El pasado 19 de septiembre la tierra se volvió a cimbrar, como en aquel 1985 y en 2017. Y es que luego de un simulacro, un sismo se registró en la zona central de México. Decenas de personas se pusieron en alerta intentando resguardar su integridad. Sin embargo, esto no pudieron hacer las y los trabajadores de MTOP, quienes al intentar salir de sus oficinas ubicadas en el piso dos del edificio descubrieron que habían sido encerrados.
En entrevista con Cimacnoticias, Adriana -como pidió ser llamada por temor a represalias- narró que esta situación no fue exclusiva del 19 de septiembre, pues sus empleadores llevaban ya un mes encerrando a las y los trabajadores.
“Yo me doy cuenta porque empiezo a escuchar en mi oficina como truena el techo, empiezo a escuchar a las chicas como que empiezan a gritar que sí está temblando y que está sonando la alarma sísmica de la calle, porque dentro del piso no hay alarma como tal. Entonces cuando yo salgo de mi oficina veo que la puerta está cerrada con cadena. Un chavo logra botar la cadena, entonces fue cuando nosotros ya lo único que hicimos fue abrir las puertas y nos salimos”.
Minutos después las y los trabajadores volvieron a la oficina, sin que Protección Civil realizara una revisión del edificio para conocer sus condiciones. Ya al interior, Adriana descubrió que nuevamente los habían encerrado.
MTOP es una empresa de importación y exportación de productos de origen asiático, la cual está ubicada sobre la avenida Arcos de Belén, frente al Mercado de San Juan. La compañía recibe contenedores provenientes de China y posteriormente distribuye los productos, su mayor demanda proviene del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En este lugar Adriana laboró por casi un año y medio como diseñadora, actividad que incluía la toma de fotografías, edición y armado de catálogos para los clientes. Contó que la empresa no cuenta con área de recursos humanos y los directivos no hablan español, por lo que la comunicación es muy limitada. Cuando se quejó con su jefe sobre el encierro en que laboraban, él no dio motivos para dicha acción y la ignoró.
“Yo le había dicho que eso no estaba bien y era ilegal que pusieran la cadena, pero evidentemente no le importó. Entonces después pasa esta situación (el sismo) y yo decido renunciar”.
Adriana describe su relación laboral como intrigante, ya que, en primer lugar, desconoce si MTOP sea un nombre verdadero ya que luego de una búsqueda exhaustiva, no pudo encontrar registro de la empresa.
La mujer nunca contó con un contrato que acreditara su relación laboral con la compañía, tampoco obtuvo alguna factura para comprobar sus ingresos, pues recibía sus pagos en efectivo y firmaba en un cuaderno de recibido.
Luego de esta serie de irregularidades Adriana decidió renunciar y declaró que emprenderá acciones contra las autoridades correspondientes por la forma en que actuó la empresa durante el tiempo que ella laboró. Sin embargo, antes de iniciar este proceso se mantiene a la espera de su liquidación, mientras tanto sus compañeras y compañeros continúan enfrentando las mismas condiciones.
Derecho a un trabajo digno
La magnitud del sismo no representó daños mayores para dicho edificio ubicado en la CDMX; sin embargo, recordemos que la negligencia patronal le ha arrebatado la vida a decenas de personas, entre ellas mujeres. Tal es el caso de las costureras que laboraban en el predio ubicado en Simón Bolívar y Chimalpopoca, alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México, quienes perdieron la vida luego del sismo del 19 de septiembre de 2017.
El predio de cuatro pisos se derrumbó, provocando la muerte de 21 personas que trabajaban como costureras y personal operativo en dicho espacio, el cual tenía permiso para funcionar como oficina, pero en realidad albergaba las empresas textiles: Línea Moda Joven, S.A. de C.V; ABC Toys Company S.A de C.V; Dashcam System, Regalomex; Comercializadora Mextoy, S.A. de C.V.; Florina y Seo Young Internacional S.a. de C.V.
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Ese 19 de septiembre de 2017 maquinarias y herramientas fueron rescatadas antes que las mujeres atrapadas y a cinco años de lo ocurrido, siguen sin obtener justicia.
Lo anterior aún cuando, de acuerdo con el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), un trabajo digno es aquel que “respeta los derechos fundamentales de la persona humana, así como los derechos de los trabajadores en lo relativo a condiciones de seguridad laboral y remuneración”.
En ese sentido, la Ley Federal del Trabajo dispone, en su artículo segundo, que el empleador debe brindar condiciones óptimas de seguridad e higiene para prevenir riesgos de trabajo. Además, señala que el trabajo digno o decente también “incluye el respeto irrestricto a los derechos colectivos de los trabajadores”.
Por lo que si enfrentas algún problema en el que se vea en riesgo tu salud e integridad, puedes presentar una queja ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet), instancia que tiene competencia a nivel federal.
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