Roxana Vázques Sotelo, es
licenciada en derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Se ha
especializado en la defensa y promoción de los Derechos Humanos de las mujeres,
sobre todo en los sexuales y reproductivos y en temas de violencia sexual.
La especialista que ha
asesorado a instituciones públicas y privadas en la formulación de políticas,
análisis institucional, monitoreo y evaluación de planes y programas de
desarrollo social, conversó con Cimacnoticias, durante su participación en el “Primer
Encuentro de Consulta sobre Estrategias para la Igualdad de Género en América
del Sur y México”, sobre la situación social y política que atraviesan algunos
países de América Latina.
– Lourdes Godínez Leal (LGL): ¿Cómo entender lo que sucede en países como Ecuador, Bolivia o Chile actualmente?
– Roxana Vázques Sotelo (RVS): Lo que pasa en
América Latina no es fácil de colocar en comunes denominadores porque
cada país tiene sus propias coordenadas y sus propios problemas, pero a
ver, intentaré dar un panorama más general incluso que trasciende a
América Latina, de cosas que son como coordenadas que todas sabemos.
Hay un
impresionante “resurgimiento de la derecha”, que está en cuestión, porque mucha
gente piensa y yo coincido, que no es un resurgimiento, por ejemplo en los
países europeos estuvo siempre, una derecha extrema que en un determinado
momento más bien se alió a los partidos de derecha y ahí se quedó, con todo lo
problemático que es hablar de derechas y de izquierdas en este momento,
entonces en este escenario internacional vemos cómo efectivamente en AL eso
también sucede de otra manera, pero sucede.
Nosotras hemos
vivido en las décadas anteriores posdictaduras latinoamericanas, tiempos de
incorporación del principio de igualdad en nuestras constituciones, entre otras
cosas, y digamos un intento de armar Estados constitucionales de derecho aunque
sean un poco más de papel que realidad, pero algo es algo, y también una época
en donde grupos que emergen en la conquista de esos derechos comienzan a
tenerlos, no son sólo las mujeres, grupos de personas con discapacidades,
LGBTTTI, y esto acompañado con las conferencias internacionales de Naciones Unidas
y otros espacios en el mundo que van comenzando a decirte sí; y se va tejiendo
un cuerpo normativo y también un cuerpo argumental de reivindicaciones en donde
vas como en el sentido de una ola que crece y va abriendo estas puertas con
todas las limitaciones que esto en la práctica tiene, pero cuando menos es una
cuestión discursiva acompañada de movimientos sociales y entonces pareciera que
esto es como el momento de la contra ola, o sea que en realidad nunca tuvimos
tanto, creímos tenerlo y los que verdaderamente mandan y gobiernan dijeron ¡No!
¡momentito! ¡Hasta acá, acá quedó!
Han lanzado toda una batería que no es que sea nueva sino que siempre
estuvo ahí sólo que ahora marcha con más fuerza a detener estos avances
y de ahí las formas organizativas ya sea vía partidos políticos, o vía
penetración por ejemplo en los Ministerios.
En Perú, por
ejemplo, el Ministerio de la Mujer, de Cultura, todos estos que albergan nuevas
ideas, la discusión en los Parlamentos es con la Biblia y no con la
Constitución para por ejemplo fundamentar por qué no quieres la despenalización
de aborto, entonces ahí tú preguntas, bueno ¿y el Estado Laico dónde quedó?
Algunos textos que
he leído que me han parecido muy interesantes te dicen cómo la rectoría de los
sectores evangélicos conservadores en una alianza muy clara con la derecha política,
incluso desde los Estados Unidos, generan estrategias para América Latina, y
que el activismo evangélico conservador es digamos como el trabajo de base que
la derecha ya no quiere hacer.
Van existiendo
estrategias regionales de una confluencia de grupos conservadores y hay una
alianza política y una alianza religiosa, y campañas como ‘Con mis hijos no te
metas’, o estos discursos comunes sobre ‘ideología de género’ dan cuenta de
estrategias que trascienden la imaginación de un país, es decir, no es que un
grupo de derecha peruano se inventó esto, sino que son cosas que ya vienen como
de reuniones, como de conversaciones más regionales.
Esto de la ‘ideología de género’ también es otra gran idea para estigmatizar en un momento histórico, en donde el término ideología es una mala palabra. Ideología es eso, un conjunto de ideas que explica una realidad; sin embargo, ahora parece que ideología es algo malo, algo sucio y se valen de la poca información de la gente para darle ese tipo de énfasis.
En el caso de Perú
nosotros tenemos una circunstancia muy particular porque hace no sé cuántos
años hemos tenido un cardenal del Opus Dei, este monseñor Juan Luis Cipriani
(quien presentó ante el Papa su renuncia a principios de este año, por cumplir
la edad requerida) que hizo barbaridad y media en este país porque hizo uso y
abuso de su condición de cardenal. Se entrometía en las cuestiones políticas,
pero también en un país en donde las instituciones tan desprestigiadas,
colocaban a la Iglesia católica, a pesar de los pesares, como una de las instituciones
menos desprestigiadas.
Otro elemento que
yo lo veo como una estrategia regional o de más extensión, es la aparición de
muchos grupos pequeños con nombres diversísimos que proceden de distintas Iglesias
conocidas y no conocidas que se sitúan en los pueblos más alejados de la sierra
y de la selva de nuestro país, es decir, poblaciones en donde difícilmente
llega el Estado, que nunca han tenido Estado ni hay mucha voluntad estatal de
presencia.
Entonces estos grupos
llegan, se instalan, es decir, no es que van con su prédica, no, van, compran y
alquilan una casita y se quedan en ese pueblo y se convierten -ante la orfandad
del Estado en esos lugares- poco a poco y rápidamente, en un referente de tipo
ético, de valores, e imparten discursos.
Entonces es una
realidad como en distintos niveles, que yo no sé si está tan bien organizada y
tan bien pensada como parece, o si es la confluencia de una serie de cosas
porque estas Iglesias de los mil días y los nombres más pentecostales que se
instalan en los pueblos, tienen relación directa o una articulación real con
los sectores evangélicos de derecha que están haciendo el trabajo de base de la
derecha política.
Esos grupos evangélicos
sí tienen relación con los congresistas, excongresistas pero que ya en 2 o 3 legislaturas
están ahí, no tienen ningún problema en decir que son evangélicos y que sus
ideas son tales y cuales, son los que defienden la no despenalización con la Biblia
en la mano, entonces todo esto para mí se explica en lo que podríamos llamar
una respuesta que trasciende el país pero lo que te he dicho es muy de mi país
en donde digamos la voluntad es intentar desmontar lo que se ha avanzado aunque
sea más de papel e intentar desacreditar a los actores y las actoras que están
detrás de esto. ¿Con qué? y esto es lo que me da mucha pena, con argumentos
naturalistas, con argumentos biologistas, con argumentos que no tienen ningún
sustento, en donde se hace uso y abuso de la mentira y se exacerba el miedo.
Y esto sí sucede
en otros países, por ejemplo la estrategia ‘con mis hijos no te metas’ es el
riesgo de homosexualizar a nuestra población y no tiene pies ni cabeza y sin
embargo, y aquí está la gran interrogante, genera un nivel de credibilidad y de
apoyo relativo de la gente, eso es muy problemático, muy, muy problemático.
– LGL: ¿qué hay de los fundamentalismos?
– RVS: Nosotras en nuestras agendas hablamos de
fundamentalismos religiosos y no es un tema de jerga porque también
tienen una base, una profundidad, una explicación, pero a mí me parece
que aquí hay un elemento anterior sobre el que se montan estos éxitos,
relativo, que es una visión dogmática de la vida, de las cosas y a mí
eso me preocupa mucho.
Ese dogmatismo
trasciende lo religioso aunque lo incluye, es decir, ha habido una ausencia en
los sistemas educativos, promovida por la clase política, del pensamiento y la
reflexión crítica del ser humano. Ha habido reformas educativas, muchas cosas
buenas, otras no tanto, pero la relación profesor- alumno en los colegios que
no son de élite, la media de los colegios, es profundamente acrítica, entonces
se sigue manteniendo esta forma tradicional de educación y sobre sociedades
autoritarias con intentos democratizadores, la presencia de un pensamiento
dogmático que por definición es ese pensamiento que tú lo recibes y lo haces
tuyo, lo recibes y lo haces tuyo, eso lo recibes en la casa, lo refuerzas en el
colegio entonces te vas nutriendo de verdades únicas y lo peligroso de las
verdades únicas y de la ausencia de pensamiento crítico es que salir de la zona
de la verdad única para colocarte en la zona de la duda de recibir información
y de decir ¿esto será, esto no será? te coloca en una especie de piso móvil que
no te acomoda.
– LGL: Se ha mencionado que el sistema neoliberal ha sido parte fundamental de este descontento social ¿qué hay de eso?
– RVS: Ahí sí lo
vinculo con los tiempos y con esta fase del capitalismo en donde las redes de
solidaridad y de confort de sentirte protegido casi han desaparecido. No tenemos
sindicatos que nos defiendan, no tenemos una serie de cuestiones colectivas que
yo personalmente sí he sentido cuando era joven, que las haya usado o no, no importa,
ahí estaban.
Esa sensación de
estar contenido en grupos que te daban fortaleza, eso está como comenzando a
reaparecer en otros códigos; quizás la razón por la que la gente adscribe a
estas cosas que son barbaridades que no resisten menor análisis como que el
enfoque de género promueve la homosexualización como si fuera algo posible,
hagan que la gente con pocos recursos educativos, con pocas posibilidades y con
esa educación tan mala, endeble, haga que sea preferible quedarte en ese lugar
que te digo, a un momento de duda, entonces el piso no está firme, nunca está
firme, entonces creo que todas esas cosas empatan a algo más que tiene que ver
con la historia de nuestros países, que eso es lo que mucha gente llama la
fragilidad, precariedad de los ciudadanos para convertirse en sujetos de
derechos y en ciudadanos que ejercen derechos. Alguien que se apropia de sus
derechos y respeta los de los otros te coloca en otra situación, te amplía
libertades, desafía autonomías y ese tipo de cosas creo que todavía no se han
terminado de colocar en nuestros países.
