Felipe Calderón está llevando al país a una situación de extrema gravedad. Las naturales reacciones de venganza de los cárteles afectados por una guerra selectiva toman al gobierno federal en una situación de impericia casi criminal (revelar el nombre del marino muerto, a cuenta de homenajes concebidos como material propagandístico) y enmedio de pugnas intestinas y desconfianzas extendidas en la elite del poder (el Ejército, agraviado por la preferencia felipesca por la Armada en el caso Cuernavaca, lo que significó una acusación implícita de deshonestidad sobre soldados y oficiales de la Sedena).
La descomposición institucional fue agravada por la instrucción de tapizar de billetes y símbolos religiosos el cuerpo de un narcotraficante ejecutado más por desaveniencias con su jefe original que por una auténtica e imparcial persecución gubernamental. Al colocarse al mismo nivel de crueldad e ilegalidad que los delincuentes extraoficiales, la administración de CalNerón ha abierto la puerta a las venganzas extremas, sin que los presuntos defensores y ejecutores de las leyes puedan invocar legitimidades en su actuar ni grandeza o patriotismo en sus propósitos. El ánimo social de alarma y los específicamente revanchistas de los delincuentes afectados son incluso exacerbados por las declaraciones grandilocuentes, retadoras, amenazantes de altísimos funcionarios que creen plausible hacer declaraciones de valentía y fuerza desde sus espacios milimétricamente protegidos. Calderón debería cambiar el tono, el contenido y la gestualidad de sus comparecencias públicas sobre el tema, al igual que el secretario Gómez Mont debería dejar a un lado el tono de litigante blindado al hacer sus pastosas alocuciones de defensa de un estado de derecho que ya no existe y de legalidades e institucionalida- des caídas en combate. Luego del ataque al departamento 201 de un edificio de la capital del estado comercialmente administrado por Marco Adane (recuerden: cambien dos consonantes a su entender), la guerra contra el narcotráfico ha subido peligrosamente de grado: cártel contra cártel, capos contra capos. Sálvese quien pueda.
Justamente en las actuales condiciones resulta urgente poner freno a una guerra que Calderón decidió por sus puras pistolas en sus peores condiciones de precariedad política (a unos días de su accidentada y repudiada toma de posesión). El dinero público gastado en esta densa campaña nacional de asentamiento militar debería haber sido destinado a necesidades verdaderamente sentidas por la población. Por ejemplo, a la ayuda fortalecida a los mexicanos económicamente miserables que en esta misma administración se han multiplicado a la par que el uso para fines militares, marinos y policiacos del erario en la batalla sabidamente perdida contra el comercio globalizado de las drogas y alegremente tolerado y promovido por las contrapartes del mayor mercado, el estadunidense, donde no hay bajas ni temblor social sino plácido consumo extendido.
Pero otra de las consecuencias de esta etapa superior del miedo colectivo es el abatimiento del ánimo de participación política, de la protesta superior, pues muchos ciudadanos asustados lo que prefieren es la defensa de sus intereses particulares, el volverse invisibles, el callar para no provocar represiones desatadas. A la mitad de su improbable sexenio, sin fuerza en las cámaras, peleado incluso con grandes e influyentes empresarios, rodeado de una camarilla gris, ineficaz y servil, y con riesgos ampliamente anunciados de estallidos sociales incluso por razones de calendario histórico, Calderón parecería encaminarse a una forma de aniquilamiento de lo político, de lo electoral. De hecho, pareciera que el diseño de esta inexplicable guerra perdida contra el narco fuera en realidad sólo la preparación de escenarios de volatilidad social que obliguen a la toma de decisiones que en otro momento no serían permitidas, como la declaración de zonas de excepción que conforme avanzaran los combates con los narcos sublevados podrían ampliarse hasta abarcar al país entero y llegar, de ser necesario, a la supresión de los procesos de elección de autoridades y representantes populares. Una relección forzada por las circunstancias.
Lo de ayer es terriblemente sintomático, pues fueron varios los ataques directos a símbolos de la institucionalidad: los familiares de un miembro de las fuerzas especiales de la Marina, las ráfagas en el restaurante donde comían el fiscal general de Coahuila y un secretario del gabinete estatal con un alcalde texano, el asesinato del secretario de Turismo de Sinaloa. Y, por otra parte, las versiones, no confirmadas a la hora de cerrar esta columna, de una matanza en Sinaloa, según eso entre 20 y 40 personas.
Aparte de los discursos de la superioridad, el mundillo de la política institucional simula que todo sigue bajo control: el Cordero sacrificable es obligado a sostener la plantilla de subsecretarios que tenía el ahora expansivo Carstens; el secretario del Trabajo se queja de que a la puerta de su casa haya tenido molestias menores y fugaces de parte de algunos de las decenas de miles de trabajadores que hoy no tienen empleo ni manera de garantizar el futuro de sus hogares; las diputadas Juanitas piden licencia y dan paso a sus machos utilitarios, entre ellos algún miembro del bufete de defensa que Televisa ha habilitado en San Lázaro, y crece la protesta por el tema de las bodas entre personas del mismo sexo, y la posibilidad de adoptar hijos, de una ultraderecha encabezada por los jefes católicos que demostradamente han tenido graves casos de inmoralidad impune.
