Canadá acaba de
cumplir un año de haber legalizado la producción, consumo y venta de
mariguana, siendo el segundo país a escala mundial en hacerlo, después
de Uruguay.
Pero a diferencia de éste, Canadá tiene una larga historia de ser
sede de empresas internacionales, muchas de las cuales dependen de un
modelo extractivista para llevar ganacias a gerentes y accionistas en
Toronto y Nueva York. Y al parecer, el sector cannábico está queriendo
seguir los pasos de las empresas mineras canadienses.
Las mineras de Canadá han establecido un modelo de negocios que le es
atractivo a las empresas cannabicas, basado en el extractivismo y la
mano de obra barata. Las mineras intentaron influir en cambios
legislativos a su favor, tal y como hacen las empresas cannábicas. Hoy
día estamos frente a un intento de construir una industria cannábica
colonial y punitiva aescala internacional.
La empresa de mariguana más grande es Canopy Growth, con sede en
Ontario, Canadá. Canopy ha vendido 8 mil millones de dólares en acciones
y tiene operaciones en14 países. Su accionista mayor es Constellation
Brands, dueño de Grupo Modelo, Corona y Pacífico en Estados Unidos. En
años recientes, Constellation ha sido blanco de protestas y boicots
contra la construcción de una nueva cervecería en Mexicali.
También hay otras compañías cannabicas canadienses valuadas en miles
de millónes de dólares, con operaciones en Asia, África y Europa. Estás
empresas tienen un interés doble al momento de invertir en otras
naciones. Quieren establecer granjas para la producción de mariguana,
para su eventual exportación a Canadá (y Estados Unidos, cuando se
legalice en todo el país). Pero también quieren acaparar los mercados
nacionales. Su utopía, quizá, será que los consumidores sólo tendrían
aceso a la mariguana en sus formatos patentados.
Las empresas cannábicas ya están cabildeando en México.
Representantes de firmas internacionales y nacionales, laboratorios, farmacéuticas, empresas de producciónhan estado presionando a senadores sobre la regulación, según el senador morenista Ricardo Monreal. Agregó que el Senado quiere
enfriar un poco los ímpetusy no avanzar con la regulación de la mariguana bajo esta presión de cabildeos empresariales.
El Senado mexicano debió haber emitido sus regulaciones sobre la
cannabis para uso adulto el pasado 31 de octubre, pero pidió que se
prorrogara, petición que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN) aceptó. Ahora, el Senado y el Congreso tienen hasta el 30 de
abril del año próximo para pasar la legislación sobre la cannabis de uso
recreativo en México.
La regulación es un campo minado, en el cual intereses corporativos
amenazan con pasar por encima de los de cultivadores tradicionales y las
víctimas de la violencia relacionada con la prohibición. Las
experiencias en otras naciones de América Latina nos enseñan que es
necesario que esa regulación sea robusta e incluyente.
En Colombia, por ejemplo, activistas trabajaron intensamente para
lograr una regulación que contribuyera a la construcción de paz,
incluyendo a cultivadores tradicionales, víctimas de la guerra y pueblos
indígenas. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, casi todos los
cultivadores tradicionales han quedado fuera de una participación
integral en el negocio legal, porque el mismo ha sido acaparado por un
conjunto de empresas canadienses.
El Plan Nacional de Desarrollo presentado por el presidente Andrés
Manuel López Obrador prometió un “fin de la ‘guerra contra las drogas’”.
Pero lejos de ser despenalizado, continuán operativos contra los que
producen, distribuyen y consumen mariguana en el país. Sigue habiendo
personas presas por el simple hecho de poseer escasos gramos de hierba
para su comsumo personal.
Por todo lo anterior, urge regular la cannabis en México.
Pero también es importante que en el Senado tomen su tiempo y que
haya transparencia en la regulación de la mariguana en México. Pero es
aún más trascendente que no adopte una ley que permita la participación
sin límites para empresas extranjeras.
Como han insistido desde la coalición #RegulaciónPorLaPaz, la
regulación de la mariguana debe de estar centrada en una perspectiva de
justicia social, protegiendo a pequeños productores y contribuyendo a
reparaciones para los cientos de miles de víctimas de violencia
relacionada con el llamado combate al narcotráfico en la nación.
*Investigadora canadiense y autora del libro Capitalismo antidrogas: una guerra contra el pueblo .
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