Mujeres, menos acceso a Internet
Ante acoso o amenaza, las periodistas y defensoras de Derechos Humanos deben hacerse más visibles en redes sociales y hacer público también el lugar desde donde emiten su información, recomiendan expertas y expertos en Tecnologías de la Información y Comunicación (TICS).
Esto se dijo durante la mesa de diálogo, “En democracia ¿el espacio público digital debe tener límites?”, organizada por la Fundación Heinrich Böll Stintung, donde se habló, el jueves pasado, sobre el manejo y protección de los datos personales en las redes sociales, las prácticas democráticas a través de Internet y la protección de las y los internautas.
La investigadora del Tecnológico de Monterrey, María Elena Meneses, y el experto en SocialTIC, Juan Manuel Casanueva, coincidieron en que las personas visibles en medios de comunicación y en el espacio digital, como las periodistas y las defensoras de Derechos Humanos, deben aprovechar esta situación para que, en caso de que sean víctimas de acoso o amenaza, aprovechen esa presencia y la intensifiquen, que usen todos sus contactos, con el fin de evitar que serán víctimas de otros delitos.
Esta recomendación adquiere más sentido debido al aumento en el caso de violencia contra mujeres periodistas, como lo ha registrado Comunicación e Información de la Mujer A. C., en su reporte 2014 “Impunidad y Violencia contra las Mujeres Periodistas”, que habla de 86 casos de 2012 a 2013.
También con la información de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (Rndh), que registró un total de 615 agresiones en contra de activistas, entre 2012 y 2014.
En contraste con la visibilización de periodistas y defensoras, Casanueva recomienda, como medida de seguridad contra agresiones, proteger la identidad de programadores e investigadores que hacen parte del trabajo periodístico.
Por su parte, María Elena Meneses advirtió que en el anonimato se escudan “trolls”, “robots” y personas que sacan otras cuentas, para ejercer acoso en contra de activistas y periodistas.
Advirtieron también sobre el hecho de que las compañías administradoras de las redes sociales se convierten en propietarias de la información de las personas internautas, cuando estas aceptan las condiciones y cláusulas de uso y manejo de la red social, dispositivos y aplicaciones móviles (app).
Recordaron que los datos personales, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es aquella “información relativa a una persona física identificada o identificable” y concluyeron que falta más educación e información sobre las leyes que rigen la Internet y las redes sociales.
ECONOMÍA LIMITA A MUJERES
Otro de los temas tratados en el diálogo “En democracia ¿el espacio público digital debe tener límites?”, fue el de la economía y el acceso a Internet, del cual habló Renato Hernández Laclette, profesor de Ciencia Política y Derecho, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien afirmó que para las mujeres, el acceso a Internet es más reducido que para los hombres, ya que este depende de la compra de equipo, de conexión y de programas, es decir, la brecha digital entre géneros está ligada a la economía de las y los usuarios.
Lo dicho por el profesor Hernández Laclette coincide con los datos dados a conocer durante la doceava Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe 2013, los cuales indican que una de cada tres mujeres latinoamericanas no tiene ingresos propios.
Una realidad que, por otro lado, ilustra lo lejos que estamos de lo deseable para las mujeres, según las conclusiones de la Quinta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina (AL) y el Caribe 2015, en donde se habla de que lo ideal es que todas las mujeres, con recursos económicos y sin ellos, tuvieran acceso a internet y a las nuevas tecnologías.
Detalló Hernández Laclette que, además, es cada vez mayor el acceso a internet a través de dispositivos móviles, para lo cual se requiere pagar por el dispositivo, por la contratación de conexión Wifi, el plan de datos (pago mensual del servicio) y el uso de datos en prepago (acceso internet a través del pago de saldo para realizar llamadas).
Citó el estudio 2016 sobre los hábitos de los Usuarios en Internet y el de Dispositivos Móviles, publicado por la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), en donde señala que el 23.3 por ciento de las visitas a páginas monitoreadas por la asociación son hechas desde dispositivos móviles.
Los “smartphones” ya superan la penetración de dispositivos con un 77 por ciento, en segundo lugar están las laptop con un 69 por ciento, en tercer lugar las computadoras de escritorio con un 50 por ciento y las “tablets” con un 45 por ciento.
Lo anterior es un ejemplo de que la mayoría de las y los usuarios que navegan en Internet, lo hacen desde sus celulares. Y para poder acceder a la red, un 27 por ciento lo hace con un plan de datos contratado, un 26 por ciento se conecta a una red de Wifi pública y un 22 por ciento con plan de datos prepagados.