Y, mientras la gente se rehúsa a ponerse las vacunas, con todo y que Obama se haya prestado para la foto, ¡hasta mañana, con la novedad de que el PRD de Tamaulipas analiza la posibilidad de postular como candidato a gobernador a Lino Korrodi, el promotor original de Fox que luego se volvió crítico consecuente de éste y su dominante esposa!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
La descomposición institucional fue agravada por la instrucción de tapizar de billetes y símbolos religiosos el cuerpo de un narcotraficante ejecutado más por desaveniencias con su jefe original que por una auténtica e imparcial persecución gubernamental. Al colocarse al mismo nivel de crueldad e ilegalidad que los delincuentes extraoficiales, la administración de CalNerón ha abierto la puerta a las venganzas extremas, sin que los presuntos defensores y ejecutores de las leyes puedan invocar legitimidades en su actuar ni grandeza o patriotismo en sus propósitos. El ánimo social de alarma y los específicamente revanchistas de los delincuentes afectados son incluso exacerbados por las declaraciones grandilocuentes, retadoras, amenazantes de altísimos funcionarios que creen plausible hacer declaraciones de valentía y fuerza desde sus espacios milimétricamente protegidos. Calderón debería cambiar el tono, el contenido y la gestualidad de sus comparecencias públicas sobre el tema, al igual que el secretario Gómez Mont debería dejar a un lado el tono de litigante blindado al hacer sus pastosas alocuciones de defensa de un estado de derecho que ya no existe y de legalidades e institucionalida- des caídas en combate. Luego del ataque al departamento 201 de un edificio de la capital del estado comercialmente administrado por Marco Adane (recuerden: cambien dos consonantes a su entender), la guerra contra el narcotráfico ha subido peligrosamente de grado: cártel contra cártel, capos contra capos. Sálvese quien pueda.
Justamente en las actuales condiciones resulta urgente poner freno a una guerra que Calderón decidió por sus puras pistolas en sus peores condiciones de precariedad política (a unos días de su accidentada y repudiada toma de posesión). El dinero público gastado en esta densa campaña nacional de asentamiento militar debería haber sido destinado a necesidades verdaderamente sentidas por la población. Por ejemplo, a la ayuda fortalecida a los mexicanos económicamente miserables que en esta misma administración se han multiplicado a la par que el uso para fines militares, marinos y policiacos del erario en la batalla sabidamente perdida contra el comercio globalizado de las drogas y alegremente tolerado y promovido por las contrapartes del mayor mercado, el estadunidense, donde no hay bajas ni temblor social sino plácido consumo extendido.
Pero otra de las consecuencias de esta etapa superior del miedo colectivo es el abatimiento del ánimo de participación política, de la protesta superior, pues muchos ciudadanos asustados lo que prefieren es la defensa de sus intereses particulares, el volverse invisibles, el callar para no provocar represiones desatadas. A la mitad de su improbable sexenio, sin fuerza en las cámaras, peleado incluso con grandes e influyentes empresarios, rodeado de una camarilla gris, ineficaz y servil, y con riesgos ampliamente anunciados de estallidos sociales incluso por razones de calendario histórico, Calderón parecería encaminarse a una forma de aniquilamiento de lo político, de lo electoral. De hecho, pareciera que el diseño de esta inexplicable guerra perdida contra el narco fuera en realidad sólo la preparación de escenarios de volatilidad social que obliguen a la toma de decisiones que en otro momento no serían permitidas, como la declaración de zonas de excepción que conforme avanzaran los combates con los narcos sublevados podrían ampliarse hasta abarcar al país entero y llegar, de ser necesario, a la supresión de los procesos de elección de autoridades y representantes populares. Una relección forzada por las circunstancias.
Lo de ayer es terriblemente sintomático, pues fueron varios los ataques directos a símbolos de la institucionalidad: los familiares de un miembro de las fuerzas especiales de la Marina, las ráfagas en el restaurante donde comían el fiscal general de Coahuila y un secretario del gabinete estatal con un alcalde texano, el asesinato del secretario de Turismo de Sinaloa. Y, por otra parte, las versiones, no confirmadas a la hora de cerrar esta columna, de una matanza en Sinaloa, según eso entre 20 y 40 personas.
Aparte de los discursos de la superioridad, el mundillo de la política institucional simula que todo sigue bajo control: el Cordero sacrificable es obligado a sostener la plantilla de subsecretarios que tenía el ahora expansivo Carstens; el secretario del Trabajo se queja de que a la puerta de su casa haya tenido molestias menores y fugaces de parte de algunos de las decenas de miles de trabajadores que hoy no tienen empleo ni manera de garantizar el futuro de sus hogares; las diputadas Juanitas piden licencia y dan paso a sus machos utilitarios, entre ellos algún miembro del bufete de defensa que Televisa ha habilitado en San Lázaro, y crece la protesta por el tema de las bodas entre personas del mismo sexo, y la posibilidad de adoptar hijos, de una ultraderecha encabezada por los jefes católicos que demostradamente han tenido graves casos de inmoralidad impune.
Y, mientras la gente se rehúsa a ponerse las vacunas, con todo y que Obama se haya prestado para la foto, ¡hasta mañana, con la novedad de que el PRD de Tamaulipas analiza la posibilidad de postular como candidato a gobernador a Lino Korrodi, el promotor original de Fox que luego se volvió crítico consecuente de éste y su dominante esposa!
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Una semana como esta de diciembre de 1994 se desencadenó la macrodevaluación de la moneda. Todavía no cumplía un mes el gobierno del presidente Ernesto Zedillo. Salinas de Gortari lo acusa de ser el responsable del llamado error de diciembre, pero Zedillo responsabiliza a su antecesor. A principios de aquel diciembre el dólar se cotizaba en 3.46 pesos, seis años después se había depreciado al nivel de 9.50. El presidente Bill Clinton rescató del naufragio al gobierno de Zedillo, hubo rumores de renuncia. Salinas de Gortari salió al exilio después del ayuno con agua Evian en Monterrey. El secretario de Comercio Jaime Serra Puche se ganó el mote de secretario Cete, sólo duró 28 días. Entre Zedillo, Guillermo Ortiz, Fox, Fernández de Cevallos y Calderón armaron el Fobaproa. Los bancos mexicanos pasaron a manos de inversionistas extranjeros. El PRI perdió las siguientes elecciones presidenciales. Llegó Fox sólo a dar al país una nueva, amarga desilusión. ¿Y saben qué es lo peor? Los políticos prometieron que nunca de los nuncas sucedería una crisis como la de 1994. Sin embargo, hoy tenemos otra muy parecida, con una devaluación superior a 30 por ciento, y el añadido de algo terrible que no existía entonces: la narcoviolencia. Ni siquiera se ha terminado de pagar la deuda del Fobaproa.
¿Cuánto necesitas para vivir?
¿Con cuántos salarios mínimos podrías vivir sin demasiadas apreturas?, pregunta nuestra encuesta de esta semana a los miembros de El Foro México. Y plantea las siguientes opciones: a) tres salarios (4 mil 800 pesos); b) seis salarios (9 mil 600 pesos); c) nueve salarios (14 mil 400 pesos) (cantidades aproximadas), y d) más de nueve salarios. Los resultados de la encuesta aparecerán, como siempre, en la edición del próximo sábado de La Jornada. Partimos de una obviedad: no hay quien pueda vivir con un salario mínimo, sin embargo, es el ingreso de millones de familias, tanto en la economía formal como en la informal. Sobreviven entre la desnutrición, la enfermedad y el abandono. De acuerdo con expertos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, hace 27 años (18 con el PRI y 9 con el PAN) el salario mínimo compraba 45 kilogramos de tortilla, hoy sólo alcanza para seis. Compraba 240 piezas de pan blanco, hoy sólo 39 piezas. Compraba 14 litros de leche pasteurizada; hoy sólo cuatro. La destrucción de la economía de los consumidores ha sido implacable. Como les decía ayer, en 2010 no habrá incremento del mínimo. Lo que decretó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos –integrada por representantes del gobierno, el sector privado y líderes charros– fue una disminución. He venido proponiendo desde hace varios años que la fijación del mínimo de los empleados del sector privado corra a cargo del Congreso, que ya fija el de los burócratas, desde la percepción de la más modesta afanadora de hospital hasta el presidente de la República. De ese modo la discusión se airearía, se abriría a la opinión pública, porque hoy en día las deliberaciones de la mentada comisión se desarrollan en el mayor sigilo. ¿Qué piensan los señores diputados y senadores, ellos que ganan millonadas, de que un trabajador gane mil 533 pesos al mes? ¿No les daría vergüenza seguir sacrificando a la gente? Posiblemente muchos ni se sonrojarían, pero no faltaría cuando menos uno que levantara la voz.
Un respiro
El peso está tomando un respiro navideño. Las últimas dos semanas ha sacado fuerzas de su debilidad y juguetea debajo de la cotización de 13 por dólar. Es el momento de comprar, si los necesitas, y de no vender, si los tienes, porque este coqueteo no durará mucho tiempo, según anticipan los analistas de Grupo Financiero Invex.
¿Cuánto necesitas para vivir?
