12/28/2012

Pensar en el largo plazo

OPINIÓN

Por: Clara Jusidman*
Cimacnoticias | México, DF.- 

Tres noticias recientes nos llevan a reflexionar al finalizar este 2012 sobre el sentido del tiempo y la relación con la tierra que dominan nuestras vidas.

La primera se refiere a la conclusión de la era larga del calendario maya donde este pueblo preveía que para el 21 de diciembre del año 2012 iba a presentarse una nueva alineación de planetas y eso marcaba el fin de ese calendario.

Asimismo, en esos días cerca de 40 mil indígenas mayas de las bases zapatistas marcharon de manera silenciosa en cinco poblados de Chiapas, para recordarnos que su sentido del tiempo, del mundo y de la vida es diferente al impuesto por la cultura consumista occidental y que algo está por cambiar.

La tercera noticia se relaciona con una entrevista en mayo pasado realizada a Dennis L. Meadows, profesor emérito de la Universidad de Nueva Hampshire y uno de los autores del célebre libro del Club de Roma llamado “Los límites del crecimiento”.

En la entrevista, el profesor vaticina que en los próximos 20 años, entre hoy y el 2030, veremos más cambios de los que han ocurrido en un siglo tanto en la política, como el medio ambiente, la economía y la técnica.

Y señala que “estos cambios no se llevarán a cabo de manera pacífica” y que “el crecimiento va a detenerse en parte en razón de la dinámica interna del sistema y en parte en razón de factores externos como la energía. La energía tiene una influencia muy grande. La producción petrolera ha pasado su pico y va a comenzar a descender”.

Otra observación interesante de Meadows es que “los políticos son elegidos por periodos cortos. Su propósito consiste en parecer buenos y eficaces durante su mandato; no se preocupan de lo que pasará después. Justo por eso se tienen tantas deudas: se pide prestado sobre el futuro, para tener beneficios inmediatos, y cuando se trata de pagar la deuda, quien la ha contraído ya no se ocupa de las cosas” (La Jornada de Morelos, Correo del Sur, 23 de diciembre de 2012).

Por ello Meadows propone alargar el horizonte de tiempo de los hombres políticos. Para que no se pregunten qué hacer de aquí a las próximas elecciones sino “si hago esto, ¿qué consecuencias tendrá en 30 o 40 años?”.

La vida en el mundo en general se encuentra cada vez más ordenada por la búsqueda del placer material en el corto plazo: la felicidad conseguida por la vía del consumo de bienes y servicios que producen, ofrecen, promueven y renuevan constantemente empresas del mercado.

El crecimiento como motor de la vida moderna significa más bienes y servicios para el consumo puestos a disposición de cada vez un mayor número de pobladores del mundo.

Sin embargo, para alcanzar un mayor número de consumidores es necesario que las personas tengan ingresos para adquirir esos bienes y servicios; pero como la producción se realiza cada vez con menor utilización de fuerza de trabajo, miles de millones de seres humanos en el planeta quedan excluidos de los mercados de consumo al no encontrar trabajo ni acceso a ingresos.

Eso conlleva crecientes disparidades entre las personas, base de conflictos y violencia.

Pero también el crecimiento significa una utilización mayor de materia primas y de recursos: tierra, agua, energía, minerales, animales, plantas; recursos que anteriormente eran de disponibilidad común y que o bien se están agotando o están siendo privatizados limitando su acceso a las comunidades originarias que procuraban aprovecharlos de manera armónica a fin de conservarlos para las próximas generaciones.

En este sentido, China está comprando tierras en Estados Unidos y en África, las compañías mineras trasnacionales están adquiriendo derechos de explotación del subsuelo en muy diversos países (Túnez, México, Perú, Australia), generando crecientes protestas de los pobladores locales.

Los recursos y servicios de acceso a agua potable se han privatizado de manera muy rápida hacia compañías trasnacionales; los alimentos en el mundo están siendo controlados en su producción y distribución por un puñado de grandes empresas.

Es decir, el modo de vida propuesto por las economías de mercado no está teniendo salidas de largo plazo, ni por el lado de la generación de empleo y distribución de ingresos necesaria para generar consumidores con poder de compra, ni por el lado de acceso a recursos suficientes para la producción.

La concentración de la producción y el consumo se agudiza y las brechas entre pobres y ricos se están abriendo cada vez más y los conflictos y las violencias por los ingresos, los mercados y los recursos apuntan a aumentar como lo señala Meadows  en su entrevista.

Es así que el cambio hacia una era de mayores guerras y conflictos que aparece en algunas estelas mayas, parecería coincidir con las predicciones de científicos modernos para los próximos 20 o 30 años, que recuperan tesis fundamentales de “Los límites del crecimiento”.

Cabría preguntarnos entonces si nuestros actuales gobernantes y políticos tendrán la altura de miras para convocar a una reflexión colectiva incluyente sobre el futuro de México en el largo plazo, ahora que están en preparación los planes y programas de desarrollo del país para los próximos seis años.

O ¿seguirán enfrascados en sus miopes luchas por el poder y el dinero en el corto plazo? Armonizar crecimiento, distribución y sustentabilidad parecería ser el reto para el largo plazo.

Les deseo que pasen una noche de Año Nuevo con amor, paz y alegría.

*Analista del Cambio Social y presidenta de INCIDE Social A.C.

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