12/31/2009

Los periodistas pal café.......

Carlos Fernández-Vega: México SA
Concluye este agitadísimo 2009 tal cual comenzó el calderonato: con escalada de precios, promesas incumplidas, deterioro del poder adquisitivo, caída del nivel de vida de los mexicanos, avance sostenido de la pobreza, inseguridad, violencia creciente y, como cereza del pastel, el peor resultado económico en ocho décadas. Nada para presumir, mucho menos para vivir mejor, como en campaña ofreció el actual inquilino de Los Pinos, quien, dado el éxito registrado, goza de merecidísimas vacaciones.
Calderón inicia su cuarto año de gobierno (así le llama) con la cuarta alza consecutiva en productos básicos, estimulada –como en 2006– por la brillante decisión de su impuesto delfín en la Secretaría de Hacienda (léase el carismático Ernesto Cordero) de adelantar el ajuste de precios en los combustibles con el fin de no hacer tan pesada la cuesta de enero. Pues bien, con ese magnífico criterio lo único que provocó fue adelantar la escalada de precios y hacer aún más difícil la cuesta de enero.
Nada nuevo bajo el sol. En 2006, Calderón se sentó en Los Pinos luego de acordar con Fox el aumento masivo de precios, entre los que sobresalieron los de la leche popular (28 por ciento), tortilla, maíz, pan, gas, electricidad, gasolina, transporte, educación, tarifas en general, cigarros, refrescos y lo que se quede en el tintero, al tiempo de reforzar la política de topes salariales nunca mayores al crecimiento inflacionario oficial. Parte del acuerdo fue (15 de noviembre de 2006) el sobreprecio de 29 centavos por litro a la gasolina Premium y de 16 centavos al diesel, más IVA, alza adicional a 37 y 25 por ciento de incremento, respectivamente, para los mismos productos a lo largo del sexenio del cambio. Ésa fue la despedida del cambio y la llegada de la continuidad. Tan sólo un mes después de la llegada del nuevo gobierno, se registró el primero de la continuidad (enero de 2007), y a lo largo del primer año de estadía en Los Pinos le concatenaron tantos aumentos de precios como puedan imaginarse.
Ésa fue la primera respuesta calderonista al para vivir mejor que ofreció en campaña. Sin embargo, un mes antes de meterse por la puerta de atrás para instalarse en Los Pinos pactó con su antecesor otro paquete: a finales de octubre y principios de noviembre de 2006 todavía no se procesaba el 23 por ciento de aumento en el precio de la tortilla (de 6.5 a 8 pesos kilogramo), cuando Liconsa decretó un incremento de 28.57 por ciento al precio de la leche popular (de 3.5 a 4.5 pesos), mientras la Secretaría de Hacienda (Gil Díaz-Carstens) autorizó alzas de 3.66 y 2.86 por ciento, más IVA, a los precios de la gasolina Premium y el diesel, respectivamente, que se sumaban a las que mes tras mes se aplicaban a tarifas eléctricas (17 por ciento en aquel año) y al gas, precios que afectan a toda la cadena productiva.
Entonces, como ahora, los siempre ágiles legisladores brincaron por los aumentos (especialmente los de tortilla y combustibles), quienes exhortaban a Calderón para que pusiera en marcha un programa urgente que frenara los aumentos en productos básicos, y en un acuerdo de urgente y obvia resolución y por unanimidad le pedían (como si el Legislativo no tuviera instrumentos legales para actuar por iniciativa propia) instruir a los secretarios de Economía y de Agricultura (Eduardo Sojo y Alberto Cárdenas Jiménez, en ese entonces); así como al procurador Federal del Consumidor, Antonio Morales de la Peña, que en tanto se establecen los precios de los granos, se implemente los mecanismo provisionales para evitar que los incrementos en los precios de la tortilla, huevo, leche, pollo, carne de res y de cerdo, afecten la economía de los más necesitados y que las medidas que se tomen, no afecten a los productores nacionales de maíz.
Hasta allí llegaron los legisladores, porque el resultado concreto fue que en el primer año de calderonato los precios de la canasta básica se incrementaron 35 por ciento. Pero no, la fiesta no concluyó. En septiembre de 2007 los muchachos de San Lázaro aprobaron la propuesta de Felipe Calderón de aplicar un nuevo impuesto a las gasolinas, el llamado gasolinazo (5.5 por ciento adicional al precio del combustible), que entró en vigor el primer día de 2008, aunque su simple aprobación (septiembre de 2007) constituyó un acicate para el incremento de precios.
Llegó 2008, con la misma dosis del año anterior: a pleno galope los precios de alimentos básicos, de la mano del incremento a tarifas eléctricas (para los consumidores domésticos) y gasolinas –que se mantuvo a lo largo del periodo–, lo que repercutió en toda la cadena productiva. Y la crisis ya en acción, cobrándose en empleo, salario y en pequeñas y medianas empresas, por mucho que en el discurso oficial la ubicaran a miles de kilómetros de las fronteras nacionales, porque es externa, nosotros tenemos finanzas públicas sólidas y contamos con un navío de gran calado, presumía el sonriente inquilino de Los Pinos junto a su doctor catarrito.
Lo que sucedió en 2009 todos lo saben y lo padecen, y a pesar de los cruentos sucesos al calderonato no se le ocurre mejor idea que asfixiar a los mexicanos por la vía fiscal y adelantar el aumento a los combustibles y, con ello, dar el banderazo de salida a la cuarta escalada consecutiva de su estadía en Los Pinos, aderezada con nuevos impuestos e incrementos a los existentes, sin olvidar el avance de precios de bienes y servicios públicos (federales, estatales y municipales). ¿Y los siempre combativos legisladores, representantes y defensores del pueblo? De nueva cuenta en ejercicio de la política del exhorto y la urgente convocatoria, aunque decidan posponer la discusión del más reciente gasolinazo y su efecto inmediato en el tortillazo, porque en esta época las bellas playas son inevitables.
Las rebanadas del pastel
Y mientras el premiado doctor catarrito Agustín Carstens se apresta a tomar las riendas del Banco de México y, tras 12 años en el hueso, Guillermo Ortiz se va con sus maletas a otra parte, los 49 niños muertos en la guardería ABC de Hermosillo desean un feliz año y mejores sueños al inquilino de Los Pinos, a la familia Zavala, al ex gobernador Bours y su parentela y, en fin, al eficiente aparato de justicia y al incólume estado de derecho… Por lo demás, ánimo, con los mejores deseos de México SA, y nos encontramos el sábado en este mismo espacio. ¡Salud!
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
Como cada día último del año desde que apareció por primera vez esta sección en las páginas de La Jornada, el autor hace un espacio entre los asuntos materiales para dedicarlo a una meditación.
“Cuenta una antigua leyenda hindú que en un tiempo todos los hombres que vivían sobre la Tierra eran dioses. Pero el hombre infringió tanto las leyes del Universo que el Dios supremo decidió castigarlo privándolo del aliento divino que había en su interior, escondiéndolo donde jamás pudiera encontrarlo y emplearlo nuevamente para el mal.
Para ello, reunió a los ángeles de su consejo y les preguntó:
–¿Dónde podemos esconder el aliento divino que no han sabido usar los hombres para que jamás puedan encontrarlo?
–Lo esconderemos en lo más profundo de la Tierra, respondieron los ángeles.
–No, respondió Dios, porque el hombre cavaría profundamente en ella y lo encontraría.
–Entonces lo sumergiremos en lo más profundo de los océanos, dijeron.
–Tampoco, dijo Dios, porque el hombre aprendería a sumergirse y lo hallaría.
–Escondámoslo en la montaña más alta, sugirieron.
–No, dijo Dios, porque el hombre subiría a todas las montañas, y terminaría por encontrar de nuevo su aliento divino.
