica hay sin embargo espacio suficiente para un drama, así sea de corta duración. La historia, por ejemplo, de Pierre (Romain Duris), un romántico actor de teatro, en espera de un riesgoso trasplante de corazón por una afección congénita, misma que realza la nobleza de sus facciones y la calidad de su trato afectivo. Su existencia, que intuye terminal, la cumple día a día en consonancia con una ciudad en mutación constante, que consigue tonificarlo con su ajetreo cotidiano y su energía comunitaria. En el torrente metafórico hay lugar para este cliché y para muchos otros más. París, la ciudad luz, es asimismo el gran corazón de Europa que transmite entusiasmo al ánimo casi apagado del protagonista.
La película narra sus episódicos encuentros sentimentales, sus fobias de enfermo crónico, y su manera de hacer frente los problemas mayores de las grandes urbes: la incomunicación de los seres humanos, el desierto sentimental la indiferencia, el racismo, la soledad y el estrés. De las múltiples existencias capturadas al vuelo en la ciudad efervescente, Klapisch escoge las que en su opinión contienen una mayor carga dramática y humorística. Para fortuna del espectador, son actores de la talla de Fabrice Luchini, Juliette Binoche, Karin Viard y François Cluzet, quienes logran dar sustancia y un poco de complejidad a la pasarela urbana de arquetipos previsibles, desde el académico maduro enamorado de una joven estudiante hasta la panadera racista que en el fondo posee un corazón muy noble.
Estamos muy lejos del retrato, también coral, que hace el veterano Alain Resnais en Pasiones privadas en lugares públicos (Coeurs), cinta que proyectará la Cineteca Nacional en los primeros días de enero, y que llega cargada de toda esa vieja malicia parisina que el habilidoso Klapisch apenas puede intuir en su acercamiento comercial a la gran mitología urbana.
carlos.bonfil@gmail.com
Carlos Monsiváis
No se supo pero qué importa (Primera parte)
Suerte te dé Dios que el saber poco te importa. El refrán hispano puede o no tener vigencia, pero su falla no es la escasa o nula importancia del saber, sino que la suerte no necesariamente la da Dios sino la pertenencia a una dinastía, la red de relaciones sociales, las buenas relaciones con los jefes. Por lo mismo, manejar o no entidades tan abstrusas como el idioma, la lógica, los conocimientos específicos, resulta francamente baladí, si la palabra todavía se usa. Además, ¿qué es saber a estas alturas tan visuales? Los datos por escrito (la historia, maestra del tedio) no importan demasiado, lo que cuenta son las imágenes, los videos, las muestras del photoshop. No obstante, hay que conceder espacio a los conocimientos todavía no jubilados, y por eso excavamos en el archivo y encontramos algunos ejemplos del conocimiento fast-track.
1. El que bien ignora jamás se rinde
¿Quién fracasó primero: la educación pública o la educación privada? A los convencidos de la segunda opción, les conviene revisar la entrevista en Radio Red (enero de 2004) con el ingeniero José Luis Luege Tamargo, director actual de Conagua, veterano de Acción Nacional, ex procurador federal de Protección al Ambiente. El tema: lo dificultoso del examen para elegir consejeros del PAN.
Iván: Ahora, ingeniero Luege, según nos cuenta tardó 195 minutos en contestar, ¿qué?, más o menos unas 400 preguntas. ¿Qué le costó más trabajo?, ¿qué siente usted que fue lo más complicado?
Luege: Cada bloque era de entre 50 y 100 preguntas y para mí lo más complicado fue una parte que consiste en una lectura de comprensión.
Iván: ¿No me diga que ahí se trabó?
Luege: Yo no sé quién escribió eso, pues es la cosa más complicada.
Iván: ¿Usted sí puso atención en el autor?
Luege: No, es que menciona varios autores de esos incunables, mano, complicadísimos y muy rebuscada toda la lectura, ¿no? Entonces eso a mí se me complicó pero espantoso. Pero en general, si lo haces con atención yo creo que cualquier militante puede perfectamente acreditar el examen (subrayados son cortesía del artículo).
Todavía no se acaba esta fuente de la filosofía del buen gobierno
Iván: A ver, ingeniero Luege, rápidamente. ¿Qué decía ese texto de comprensión?
Luege: (Risas) ¡¡Nooooo!!
Iván: ¿Se acuerda, o no lo comprendió? Porque si le comprendió y contestó: se acuerda.
Luege: Hablaba sobre la filosofía —digamos— de un buen gobierno, de la modernidad en el ejercicio de un buen gobierno que toma como base experiencias del pasado y prospectivas de las experiencias que ha habido como gobierno en México y en América Latina, pero créeme que era de lo más complicado.