¿Con cuántos salarios mínimos podrías vivir sin demasiadas apreturas?, pregunta nuestra encuesta de esta semana a los miembros de El Foro México. Y plantea las siguientes opciones: a) tres salarios (4 mil 800 pesos); b) seis salarios (9 mil 600 pesos); c) nueve salarios (14 mil 400 pesos) (cantidades aproximadas), y d) más de nueve salarios. Los resultados de la encuesta aparecerán, como siempre, en la edición del próximo sábado de La Jornada. Partimos de una obviedad: no hay quien pueda vivir con un salario mínimo, sin embargo, es el ingreso de millones de familias, tanto en la economía formal como en la informal. Sobreviven entre la desnutrición, la enfermedad y el abandono. De acuerdo con expertos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, hace 27 años (18 con el PRI y 9 con el PAN) el salario mínimo compraba 45 kilogramos de tortilla, hoy sólo alcanza para seis. Compraba 240 piezas de pan blanco, hoy sólo 39 piezas. Compraba 14 litros de leche pasteurizada; hoy sólo cuatro. La destrucción de la economía de los consumidores ha sido implacable. Como les decía ayer, en 2010 no habrá incremento del mínimo. Lo que decretó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos –integrada por representantes del gobierno, el sector privado y líderes charros– fue una disminución. He venido proponiendo desde hace varios años que la fijación del mínimo de los empleados del sector privado corra a cargo del Congreso, que ya fija el de los burócratas, desde la percepción de la más modesta afanadora de hospital hasta el presidente de la República. De ese modo la discusión se airearía, se abriría a la opinión pública, porque hoy en día las deliberaciones de la mentada comisión se desarrollan en el mayor sigilo. ¿Qué piensan los señores diputados y senadores, ellos que ganan millonadas, de que un trabajador gane mil 533 pesos al mes? ¿No les daría vergüenza seguir sacrificando a la gente? Posiblemente muchos ni se sonrojarían, pero no faltaría cuando menos uno que levantara la voz.
Un respiro
El peso está tomando un respiro navideño. Las últimas dos semanas ha sacado fuerzas de su debilidad y juguetea debajo de la cotización de 13 por dólar. Es el momento de comprar, si los necesitas, y de no vender, si los tienes, porque este coqueteo no durará mucho tiempo, según anticipan los analistas de Grupo Financiero Invex.
Le asiste toda la razón a Debka, presunto portal del Mossad (servicios de espionaje israelí), que sentencia que Israel fue el gran perdedor en el Medio Oriente en el año 2009 (Debka Net Weekly, No. 426, 18/12/09): una empinada (sic) declinación en la cotización (sic) militar, diplomática y regional de Israel.
Agregaríamos que el declive de su imagen fue en todo el mundo, si tomamos en cuenta el lacerante Reporte Goldstone de la ONU sobre el infanticidio palestino en Gaza que, a nuestro juicio, marca el barómetro de los derechos humanos y la bioética del siglo XXI.
Tampoco se puede soslayar que, desde el punto de vista geopolítico, Israel sufrió dos severas derrotas diplomáticas en Turquía (ver Radar Geopolítico, Contralínea, 1/11/09) y Brasil (la recepción de Lula al presidente Ahmadinejad y su apuntalamiento al programa nuclear pacífico persa).
Cabe señalar que el gobierno filosionista de Calderón se abstuvo de votar a favor –como si el infanticidio fuese negociable– del demoledor reporte Goldstone.
Algo telúrico ha de estar ocurriendo subterráneamente en las relaciones de Gran Bretaña con Israel y cuyo epifenómeno se trasluce en una serie de eventos y revelaciones desgarradoras, que van desde el esclavismo atávico de los banqueros Rothschild –presuntos controladores de sionismo financiero global, que incluye a George Soros, formulador del gobierno mundial (ver Bajo la Lupa, 8/7/09; 1 y 4/11/09)–, pasando por la espectacular orden de aprensión girada por un juez británico a la anterior canciller Tzipi Livni (hoy líder del partido Kadima de oposición) por los crímenes de guerra israelíes en Gaza (Haaretz, 14/12/09), hasta la publicación, en el periódico británico The Guardian (21/12/09), muy cercano al premier Gordon Brown, de la confesión por Israel de su tráfico de órganos palestinos (del que ya habíamos alertado: ¿Israel está detrás del tráfico global de riñones?; Bajo la Lupa, 23/8/09).
Agregaríamos que el declive de su imagen fue en todo el mundo, si tomamos en cuenta el lacerante Reporte Goldstone de la ONU sobre el infanticidio palestino en Gaza que, a nuestro juicio, marca el barómetro de los derechos humanos y la bioética del siglo XXI.
Tampoco se puede soslayar que, desde el punto de vista geopolítico, Israel sufrió dos severas derrotas diplomáticas en Turquía (ver Radar Geopolítico, Contralínea, 1/11/09) y Brasil (la recepción de Lula al presidente Ahmadinejad y su apuntalamiento al programa nuclear pacífico persa).
