2/11/2012

Los periodistas pal café...




Para vivir mejor (Calderón dixit), la válvula interna de escape produce a todo lo que da: en 2011, un millón 600 mil mexicanos obligadamente se incorporaron el ejército de la informalidad, una cantidad mayor a la suma de empleos formales registrados en todo el sexenio calderonista. En el año citado, cada día alrededor de 4 mil 383 connacionales escogieron avenida, calle o mercado, sacaron su trapito, lo extendieron en el suelo y a los transeúntes ofrecieron lo que pudieron para obtener algo de ingreso y sobrevivir en esta República de los discursos.
De ese tamaño es el resultado de la presidencia del empleo. Y la información no la proporciona el clásico energúmeno que habla mal de México (el susodicho dixit), sino una institución pública, el Inegi, la cual ayer precisó que 14 millones de personas sobreviven en la informalidad, sin ningún tipo de prestación legal, carentes de cobertura en salud y con ingresos aún menores a los prevalecientes en el cada día más pequeño sector formal de la economía (es necesario precisar que, por metodología, en ese universo el Inegi no incluye a 2.2 millones de trabajadoras domésticas y a 1.8 millones de agricultores de autosubsistencia, de tal suerte que el número real ascendería a 18 millones de personas, ni a millones de informales dentro de la formalidad, por medio del galopante outsourcing).
Con base en la información divulgada ayer por el Inegi, se puede precisar que en 11 años de panismo en Los Pinos el trabajo informal se incrementó 41.12 por ciento, contra 15.7 por ciento de avance en empleos formales permanentes; es decir, por cada uno de estos últimos la informalidad generó tres. En dicho periodo 1.8 millones de mexicanos lograron emplearse permanentemente en el sector formal, mientras 4.1 millones terminaron en la informalidad (40 por ciento de ellos sólo en 2011, año en el que, según dicho del inquilino de Los Pinos, México siguió generando más oportunidades de estudio y de trabajo para sus jóvenes). He allí otra realidad que pretende taparse con discursos.
Lo anterior confirma varias cosas, por si alguien tuviera duda: la informalidad en México es un grave problema estructural; que durante la estancia panista en la residencia oficial siete de cada 10 empleos se han registrado en la economía informal, como lo documentó la Organización Internacional del Trabajo, lo que ha fomentado la pobreza y la inequitativa distribución del ingreso; que la informalidad distorsiona el nivel de desempleo real en el país; que con este dato duro puede entenderse parte sustancial de la peligrosa situación financiera del IMSS, y que, de plano, la presidencia del empleo no trascendió el eslogan de la campaña electoral de 2006.
En cinco años de calderonato, la población económicamente activa se incrementó en casi 6 millones de mexicanos; de ellos, sólo 22.5 por ciento lograron emplearse (permanente y/o temporalmente) en el sector formal de la economía. El resto, a la desocupación, la informalidad, el exilio económico o el crimen organizado. De ese tamaño son las oportunidades que ofrece el modelo económico defendido a capa y espada por los últimos cinco gobiernos neoliberales.
En diciembre de 2006, 27.46 millones de mexicanos (64 por ciento de la población ocupada) obtenían un ingreso de cero a tres salarios mínimos; cinco años después, ese número creció 31.22 millones (65.3 por ciento de la población ocupada), lo que deja en claro –por si alguien dudara– de que en el sexenio de para vivir mejor la situación, de por sí delicada, empeoró. Y para redondear, en 2006 casi 27 millones de connacionales (62.68 por ciento de la población ocupada) no tenían acceso a las instituciones de salud; al cierre de 2011 esa cifra creció a 30.83 millones (64.44 por ciento de la población ocupada).
Por lo que toca a la desocupación oficial en el país, el Inegi informó que en el cuarto trimestre de 2011 los mexicanos en tal condición sumaron 2.4 millones (4.8 por ciento de la población económicamente activa), indicador que no considera a 6.2 millones adicionales de personas que de tanto buscar chamba y no encontrarla simple y sencillamente es calificada como población disponible, aunque estén desempleadas. En las áreas más urbanizadas del país (100 mil y más habitantes) la tasa llegó a 5.8 por ciento, mientras que en las que tienen de 15 mil a menos de 100 mil habitantes fue de 4.9 por ciento, en las de 2 mil 500 a menos de 15 mil se ubicó en 4 por ciento y en las rurales de menos de 2 mil 500 habitantes se estableció en 3 por ciento.
Otro aspecto documentado por el Inegi es el de la subocupación, entendida ésta como la necesidad de trabajar más tiempo, lo que se traduce en la búsqueda de una ocupación complementaria o de un nuevo trabajo con mayor horario, según apunta. Al respecto, en el último trimestre de 2011 la población subocupada en el país sumó 4.3 millones de personas, 835 mil más que un año atrás. La presencia de la subocupación representó 9 por ciento de la población ocupada.
Llama la atención cómo se compone el universo de la población ocupada, porque da cuenta que en este país cada día se produce menos y se sirve más, es decir, se genera menos riqueza, y se generan más plazas en el sector servicios. Explica el Inegi que al considerar a la población ocupada con relación al sector económico en el que labora, 6.7 millones de personas (13.9 por ciento del total) trabajan en el sector primario, 11.2 millones (23.4 por ciento) en el secundario o industrial, y 29.6 millones (62 por ciento de la población ocupada) en el terciario o de los servicios. El restante 0.7 por ciento no especificó su actividad económica. Los montos correspondientes que se presentaron en el periodo octubre-diciembre de 2010, fueron de 6.5, 10.8 y 27.8 millones de personas, en el mismo orden, de tal suerte que el sector servicios (de todo tipo) es el que genera las plazas laborales.
En materia de desocupación oficial, las entidades de la República con mayores tasas al cierre del cuarto trimestre de 2011 fueron: Baja California (7 por ciento de la población económicamente activa), Tamaulipas (6.8), Aguascalientes (6.3), Chihuahua, Distrito Federal, Sonora, Tabasco y Zacatecas (6.1 en cada caso), Tlaxcala (6), y estado de México (5.9). En contraste, las tasas oficiales más bajas en este indicador se reportaron en Guerrero (2.1), Chiapas (2.2), Yucatán (2.4), Morelos (2.7), Campeche (2.8), y Michoacán y Oaxaca (2.9 en cada caso).
Las rebanadas del pastel
En fin, datos duros y alarmantes que no deben quedar afuera del análisis a la hora de depositar el voto en las próximas elecciones.
cfvmexico_sa@hotmail.com


