1. El presidente López Obrador –aunque tiene al país igual o peor que antes- ya repartió o comprometió los cargos a sus “corcholatas” para que sigan halagando a su gobierno; sólo Ebrard sigue compitiendo ilusamente, a pesar que sabe desde hace cinco años que la Sheinbaum es la escogida indiscutible por AMLO. Sin embargo, no sé cómo es eso de la “legalidad constitucional”, por ello pregunto: ¿Qué pasaría si la Xóchitl y el Ebrard –al romper éste con Morena- haciendo campaña juntos- firman un pacto asegurando una figura de cogobierno Presidencia-secretaría de Gobernación o algo parecido?
2. Los chupahuesos de AMLO más descarados frente a la protesta de Ebrard, resultaron ser Monreal y Noroña, dispuestos a ir con el presidente hasta el retrete; pensé que tenían algún grado de dignidad. Así es y ha sido la política de éxito de la escuela del PRI y del PAN: “no importa el desprestigio que cargues; allí están los expresidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña, felices con sus millones depositados en bancos”. Pronto morirán sin pisar la prisión, dejando más contentos a sus herederos. Lo importante en los políticos ha sido siempre dinero y poder.
3. ¿Cuántos premios recibirá, o ha recibido, López Obrador por no haber mandado a prisión a ningún súper delincuente expresidente, a ningún multimillonario, pero sí mantiene en la cárcel a 250 mil presos comunes pobres, sin ninguna preocupación? ¿Cuánto recibirá el presidente por las millonarias ganancias en los negocios empresariales y la contención del descontento de los miserables? Al presidente apenas le queda un año y pocos meses para entregar su gobierno por ello han comenzado las investigaciones, los análisis y las mentadas de madre contra él.
4. Veo a los tontos seguidores de Ebrard estar gritando “piso parejo”. Este político con más de 30 años de oficio, silencia (para no desprestigiar el proceso histórico) que el dinero manda; no dice que, con los apoyos del presidente, los gobernadores y de los más de 100 empresarios que le entregan miles de millones de pesos, se pueden llenar paredes y espacios con pintas, publicidad, anuncios luminosos y lo que se quiera; así como llenar -con sus mil activistas pagados en cada entidad- todas las plazas con una simple señal. Lo sabe Ebrard, pero se hace al loco para no enojar a AMLO.
5. Si la Sheinbaum, sólo siendo precandidata con ese gigantesco apoyo presidencial/empresarial, puede dominar en todo el país, imagínense lo que Xóchitl tiene que hacer para superar ese manipuleo manejado por el presidente y empresarios. Por ello he escrito algunas veces que para que los millonarios acepten al fin -en la tercera vez- a López Obrador, éste tuvo que firmar muchos compromisos con las clases dominantes; mismos que ha cumplido en los casi cinco años de gobierno. Tengo la convicción que, si las clases dominantes no hubiesen dado el visto bueno, AMLO se la tenía que pelar solito. (19/VIII/23)
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