12/12/2017

De cómo los partidos políticos ofrecen miserias para callar al pueblo: Concejala CIG

Despensas, bolsas, gorras…ya basta de humillación



Lo único que María de Jesús Millán tiene es su palabra, además de eso no tiene nada, ni dinero ni estudios básicos, por eso cuando habla lo hace nerviosa, casi a susurros, cuida sus palabras porque aún está aprendiendo a hilar las frases exactas para decir que es la hora del florecimiento de los pueblos.  

Casi nadie la conoce pero María de Jesús es una de las concejalas del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) que ha caminado a lado de María de Jesús Patricio Martínez, la indígena jalisciense, llamada con familiaridad Marichuy, y quien busca ser candidata independiente a la Presidencia de la República en las elecciones de 2018.

Además del nombre, ambas mujeres comparten la esperanza de que en el contexto electoral del siguiente año el movimiento indígena del país logre que la gente se organice para hacer frente a las políticas que vengan una vez que culmine el sexenio del priista Enrique Peña Nieto quien ha priorizado los megaproyectos hídricos, eólicos y mineros por sobre los derechos de los pueblos.  

Indígena nahua originaria de San Pedro Tlanixco, en el municipio de Tenango del Valle, en el Estado de México, María de Jesús tiene un cargo honorario y de alta responsabilidad porque al ser concejala debe acompañar la campaña de una mujer indígena y sostener un proceso organizativo que tiene como principal obstáculo la discriminación y el racismo.

Desde hace tres meses María de Jesús fue electa en su comunidad como representante, y en Chiapas fue confirmada como concejala del CIG para “andar pronunciando las problemáticas de nuestra comunidad”, como dice en entrevista con Cimacnoticias; una tarea complicada porque para hablar primero debe confrontar y superar su personalidad tímida.

“Fue muy sorprendente porque jamás pensé que tenía que hacer este tipo de trabajo. Es mucho trabajo el que se tiene que hacer porque viene un cambio desde abajo y a la izquierda y todos tenemos que estar unidos. Muchos decimos que nuestra vocera es la del trabajo pero no, aquí es de todos, por todos”.

Hasta ahora sus participaciones más contundentes fueron en el municipio de Xalatlaco en el Estado de México y en Ciudad Universitaria, en la capital del país. En ambos casos tomó el micrófono para hablar del despojo del agua y la tierra, de la apuesta por la organización de las comunidades y de la necesidad de justicia.

“Ver todas esas cosas del mal gobierno que viene y nos impone porque a veces ni nos pregunta si estamos de acuerdo. Eso hace que uno se arme de valor para hablar a tanta gente porque es una injusticia lo que él hace con nosotros”. 

María de Jesús insiste en la palabra justicia porque es una demanda constante en su comunidad y que se ha enraizado desde 2003 cuando un grupo de empresarios floricultores acudieron a Tlanixco a convencer a la población de ceder el agua y revisar la zona para evaluar cómo desviar el trayecto del río Texcaltengo.

Imagen retomada del portal página3

Por: Anayeli García Martínez

Cimacnoticias | Ciudad de México

En aquella expedición un hombre resbaló en un barranco y murió en medio de la negativa de los nahuas de entregar su territorio. Desde entonces ocho indígenas están acusados de asesinato: Pedro Sánchez Berriozábal, Teófilo Pérez González, Rómulo Arias Mireles,  Marco Antonio Pérez, Lorenzo Sánchez, Rey Pérez Martínez, Santos Alejandro Álvarez Zetina y Dominga González.  

“El gobierno no hace ninguna investigación. Él nada más manda a su gente, a sus policías, a querer encontrar al culpable. Como nuestro Comité de Agua acaba de entregarle al nuevo Comité, ellos iban contra nuestros defensores del agua. Los buscaron pero como no los encontraron, cerraron las iglesias con cadenas, candados para que no pudiéramos avisarles a la gente”, rememora.

De los acusados dos tienen orden de aprehensión y seis fueron detenidos y sentenciados a penas que van de 50 a 54 años de prisión. La única mujer acusada, Dominga González, fue detenida en 2007 y apenas el pasado 27 de noviembre fue sentenciada a 50 años de prisión.

“El mal gobierno no se toma esa obligación de investigar cómo fueron los hechos o qué fue lo que pasó, o por qué pasaron las cosas. Él simplemente juzga sin investigar, sin hacer su trabajo que le corresponde hacer. Es una injusticia que nada más imponga”, expresa María de Jesús y por eso cada vez que puede exige la libertad de sus compañeros.

Esa es una de las razones para estar en el CIG. Antes de sumarse a un recorrido debe trabajar cuidado niños para recolectar dinero. Una vez que tiene los medios para trasladarse deja su casa, sus hijos y su marido para acompañar a Marichuy, lo hace porque también es una forma construir el cambio del que hablan los pueblos indígenas.

“Vimos que sus propuestas (del Congreso Nacional Indígena), lo que ellos están haciendo está bien. Nosotros nos quisimos unir a ellos, para caminar juntos, hablar las injusticias que nos están causando porque en todos los recorridos que hemos hecho se habla de todo eso: desaparecidos, desaparecidas, presos, presas…”.

Mientras la gente de abajo –dice- vive la injusticia, los partidos políticos les ofrecen miserias: gorras, bolsas o despensas para callar al pueblo. Cuando piensa en esos regalos de campaña electoral sólo puede decir que hoy más que nunca es hora de exigir un ya basta de humillación y represión.

“Yo les digo que abramos los ojos que ya no nos dejemos engañar con todas esas malas cosas que nos da el gobierno porque aparte  nos viene engañando con cosas que ni siquiera valen la pena, por ejemplo, con las despensas, con todo lo que nos da en sus elecciones; que no estemos atenidos a lo que él nos dé, que hagamos las cosas por nosotros mismos”.

María de Jesús insiste que no tiene nada y no sabe nada pero dice que en sus caminatas con Marichuy ha aprendido a desenvolverse y a compartir sus experiencias con las otras y los otros. Con ese aprendizaje se atreve a decir que aunque su proyecto no gane las elecciones el hecho de que el pensar, los dolores y los sentimientos de mujeres como ella puedan dispersarse las hará ganadoras. 

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