Carlos Fernández-Vega: México SA
Para vivir mejor (Calderón dixit), la válvula interna de escape produce a todo lo que da: en 2011, un millón 600 mil mexicanos obligadamente se incorporaron el ejército de la informalidad, una cantidad mayor a la suma de empleos formales registrados en todo el sexenio calderonista. En el año citado, cada día alrededor de 4 mil 383 connacionales escogieron avenida, calle o mercado, sacaron su trapito, lo extendieron en el suelo y a los transeúntes ofrecieron lo que pudieron para obtener algo de ingreso y sobrevivir en esta República de los discursos.
De ese tamaño es el resultado de la presidencia del empleo. Y la información no la proporciona el clásico energúmeno que habla mal de México (el susodicho dixit), sino una institución pública, el Inegi, la cual ayer precisó que 14 millones de personas sobreviven en la informalidad, sin ningún tipo de prestación legal, carentes de cobertura en salud y con ingresos aún menores a los prevalecientes en el cada día más pequeño sector formal de la economía (es necesario precisar que, por metodología, en ese universo el Inegi no incluye a 2.2 millones de trabajadoras domésticas y a 1.8 millones de agricultores de autosubsistencia, de tal suerte que el número real ascendería a 18 millones de personas, ni a millones de informales dentro de la formalidad, por medio del galopante outsourcing).
Con base en la información divulgada ayer por el Inegi, se puede precisar que en 11 años de panismo en Los Pinos el trabajo informal se incrementó 41.12 por ciento, contra 15.7 por ciento de avance en empleos formales permanentes; es decir, por cada uno de estos últimos la informalidad generó tres. En dicho periodo 1.8 millones de mexicanos lograron emplearse permanentemente en el sector formal, mientras 4.1 millones terminaron en la informalidad (40 por ciento de ellos sólo en 2011, año en el que, según dicho del inquilino de Los Pinos, México siguió generando más oportunidades de estudio y de trabajo para sus jóvenes). He allí otra realidad que pretende taparse con discursos.
Lo anterior confirma varias cosas, por si alguien tuviera duda: la informalidad en México es un grave problema estructural; que durante la estancia panista en la residencia oficial siete de cada 10 empleos se han registrado en la economía informal, como lo documentó la Organización Internacional del Trabajo, lo que ha fomentado la pobreza y la inequitativa distribución del ingreso; que la informalidad distorsiona el nivel de desempleo real en el país; que con este dato duro puede entenderse parte sustancial de la peligrosa situación financiera del IMSS, y que, de plano, la presidencia del empleo no trascendió el eslogan de la campaña electoral de 2006.
En cinco años de calderonato, la población económicamente activa se incrementó en casi 6 millones de mexicanos; de ellos, sólo 22.5 por ciento lograron emplearse (permanente y/o temporalmente) en el sector formal de la economía. El resto, a la desocupación, la informalidad, el exilio económico o el crimen organizado. De ese tamaño son las oportunidades que ofrece el modelo económico defendido a capa y espada por los últimos cinco gobiernos neoliberales.
En diciembre de 2006, 27.46 millones de mexicanos (64 por ciento de la población ocupada) obtenían un ingreso de cero a tres salarios mínimos; cinco años después, ese número creció 31.22 millones (65.3 por ciento de la población ocupada), lo que deja en claro –por si alguien dudara– de que en el sexenio de para vivir mejor la situación, de por sí delicada, empeoró. Y para redondear, en 2006 casi 27 millones de connacionales (62.68 por ciento de la población ocupada) no tenían acceso a las instituciones de salud; al cierre de 2011 esa cifra creció a 30.83 millones (64.44 por ciento de la población ocupada).
Por lo que toca a la desocupación oficial en el país, el Inegi informó que en el cuarto trimestre de 2011 los mexicanos en tal condición sumaron 2.4 millones (4.8 por ciento de la población económicamente activa), indicador que no considera a 6.2 millones adicionales de personas que de tanto buscar chamba y no encontrarla simple y sencillamente es calificada como población disponible, aunque estén desempleadas. En las áreas más urbanizadas del país (100 mil y más habitantes) la tasa llegó a 5.8 por ciento, mientras que en las que tienen de 15 mil a menos de 100 mil habitantes fue de 4.9 por ciento, en las de 2 mil 500 a menos de 15 mil se ubicó en 4 por ciento y en las rurales de menos de 2 mil 500 habitantes se estableció en 3 por ciento.
Otro aspecto documentado por el Inegi es el de la subocupación, entendida ésta como la necesidad de trabajar más tiempo, lo que se traduce en la búsqueda de una ocupación complementaria o de un nuevo trabajo con mayor horario, según apunta. Al respecto, en el último trimestre de 2011 la población subocupada en el país sumó 4.3 millones de personas, 835 mil más que un año atrás. La presencia de la subocupación representó 9 por ciento de la población ocupada.
Llama la atención cómo se compone el universo de la población ocupada, porque da cuenta que en este país cada día se produce menos y se sirve más, es decir, se genera menos riqueza, y se generan más plazas en el sector servicios. Explica el Inegi que al considerar a la población ocupada con relación al sector económico en el que labora, 6.7 millones de personas (13.9 por ciento del total) trabajan en el sector primario, 11.2 millones (23.4 por ciento) en el secundario o industrial, y 29.6 millones (62 por ciento de la población ocupada) en el terciario o de los servicios. El restante 0.7 por ciento no especificó su actividad económica. Los montos correspondientes que se presentaron en el periodo octubre-diciembre de 2010, fueron de 6.5, 10.8 y 27.8 millones de personas, en el mismo orden, de tal suerte que el sector servicios (de todo tipo) es el que genera las plazas laborales.
En materia de desocupación oficial, las entidades de la República con mayores tasas al cierre del cuarto trimestre de 2011 fueron: Baja California (7 por ciento de la población económicamente activa), Tamaulipas (6.8), Aguascalientes (6.3), Chihuahua, Distrito Federal, Sonora, Tabasco y Zacatecas (6.1 en cada caso), Tlaxcala (6), y estado de México (5.9). En contraste, las tasas oficiales más bajas en este indicador se reportaron en Guerrero (2.1), Chiapas (2.2), Yucatán (2.4), Morelos (2.7), Campeche (2.8), y Michoacán y Oaxaca (2.9 en cada caso).
Las rebanadas del pastel
En fin, datos duros y alarmantes que no deben quedar afuera del análisis a la hora de depositar el voto en las próximas elecciones.
cfvmexico_sa@hotmail.com


