1. Un gobierno –que al fin se le prendió el foco- proclamó: “El día 15 de septiembre, no valdrá ningún tipo de dinero. Todos continuarán haciendo lo que hacen, pero ahora todo enfocado a la comunidad. Se organizarán comedores públicos, centros de reparto de comida, mercados públicos y privados que entregarán sus artículos a los que prepararán la alimentación en las colonias. Todo tipo de transporte será gratuito y, obvio, sus antiguos dueños y trabajadores serán parte de la comunidad que recibirá –como todos- lo necesario. No olviden: ningún dinero circulará.
2. A los dos minutos de oírlo todos los millonarios, grandes políticos, trasladarán sus dineros a otros países y seguro se irán con sus familias a los EEUU o a Europa para apurar, de manera desesperada, una invasión a México. ¿Cómo que me van a obligar a hacer, cuando he sido el rey de mi país? Gritarán los ricos: “Los enloqueció el comunismo pensando que todos somos iguales”. Ahora quieren desaparecernos los viajes al extranjero, nuestros enormes paseos de diversión, nuestras comidas en restaurant con vinos, nuestros paseos en nuestros lujosos yates y coches.
3. Y siguen escuchando a los comunistas con coraje: “Los dueños de ganado, de granjas, de terrenos productivos, entregarán todos sus animales, productos agrícolas, a la comunidad y ellos recibirán lo necesario para hacer crecer la producción. Las escuelas, los hospitales, seguirán proporcionando sus servicios con profesores, médicos, enfermeras, trabajadores de servicio, medicinas, todo gratuito. Los trabajadores, profesionistas, empleados, recibirán su alimentación como parte de la comunidad. Todos en edad tendrán que trabajar y los desempleados serán acomodados.
4. Estos comunistas señalan que “Todas las malas costumbres o mañas individualistas tendrán que desaparecer”. Olvidan que “yo con mi dinero hago lo que quiero”. “Mis bodegas siempre están llenas de los mejores vinos y licores, de quesos importados, cervecitas y más antojos, que quieren desaparecer para integrarlo todo al comedor público comunitario”, que dicen que crecerá al ritmo del trabajo. Dicen que son “malas costumbres” gastar tanto dinero, cuando ellos han sido flojos e ignorantes que no quieren trabajar. Por eso dios dividió al mundo entre ricos y miserables.
5. Al desaparecer el dinero, los salarios y las ganancias, faltarán muchas cosas al inicio de la organización comunitaria; pero, en la medida en que la cooperación se desarrolle con más estados, seguro que nada faltará. Los que comen y gastan mucho es porque tienen mucho; por lograr buena salud tendrán que bajarle; los que casi nada comen ni nada tienen –para lograr buena salud- tendrán que comer lo necesario. Incluso las enfermedades físicas y de la mente, así como las muertes por mala alimentación y corajes, bajarán en una sociedad comunitaria. ¡Reflexionemos! (23/VIII/23)
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