Cabe señalar que el gobierno filosionista de Calderón se abstuvo de votar a favor –como si el infanticidio fuese negociable– del demoledor reporte Goldstone.
Algo telúrico ha de estar ocurriendo subterráneamente en las relaciones de Gran Bretaña con Israel y cuyo epifenómeno se trasluce en una serie de eventos y revelaciones desgarradoras, que van desde el esclavismo atávico de los banqueros Rothschild –presuntos controladores de sionismo financiero global, que incluye a George Soros, formulador del gobierno mundial (ver Bajo la Lupa, 8/7/09; 1 y 4/11/09)–, pasando por la espectacular orden de aprensión girada por un juez británico a la anterior canciller Tzipi Livni (hoy líder del partido Kadima de oposición) por los crímenes de guerra israelíes en Gaza (Haaretz, 14/12/09), hasta la publicación, en el periódico británico The Guardian (21/12/09), muy cercano al premier Gordon Brown, de la confesión por Israel de su tráfico de órganos palestinos (del que ya habíamos alertado: ¿Israel está detrás del tráfico global de riñones?; Bajo la Lupa, 23/8/09).
En el peloteo de siempre, los legisladores se muestran sorprendidos por el unilateral aumento calderonista al precio de la gasolina Magna y el diesel, porque existía un compromiso de la Secretaría de Hacienda (en tiempos de Carstens, es de suponer) adquirido en el curso de las negociaciones del paquete económico para 2010 para no aplicar dicho incremento, según dicen. El problema es que los cándidos representantes populares confiaron en quien de plano no se puede confiar (y existen muchos ejemplos para sostenerlo), al tiempo que parecen olvidar que fueron ellos mismos, en la legislatura anterior, quienes aprobaron la iniciativa de Felipe Calderón para un nuevo impuesto de 5.5 por ciento a los combustibles, que entró en vigor en enero de 2008 y se prorratearía a los largo de 18 meses, mismo que quedó congelado en el primer mes de 2009. Tampoco en ese entonces nadie quiso responsabilizarse por la paternidad del novedoso gravamen, por mucho que llevara la firma del inquilino de Los Pinos y el voto de la mayoría legislativa.
Eso por un lado, por el otro, a los diputados y senadores que aprobaron la Ley de Ingresos de la Federación para 2010 se les hizo fácil convertir un superávit fiscal estimado en casi 21 mil millones de pesos por concepto de impuesto especial sobre producción y servicios a gasolinas y diesel para combustión automotriz, en un déficit, por igual concepto, superior a 12 mil millones, de tal suerte que en el generoso reparto presupuestal a favor de sus respectivos gobernadores los señores de San Lázaro y Xicoténcatl abrieron un hoyo mayor a 32 mil millones de pesos en el renglón de ingresos, lo que por obvias razones no fue del agrado del doctor catarrito y mucho menos del inquilino de Los Pinos, a quienes les descuadraron las cuentas. Dadas las de por sí calientes negociaciones en torno al paquete económico para el año que está por comenzar, la Secretaría de Hacienda no pataleó por esa decisión del Legislativo. Simple y sencillamente se fue por lo práctico: cobrarse a lo chino (la Ley así lo permite), esperar el momento adecuado (en plena borrachera navideña) y, sabadazo de por medio, aumentar el precio de Magna y diesel sin avisar ni consultar a nadie. Total, la carga directa es para los consumidores y la abultada factura para todos los mexicanos.
A finales de 2007 senadores y diputados (prianistas, obviamente) aprobaron la propuesta calderonista de aplicar un impuesto especial a gasolinas, diesel y gas automotriz, como parte de las medidas tributarias para fortalecer el federalismo fiscal; a partir de 2008 (dichos combustibles) se gravarán con cuotas adicionales a la venta final al público en general... Los recursos que por estas cuotas adicionales se obtengan se destinan a las entidades federativas, municipios y demarcaciones territoriales, conforme al mecanismo establecido en la Ley de Coordinación Fiscal (en los hechos, sólo seis entidades de la República se benefician con casi 42 por ciento del impuesto especial: estado de México, Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León, Veracruz y Tamaulipas. En sentido contrario, otras cuatro apenas si alcanzan 3.6 por ciento del pastel: Nayarit, Campeche, Colima y Tlaxcala). Eso fue lo que aprobaron los prianistas, pero nadie quiere asumir el costo político de la decisión, mucho menos el inquilino de Los Pinos, quien ahora de nueva cuenta utiliza la herramienta palomeada por los legisladores, pero ahora en el mayor de los silencios.
Dos años después, tras el referido sabadazo, de nueva cuenta los legisladores fingen demencia, se muestran sorprendidos y, para taparle el ojo al macho, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, con el apoyo del PAN, de acuerdo con una nota de El Universal, “citó a comparecer a los secretarios de Energía y Hacienda (Georgina Kessel y Ernesto Cordero, respectivamente), para explicar las razones del incremento a la gasolina, a pesar de no estar previsto en las políticas financieras y de ingresos del gobierno. El senador del PRI Rogelio Rueda dijo que el sorpresivo aumento de 5 centavos al litro de gasolina –aplicado el fin de semana pasado– requiere de una explicación directa de los secretarios de Energía y de Hacienda ante la tercera comisión de la Comisión Permanente. Cabe formular un extrañamiento al secretario de Hacienda por el reciente incremento en el precio de la gasolina Magna de 7.72 a 7.77 pesos por litro, en abierta contravención a lo suscrito y ofrecido por el Ejecutivo federal. Diputados y senadores, incluidos los panistas, coincidieron en que el rechazo al alza del precio de la gasolina se atiene a un criterio de sensibilidad social mínimo, dadas las muy anticipables dificultades que experimentará la mayoría de los hogares mexicanos en la primera mitad de 2010” (y en la segunda también). En caso de acudir a la cita, ¿qué responderán la señora Kessel y el delfín Cordero que los legisladores no sepan y que, en otras oportunidades, no les hayan preguntado? Se trata, simplemente, de cubrir el expediente y taparse unos a otros, porque ninguna de las partes echará para atrás el gasolinazo.
Cuando el Congreso aprobó el impuesto especial a gasolinas, diesel y gas automotriz, a finales de 2007, la propia Cámara de Diputados realizó el siguiente ejercicio: con base en las estimaciones realizadas a partir de la ENIGH-2006, en el caso concreto del nuevo gravamen a los combustibles la carga tributaria será progresiva, porque será soportada mayoritariamente por los hogares con los ingresos más altos del país; son los que consumen más estos energéticos. Sin embargo, en el impacto sectorial se observa que el ingreso monetario de los hogares más pobres del país se vería afectado en mayor proporción que el ingreso monetario de los hogares más ricos del país, pues es de esperarse que la aplicación de esta contribución impactaría al alza el costo del transporte público. Así, aunque los hogares más ricos del país destinan una mayor proporción de su ingreso monetario para el consumo de gasolina y diesel, con respecto a los hogares más pobres del país, éstos destinan una mayor proporción de su ingreso monetario para satisfacer sus necesidades de transporte público. Además, si se suma el gasto que realizan los hogares del país por el consumo de gasolina, diesel y transporte público, se observa que los hogares más pobres del país destinan más del doble de su ingreso monetario para la compra de estos bienes y servicios, en comparación con la parte del ingreso monetario que le destinan los hogares más ricos del país.
Las rebanadas del pastel
El embajador del siglo XVI, Norberto Rivera, y sus Adoradoras Nocturnas, con la parienta del PAN capitalino como cabeza visible, reaccionaron de inmediato: es absolutamente inadmisible y condenable; es inmoral; una aberración, pero lamentablemente no se referían al gasolinazo.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
FARC: barbarie y descomposición
La madrugada de ayer, un comando secuestró a Luis Fernando Cuéllar, gobernador del departamento de Caquetá, Colombia, uno de los bastiones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El rapto fue atribuido por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez a las propias FARC, que habían intentado plagiar, el pasado 9 de diciembre, al alcalde de San Vicente del Caguán, Hernán Cortés, usando un método muy similar. El mandatario ordenó un operativo militar para rescatar al funcionario y a los otros secuestrados que quedan en poder de estos bandidos y, horas más tarde, el gobierno colombiano informó el hallazgo del cuerpo sin vida de Cuéllar, a 15 kilómetros de la ciudad de Florencia, capital de Caquetá.
Continuar
Eso por un lado, por el otro, a los diputados y senadores que aprobaron la Ley de Ingresos de la Federación para 2010 se les hizo fácil convertir un superávit fiscal estimado en casi 21 mil millones de pesos por concepto de impuesto especial sobre producción y servicios a gasolinas y diesel para combustión automotriz, en un déficit, por igual concepto, superior a 12 mil millones, de tal suerte que en el generoso reparto presupuestal a favor de sus respectivos gobernadores los señores de San Lázaro y Xicoténcatl abrieron un hoyo mayor a 32 mil millones de pesos en el renglón de ingresos, lo que por obvias razones no fue del agrado del doctor catarrito y mucho menos del inquilino de Los Pinos, a quienes les descuadraron las cuentas. Dadas las de por sí calientes negociaciones en torno al paquete económico para el año que está por comenzar, la Secretaría de Hacienda no pataleó por esa decisión del Legislativo. Simple y sencillamente se fue por lo práctico: cobrarse a lo chino (la Ley así lo permite), esperar el momento adecuado (en plena borrachera navideña) y, sabadazo de por medio, aumentar el precio de Magna y diesel sin avisar ni consultar a nadie. Total, la carga directa es para los consumidores y la abultada factura para todos los mexicanos.