–Entonces no sabemos de un lugar donde el hombre no pueda llegar y encontrarlo–, concluyeron los ángeles.
Y dijo Dios:
–Escondedlo dentro del hombre mismo, jamás pensará en llegar allí ni en buscarlo en ese lugar. Nunca será capaz de vencer su temor y hundir su mirada al fondo de su corazón.
Y así lo hicieron.
Y desde entonces el hombre ha recorrido la Tierra, se ha sumergido en los océanos, ha subido a las montañas, ha explorado el firmamento y las estrellas, buscando ese aliento divino que lo hace semejante a Dios, sin encontrarlo... y sin saber que todo el tiempo lo ha llevado en su interior”.
(No es superfluo añadir que la palabra Dios puede ser sustituida por aquella que cada uno de ustedes elija).
Y ahora sí…
…volvamos a los asuntos materiales.
La crisis que no supo ver a tiempo, y menos capotearla, pegó duro al mismo gobierno. De acuerdo con un reporte dado a conocer ayer por la Secretaría de Hacienda, la recaudación de enero a noviembre correspondiente al impuesto a la importación, el IVA y el IEPS muestra disminuciones porcentuales de 20.2, 17.8, y 4.5 por ciento respectivamente, si se le compara con 2008. Asimismo, la recaudación conjunta de ISR, IETU e IDE cayó 10.5 por ciento. En cualquier otro país la medida prudente, inteligente, sería bajar los impuestos para estimular la producción y recuperar los ingresos fiscales perdidos, sin embargo, el Ejecutivo y el Legislativo optaron por el camino opuesto. Como lo veremos andando el próximo año, el alza de impuestos desalentará la inversión y la producción y alentará la evasión. Hacienda dio a conocer otros datos muy tristes:
Ingresos
Los ingresos presupuestarios fueron menores en 11.3 por ciento real respecto de 2008, debido a la disminución en los ingresos petroleros y tributarios no petroleros de 24.5 por ciento y 12.7 por ciento, en ese orden.
Deuda interna
Se incrementó en 265.3 mil millones de pesos. Ahora es de 2 billones 506.5 mil millones.
Deuda externa
Aumentó en 9.0 mil millones de dólares. Suma hoy 42.3 mil millones.
Ingreso petrolero
Comprende los ingresos propios de Pemex, el IEPS de gasolinas y diesel, los derechos sobre hidrocarburos y el impuesto a los rendimientos petroleros. Ascendieron a 776.9 mil millones de pesos y resultaron inferiores en 24.5 por ciento al año pasado. Este resultado se explica por el menor precio de la mezcla mexicana de petróleo de exportación en 42.8 por ciento (52.9 dólares por barril comparado con 92.6), y la caída en las plataformas de producción y exportación de 7.1 y 12.8 por ciento. Así pues, el desplome del ingreso petrolero es el factor que movió al gobierno a castigar al contribuyente. Se pudo evitar. El sexenio anterior el saqueo fue escandaloso, ingresaron alrededor de 120 mil millones de dólares gracias a los altos precios del crudo, pero nadie sabe dónde están. Bien manejados, hubieran bastado para levantar 10 refinerías.
Participaciones
También a los gobernadores y presidentes municipales les cayó la pulga. Los recursos que recibieron mediante participaciones, aportaciones federales, convenios de descentralización y reasignación disminuyeron 9.8 por ciento. Por eso fue que Enrique Peña Nieto, Fidel Herrera, Mario Marín, Ulises Ruiz y los demás miembros del club de gobernadores dieron instrucciones a sus diputados para que votaran en favor del alza de gravámenes.
El otro ingreso
No lo menciona Hacienda, pero hay un elemento en la economía informal que va cobrando mucho peso: el negocio de las drogas. Según el diario The Wall Street Journal ya emplea a 450 mil personas. ¿Quiere decir que en un futuro, y dado que el gobierno no estimula la creación de plazas de trabajo en el sector formal, llegaremos a ver que un millón laborará para el narco? ¿Será esa la cereza del pastel de la década panista que se cumple en 2010?