Estas décadas de
incremento de los derechos y emergencia de los movimientos estaban colocando
una pista en esa dirección y esto quizás también es parte de lo amenazante y
que se está frenando de una manera digamos ‘con la cruz, o con las cruces’.
– LGL: ¿Es casual que sea en estos países de América Latina?
– RVS: Es que no le veo unidad, no me atrevería a
decir, te he dicho algunas cosas que trascienden pero no necesariamente
que tienen su especificidad exactamente en los países que han comenzado a
implosionar, porque claro, de Chile, nosotros teníamos la visión de un
avance en la institucionalidad, una arquitectura republicana un poco más
desarrollada, una separación de poderes, una serie de cosas pero bueno,
no sé, no me atrevería a darle unidad de interpretación a esos países
que justamente son los que están presentando.
Platicando ayer
con la compañera de Uruguay me explicaba cómo ha habido el no pase a la segunda
vuelta y cómo por ejemplo las tradiciones bipartidistas se están rompiendo y se
están convirtiendo en muchos pedazos. ¿Qué cosa está planteando eso? ¿cuál va a
ser el derrotero de eso? no lo sé, es un momento de incertidumbre, es un
momento complejo.
Cuando veo con los
elementos que te he dicho, por momentos y en estos días he pensado si no será
que nosotras (estamos a dos años de cumplir el bicentenario) si no será que en todo
este aparente caos, desorden, se está configurado el nacimiento real de Repúblicas,
si no será 200 años después que podríamos estar sentando las bases de un
proyecto republicano, no lo sé, pero a veces tengo esa impresión en pinceladas,
porque la emergencia de distintos grupos afroamericanos, indígenas, otro tipo
de ciudadanías y de reclamos quizá eso también explique la emergencia y la
agresividad de la respuesta que estamos recibiendo desde estos sectores no
solamente conservadores sino con discursos ahistóricos, atemporales, que a
veces parece que son signo de fuerza y a veces parece que son signos de
desesperación frente a algo que es imparable, todo depende del ojo desde el
cual quieras mirarlo, con un mayor grado de optimismo o no.
– LGL: ¿Cuáles son los escenarios a mediano plazo?
– RVS: Por ejemplo en mi país con todo lo que ha
pasado, el cierre del Congreso, nuevas elecciones, es curioso que en
medio de todo lo complicado que ha sido haya habido un esfuerzo por no
salirse del cause constitucional, porque el cierre del Congreso está
dentro de las funciones perfectamente establecidas en la Constitución en
situaciones más o menos como las que se han dado. Esto no ha generado
revueltas, ni marchas; esto está en el Tribunal Constitucional que es
otro elemento de institucionalidad democrática liberal.
Yo digo, es
posible que todos estos años que hemos vivido en esta situación desde la caída
del anterior presidente, desde el destape de la corrupción de la clase
política, es posible que esto esté generando un efecto en términos de una
cierta conciencia que hay derechos, que no se puede violar la Constitución, que
la corrupción no es un tema que no importe sino que nos afecta a todos, es posible. Sería muy interesante que esto
caminara hacia ese lado.
– LGL: Y en todo esto ¿cómo ves el movimiento de mujeres en los diferentes países?
– RVS: Yo considero que el movimiento de mujeres, no
sólo de feministas, en sus distintas expresiones, no solamente comenzó
hace décadas digamos en esta última ola, sino que se ha diversificado,
se ha fortalecido con nuevas generaciones, ya no podemos decir qué pocas
feministas hay, podemos decir que tenemos diferencias, pero
consideramos que movimiento feminista hay para rato.
Es muy interesante
poder escuchar a mujeres jóvenes indígenas, afro, haciendo una intersección en
sus discursos y en sus planteamientos, es sumamente interesante y también con
este performance más visual poniendo su cuerpo como campo de politización que
puede ser algo distinto de lo que nosotros hicimos, ¡es sumamente interesante!
Y tan interesante
como eso sería fomentar debates políticos intergeneracionales para ver cómo
estamos viendo la realidad y cómo podíamos alimentarnos unas de otras y
entendernos unas con otras, para que nuestra experiencia pueda nutrir en la
medida que sea útil y posible, a estas nuevas formas de lucha y a estas nuevas
formas de rebeldía, porque yo siento eso en las juventudes feministas, siento
mucha rebeldía, a veces con un tono muy agresivo, de mucho brío juvenil, y creo
que esto se está fortaleciendo de otra manera, otras formas organizativas.
Nosotras tendíamos
-y eso tiene que ver con otras formas de cómo se organizaba la sociedad- a
formas de organización estables con vocación de permanencia, eso era un
indicador de éxito para nosotras, ahora no, ahora parece que los grupos
aparecen y desaparecen, son como colectivos que suben y bajan, es otro estilo,
tiene que ver con los tiempos, con todas esas diferencias, pero yo veo fuerza,
veo voz y sí tengo una visión muy esperanzadora (con las jóvenes) en ese
sentido.
CIMACFoto: Lourdes Godínez Leal
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