Leonardo García Tsao
La Jornada
La directora iraní-canadiense Sadaf Foroughi recibe el premio Ava de la crítica en el certamen de cine de Toronto Foto Afp
Aunque no es un festival
estrictamente competitivo, el TIFF otorga varios premios, siendo el más
importante el de su sección Platform, para el que se convoca a un
jurado de profesionales. Este año, el ganador fue el western
australiano Sweet Country, de Warwick Thornton. Este premio es de 25 mil
dólares canadienses, otorgados por la compañía Air France.
También relevante es el galardón Grolsch del público, otorgado por el voto popular. La ganadora fue la meritoria Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, del británico Martin McDonagh, que se lleva 15 mil dólares canadienses.
En una competencia que prácticamente sólo interesa a los locales, el premio a la mejor ópera prima canadiense se lo llevó Luk’Luk’l, de Wayne Wapeemukwa; mientras, a la mejor película canadiense fue para Les Affamés, de Robin Aubert.
En el galardón de la crítica hay una buena noticia para el cine
mexicano. El premio de Fipresci de la sección Special Presentation, fue
para El autor, coproducción hispanomexicana, dirigida por el
andaluz Manuel Martín Cuenca. Dentro de la sección Discovery, el premio
fue para la canadiense Ava, de Sadaf Foroughi.
Según la publicación especializada Variety, este no fue un
buen año para ventas en el área de negocios del festival. Según parece,
las plataformas digitales como Netflix y Amazon han ofrecido tales
cantidades en sus compras, que los distribuidores más pequeños no pueden
competir.
Pero sospechamos que el artículo de Variety está prejuiciado, pues se queja de constantes retrasos en las funciones
por las medidas de seguridad. Uno sólo asistió a una función con un retraso de 15 minutos, debido a la gran cantidad de personas (de la tercera edad, debo añadir) que acudieron a ver el documental sobre Eric Clapton. Y no fui testigo de una sola medida de seguridad, como en Cannes, que entorpeciera el acceso a las salas.
Variety también reporta con mala leche que el
festival de Telluride ha ganado la partida al TIFF en cuanto a estrenos
exclusivos. Puede ser, pero es necesario aclarar que el de Telluride es
una actividad exquisita para los habitantes del pueblo y contados
invitados,
mientras eL TIFF es multitudinario, abierto a miles de cinéfilos y
acreditados de prensa e industria. El peso de Toronto es mucho mayor.
Este año no hubo títulos como La La Land o Moonlight, que el año pasado ya parecían favoritos para los premios de la Academia gringa. No obstante, hubo gran demanda para ver La forma del agua, de Guillermo del Toro; I, Tonya, de Craig Gillespie; Lady Bird, debut como directora de la actriz Greta Gerwig, y Molly’s Game, debut también del guionista Aaron Sorkin, entre otras.
Con o sin ventas millonarias, el TIFF es la inmejorable plataforma de
lanzamiento para los estrenos de la temporada otoño-invierno. Un éxito
en el festival es señal de buen augurio para la vida comercial de una
película.
Twitter: @walyder
No hay comentarios.:
Publicar un comentario