Pedro Miguel: Navegaciones
Jacinta marcó despacio los pasos que la separaban del cuerpo de don Rufina, como un gato que concentra el sigilo para atrapar una mariposa. Se agachó, tomó con cuidado el recipiente tirado junto al cadáver, lo acercó a su mirada, reconoció el pequeño escudo metálico que pendía del cuello del frasco. Allí asomaba, por entre una capa de pátina, la orla de siete cabezas unidas por una cadena en cuyo centro se ordenaban en cuarteles el águila bicéfala del Emperador, las coronas de los señores vencidos (Moctezuma, II, Cuitláhuac y Cuauhtémoc), el león rampante, símbolo de la fuerza y el valor, y la silueta muy imaginaria de la Tenochtitlan derrotada, todo ello rematado por un lema autoexculpatorio, redactado en latín pésimo, y del que el Conquistador nunca se sintió muy convencido: Judicium domini aprehendit eos et fortitudo ejus corroboravit brachium meum: El Señor juzgó sus actos y fortaleció mi brazo.
* * *
Sintió una contención a su alrededor. Se azotó contra ella, furioso, acicateado por tres palabras: el nombre, las cosas, el viento. Lo inundó la imagen dolorosa de la oquedad, de la nada, y con ella se agregó un cuarto vocablo: muerte. Y conforme se encadenaban las palabras, como cabezas unidas por eslabones de hierro, se engarzó una quinta: Huitzilan, sitio de colibríes, memoria de una vergüenza antigua: ¿por qué había encadenado y humillado a un emperador que se le presentaba en olor de sumisión? ¿Qué lo había hecho deslizarse por esa maldad, a todas luces innecesaria para su empresa? ¿No habría sido suficiente aceptar la rendición no pedida y evitar la sangre, el incendio, la destrucción de la ciudad más hermosa que contempló jamás? Todo lo que no era, que no era nada, se empeñó en la exigencia: ¡En el nombre de mi nombre, que el viento impulse las cosas de mis cosas, y las haga caer, y causen muerte a la muerte!

