Puebla, Pue. El 6 de noviembre, unos carteles
instalados en el campus central de la Universidad Popular Autónoma del
Estado de Puebla (UPAEP) pusieron a arder las redes: “Madre por una
violación. Amo mi hijo”; “Concebida en una violación. Amo mi vida”, y
“Mis amigas fueron concebidas en violación ¡Amo sus vidas!”.
Eleny Molina,
estudiante de arquitectura de la UPAEP, subió una foto a redes sociales donde
ella portaba su pañuelo verde –símbolo de la lucha feminista por legalización
de la interrupción del embarazo– frente a las mesas con esos carteles,
visibilizando una institución educativa que promueve un discurso que normaliza
el delito de violación y, por lo tanto, también normaliza la violencia contra
las mujeres.
Antes de esas
publicaciones, las fotografías de los carteles ya se hacían virales, pues se
compartieron desde una página de Facebook llamada Frente Poblano por la Familia
a las 14:27, espacio que fue calificado como “falso” por las organizaciones
pro-vida en Puebla desde sus redes sociales oficiales.
Los carteles
formaban parte del foro abierto Cada vida importa. Abro hilo…. Un evento
realizado en la UPAEP (institución educativa abiertamente católica y que ha
declarado oficialmente estar en contra del matrimonio igualitario) y que fue
organizado por diferentes redes de personas autodenominadas ‘pro vida’, entre
las que estuvo el “Frente Nacional por la Familia Puebla”.
Sobre la situación, el rector de la
UPAEP, Emilio Baños, publicó un escueto comunicado por redes sociales donde
declaró que la institución “condena de manera tajante el delito de violación y
consideramos injustificable todo acto de violencia contra las mujeres, contra
los niños, contra las familias o contra cualquier integrante de la sociedad”, y
recomienda verificar la autenticidad de publicaciones en internet. Sin aclarar
nada más.
Esta casa editorial buscó una entrevista
con directivos de la institución para que confirmaran lo que se viralizaba en
redes y profundizaran acerca de la postura institucional sobre el foro y el
mensaje de los carteles, pero la respuesta fue que no habrían más declaraciones
al respecto.
Mensajes que normalizan la violación sexual
El origen del problema más allá
de la publicación calificada como falsa de la página de Facebook que viralizó
lo ocurrido, fueron los carteles defendiendo los productos de violaciones. Los
carteles son parte de la ponencia realizada por una de las invitadas al foro,
Rebecca Kiessling, quien se declara a sí misma “producto de una
violación”.
En entrevista con LADO B,
Natalí Hernández Arias, psicóloga y directora general del Centro de Análisis
Formación e Iniciativa Social A.C. (CAFIS), comentó que este tipo de discursos
e información hacen parecer que una mujer o persona gestante, en este caso como
resultado de una violación, tiene una sola opción de actuar: parir,
estigmatizando y culpabilizando a las que deciden algo diferente.
“(Ese discurso) tiende a
normalizar la violencia que viven las mujeres pues solo abona a un contexto de
poco acceso a la justicia, de revictimización a las mujeres, de hacerles creer
que la violencia es algo de lo que ellas tienen que hacerse cargo y algo frente
a lo que el Estado no tiene que ofrecer opciones”.
El contexto en el que se difunden
estos mensajes, es uno en que la violencia contra las mujeres sigue al
alza.
Datos del Sistema Nacional de
Seguridad Pública reportó un incremento en Puebla en el delito de violación en
sus dos modalidades, simple y equiparada. Un 49 por ciento más entre 2015 y
2018. Ese último año cerró con un promedio de 2.2 casos de violación
denunciados por día. Para 2019 el promedio de casos denunciados es de 2.6.
Más datos: el año pasado en la
entidad se registraron 588 nacimientos cuyas madres fueron niñas de entre 10 y
14 años.
Para la directora de CAFIS, las instituciones, no sólo la UPAEP, tienen
que recordar que existe un marco jurídico que protege a las mujeres y estipula
servicios para la atención ante una violación sexual, dentro de las que se
contempla el acceso a la interrupción del embarazo.
El hablar de esas opciones es un
deber de las instituciones educativas, según la Ley General de Acceso a las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que responsabiliza a todas las
instituciones de involucrarse en la prevención de la violencia contra las
mujeres.
“Deberían de estar hablando de
estas opciones que, además, están estipuladas en el marco legal al que pueden
recurrir las mujeres en esta situación, y no dar una visión sesgada de lo que
pueden hacer frente a una violación sexual, que es lo que está ocurriendo con
este tipo de foros y proyectos”, declaró Hernández.