Cuántos menores de 18 años de edad hay en México? ¿Cuántos viven en pobreza extrema? ¿Cuántos mexican@s entre 18 y 25 años hay en el país y cuáles son sus problemas? ¿Cree usted que Felipe Calderón ha sido un buen presidente para México? Escriba una breve crítica de 10 líneas. Diga cuánto ganan por semana: un albañil, un maestro, un diputado y un senador. Mencione los últimos tres libros que ha leído. Diga quiénes son los autores de: Los de abajo, La sombra del caudillo, Los recuerdos del porvenir, Pedro Páramo y Suave Patria. Son preguntas que bien podrían hacerse a quienes aspiran a un cargo de representación popular o de nombramiento directo.
Hoy que los ciudadanos somos víctimas del acoso preelectoral que invade nuestros buzones y nuestras calles con miles de carteles con rostros que poco dicen de sus capacidades, es oportuno reflexionar sobre las posibles ventajas de contar con mecanismos formales de evaluación de postulantes.
Porque en algunos de esos rostros parecen asomar de pronto unos colmillos que evidencian el ansia por una curul desde la cual enriquecerse y acceder a prebendas que ofenden a la ciudadanía.
La certificación de aspirantes a puestos de poder público es normal en otros países. Porque en sus manos se pone el destino de una nación, mucho más que lo que se confía a un piloto aviador o al médico cirujano, profesionales que certifican sus aptitudes periódicamente.
A preguntas como las de arriba podría agregarse el examen de evaluación para los maestros, por ejemplo. Los investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría junto con expertos de la UNAM podrían diseñar un instrumento de certificación que nos ponga a salvo de personalidades patológicas, de ambiciosos sin escrúpulos y de individuos con un coeficiente intelectual y cultural inaceptables, como los que ya hemos padecido. Un nivel de sabiduría y de conciencia ética son requisitos para buenos gobernantes. Necesitamos menos funcionarios, pero más capaces, y proteger la democracia de los parásitos de oficio y de candidatos sin autocrítica…
Hay ejemplo en la Ley de Reforma del Congreso de
2011 (enmienda a la Constitución de España), la cual, entre otras cosas, dice: Servir en el Congreso es un honor, no una carrera. Los diputados deben cumplir sus mandatos (no más de 2 legislaturas), después irse a casa y buscar empleo… El diputado dejará de votar su propio aumento de salario… dejará su seguro actual de salud y participará del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos (sigue)…
derechosinfancia89@gmail.com




Por quién votarías si la elección fuera hoy? La respuesta de nuestros participantes de El Foro México fue la siguiente: Josefina Vázquez Mota, 18 por ciento, Enrique Peña Nieto 28, Andrés Manuel López Obrador 49; voto en blanco 5 por ciento.
Metodología
Enviamos un cuestionario a 3 mil personas cuyos buzones electrónicos tomamos en forma aleatoria entre los miembros de El Foro México. Noventa por ciento dijo que no pertenece a ningún partido político. Contestaron 2 mil 563. Muchos foristas acompañaron su voto con un razonamiento sobre el tema. Sus opiniones sin editar pueden leerse en el foro. En seguida reproducimos algunos fragmentos.
Opiniones
Sin dudarlo y como soy prole, votaré por AMLO.
Rigoberto Nájera Navarro / Chilpancingo
Ni a cuál irle, pero me inclino por López Obrador.
Yadira Ordóñez / Distrito Federal
Por lo que leo, la gente está resuelta a dar el voto al PRI, ya que dice que va a ir a anular su voto o no votar, que es lo mismo. Dejar que impongan al que quieran, como dicen otros: de todos modos no somos nada. Con esos modos de pensar, aquí en México no hay democracia... Hay conformismo y mediocridad; sigan pensando así, de todos modos pronto van a pasar a ser una tarjeta multimodal con su CURP integrado. ¿Es lo que tienen planeado? Esperemos a que el futuro nos alcance… no falta mucho.
Sergio Uribe de la Vega / Distrito Federal


En el Chopo
Con el primer sábado de febrero llegó el rock en vivo al Tianguis Cultural del Chopo; los grupos anunciados para cortar el listón fueron: Blues Mother, Execrados, Black Track, Transpor-t., Xochihua y Dos Sencillos. La segunda fecha en Radio Chopo será hoy: estarán Disaster Machine, banda ponedora de un metal dotado de clásicos sonidos mezclados con lo más novedoso de este atronador género roquero; los chilenos de Phito Torres, Cornernine, Revenge After Death y Toxxico XV completan el cartel. En la galería Juantxo Sillero, Platón González presenta la exposición Rock latino e hispanoamericano en portadas; en el Espacio Fotográfico, Manuel López expone la muestra antropológica. El cinematógrafo El Topo, los foros Ernesto Badillo y Expresión Contemporánea iniciarán actividades en marzo.

Trabajo: entre la informalidad y la precariedad
De acuerdo con datos difundidos por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el número de trabajadores ocupados en el sector informal superó los 14 millones de personas –casi 30 por ciento de la población económicamente activa– al concluir 2011. El instituto reporta también que 1.6 millones de personas ingresaron a la informalidad el año pasado, cifra muy superior a las 440 mil que ingresaron al empleo formal en el mismo periodo, si se toma como base el crecimiento de las cotizaciones del IMSS: es decir, durante 2011, por cada puesto de trabajo que se generó en el sector formal, se generaron cuatro en el informal.

Correo Ilustrado
Chilenos repudian fallo contra el juez Baltasar Garzón

La Asociación Salvador Allende Gossens, que agrupa al exilio chileno en México, repudia la decisión de la justicia española de castigar al juez Baltasar Garzón con la inhabilitación durante 11 años, lo que significará el fin de su brillante carrera.


Ser defensora de derechos humanos en México es una actividad que implica enormes riesgos. La investigación Defensoras de derechos humanos en México, diagnóstico 2010-2011 sobre las condiciones y riesgos que enfrentan en el ejercicio de su trabajo señala que en los últimos años las agresiones y los ataques contra ese sector han aumentado en todo el país. Entidades como Chihuahua, Nuevo León, Oaxaca, Chiapas y Guerrero presentan situaciones graves, que van desde la amenaza hasta el asesinato. Ser defensora no implica necesariamente que defienda derechos de las mujeres ni que realice su trabajo con una perspectiva de género.

Arturo Alcalde Justiniani: Dos visiones del mundo del trabajo

Josefina Vázquez Mota suele repetir hasta el cansancio que el país reclama una reforma laboral. En todos los foros señala que con ella se podría facilitar el acceso al mercado laboral y la creación de empleos. Afirma que los jóvenes serían los principales beneficiarios. Nunca va al detalle, rehúye aclarar sus propuestas y su equipo se niega consistentemente a cualquier debate puntual sobre la materia. Cuando se le exige alguna explicación prefiere hacer referencia a grandes objetivos: competitividad, globalización, equidad, fortalecimiento de la impartición de justicia.


La cuestión de fondo en el conflicto de las Malvinas entre Gran Bretaña y Argentina es la relación entre soberanía y recursos naturales. La soberanía y el derecho a la autodeterminación han sido uno de los ejes principales de las relaciones interamericanas, planteado ya desde la Conferencia Panamericana en 1889; sostenido por las doctrinas Calvo y Drago; discutido en las reuniones de la Unión Panamericana durante las décadas de 1920 y 1930; y (supuestamente) consagrado en la Carta de la OEA. Recientemente, organismos de integración latinoamericanos han enarbolado la bandera de la autodeterminación de los pueblos de América Latina (AL), en un contexto donde la posición geoestratégica de la región adquiere cada vez mayor relevancia en virtud de las reservas de combustibles, minerales, agua y biodiversidad (recursos esenciales para mantener los niveles de producción y consumo en los países centrales).


En mi artículo anterior comenté la necesidad de contar con un mecanismo de certificación de las competencias y valores éticos necesarios para obtener la candidatura de algún partido político para los puestos de elección popular, comenzando desde luego por el de la Presidencia de la República, con el propósito de minimizar los riesgos de seguir teniendo gobernantes tan lamentables como el actual presidente y su antecesor, sólo para no ir más lejos.


George Orwell acuñó el útil término de nogente para criaturas a quienes se les negaba la condición de personas porque no se ceñían a la doctrina estatal. Nosotros podríamos añadir el término nohistoria para referirnos al destino de las nogente, eliminadas de la historia por causas similares.La nohistoria de la nogente se ilumina por la suerte que corren los aniversarios. Los importantes son usualmente conmemorados, con la debida solemnidad, cuando corresponde: Pearl Harbor, por ejemplo. Algunos no lo son, y podemos aprender mucho acerca de nosotros al extraerlos de la nohistoria.


Aprincipios de este año, el gobierno aprobó la siembra piloto de 63 hectáreas de maíz transgénico en Sinaloa, a favor de la trasnacional Monsanto. El titular de Sagarpa, responsable por esta decisión que pone en riesgo el patrimonio genético alimentario más importante del país, declaró en una reunión con la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) y organizaciones de productores, ambientalistas y sociales, que no conocía los detalles de los dictámenes técnicos, pero que se tomarían medidas de bioseguridad, como plantar maíz transgénico amarillo y no blanco que es el de mayor consumo humano –manifestando su sorprendente ignorancia de que el cruzamiento y contaminación entre estas variedades es totalmente viable y seguramente ocurrirá– y agregando que en materia de transgénicos no somos químicamente puros, tenemos intereses económicos y políticos (Greenpeace México, 19/1/2012).


En rincones alejados, que no distanciados, de mi prolija y más o menos ordenada discoteca personal, se encuentran dos grabaciones que, entre las que poseo de música contemporánea, aprecio especialmente. Una de ellas contiene dos obras de Karlheinz Stockhausen: Música en el vientre y Zodiaco.


El único libro de literatura que he publicado –explica la maestra Raquel Tibol a La Jornada– se titula Comenzar es la esperanza y data de 1950, en Buenos Aires, bajo el sello Botella al mar, dedicado a los autores jóvenes. Aquel volumen corrió con ventura tal que Jorge Luis Borges, en su calidad de presidente de la Sociedad de Escritores de Argentina, firmó un documento donde argumenta la razón que lo llevó a elegir el libro de Raquel Tibol como merecedor de la distinción Faja de Honor. Presentamos ahora, como una primicia, un adelanto del libro de cuentos en el que trabaja Raquel Tibol este 2012
Mario estaba aburrido, cansado de vagar sin destino cuando, en un pueblo de tantos, se enteró que el carnicero, el tendero y el panadero eran paisanos suyos; los cuatro habían nacido, hacía bastante tiempo, en una lejana ranchería. Desde que partieron en épocas distintas, el destino los zarandeó a gusto y ganas, y después de muchos años, como por predestinación, se encontraron en este pueblecito.


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