Medio ambiente: entre depredación y persecución
Los insistentes llamados a defender el medio ambiente formulados por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, en el contexto de la 15 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, realizada en Copenhage, Dinamarca, guardan poca o ninguna relación con la circunstancia que en esa materia se vive en el país.
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El Correo Ilustrado
Reclaman a profesores desaparecidos hace 28 años
Carta de familiares y compañeros de los profesores Austreberta Hilda Escobedo Ocaña y Juan Carlos Mendoza Galoz, quienes desgraciadamente cumplen 28 años de haber sido desaparecidos forzadamente por agentes de la Dirección Federal de Seguridad y de la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, los días 30 y 31 de diciembre de 1981.
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Adolfo Sánchez Rebolledo: Intolerancia y reformas
Resulta imposible no advertir el doble lenguaje, incluso la doble moral que se manifiesta en nuestra sociedad al juzgar determinados hechos. Por ejemplo: la aprobación de la ley que autoriza en el Distrito Federal el matrimonio y la adopción entre parejas del mismo sexo.
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John Saxe-Fernández: Estado y guerra
Ya son más de 16 mil bajas. El sexenio termina su tercer año empapado en sangre por la hipertrofia militar de la guerra al narcotráfico y el crimen organizado y aplicando, en medio de la matanza y la peor crisis económica de los últimos 80 años, el recetario pro cíclico/extractivista del FMI-Banco Mundial-BID: lo último que se hace en estas circunstancias, según un premio Nobel. De ahí el creciente mar de pobreza, desempleados y su ocupados; la ruina del mercado interno y el aparato productivo (¡ya ni la informalidad económica crece!): se ataca con igual saña a la sociedad civil y a la demanda agregada, cortejando más desastres. El país se desestabiliza a ritmo preocupante.
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La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) está de plácemes. En una época de crisis económica y desempleo galopante sigue abriendo a concurso público plazas reservadas para el servicio exterior mexicano (SEM). Acaba de cumplir un nuevo ciclo de su sistema de ingreso y ha incorporado a unos 130 jóvenes a sus filas profesionales.
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Uno de los hallazgos científicos más importantes en la primera década del siglo XXI es, sin duda, el descubrimiento de las bases genéticas del desarrollo sexual femenino. Se trata de un acontecimiento histórico que echa por tierra multitud de concepciones arraigadas en la ciencia y la filosofía, y que, dada su importancia, modifica de raíz nuestras creencias acerca de lo humano. ¿Por qué?
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Hay libros muy necesarios en los procesos de debate intelectual de los fenómenos históricos. Éste es el caso de Tony Guiteras, un hombre guapo (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2009), de Paco Ignacio Taibo II, respecto a la Revolución del 30 en Cuba y una de sus figuras cimeras. Esfuerzo biográfico riguroso, el de Taibo sobre Antonio Guiteras deviene un gran fresco de la época y sus personajes principales, cuando se incuba y resulta derrotado ese gran movimiento revolucionario antimperialista del pueblo cubano precursor de la Revolución de 1959.
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Margo Glantz: La crónica de la ciudad finisecular
Ahora que estamos a punto de cerrar el año 2009, en el umbral de 2010, tan cacareado por ser el año de los bicentenarios, es bueno pasar revista a uno de los escritores que cerraron el siglo XIX: José Tomás de Cuéllar, Facundo, cuya ciudad fue la de México que se iniciaba en la modernidad, como muchas otras ciudades de América Latina.
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Olga Harmony: Más ediciones
a imprescindible editorial El Milagro, en coedición con la Universidad de Sonora, publicó algunas de las últimas obras del reconocido dramaturgo sonorense Cutberto López, con prólogo del teatrista sinaloense Rodolfo Arriaga Robles. Como muchos de los dramaturgos del norte del país, Cutberto no puede –o no quiere– desprenderse del cruel entorno que dan los tráficos de drogas y de personas, aunque puede expandir su universo dramático hacia otros temas, algunos de gran intimidad sin omitir miradas, así sean de soslayo, hacia las deformaciones de la sociedad, no sólo de su área geográfica, sino de toda la nación. Es muy interesante seguir los pasos del dramaturgo –con las mismas propuestas de sus inicios– desde el realismo de algunos de sus textos, como Yamaha 300, que pudimos ver en su estreno capitalino en un teatro universitario, hasta un sustento onírico y experimentaciones con el lenguaje y la construcción dramática, sin omitir rasgos de humor en las mismas acotaciones de algún texto, El náufrago del cielo. Las búsquedas formales y los temas duros de aceptar se dan en Un tour por el silencio, excelente ejemplo de un texto que une lo onírico con una cruel realidad, o en Acerca de la orfandad, en que trata el tema de la paternidad. Motel consta de varias obras cortas en que se explora el amor de pareja y la sexualidad.
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Rosario Ibarra
¿Definiciones?
Entre mis recuerdos más remotos siempre encuentro mis consultas al diccionario. Por allí, despanzurrado, abandonado por inútil, está el viejísimo Pequeño Larousse Ilustrado de pastas rojas, que mi buen padre llevó a mi lecho de convaleciente aquel invierno de Chihuahua, en el que fui salvada de las terribles membranas que cubrían mi garganta y que gracias al suero antidiftérico elaborado en el laboratorio de Koch por Behring y Kitasato, pude seguir viviendo hasta estos años, en un mundo y en un país, cada día más terroríficos y amenazantes.

