Generación Nomo
El
que muchas mujeres no deseen tener hijas o hijos, es algo que en la
sociedad occidental no se admite. En la actualidad, solo hay un único
discurso cultural permitido; ser mujer es sinónimo de ser madre y
quienes nos salgamos de este esquema seremos estigmatizadas. Quisiera
recalcar, que el término mujeres incluye mucho más que aquellas hembras
con órganos reproductores femeninos. Sin embargo, para hacer más fácil
la lectura, nos referiremos con el término mujer a la anterior acepción.
Por lo tanto, pido disculpas a todas las mujeres que en este artículo
no se sientan representadas.
Cuando una mujer dice “no quiero ser madre” suceden tres reacciones
consecutivas: la primera es un silencio sepulcral, seguidamente le sigue
afirmaciones como “eso es de ser egoísta”, “no te lo has pensado bien”,
”todavía eres demasiado joven, ya te llegará el querer tener un
chiquillo”, “te quedarás sola cuando envejezcas” o la tan aclamada “¿qué
vas a hacer si tu pareja quiere tener hijos?” y por último, la guinda
del pastel, el deber de argumentar el no querer tenerlos, ¡como si
tuviéramos la obligación de dar explicaciones sobre decisiones
personales! Estoy segura, que ese por qué no se lo preguntan a aquellas
mujeres deseosas de procrear. Esta situación tan incómoda cada vez es
más frecuente, pues muchas mujeres se están sumando a esa opción de
vida. A este grupo se les ha denominado NoMo (Not Mothers).
Según el Centro de Estudios Demográficos de Barcelona 1 de cada 4
mujeres nacidas a partir de la segunda mitad de los 70 no tendrán hijas o
hijos. Un dato controvertido, ya que en la sociedad occidental mujer y
madre está relacionado ¿Por qué se han interrelacionado estas dos
identidades? La causa es que a las mujeres se nos presupone que debemos
tener instinto maternal. Sin embargo, ese instinto no es natural.
Las mujeres deseamos tener hijos por la socialización que recibimos
desde pequeñas, basada en el cuidado y la maternidad, a la vista está
que lo primero que nos regalan cuando nacemos es una muñeca. La
antropóloga Scheper- Hughes considera que “el instinto maternal no
existe, pero sí ese sentimiento de que ha llegado la hora de ser madres,
producido esto por las creencias, la cultura y la sociedad”.
Partiendo del supuesto que la relación mujer- madre es un constructo
social, no es nada controvertido que muchas mujeres, hoy consideradas la
generación NoMo, no quieran tener descendencia ¿por qué muchas toman
esta decisión? Una de tantas justificaciones puede ser el hecho de no
darles la gana ser madres, ya sea porque no les gustan los bebes o
porque tengan otros intereses en sus vidas que les hacen más felices.
Todavía me pregunto por qué en la sociedad “liberal y abierta”, que
se supone que vivimos, es algo negativo pensar en uno mismo y no en el
otro, algo que hacen las NoMo. El que una mujer no quiera ser madre no
es signo de ser egoísta, es signo de saber lo que se quiere. Debemos
tener en cuenta que el no querer engendrar es una decisión personal tan
legítima como otras decisiones que se toman a lo largo del ciclo vital
y, por lo tanto, nadie te debe cuestionar, ni obligarte a cambiar de
opinión, porque es tu vida y tú la vives como quieras.
Es la presión social la que hace que muchas mujeres decidan tener
hijos sin plantearse si los quieren de verdad. Es esa situación en la
que no caen las NO- MO, por eso me atrevo a decir que no son egoístas
sino todo lo contrario. Son conscientes de sus limitaciones y/o gustos y
tienen claro que la persona que vaya a nacer requiere de los mejores
cuidados, los cuales no están predispuestas a asumir por el motivo que
sea.
*Este artículo fue tomado del portal Tribuna Feminista
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Alba Cabrera Meneses*
Cimacnoticias | Madrid, Esp .-
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