1. Pinches gobiernos que no entienden nada. Les gustaría gobernar un país con gente organizada, disciplinada, sometida al poder, algo así como un régimen militar; pero esto no fue posible ni en los gobiernos HP de Hitler, Franco o Pinochet porque ellos buscaron consolidar el capitalismo y la desigualdad. Los llamados gobiernos democráticos (igual de funestos) aceptan las protestas y marchas, pero exigen buen comportamiento, respetando los límites que imponen el gobierno y la policía. ¿Cuáles son esos límites? ¿El respeto a la gran propiedad privada: hoteles, grandes comercios, los automóviles, las paredes públicas?
2. Las manifestaciones o marchas de los trabajadores, miserables, desempleados, nunca se han hecho por gusto, siempre han protestado por: 1. Incapacidad de los gobiernos o empresarios para resolver los problemas; 2. Las manifestaciones genuinas son de izquierda cuando persiguen objetivos económicos, políticos o sociales; 3. Las marchas de la derecha –como hoy la de Lozano- sólo sirven para defender a políticos y empresarios, así como para exigir intereses en beneficio de los ricos. 4. La feminista, la electricista, la de maestros, la de los 43 desaparecidos, la de los sismos, demuestran incapacidad gubernamental para explicar.
3. Pregunta la funcionaria Sheimbaum: ¿Es justo que a una mujer policía la curtan a martillazos por feministas? No, pero tampoco es justo que el gobierno no cuente con persona inteligente, un grupo de personas, que explique, que convenza, que dé detalles acerca de la posición del gobierno y sus compromisos con la derecha, la iglesia, los empresarios. No es justo el uso de martillos contra los cascos, la indumentaria soldadesca que prohíbe el paso de manifestantes cuando el grito es “libertad” Pero el miedo, el terror en las marchas, a los que más persiguen, encarcelan y asesinan, son a los anarquistas, el bloque negro enmascarado.
4. ¿Quiénes son los anarquistas sino no los luchadores sociales que durante dos siglos han tenido la misión de encabezar todas las batallas sociales en cualquier país y de cualquier sector explotado y oprimido? Los anarquistas no obedecen a ninguna patria, gobierno, Estado, religión, partido. Ellos sólo saben que luchan por la igualdad, por la comunidad, por la creación de un autogobierno igualitario al servicio de la colectividad. En México se han puesto al frente de las luchas y manifestaciones para evitar que esta sea un simple paseíllo subordinado a las condiciones que impone el gobierno de la burguesía. ¿Infiltrados? ¡Nunca!.
5. En los últimos 100 años las campañas de los explotadores y opresores fueron contra el comunismo; pero dado que el comunismo o socialismo no se deslindó tajantemente de la sociedad capitalista porque en última instancia creían en un gobierno, un Estado, en parlamentos y comodidades burguesas, el fortalecimiento del anarquismo (a=sin y arquía=gobierno, esto es “sin gobierno”) está más cerca que hace 50 años porque todos los gobiernos de ricos y empresarios están siendo repudiados, lo mismo los partidos que los representan. Hoy el grito de libertad y autogobierno, se está escuchando mejor.
6. México, desde que es México en 1824, nunca ha dejado de sufrir la explotación y la opresión de las minorías. Con discursos demagógicos de que “ahora sí las cosas van a cambiar en beneficio del pueblo”, todos los gobiernos del PRI, PAN, PRD, han ocupado cargos y robado mucho dinero del erario. Por ello los trabajadores en sus marchas, además de culpar al mal gobierno a quien es difícil apedrear, se desquitan contra lo que tienen más cerca, más a mano. Dan pena los martillazos a la policía; pero más indigna el sufrimiento de los últimos 100 años que ha dejado al 80 por ciento de la población en la pobreza, miseria, desempleo y el hambre. (29/IX/20)
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