(25 de agosto, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- El cinco de marzo de 2016 entre las 15:00 y las 16:00, Fidencio Gómez Sántiz fue visto por última vez en la terminal de transporte Jet Ha, cerca del mercado local de Ocosingo, Chiapas; según su esposa e hijo ahí se despidieron de él; ellos se fueron a visitar a sus familiares, cinco minutos después de despedirse de su familia, el hijo intentó hacer una llamada telefónica para asegurarse que su papá había abordado sin contratiempos su transporte, pero ya no obtuvo respuesta.
Fidencio
Gómez Sántiz se dirigiría al ejido Las Perlas, municipio de Altamirano
-donde tienen su domicilio- después permanecer en la Ciudad de México
durante algunas semanas comisionado por su organización, el Frente
Nacional de Lucha por el Socialismo, para participar en la jornada de
denuncia por el intento de ejecución extrajudicial contra Matías Flores,
una indígena náhuatl del Comité de Derechos Humanos de las Huastecas y
Sierra Oriental (CODHHSO); y otros compañeros.
Ese mismo
día la Organización de Derechos Humanos Comité Cerezo México emitió una
acción urgente. La autoridad por su parte abrió un expediente en el
Ministerio Público de Ocosingo, Chiapas con el número 90/2016, donde el
hecho quedó asentado como desaparición de personas hasta el momento se
desconoce el paradero de Fidencio, tal y como lo informó anteriormente Revolución TRESPUNTOCERO.
El
anterior es uno de los 446 casos más graves que registra el “Quinto
Informe: Defender los Derechos Humanos en México: la normalización de la
represión política. Junio de 2015 a Mayo de 2016” que se presentó la
tarde de ayer en la Sala 22 de las instalaciones del Centro
Universitario Cultural elaborado por diversas organizaciones como:
Acción Urgente para la Defensa de los Derechos Humanos (ACUDDEH AC), el
Comité Cerezo México y la Campaña Nacional
Contra la Desaparición Forzada.
Del
informe de 145 páginas se desprende que en el periodo de análisis se
registraron 136 eventos que contienen 446 actos violatorios de los
derechos humanos, que afectaron a 165 personas, 48 organizaciones y 15
comunidades.
El informe anterior –que abarcó de junio de 2014 a mayo de 2015- documentó 330 eventos que constituyeron 488 actos que afectaron 248 personas, 47 organizaciones y 35 comunidades.
El informe anterior –que abarcó de junio de 2014 a mayo de 2015- documentó 330 eventos que constituyeron 488 actos que afectaron 248 personas, 47 organizaciones y 35 comunidades.
Durante la
presentación Alejandro Cerezo Contreras, Coordinador de Acción Urgente
para Defensores de Derechos Humanos (ACUDDEH), mencionó que los estados
con mayor índice de violaciones a los defensores de derechos humanos son
Guerrero (83), Chiapas (67), Oaxaca (55), Michoacán (48), Veracruz (40)
y la Ciudad de México (35), estas seis entidades suman 328 casos es
decir el 74 por ciento del total.
“La Ciudad
de México parecía el paraíso donde los periodistas piensan que no les
va a pasar nada, pero por ser ciudad el seguimiento y la vigilancia es
mayor que en provincia. Como sucedió con el caso Narvarte. El Estado
mexicano mayoritariamente ha realizado actos de violación a derechos
humanos con descaro e impunidad a través de las fuerzas del mismo Estado
precisamente en las ciudades.
“Pensamos
que los actos violatorios de los derechos humanos cometidos contra las
personas defensoras de derechos humanos del estado de Guerrero
representan la respuesta de represión política que ha dado el Estado
mexicano contra la gran efervescencia del movimiento social debida,
principalmente, a hechos como la desaparición forzada de los normalistas
de Ayotzinapa y la reforma en materia educativa.
“Chiapas,
Oaxaca y Michoacán son los estados en los que se ha presentado más
organización en contra de la reforma educativa y donde el Estado
mexicano ha decidido, también, dar salida a esos conflictos por medio de
la represión política y no con el diálogo.
“En el
caso de Veracruz, podemos observar que en la entidad no sólo está
presente la lógica del movimiento magisterial, si no que a ésta se suma
una política represiva a todo tipo de oposición ante el gobierno
estatal”, comentó Alejandro Cerezo.
Otro datos
relevante que consigna este informe precisa que a diferencia del año
pasado, cuando el hostigamiento fue el tipo de violación a los derechos
humanos (VDH) más utilizada, actualmente son las agresiones físicas las
que se presentan como el acto de VDH más usado con un 58.5%, le sigue la
amenaza con 13.9%, criminalización con 13.6% y hostigamiento con 9.6%.
“Lo
anterior implica que la represión política ha aumentado de intensidad;
es decir que el Estado utiliza más comúnmente los ataques directos para
reprimir a una persona defensora de derechos humanos. De
todas las amenazas que documentamos, las amenazas de muerte son las
predominantes (66.1 %). Por otro lado, en el caso del uso de la
criminalización en contra de las personas defensoras, tenemos que la
modalidad de judicialización es la más utilizada.
Igual de
importante es decir que, en este periodo, tal modalidad se convirtió en
una forma de maniatar a las personas defensoras de derechos humanos, en
tanto que la documentación demuestra que existen varias personas que
tienen procesos judiciales iniciados y que éstos pueden echarse a andar
cuando el Estado lo decida de acuerdo a las condiciones políticas del
momento, lo que constituye un uso discrecional de la ley”, remarcó
Cerezo Contreras.
A manera de conclusión Francisco Cerezo Conteras, Coordinador de Comité Cerezo México expresó a Revolución TRESPUNTOCERO
que a diferencia de los tres informes donde se observó que la forma más
utilizada para violar el derecho humano a defender derechos humanos fue
el hostigamiento, en este informe es la agresión, de hecho es
preocupante que de 446 actos documentados 58.5% impliquen agresiones
físicas.
“Si a
estas sumamos las amenazas y el hostigamiento tenemos 82% de todo lo
documentado en este informe. El aumento en el uso de estas modalidades
demuestra que el Estado continúa optando por la violencia como una forma
para responder a las luchas de las personas defensoras de los derechos
humanos.
“Si bien
en los años anteriores el hostigamiento significaba que el perpetrador
prefería el acercamiento físico para causar mayor impacto, en este
periodo el perpetrador prefirió determinadamente utilizar la agresión en
más de la mitad de los casos. Lo que más inquieta de las cifras es que
estén representando la política sistemática por medio de la cual el
Estado actúa ante las personas defensoras de los derechos humanos”,
concluyó.
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