Iván: ¿Harto difícil?
Luege: Sí, qué bárbaro, es decir, esa sí estuvo dura esa parte... Evaluar digamos, habilidad de razonamiento, también es muy fácil, son respuestas lógicas. Lo único que debes de tener es un poquito de atención, pero si te das cuenta, con esas tres partes estás prácticamente ya del otro lado, ¿no?, porque son 20, 20 y 20, tendrías ya 60 puntos, si los contestas bien y prácticamente estás ya del otro lado.
Iván: A ver, ¿usted estudió bien? Esta guía de estudio que tuvo como base, entiendo también, el Informe, el último Informe del Presidente de la República.
Luege: Bueno, yo, yo, yo…
Iván: Aquí entre nos, la verdad, ¿lo había leído?
Luege: Bueno, yo afortunadamente había leído el documento que se llama A mitad del camino del gobierno federal que está en internet, ¿no?, y eso me sirvió para algunas, algunas…
Iván: ¿Pero le dieron su guía de estudio o no?
Luege: Yo… mira… (risas) la pude leer una sola vez por falta de tiempo pero pues sí me ayudó, ¿eh?
2. Apología de la contradicción
En 2004, Armando Salinas Torre, subsecretario de Gobernación encargado de Población, Migración y Asunto Religiosos (la trinidad de las tareas idénticas), probó la nueva estrategia que a la letra dice: procede como te dé a entender tu corazón y si critican tus acciones, te corriges sin aceptar nada (“Los medios tergiversaron mis palabras... etc.”). Así, Salinas Torre declara: “No hay decisión definitiva sobre la píldora de emergencia y se constituirá un grupo científico para evaluar si es un procedimiento abortivo”. (La Jornada, 5/02/04). Y se explaya sobre el encuentro entre la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar y los secretarios de Salud y Gobernación: “Uno de los temas que se abordaron fue esta preocupación (la píldora) y la conclusión es clara: no se debatió ni se deliberó en torno a ello ni se fijaron posiciones”. ¡Qué curioso! Abordar es distinto a deliberar y a debatir, qué trilogía de verbos más incomunicados entre sí.
Salinas prosigue: “Se acordó tener una serie de reuniones entre religiosas y la Secretaría de Salud, con sus respectivas representantes científicos, para discutir este tema en el ámbito médico”. Sin demasiada amabilidad, Salinas Torre corrige al secretario de Salud Julio Frenk, que un día antes asegura: “El gobierno federal no dará marcha atrás en la incorporación de la píldora de emergencia en los métodos de planificación familiar”. Sin inmutarse, el subsecretario rectifica al doctor: “La píldora no tiene nada que ver con las relaciones de la Iglesia católica con el Estado laico”.
***
Sigue la entrevista:
P.: ¿La píldora es abortiva o no?
R.: No estoy calificado para comentar el tema porque no es un asunto que haya podido estudiar. Me la he pasado contentando entrevistas que me han impedido del todo ponerme a estudiar (dice don Armando contentando, no concertando, asunto que llevaría mucho más tiempo). Es un tema que no conozco a fondo sobre el que se delibera de manera cotidiana.
¿Qué piensa sobre la legitimidad de las amenazas de excomunión que ha proferido la Iglesia católica contra quienes utilicen la píldora (o la promuevan)?
Es justificable. Es una expresión de culto que llevan los ministros de culto de cualquier iglesia y se respeta lo que ahí puedan plantear, siempre y cuando no invadan las esferas para las cuales están expresamente señalados en la ley una restricción, y en estos casos no hay ninguna.
Escritor
1. El que bien ignora jamás se rinde
¿Quién fracasó primero: la educación pública o la educación privada? A los convencidos de la segunda opción, les conviene revisar la entrevista en Radio Red (enero de 2004) con el ingeniero José Luis Luege Tamargo, director actual de Conagua, veterano de Acción Nacional, ex procurador federal de Protección al Ambiente. El tema: lo dificultoso del examen para elegir consejeros del PAN.
Iván: Ahora, ingeniero Luege, según nos cuenta tardó 195 minutos en contestar, ¿qué?, más o menos unas 400 preguntas. ¿Qué le costó más trabajo?, ¿qué siente usted que fue lo más complicado?
Luege: Cada bloque era de entre 50 y 100 preguntas y para mí lo más complicado fue una parte que consiste en una lectura de comprensión.
Iván: ¿No me diga que ahí se trabó?
Luege: Yo no sé quién escribió eso, pues es la cosa más complicada.