En suma, el acceso depende del tipo de equipos y herramientas que utilizan tanto hombres como mujeres y depende también del ancho de banda que utilicen las y los usuarios
Esto se dijo durante la mesa de diálogo, “En democracia ¿el espacio público digital debe tener límites?”, organizada por la Fundación Heinrich Böll Stintung, donde se habló, el jueves pasado, sobre el manejo y protección de los datos personales en las redes sociales, las prácticas democráticas a través de Internet y la protección de las y los internautas.
La investigadora del Tecnológico de Monterrey, María Elena Meneses, y el experto en SocialTIC, Juan Manuel Casanueva, coincidieron en que las personas visibles en medios de comunicación y en el espacio digital, como las periodistas y las defensoras de Derechos Humanos, deben aprovechar esta situación para que, en caso de que sean víctimas de acoso o amenaza, aprovechen esa presencia y la intensifiquen, que usen todos sus contactos, con el fin de evitar que serán víctimas de otros delitos.
Esta recomendación adquiere más sentido debido al aumento en el caso de violencia contra mujeres periodistas, como lo ha registrado Comunicación e Información de la Mujer A. C., en su reporte 2014 “Impunidad y Violencia contra las Mujeres Periodistas”, que habla de 86 casos de 2012 a 2013.
También con la información de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (Rndh), que registró un total de 615 agresiones en contra de activistas, entre 2012 y 2014.
En contraste con la visibilización de periodistas y defensoras, Casanueva recomienda, como medida de seguridad contra agresiones, proteger la identidad de programadores e investigadores que hacen parte del trabajo periodístico.
Por su parte, María Elena Meneses advirtió que en el anonimato se escudan “trolls”, “robots” y personas que sacan otras cuentas, para ejercer acoso en contra de activistas y periodistas.
Advirtieron también sobre el hecho de que las compañías administradoras de las redes sociales se convierten en propietarias de la información de las personas internautas, cuando estas aceptan las condiciones y cláusulas de uso y manejo de la red social, dispositivos y aplicaciones móviles (app).
Recordaron que los datos personales, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es aquella “información relativa a una persona física identificada o identificable” y concluyeron que falta más educación e información sobre las leyes que rigen la Internet y las redes sociales.
ECONOMÍA LIMITA A MUJERES
Otro de los temas tratados en el diálogo “En democracia ¿el espacio público digital debe tener límites?”, fue el de la economía y el acceso a Internet, del cual habló Renato Hernández Laclette, profesor de Ciencia Política y Derecho, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien afirmó que para las mujeres, el acceso a Internet es más reducido que para los hombres, ya que este depende de la compra de equipo, de conexión y de programas, es decir, la brecha digital entre géneros está ligada a la economía de las y los usuarios.
Lo dicho por el profesor Hernández Laclette coincide con los datos dados a conocer durante la doceava Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe 2013, los cuales indican que una de cada tres mujeres latinoamericanas no tiene ingresos propios.
Una realidad que, por otro lado, ilustra lo lejos que estamos de lo deseable para las mujeres, según las conclusiones de la Quinta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina (AL) y el Caribe 2015, en donde se habla de que lo ideal es que todas las mujeres, con recursos económicos y sin ellos, tuvieran acceso a internet y a las nuevas tecnologías.
Detalló Hernández Laclette que, además, es cada vez mayor el acceso a internet a través de dispositivos móviles, para lo cual se requiere pagar por el dispositivo, por la contratación de conexión Wifi, el plan de datos (pago mensual del servicio) y el uso de datos en prepago (acceso internet a través del pago de saldo para realizar llamadas).
Citó el estudio 2016 sobre los hábitos de los Usuarios en Internet y el de Dispositivos Móviles, publicado por la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), en donde señala que el 23.3 por ciento de las visitas a páginas monitoreadas por la asociación son hechas desde dispositivos móviles.
Los “smartphones” ya superan la penetración de dispositivos con un 77 por ciento, en segundo lugar están las laptop con un 69 por ciento, en tercer lugar las computadoras de escritorio con un 50 por ciento y las “tablets” con un 45 por ciento.
Lo anterior es un ejemplo de que la mayoría de las y los usuarios que navegan en Internet, lo hacen desde sus celulares. Y para poder acceder a la red, un 27 por ciento lo hace con un plan de datos contratado, un 26 por ciento se conecta a una red de Wifi pública y un 22 por ciento con plan de datos prepagados.
En suma, el acceso depende del tipo de equipos y herramientas que utilizan tanto hombres como mujeres y depende también del ancho de banda que utilicen las y los usuarios
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Gema Villela Valenzuela
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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