12/22/2014

Las contradicciones del secretario

Gerardo Esquivel
El pasado viernes 12 de diciembre, mientras que el dólar llegaba a cotizarse a 15 pesos y el precio de la mezcla mexicana de petróleo caía a 50 dólares por barril, el secretario de Hacienda se la pasó dando entrevistas a diversos medios de comunicación en su intento por explicar y justificar el financiamiento que recibió de parte del Grupo Higa para comprar su casa de Malinalco. Curiosamente, en la mayoría de las múltiples entrevistas que dio, el secretario insistía en que el tema de la casa no debía distraerlo de sus tareas fundamentales (a saber, las reformas económicas y la conducción de la economía). Videgaray estaba tan enfrascado en repetir sus argumentos sobre su casa una y otra vez que quizá no se daba cuenta de la contradicción implícita en la que estaba incurriendo. 
Y sin embargo esa no es la única imprecisión o contradicción en que ha caído Videgaray en estos días. Por ejemplo, en referencia al financiamiento que le otorgó el Grupo Higa, el secretario insiste en que se lo solicitó a dicho grupo porque de otra manera no lo hubiera conseguido por encontrarse desempleado en ese momento. Esto es una flagrante imprecisión, ya que en realidad en ese momento Videgaray era ni más ni menos que el coordinador del equipo de transición del Presidente electo, con un presupuesto público asignado de 150 millones de pesos. Este hecho, de entrada, lo ponía ya en una situación de evidente conflicto de interés, al establecer un arreglo personal y poco transparente con un potencial contratista gubernamental. 
Videgaray también afirma que el préstamo le fue otorgado en “condiciones de mercado”. Esta es otra evidente contradicción: ¿cómo podría darle el Grupo Higa un préstamo en “condiciones de mercado”, si el mercado mismo no se lo hubiera dado precisamente por no tener un empleo o un ingreso fijo? En todo caso, ¿por qué creerle así nada más? ¿Por qué no hace público el contrato de compra-venta cómo sí lo hizo Angélica Rivera? Allí se verían los términos del contrato y se podría analizar las condiciones en las que fue otorgado dicho financiamiento. Más aún, ¿por qué no presenta de una vez su declaración patrimonial completa y sus declaraciones anuales de impuestos? De hecho, si el secretario Videgaray presentara públicamente su declaración patrimonial completa, quizá también podríamos saber por qué allí no está registrada su casa de Huixquilucan, casa que él mismo mencionó como parte fundamental de su patrimonio en una entrevista con Carmen Aristegui. 
Pero eso no es todo, en las entrevistas que dio el secretario dijo repetidamente que él no había incurrido en un conflicto de interés porque él no tenía entre sus funciones la de otorgar contratos o licitaciones. Esto, sin embargo, no es del todo correcto. Quizá no es casualidad que varias instituciones financieras como Banobras, Bansefi, Bancomext y Nafin tienen todas ellas contratos de servicios de aviación privada y de taxis aéreos con Eolo Plus, una de las compañías propiedad de Juan Armando Hinojosa, el exitoso contratista del gobierno federal que es también el dueño de la inmobiliaria que le otorgó el financiamiento a Videgaray. En total, esos contratos suman más de 17 millones de pesos tan sólo en 2014. En todos esos casos, los directores de los bancos fueron designados por el secretario de Hacienda, quien además preside los consejos directivos de todas esas instituciones. Quizá sea casualidad, pero quizá no. 
En cualquier caso, es evidente que el secretario de Hacienda no está siendo del todo transparente. Al mal desempeño de la economía ahora hay que agregarle la pérdida de credibilidad y legitimidad que le confieren el evidente conflicto de interés en el que está involucrado. Si antes mantenerlo en su puesto estaba resultando muy costoso, de aquí en adelante lo será cada vez más.
Economista.

@esquivelgerardo
gesquive@colmex.mx 

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