A formar Comités contra las reformas neoliberales!
En esta ocasión no
quisimos hablar de cómo algunos organismos nacionales e internacionales,
como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE) o la organización de la “sociedad civil” Mexicanos Primero, han
metido su cuchara para decidir y dictar el rumbo que ha de tomar la
educación pública en México, ni de cómo la aplicación de las
“recomendaciones” que hacen al Estado mexicano sirven para garantizar
mano de obra barata. Tampoco nos detendremos en explicar la relación
estrecha que existe entre los dirigentes de dichos organismos, el
gobierno federal y las principales cámaras de comercio y cadenas de
comunicación masiva, o en los millones de pesos del erario público que
terminan en los bolsillos de empresarios, supuestamente preocupados por
la educación en nuestro país.
No, en esta ocasión
consideramos importante hablar de cómo la Reforma educativa lo afecta a
usted, padre o madre de familia. Tal vez se ha percatado de que el paro
que llevan a cabo algunas escuelas en su colonia no sólo es impulsado
por profesores, sino también por papás o vecinos preocupados por lo que
está sucediendo. A la vez, tiro por viaje en la radio y la televisión
escuchamos condenas hacia el pueblo que, organizado o no, se solidariza
con los profesores, sale con ellos a marchar, apoya los paros, lleva
víveres a los centros de acopio o informa a sus vecinos de sobre las
razones por la que realmente está luchando el magisterio democrático.
Sin embargo, lo que no nos dicen, ni nunca nos dirán los medios de
comunicación masiva, son las razones por las que muchos padres de
familia están apoyando a los maestros debido a que han tomado conciencia
de que la lucha magisterial es también una lucha del pueblo.
Según el Resumen ejecutivo de la Reforma educativa,
uno de los objetivos fundamentales de la misma es “fortalecer las
capacidades de gestión de la escuela” a través de la “autonomía de
gestión escolar y la participación de los padres de familia”. Pero ¿qué
es eso de la gestión de la escuela y la autonomía escolar? Estos
mecanismos tienen dos caras, por un lado, se permite la entrada de
empresas privadas a las escuelas para que provean servicios y dejan el
camino libre para que se lucre con las necesidades escolares y, por otro
lado, la dichosa “autonomía” abre el camino para la legalización de las
cuotas “voluntarias” al delegar el sostenimiento de las escuelas a los
padres de familia y crear las condiciones para que “programas
compensatorios”, como las becas o los desayunos, desaparezcan.
Según
dicho resumen de la Reforma educativa, la columna vertebral de la
“autonomía escolar” es que “las escuelas puedan tomar las decisiones que
correspondan a su mejor funcionamiento”, lo que en realidad significa
que cada escuela deberá administrar su infraestructura y la obtención de
los materiales educativos, mediante la creación de “asociaciones de
padres de familia” las cuales, según la Ley General de Educación,
en sus artículos 69 y 70, “tendrán por objeto: [...] colaborar en el
mejoramiento de los planteles [y] procurará la obtención de recursos
complementarios para el mantenimiento físico y para proveer de equipo
básico a cada escuela pública”. Lo anterior bajo la justificación de que
la educación debe estar bajo la “vigilancia ciudadana” y que, como reza
el texto citado, “[los padres de familia son] los principales
responsables de la educación de sus hijos”.
Tal vez se estará
preguntando ¿es esto posible? Primero tenemos que pensar que la Reforma
educativa es parte del Pacto por México, esto es, la serie de reformas
constitucionales (laboral, energética, hacendaria, en materia de
telecomunicaciones, etcétera) que Peña Nieto ha aprobado a lo largo de
su gobierno y que en los hechos sólo han significado el recorte de
derechos económicos y sociales, recortes presupuestales en los programas
sociales y de subsidios y una mayor carga a nuestros bolsillos o ¿acaso
usted trabaja menos de 9 horas diarias, tiene un contrato con
prestaciones de ley como seguro social, aguinaldo o vacaciones pagadas?
¿paga menos por la energía eléctrica, el gas o la gasolina? Después,
sumándole a todo esto, tan sólo en este año la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP) ha hecho recortes por, al menos, 163 mil 715
millones de pesos en los rubros de salud, educación y programas
sociales. Además, para cerrar con broche de oro, ya que a nuestros
queridísimos gobernantes no se les va una, parte de la Reforma educativa
es la descentralización del presupuesto, es decir, que ahora cada
estado deberá solucionar todos los problemas que aquejen a la educación
pública, pero sin los recursos suficientes para atenderlos.
Así
que ya se irá imaginando el panorama que nos espera si queremos darles
educación a nuestros hijos, sin embargo, el rumbo que tome la misma está
en nuestras manos, pero no en el sentido que el gobierno nos quiere
imponer, sino porque de nuestra capacidad organizativa y nuestra
solidaridad hacia el magisterio democrático dependerá que la educación
sea gratuita. Desde la Organización de Lucha por la Emancipación Popular
(OLEP) te invitamos a participar en nuestras brigadas de agitación, a
unirte a las actividades que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de
la Educación (CNTE) realiza en tu barrio y a crear Comités en contra de
las reformas neoliberales, integrados por padres de familia,
trabajadores de la educación y alumnos, en los que se lea y discuta éste
u otros artículos de FRAGUA. Es momento de caminar codo
con codo con nuestros maestros democráticos, es momento de transformar
nuestra indignación en organización.
¡Alto a la represión contra el movimiento magisterial-popular!
NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección EDUCACIÓN
del No. 19 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por
la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 25 de julio de
2016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario