Por Joyce Chimbi
NAIROBI, 12 nov 2019 (IPS) -
Llevar a cero las muertes maternas prevenibles, eliminar la violencia
de género y satisfacer las necesidades de planificación familiar, los
tres grandes compromisos de la 25 Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo (CIPS25), requieren, además de voluntad política,
de dinero, mucho dinero.
Cumplir con esas deudas pendientes desde la primera e histórica
Conferencia, la de El Cairo en 1994, necesitará nada menos que 264 000
millones de dólares de aquí a 2030, según cálculos de organizaciones
privadas, incluidas la Fundación Ford, Johnson & Johnson, Philips y
World Vision.
“Crear impulso financiero y cerrar las brechas de recursos existentes
en torno a estos compromisos no será fácil. Si bien la mayoría de los
países han constitucionalizado los derechos y la salud reproductiva, la
movilización de recursos internos no ha seguido automáticamente”, dijo a
IPS Nerima Were, gerente de programa de Asuntos Legales y Éticos del
país anfitrión.
Entre este martes 12 y hasta el jueves 14, Nairobi es anfitriona de
la CIPD25, en que participan más de 6 000 delegados de más de 164
países y representantes provenientes de organizaciones de la sociedad
civil, organizaciones de base, jóvenes, líderes empresariales y
comunitarios, organizaciones religiosas, pueblos indígenas e
instituciones financieras.
¿Cuánto costará realmente lidiar con la planificación familiar?
Llevar a cero la mortalidad materna en los 120 países que representan
más de 95 por ciento de la mortalidad materna costaría 115 500 millones
de dólares en intervenciones clave de salud materna, para evitar la
realidad actual en que 830 mujeres mueren diariamente durante el parto,
Además por cada una que muere, otras 20 sufren graves daños.
Para terminar con las necesidades insatisfechas de planificación
familiar en el mismo número de países prioritarios se necesitaría 68 500
millones de dólares.
Mientras, acabar con la violencia de género requeriría invertir 42 000 millones de dólares en 132 países prioritarios.
Actualmente, en realidad solo hay fondos para invertir 42 000
millones en asistencia para el desarrollo para avanzar en estos
objetivos. Por lo tanto, significa que se requerirán 222 000 millones
adicionales en inversiones hacia esos tres temas prioritarios durante la
próxima década.
¿Quién financiará los compromisos?
Pero en Nairobi no está nada claro por el momento si estos costos
adicionales llegarán a provenir de inversiones extranjeras, partidas
internas o aportes del sector privado, o una combinación de todos en
porcentajes sin definir.
“Esta discusión no se trata solo de dólares y centavos, sino también
de valores y escogencias. También se trata de traducir las elecciones en
formas prácticas de la toma de decisiones”, dijo a IPS Achim Steiner,
del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), organizador de las CIPD.
Steiner dijo que las decisiones financieras pueden enmarcarse de
diferentes maneras y que analizar el costo y las brechas en el
cumplimiento de los tres compromisos es una forma de asesorar al mundo
sobre cómo invertir.
“Se trata de ayudar a las sociedades a estar mejor informadas y a
tomar mejores decisiones. El problema no es cuánto valdrá llevar esos
objetivos a cero, sino el costo de no llevarlas a cero”, argumentó.
Datos del Banco Mundial han demostrado que la planificación familiar es la “mejor adquisición” para los gobiernos.
Por cada dólar adicional invertido en servicios anticonceptivos en
los países del Sur en desarrollo, el costo de la atención médica
materna y neonatal podría reducirse en 2,20 dólares.
Las estimaciones también muestran otra cifra muy importante: por cada
dólar invertido en planificación familiar se ahorran costos por 120
dólares.
África debe y puede encontrar el dinero
En el caso de África, el encontrar fondos para alcanzar los tres
grandes objetivos de la CIPD de Nairobi resulta aún más importante que
en el resto del mundo, aseguran participantes en la cumbre, que resaltan
que el presupuesto en el sector de salud del continente es
especialmente limitado.
“África tiene los recursos para lograr estos tres objetivos críticos.
El crecimiento exponencial de las economías en todos los países refleja
el músculo financiero de los continentes”, afirmó a IPS Jackson
Chekweko, director ejecutivo de la organización Salud Reproductiva
Uganda, que integra la no gubernamental Federación Internacional de
Planificación de la Familia (IPPF, en inglés).
Chekweko argumentó que la voluntad política y los compromisos son más
importantes y que “siempre habrá recursos para lo que el gobierno,
especialmente los presidentes, digan que es una prioridad. Los
presidentes africanos ejercen una gran influencia en la asignación de
recursos”.
Citó como ejemplo que en el caso de Uganda, el gobierno se
comprometió a asignar anualmente cinco millones de dólares a la
planificación familiar, simplemente porque el presidente lo sugirió.
Nuevos liderazgos
El experto y activista consideró auspicioso que actualmente haya en
el continente africano una nueva generación de líderes que no rehúyen
asumir compromisos ambiciosos, que sintonizan con los intereses de la
población, como es el caso, a su juicio, del presidente de Kenia, Uhuru
Kenyatta.
“El presidente Kenyatta hizo varias declaraciones audaces en esta
CIPD25. Ha declarado que los países de África oriental reducirán la
mutilación genital femenina a cero para 2022 y confirmó que también se
tomarán medidas para que la violencia de género, sin dudas, se baje a
cero”, afirmó.
Chekweko se mostró esperanzado en que un compromiso político
verificable alentará alianzas para para ayudar a cubrir las grandes
brechas de recursos financieros.
“Una vez que acordemos que los temas de salud y derechos sexuales y
reproductivos son una prioridad, el dinero se alineará con este
propósito. Incluso si eso significa aumentar impuestos como el IVA
(impuestos al valor agregado) y PAYE (impuesto según ganancias) en solo
uno por ciento, se hará “, dijo.
La especialista Were subrayó, no obstante, que hay que tener en
cuenta que los limitados financiamientos internos en los países del
continente y una caída de los recursos de los donantes externos,
presentan un escenario particularmente crítico para hallar los fondos
para objetivos tan cruciales como ambiciosos.
“Para llegar a cero en las tres áreas, los gobiernos deberán decidir
cuidadosamente cuáles son sus prioridades, cualquier cosa que se
encuentre dentro de ese marco de prioridades debe lograrse”, dijo.
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