Una institución aliada al Frente Nacional por la Familia
A Eleny Molina, quien vió los
letreros primero vía Facebook, le pareció el colmo. La estudiante sabía que constantemente
se llevaban a cabo eventos y pláticas contra la interrupción del embarazo
dentro de la institución. Incluso una vez le tocó que en una clase una
profesora otorgara puntos extra a aquellos alumnos que firmaran una solicitud
del “Frente Nacional por la Familia” en contra del matrimonio igualitario; cosa
a la que no accedió, aunque algunos de sus compañeros sí.
Sin embargo, esta vez los carteles
incluían la palabra “violación” y eso, en su opinión, «sobrepasa los límites de
tontería que estamos acostumbrados a soportar dentro de la universidad”, cuenta
en entrevista a LADO B.
Junto con dos amigos decidió
acercarse al stand con su pañuelo verde y tomarse unas fotos
para subirlas a redes sociales. Su objetivo era visibilizar que en la UPAEP hay
estudiantes que no son ‘pro vida’, ni ‘pro violación’; que piensan diferente a
lo que la institución ha querido imponer.
El post que se
volvió viral, compartido desde una página llamada “Frente Poblano por la
Familia” (una página fake o de parodia), decía: “Agradecemos
el apoyo de la UPAEP por celebrar el milagro que también proviene de la
violación. El violador también es padre y debemos (sic) reconocérselo”.
Aunque
las redes oficiales del FNF se deslindaron de esa página falsa y la UPAEP lanzó
su comunicado –también para negar su nexo con dicha página–, esto ya poco tuvo
que ver con las manifestaciones que ocurrieron al día siguiente frente a la
universidad.
Estudiantes se manifiestan
El jueves 7 de noviembre, Eleny
Molina y otros estudiantes y egresados de la UPAEP (en su mayoría mujeres)
–algunos de ellos integrantes de colectivos como “Diversidad Águilas” y “Coatlicue
Siempre Viva”–, convocaron a una manifestación ese mismo día frente al campus
central de la universidad.
Con pañuelos verdes y carteles con
leyendas como: “Madres por elección. No por violación” o “Qué rápido se
olvidaron de Mara Castilla”, denunciaron de peligrosos e irresponsables los
eventos realizados en la universidad bajo la bandera ‘pro vida’. Esto por la
desinformación que generan y, específicamente, acusaron al foro “Cada
vida importa. Abro hilo”… por promover la violencia sexual contra las
mujeres.
Asimismo, se pronunciaron contra
“la imposición de una ideología religiosa específica” apelando a que en las
comunidades universitarias debe existir el reconocimiento del pensamiento
diverso sin ser castigados.
Karen Morales, egresada, ex
profesora de la institución y una de las creadoras del colectivo “Diversidad
Águilas”, en entrevista con LADO B comentó que justo esta
última exigencia es una de las más importantes para la comunidad
universitaria.
La manifestación para ella es
resultado del descontento del alumnado tras una serie de acciones y
declaraciones que la institución ha dado posicionándose contra la diversidad
sexual -como la emisión de un comunicado contra el matrimonio igualitario en
2016- y los derechos de las mujeres. Para ella, eso ha llegado a ser un
discurso de odio por ser tan reiterativo y cerrado al diálogo, y que repercute
tanto a alumnos como a profesores, administrativos, etc.
“Que sea una escuela católica no
significa que te tengan que imponer cosas”, también opinó Eleny Molina.
Durante la manifestación, la
coordinadora de Proyectos Estratégicos, Gabriela Lechuga, y el director de
Formación, Cultura y Liderazgo de la UPAEP, Luis Fernando Roldán, se acercaron
a las jóvenes diciendo que querían dialogar y no polarizar a la población
estudiantil. Según Karen Morales, durante la reunión se acordó generar un
evento donde se promueva el diálogo, para cuya planeación se reunirán el lunes
11 de noviembre.
No obstante, Morales señaló que la
propuesta por parte de las alumnas y colectivos que se manifestaron será para
darle voz a los estudiantes: “Esto no es un asunto de descubrir ‘la verdad’ (sobre
la interrupción del embarazo). Sino que la universidad escuche a los
estudiantes y a los que tienen opiniones distintas”.
La egresada también manifestó su desconfianza ante la universidad,
que una vez ya les había cerrado las puertas a ella y a sus compañeros
del Colectivo Diversidad Águilas al no permitirles conformarse como un
grupo estudiantil.
*Este artículo fue retomado del portal ladobe.com.mx
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