En aquel viejo diccionario de pastas rojas y cantos áureos, inútil hoy por deshojado y maltrecho, pero al que guardo cariño, porque en él me solazaba en el descubrimiento de todo lo que a mis 4 años ignoraba y que descubría como mundos nuevos, que sentía míos…(porque a esa temprana edad, mi culto padre me enseñó a leer) ¡Cuánta tristeza siento ahora, en las postrimerías de mi vida, al ver un mundo y un país que son y serán los que hereden millones de niños y jóvenes y que cada día —como dije antes— se tornan más terribles y plagados de malos presagios.

¿Cómo no sentir tristeza, cuando no sólo no hemos logrado conocer la verdad en torno a las desapariciones de nuestros familiares, sino que la infame práctica, ese crimen de lesa humanidad, la llamada “desaparición forzada de personas” sigue llevándose a cabo impunemente, como en años anteriores se dio. ¿Cómo no preocuparse por el porvenir de las nuevas generaciones, cuando no hay día en el que los medios de comunicación dejen de narrar historias que erizarían la piel de los más fantasiosos escritores de obras de terror?

Llegaron a mi memoria los recuerdos de las consultas al viejo Laroussee de pastas rojas, hace apenas unos cuantos días, cuando leí y contemplé horrorizada en la revista “Proceso”, la crónica y las fotografías de la muerte del hombre al que llamaban —dicen— El Jefe de Jefes. ¡Cuánta saña! ¡Qué falta de conmiseración hacia un cuerpo inanimado ya, al que la muerte colocó, con su rasero indiscutible, en el sitio en el que “todos somos iguales! ¿Somos de verdad iguales...? ¿Para quiénes sí y para quiénes no?
La superioridad de la Armada quiso “pintar su raya” y culpó al personal de Semefo de tamaña desmesura… ¡Qué digo! De tamaña muestra de falta de misericordia; de el estar ayuno de conmiseración; de ser poseedor de un espíritu enfermo de sevicia…
Y precisamente cundo pensé en esa palabra —sevicia—, abrí el nuevo diccionario, el Pequeño Larousse Ilustrado, éste de pastas azules, relativamente nuevo, compañero siempre apoltronado en mi mesa de trabajo en Monterrey y su hermanito gemelo en el Distrito Federal.

Un escalofrío recorrió mi pobre cuerpo… “sevicia… crueldad excesiva”, dice el afamado “tumba burros”, como solía llamar el tío José, viejo pariente de mi padre, al diccionario que fuese…. y recordé entonces también, cómo defendí a “Platero” de las palabras injustas del anciano tío.

¿Cómo diferenciar —pensábamos muchos— a quienes han secuestrado a nuestros hijos, familiares y amigos, a quienes han llevado a la malhadada callejuela “Circular de Morelia #8” sede de la tristemente célebre Dirección Federal de Seguridad (DFS), en donde eran torturados por órdenes de Miguel Nazar Haro? ¿Cómo pensar que hay diferencia entre ellos y los “empleados del Semefo”, que “sin intención” —según altos mandos de la Armada— cubrieron el cuerpo maltratado, ensangrentado y humillantemente semidesnudo, de billetes de quinientos pesos?... ¿A quién o a quienes satisfacía o satisface semejante aberración? Ensuciar un cuerpo sin vida con billetes perfectamente acomodados sobre el torso y el abdomen del cadáver… ¿Qué significado tiene o tuvo para los autores, a quienes querían agradar con ello… o quién o quiénes lo ordenaron...? No interesa saberlo… para muchos millones de mexicanos, significa que la maldad está entronizada en el PODER… Pero volviendo a los significados de las palabras, a las definiciones, creo que el afamado Diccionario Larousse tiene algunos errores, por ejemplo: “s e v i c i a: crueldad excesiva”—y hay que preguntarnos y preguntar a los editores del afamado diccionario:
¿Cuándo la crueldad no es excesiva? ¡Vaya con las “definiciones”!

Dirigente del comité ¡Eureka!

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