A finales de 2007 senadores y diputados (prianistas, obviamente) aprobaron la propuesta calderonista de aplicar un impuesto especial a gasolinas, diesel y gas automotriz, como parte de las medidas tributarias para fortalecer el federalismo fiscal; a partir de 2008 (dichos combustibles) se gravarán con cuotas adicionales a la venta final al público en general... Los recursos que por estas cuotas adicionales se obtengan se destinan a las entidades federativas, municipios y demarcaciones territoriales, conforme al mecanismo establecido en la Ley de Coordinación Fiscal (en los hechos, sólo seis entidades de la República se benefician con casi 42 por ciento del impuesto especial: estado de México, Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León, Veracruz y Tamaulipas. En sentido contrario, otras cuatro apenas si alcanzan 3.6 por ciento del pastel: Nayarit, Campeche, Colima y Tlaxcala). Eso fue lo que aprobaron los prianistas, pero nadie quiere asumir el costo político de la decisión, mucho menos el inquilino de Los Pinos, quien ahora de nueva cuenta utiliza la herramienta palomeada por los legisladores, pero ahora en el mayor de los silencios.
Dos años después, tras el referido sabadazo, de nueva cuenta los legisladores fingen demencia, se muestran sorprendidos y, para taparle el ojo al macho, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, con el apoyo del PAN, de acuerdo con una nota de El Universal, “citó a comparecer a los secretarios de Energía y Hacienda (Georgina Kessel y Ernesto Cordero, respectivamente), para explicar las razones del incremento a la gasolina, a pesar de no estar previsto en las políticas financieras y de ingresos del gobierno. El senador del PRI Rogelio Rueda dijo que el sorpresivo aumento de 5 centavos al litro de gasolina –aplicado el fin de semana pasado– requiere de una explicación directa de los secretarios de Energía y de Hacienda ante la tercera comisión de la Comisión Permanente. Cabe formular un extrañamiento al secretario de Hacienda por el reciente incremento en el precio de la gasolina Magna de 7.72 a 7.77 pesos por litro, en abierta contravención a lo suscrito y ofrecido por el Ejecutivo federal. Diputados y senadores, incluidos los panistas, coincidieron en que el rechazo al alza del precio de la gasolina se atiene a un criterio de sensibilidad social mínimo, dadas las muy anticipables dificultades que experimentará la mayoría de los hogares mexicanos en la primera mitad de 2010” (y en la segunda también). En caso de acudir a la cita, ¿qué responderán la señora Kessel y el delfín Cordero que los legisladores no sepan y que, en otras oportunidades, no les hayan preguntado? Se trata, simplemente, de cubrir el expediente y taparse unos a otros, porque ninguna de las partes echará para atrás el gasolinazo.
Cuando el Congreso aprobó el impuesto especial a gasolinas, diesel y gas automotriz, a finales de 2007, la propia Cámara de Diputados realizó el siguiente ejercicio: con base en las estimaciones realizadas a partir de la ENIGH-2006, en el caso concreto del nuevo gravamen a los combustibles la carga tributaria será progresiva, porque será soportada mayoritariamente por los hogares con los ingresos más altos del país; son los que consumen más estos energéticos. Sin embargo, en el impacto sectorial se observa que el ingreso monetario de los hogares más pobres del país se vería afectado en mayor proporción que el ingreso monetario de los hogares más ricos del país, pues es de esperarse que la aplicación de esta contribución impactaría al alza el costo del transporte público. Así, aunque los hogares más ricos del país destinan una mayor proporción de su ingreso monetario para el consumo de gasolina y diesel, con respecto a los hogares más pobres del país, éstos destinan una mayor proporción de su ingreso monetario para satisfacer sus necesidades de transporte público. Además, si se suma el gasto que realizan los hogares del país por el consumo de gasolina, diesel y transporte público, se observa que los hogares más pobres del país destinan más del doble de su ingreso monetario para la compra de estos bienes y servicios, en comparación con la parte del ingreso monetario que le destinan los hogares más ricos del país.
Las rebanadas del pastel
El embajador del siglo XVI, Norberto Rivera, y sus Adoradoras Nocturnas, con la parienta del PAN capitalino como cabeza visible, reaccionaron de inmediato: es absolutamente inadmisible y condenable; es inmoral; una aberración, pero lamentablemente no se referían al gasolinazo.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
FARC: barbarie y descomposición
La madrugada de ayer, un comando secuestró a Luis Fernando Cuéllar, gobernador del departamento de Caquetá, Colombia, uno de los bastiones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El rapto fue atribuido por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez a las propias FARC, que habían intentado plagiar, el pasado 9 de diciembre, al alcalde de San Vicente del Caguán, Hernán Cortés, usando un método muy similar. El mandatario ordenó un operativo militar para rescatar al funcionario y a los otros secuestrados que quedan en poder de estos bandidos y, horas más tarde, el gobierno colombiano informó el hallazgo del cuerpo sin vida de Cuéllar, a 15 kilómetros de la ciudad de Florencia, capital de Caquetá.