Iván: ¿Usted sí puso atención en el autor?
Luege: No, es que menciona varios autores de esos incunables, mano, complicadísimos y muy rebuscada toda la lectura, ¿no? Entonces eso a mí se me complicó pero espantoso. Pero en general, si lo haces con atención yo creo que cualquier militante puede perfectamente acreditar el examen (subrayados son cortesía del artículo).
Todavía no se acaba esta fuente de la filosofía del buen gobierno
Iván: A ver, ingeniero Luege, rápidamente. ¿Qué decía ese texto de comprensión?
Luege: (Risas) ¡¡Nooooo!!
Iván: ¿Se acuerda, o no lo comprendió? Porque si le comprendió y contestó: se acuerda.
Luege: Hablaba sobre la filosofía —digamos— de un buen gobierno, de la modernidad en el ejercicio de un buen gobierno que toma como base experiencias del pasado y prospectivas de las experiencias que ha habido como gobierno en México y en América Latina, pero créeme que era de lo más complicado.
Iván: ¿Harto difícil?
Luege: Sí, qué bárbaro, es decir, esa sí estuvo dura esa parte... Evaluar digamos, habilidad de razonamiento, también es muy fácil, son respuestas lógicas. Lo único que debes de tener es un poquito de atención, pero si te das cuenta, con esas tres partes estás prácticamente ya del otro lado, ¿no?, porque son 20, 20 y 20, tendrías ya 60 puntos, si los contestas bien y prácticamente estás ya del otro lado.
Iván: A ver, ¿usted estudió bien? Esta guía de estudio que tuvo como base, entiendo también, el Informe, el último Informe del Presidente de la República.
Luege: Bueno, yo, yo, yo…
Iván: Aquí entre nos, la verdad, ¿lo había leído?
Luege: Bueno, yo afortunadamente había leído el documento que se llama A mitad del camino del gobierno federal que está en internet, ¿no?, y eso me sirvió para algunas, algunas…
Iván: ¿Pero le dieron su guía de estudio o no?
Luege: Yo… mira… (risas) la pude leer una sola vez por falta de tiempo pero pues sí me ayudó, ¿eh?
2. Apología de la contradicción
En 2004, Armando Salinas Torre, subsecretario de Gobernación encargado de Población, Migración y Asunto Religiosos (la trinidad de las tareas idénticas), probó la nueva estrategia que a la letra dice: procede como te dé a entender tu corazón y si critican tus acciones, te corriges sin aceptar nada (“Los medios tergiversaron mis palabras... etc.”). Así, Salinas Torre declara: “No hay decisión definitiva sobre la píldora de emergencia y se constituirá un grupo científico para evaluar si es un procedimiento abortivo”. (La Jornada, 5/02/04). Y se explaya sobre el encuentro entre la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar y los secretarios de Salud y Gobernación: “Uno de los temas que se abordaron fue esta preocupación (la píldora) y la conclusión es clara: no se debatió ni se deliberó en torno a ello ni se fijaron posiciones”. ¡Qué curioso! Abordar es distinto a deliberar y a debatir, qué trilogía de verbos más incomunicados entre sí.
Salinas prosigue: “Se acordó tener una serie de reuniones entre religiosas y la Secretaría de Salud, con sus respectivas representantes científicos, para discutir este tema en el ámbito médico”. Sin demasiada amabilidad, Salinas Torre corrige al secretario de Salud Julio Frenk, que un día antes asegura: “El gobierno federal no dará marcha atrás en la incorporación de la píldora de emergencia en los métodos de planificación familiar”. Sin inmutarse, el subsecretario rectifica al doctor: “La píldora no tiene nada que ver con las relaciones de la Iglesia católica con el Estado laico”.
***
Sigue la entrevista:
P.: ¿La píldora es abortiva o no?
R.: No estoy calificado para comentar el tema porque no es un asunto que haya podido estudiar. Me la he pasado contentando entrevistas que me han impedido del todo ponerme a estudiar (dice don Armando contentando, no concertando, asunto que llevaría mucho más tiempo). Es un tema que no conozco a fondo sobre el que se delibera de manera cotidiana.
¿Qué piensa sobre la legitimidad de las amenazas de excomunión que ha proferido la Iglesia católica contra quienes utilicen la píldora (o la promuevan)?
Es justificable. Es una expresión de culto que llevan los ministros de culto de cualquier iglesia y se respeta lo que ahí puedan plantear, siempre y cuando no invadan las esferas para las cuales están expresamente señalados en la ley una restricción, y en estos casos no hay ninguna.
Escritor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario