8/15/2014

Los albergues endemoniados

Comentario a tiempo: 

Teodoro Rentería Arróyave

 (especial para ARGENPRESS.info)


Los albergues endemoniados para niños y adolescentes, camuflar con altas dosis de propaganda religiosa, al estilo del recientemente intervenido y clausurado de nombre rimbombante “La Gran Familia” de la carcelera mayor, María Rosa Verduzco Verduzco alias “La Jefa” o “Mamá Rosa”, son recurrentes no sólo en nuestro país sino en muchas otras naciones.


Estos lugares de verdadera sevicia contra los menores, se explican por la mentalidad degenerada y enfermiza de sus dueños, administradores y de supuestos mentores, y obvio, porque además son negocios de alta rentabilidad a costa de los desheredados de temprana edad que la sociedad margina y estos los explotan en forma inicua.


El diario el País de España, nos informa o nos recuerda la terrible historia del Orfanato de Florida, Estados Unidos, donde fueron hallados 55 cuerpos de menores en diciembre pasado de hechos ocurridos desde hace un siglo hasta 62 años antes; con lo cual tomó especial vigencia el caso que se conoce como “la tumba de los niños desobedientes”.


George Owen Smith desde niño era capaz de entrar a una tienda de instrumentos, tomar cualquiera y en dos minutos, sacar música de ellos, aunque los tocara por primera vez. “Pudo haber sido un gran músico. Con el talento que tenía, no entiendo cómo acabó de esa manera”. Recuerda su hermana, Ovell Krell, ahora de 86 años, quien reconoció plenamente la osamenta por medio del ADN. Fueron 74 años de incertidumbre, ahora con tristeza puedo vivir en paz, al saber que él descansa en paz, enfatizó.


La horrenda historia se inicia en septiembre de 1940, George Owen de apenas 14 años, fue acusado de complicidad en el robo de un auto e internado en la escuela para varones Arthur Dozier de Marianna, en el Panhandle de Florida. Intentó escapar dos veces y a la segunda, la escuela informó a la familia que lo habían hallado muerto y que su cuerpo estaba en tan malas condiciones, que era imposible entregarlo. Desde entonces su consanguíneos lo considerado como desaparecido.


Ese es, un solo caso; bajo las 31 cruces que había en el cementerio de la escuela donde fue enterrado Owen, un grupo de antropólogos de la Universidad de South Florida encontró en diciembre pasado 55 osamentas de niños asesinados, al parecer, por observar mala conducta.


El pasado jueves los científicos a cargo de la investigación anunciaron el hallazgo del ADN de Owen entre los primeros 13 restos analizados. Es el primer niño plenamente identificado y con familia que le sobrevive en el medio centenar que murió por causas desconocidas o en turbias circunstancias, entre 1914 y 1952, en la escuela Arthur Dozier: un campo de trabajo fundado en 1900 adonde iban a parar los chicos huérfanos y los “incorregibles”, de entre seis y 18 años de edad, de 22 condados distintos de los Estados sureños de Florida, Georgia y Carolina del Sur; la mayoría de ellos, negros.


La escuela tuvo tres nombres, siempre a cargo del Estado y fue clausurada en junio de 2011. Al año siguiente, el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida, FDLE, por sus siglas en inglés, calculó que podía haber más de 80 niños enterrados entre los linderos del viejo reformatorio, aunque en los registros oficiales solo está documentada la sepultura de 45 chicos, que habrían muerto en un incendio, ahogados o en otras circunstancias


Es probable que nunca se sepa como precisión cómo murieron Owen y los demás niños de Marianna, sin embargo es cosa cierta que estos albergues seudo religiosos y seudo altruistas, son verdaderos infiernos para niños desheredados y muchos de ellos en la edad de la inocencia, sin embargo lo que nos se puede negar que son manejados y explotados por verdaderos demonios de carne y hueso, cuya lascivia es cebarse en ellos con especial sevicia.


Las autoridades deben de actuar. El gobierno de México, después de hacer público los horrores de María Rosa “La Jefa” y su demonios, tiene la obligación de hacer un diagnóstico amplio y completo de todos estos centros creados por la inmundicia humana. La justicia debe ser especialmente severa, sobre todo cuando las víctimas son infantes, niños mexicanos.


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