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El Correo Ilustrado
Carta al presidente de la CNDH
C. presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Dr. Raúl Plascencia Villanueva. Presente
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La decadencia anímica y material de México avanza sobre uno de los fundamentos del Estado: su laicidad. Porciones retrógradas y convenencieras de la ciudadanía, incrustadas entre las elites políticas, maniobran en lo oscurito para inducir e instalar en los ordenamientos legales sus creencias religiosas. El basamento de tales modificaciones es por demás endeble o francamente nulo. Recurren los conspicuos proponentes (entre ellos varios obispos) a infundir terribles miedos a una sexualidad liberada de fetiches y varias malformaciones respecto del desarrollo familiar, para involucionar frente al resto de la desprevenida población y el ancho mundo. La dupla PRIAN da fehacientes pruebas de la incapacidad, que ya la distingue y clasifica, para visualizar las salidas efectivas a la prolongada crisis que afecta todos los rubros de la actividad productiva, social y cultural de México.
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Serios retrocesos a la laicidad ha representado este año 2009 que está a punto de concluir. La clase política entra a festejar el bicentenario habiendo traicionado los fundamentos juaristas que dieron sustentos modernos al Estado mexicano contemporáneo. Me refiero no sólo a la contrarreforma antiaborto, promovida por el PRI en 18 entidades de la República, o al acotamiento de libertades laicas, sino a la bochornosa polémica que Enrique Peña Nieto ha protagonizado con su aparatosa y mediática visita que recientemente realizó al Vaticano.
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Conforme avanza el tiempo los desencuentros entre la sociedad laica y la muy apegada a la religión se incrementan. Las discrepancias son cada vez más profundas y más peligrosas. El diálogo y la razón han perdido. La obstinación ha triunfado. Las diferencias en la forma de pensar el mundo y disecar el ser humano son inmensas. Es evidente que entre los unos y los otros casi no hay similitudes. Predomina la certeza de la desesperanza y de las muertes sin fin. ¿Qué sigue?
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El pasado 3 de diciembre se cumplieron 25 años de la fuga de 42 toneladas de pesticidas de la empresa Union Carbide, en Bhopal, India. Más de 12 mil personas murieron y 150 mil sufrieron –o sufren– graves secuelas. La química que mató sigue matando: en ese entonces fue una terrible avalancha, ahora es de gota en gota. Porque la expansión de cultivos transgénicos se acompaña de mayores usos en herbicidas. Un dato: en Estados Unidos la utilización de herbicidas en la superficie cultivada con variedades transgénicas ha incrementado el uso de herbicidas en 46 por ciento en los recientes 13 años.
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Qué sucedió en Copenhague? El consenso es que la conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático se saldó con un estrepitoso fracaso. Sin embargo ese descalabro es el de los gobiernos y sus cómplices en el mundo corporativo y financiero. Las organizaciones civiles, nacionales e internacionales, lograron quitarle el disfraz a la mentira diplomática y pusieron al desnudo la madeja de intereses que son el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo serio, vinculante y con plazos adecuados. Por eso no es casualidad que se les haya reprimido e impedido el acceso a la conferencia, aún a aquéllas organizaciones debidamente acreditadas.
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Era el capitán Leo Frobenius y era el Lawrence de Arabia alemán, con la misión de iniciar una insurgencia árabe musulmana contra el mandato británico en Sudán y Egipto. La misión del coronel Lawrence, desde luego, era persuadir a los árabes del Golfo a rebelarse contra el ejército turco del imperio Otomano, aliado de los alemanes. Existen algunas diferencias. Lawrence puede haber sido coronel pero Frobenius no era capitán; su rango era falso, y a diferencia de la de Lawrence, la misión secreta de Frobenius de 1915 fue un fracaso insalvable.
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Siempre me han sorprendido los evangelios apócrifos. El de María Magdalena, porque nos muestra más que a una ramera al discípulo más inteligente y cercano a Jesús. También disfruto aquel otro en el que el pequeño Emmanuel, después hacer una paloma de barro con las manos, le confiere vida y la lanza a volar.
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Apareció recientemente el nuevo libro de Octavio Rodríguez Araujo titulado: Tabaco. Mentiras y exageraciones, en cuya presentación participé, compartiendo la mesa con colegas y amigos a los que mucho admiro y respeto, como Jaime Avilés, José Luis Gázquez y Humberto Musacchio. Lo que más me impresionó fue la personalidad del autor, quien al explicar cómo surgió en él la idea de escribir esta obra, confesó con honestidad que fue por el hartazgo que le habían producido las medidas que prohíben a los fumadores disfrutar del tabaco, y las actitudes de algunas personas y grupos en contra de los fumadores.
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