Pedro Echeverría V.
1. Cualquier gobierno, lo primero que aprende es a defender su poder y siempre lo hace muy bien para su beneficio. Yo, por el contrario, siempre iluso, lleno de emoción, con muy poca objetividad, pienso que las luchas, los movimientos de protesta, estarán de manera permanente creciendo; pero a lo último, al verlos y analizarlos, siempre me topo con la pared al mirarlos directamente (desde hace 60 años), que la clase dominante, los gobiernos terminan controlándolos. Amenazándolos, bloqueándolos, reprimiéndolos, comprando a sus líderes, como sea, pero indiscutiblemente logran los gobiernos lo que quieren.
2. De las 75 mil mujeres que según salieron junto a sus pequeños hijos y sus mascotas, sólo 100 protestaron, golpearon la gigantesca cerca que López Obrador y la Sheinbaum impusieron; el 99 por ciento de las mujeres pensó que se trataba de un alegre carnaval para bailar y lucir sus galas. Jamás olvidaré cuando una compañera maestra de la facultad de arquitectura me entregó una flor y su sonrisa, por ser día ocho de marzo (1997); ello me obligó a aclararle que no era un día de fiesta sino de lucha por su liberación. Es lo que vi ayer en el zócalo de la CDMX por TV. Quizá confundieron el día pensando que era un paseíllo más.
3. Pero el problema es que no sólo se trata del control de las mujeres que pusieron a temblar al gobierno el año pasado; también los estudiantes de la UNAM, del Poli, del CCH, que llevan casi 22 años sin huelgas o movilizaciones; los campesinos y los obreros que parecen absolutamente controlados. Espero que los maestros de la CNTE y los padres de los 43 no les hayan encontrado sus puntos débiles para calmarlos y mantenerlos en silencio, tal como durante muchos años mantuvieron a los zapatistas encerrados en Chiapas. Nunca entendí porque los alrededor de 50 mil electricistas de la CDMX cesados, nunca protestaron.
4. Luego me han criticado mi extremado pesimismo; pero sólo aceptaría la crítica si fueran pocos, unos 10 o 20 años de experiencias; pero si desde hace seis décadas la clase dominante (la burguesía) nos han estado dando “hasta con la cubeta”, ni modo que demuestre alegría. ¿Qué pasaría a un activista, pensador izquierdista, si además observó el asesinato de Allende, la caída total de la URSS, los cambios de China, el total bloqueo de Cuba, los bombardeos e invasiones yanquis a muchos países, pues no puedes salir de tu pesimismo esperanzado, pero pesimismo al fin. ¿Cómo salir de este estado si en lugar de avances sólo se ven retrocesos?
5. Esta última semana escribía con mucha esperanza en que las mujeres en lucha podrían avergonzar a los hombres y los pondrían de pie para dar batallas conjuntas. ¿Será que como en las elecciones y el control de votos, la burguesía use todos los medios a su alcance para que sus contactos manden mensajes, hablen por teléfonos a líderes, los amenacen, les ofrezcan dinero, para así controlar cualquier movimiento que consideren peligroso? ¿Seré siempre un iluso esperanzado que confía en que las masas al fin abrirán los ojos para que los gobiernos y empresarios no los sigan manipulando como lo han hecho durante siglos? (9/III/22)
http://pedroecheverriav.
alterar26@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario