POBLACIÓN Y DESARROLLO
Estado evade apoyo social y mejores condiciones laborales
Por: Gladis Torres Ruiz
Cimacnoticias | México, DF.- La falta de apoyo a la maternidad ha cobrado un alto precio a las mujeres, toda vez que los elevados gastos de guardería, la falta de acceso a esos servicios de manera gratuita, los altos cobros en las privadas, y el pago de impuestos las disuaden incluso hasta de trabajar, afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En México hay 30 millones 475 mil mujeres en edad fértil, de las cuales 4 millones 754 mil tienen un hijo, 6 millones tienen dos, y 9 millones 81 mil tienen tres o más hijos. El número de madres en el país asciende a casi 20 millones, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid).
En el estudio “Cerrando las brechas de género: Es hora de actuar”, la OCDE señala que a pesar de que las mujeres profesionales tienen mayor acceso a servicios, el bajo salario que perciben no es suficiente para quienes deciden ejercer su maternidad y no cuentan con prestaciones.
Advierte que una reforma al sistema fiscal y de prestaciones para las madres que trabajan ayudaría a cerrar la brecha de género, ya que sigue habiendo considerables diferencias en las horas de trabajo, condiciones de empleo y los ingresos entre mujeres y hombres.
Tras tomar en cuenta el cuidado de las y los niños, la OCDE advierte que el 52 por ciento del salario de una familia donde ambos padres trabajan se va en el pago de guardería, por lo que hay poco o ningún beneficio económico de que ambos trabajen de tiempo completo; el trabajo a tiempo parcial entre las mujeres es más común.
En México la doble jornada y la discriminación laboral son algunas problemáticas que minan la calidad de vida de millones de madres trabajadoras en el país, pues el 42.3 por ciento pertenece a la Población Económicamente Activa (PEA), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Para la economista especializada en temas de género Carmen Ponce, la pobreza que enfrentan miles de mujeres jefas de familia las ha obligado a dejar de lado derechos básicos para ellas y sus hijas e hijos, tal es el caso de la educación y la salud, advirtió.
Este tipo de violencia económica afecta de manera particular a las mujeres cabezas de hogar, ya que soportan todos los gastos de la casa y absorben los trabajos domésticos y del cuidado de las y los hijos.
“Muchas de ellas dejan de lado su propia salud por no tener el poder económico para acceder a ella, a lo que se suma la escasa inversión en educación de sus hijas e hijos. De cada 100 pesos las madres destinan sólo 5 a la educación”, toda vez que tienen temas emergentes que atender como la alimentación.
Las madres trabajadoras padecen de doble discriminación en sus centros de trabajo, a la que se suman las dificultades que sufren las mujeres por su condición de género en el ámbito laboral como el hostigamiento y acoso sexual y laboral, menores salarios a comparación de los varones, y la doble jornada.
La Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE) del Distrito Federal explica que la gran mayoría de madres trabajadoras no cuenta con tiempo suficiente para dedicarlo al descanso y esparcimiento. Tampoco tiene información suficiente sobre sus Derechos Humanos y laborales, y en muchos casos hasta desconoce a qué instancias recurrir para la defensa de los mismos.
Para Carmen Ponce el origen de estas violencias que padecen las mujeres es la falta de políticas públicas que tejan una red de sustento a la nueva dimensión social de la maternidad y de la jefatura de hogares, ya que con ello se lograría reducir la violencia y reconstruir un tejido social en crisis.
Las jefas de hogar requieren guarderías suficientes en calidad y cantidad; horarios extensos en primaria y secundaria; comedores y muchas otras prestaciones, afirmó la experta.
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