Lavado de dinero al amparo del secreto bancario
El lavado de dinero realizado por Mario Villanueva y su familia expuso la cadena de irregularidades con que opera la banca en México, donde el blanqueo de capitales es sólo uno de los ilícitos que se cometen al amparo del secreto bancario, y donde los empleados del sistema financiero justifican depósitos millonarios sólo por tratarse de altos funcionarios del gobierno y sus testaferros. En el expediente judicial contra Villanueva Madrid y sus supuestos cómplices, se advierte que las autoridades mexicanas ocultaron información a la DEA respecto del curso del dinero que manejó el exgobernador, no obstante que la agencia antidrogas estadunidenses proporcionó datos claves que incriminan al exgobernador de Quintana Roo y por lo que exigen su extradición a Estados Unidos
José Réyez / Tercera parte
Las revelaciones de los testigos protegidos de la Procuraduría General de la República (PGR) Francisco Javier Brady Haug, con nombre confidencial Hans, exdiseñador de portafolios de inversión de Operadora de Bolsa Serfín, SA; y Martín Ruiz Cuevas, alias Peter, exsecretario particular de José Chejín Pulido, pusieron al desnudo la cadena de corrupción que tejió el exgobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, quien ocultó grandes cantidades de efectivo del narcotráfico, al tiempo que financió las campañas políticas de sus correligionarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Ambos testigos ofrecieron detalles del manejo de la cuenta por 100 millones de pesos que abrió Villanueva Madrid a través de Brady y Chejín para apoyar a los entonces candidatos a diputados del PRI y al candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez, Rafael Lara Lara.
En noviembre de 1994, Brady Haug se reunió con Mario Villanueva; Rafael Lara, secretario de Finanzas; Roberto Chapur, empresario hotelero; José Chejín Pulido, asesor financiero; Alejandro Sánchez Ortiz, excompañero de Chejín Pulido en Operadora de Bolsa Serfín; así como David Hernández, gerente de Banca Serfín. Todos escucharon con atención los detalles que dio Brady Haug sobre el funcionamiento de las empresas off shore. Después de esa reunión, Mario Villanueva decidió impulsar la creación de este tipo de empresas y echó a andar la maquinaria del lavado de capitales.
Fue entonces cuando el ya gobernador Villanueva Madrid y el director general del Grupo Financiero Serfín, Abelardo Morales Purón, se hicieron amigos y socios. Prueba del acercamiento entre banca Serfín y el gobierno de Quintana Roo es que la deuda pública estatal se trasladó a esta institución, reestructuración que llevó a cabo José Chejín Pulido.
La cuenta discreta del gobernador
A fines de 1995, Chejín Pulido, ya como secretario de Finanzas del gobierno del estado, abrió una cuenta en Banca Serfín a nombre de un fideicomiso, cuyos fiduciarios eran Bancrecer y Bancomer, y los intereses que generaba eran para el gobernador. Se constituyó una cuenta de cheques que la hacía de cuenta eje y los depósitos se destinaban a inversiones en el mercado de mesa de dinero.
La cuenta recibía depósitos de varias partes del país y los fondos eran utilizados para la campaña de Rafael Lara Lara como presidente municipal de Benito Juárez. José Chejín le advirtió a Brady Haug que esa cuenta tenía que ser manejada con “suma discreción”, porque era del gobernador Mario Villanueva, lo que no sucedió, toda vez que éste siempre utilizaba a terceros.
En la cuenta había 100 millones de pesos y duró el tiempo de la campaña, unos seis meses. Antes de cerrarla, tenía un remanente de 25 millones de pesos, a principios de 1996, dinero que José Chejín retiró en dólares en efectivo.
Experto en la materia, Francisco Javier Brady Haug le explicó a José Chejín Pulido, asesor financiero en Banca Serfín, sobre la creación, funcionamiento y características de las empresas off shore: se utilizan como compañías de inversión, gozan de beneficios fiscales, funcionan mediante acciones nominativas o al portador en caso de que no se quiera conocer la identidad del dueño. Los directores de la empresa pueden ser los mismos dueños o terceras personas nominadas por ellos. Pueden ser creadas con una sola persona y, debido a que en las jurisdicciones donde se establecen (paraísos fiscales) no existe registro público, es muy difícil saber quién es el dueño verdadero.
El testigo protegido Hans confirmó, en relación con las operaciones realizadas en Cancún entre 1995 y 1996, que Chejín Pulido abrió la cuenta OBSSA número 4701071, a nombre de Díez Canedo Ruiz, para concentrar los recursos que serían destinados para la campaña de Rafael Lara con dinero del gobernador.
De dicha cuenta, Brady Haug autorizó su apertura, pero aclaró que no conoció a Diez Canedo, y que la instrucción de Abelardo Morales, director general de Grupo Financiero Serfín, era abrirla “a como diera lugar y dar todas las facilidades a Chejín Pulido y al gobernador”.
José Chejín le pidió a Brady Haug que abriera la cuenta a través de un fideicomiso estatal, que reviviera un muerto o que utilizara a un testaferro como Álvaro Barbudo Palomo, contador de su padre José Chejín Medina, y quien ya le había servido como tal a Chejín Pulido en Operadora de Bolsa Serfín. Optó por sacar del archivo muerto de Banca Serfín la cuenta a nombre de Ramón Enrique Díez Canedo Ruiz, de lo cual ya habían hablado Mario Villanueva y Abelardo Morales.
Habla el testigo protegido Peter
El testigo protegido Peter (Martín Ruiz Cuevas), quien en 1994 laboraba en Cancún en el Instituto de Vivienda de Quintana Roo, conoció a José Chejín Pulido desde la adolescencia, y ya como secretario de Finanzas, Chejín le pidió que fuera su secretario particular.
A finales de agosto de 1995, Peter se percató de que Chejín se reunió con el gobernador Mario Villanueva en el palacio de gobierno de Chetumal. Le confió que el gobernador le instruyó para que se apoyara a los candidatos a diputados del PRI, mediante la apertura de una cuenta, en Cancún, en Banca Serfín con su amigo Francisco Brady Haug.
La cuenta se alimentaría con dinero proveniente de la venta de concesiones para placas de taxis que otorgaría el gobierno del estado en Cancún, le entregarían cheques para que los cambiara en el banco, y repartiría el dinero a los candidatos del PRI. El primer cheque venía a su nombre, lo que le causó sorpresa y desconfianza, pero no hizo comentario alguno porque pensó que era parte de su trabajo.
El 20 de diciembre de 1995, cambió en cheque número 24 por 1 millón de pesos, dinero que por órdenes de José Chejín trasladó a la ciudad de Mérida en una avioneta del gobierno del estado, para entregarlos, supuestamente, a una persona del periódico Por Esto.
El dinero de todos los demás cheques lo entregaba a los candidatos del PRI en una sala de juntas anexa al despacho de Chejín Pulido, en el palacio de gobierno de Chetumal. Peter identificó diversos cheques a su nombre, girados en Cancún el 25 de mayo 1999, y que fueron enviados mediante el oficio número 601-I-48251/99, folio 905026, de la cuenta de Ramón Enrique Díez Canedo Ruiz, por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores a la PGR.
Lara y su socio el gobernador
A finales de 1989, Rafael Jesús Lara Lara era el director del Centro de Estudios Políticos del PRI, cuando Mario Villanueva, entonces candidato del PRI a presidente municipal de Benito Juárez, lo buscó para desarrollar diversas actividades dentro del municipio, ya que también era dueño de la empresa constructora Rafael Lara y Asociados, SA de CV.
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